Vasculitis asociada a fármacos con compromiso sistémico
Ferrado, M; Loureyro,
JM; Montero, J; Campi, P; García, M; Parodi, R; Pendino,
JC; Carlson, D; Greca, A.
Servicio de Clínica Médica. Hospital Provincial del
Centenario. Rosario. Santa Fe.
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Presentamos el
caso de un paciente de 70 años de edad con diagnóstico de
osteomielitis de cadera derecha de etiología tuberculosa, en
tratamiento de un mes con isoniacida, rifampicina, etambutol y
pirazinamida, que reingresa por persistencia de la coxalgia y
fiebre
intermitente.
Al
cumplir el primer día de internación el paciente presenta una
púrpura palpable en miembros inferiores (imágenes 1 y 2),
agregando progresivamente lesiones purpúricas en región glútea y
en manos; asimismo refiere artralgias y tumefacción articular a
nivel de muñecas, metacarpofalángicas y tobillos bilateral. El
tercer día de internación comienza con dolor abdominal,
inicialmente epigástrico, de tipo continuo y posteriormente
difuso, acompañado de vómitos alimenticios y biliosos y diarrea.
El sexto
día se decide suspender toda la medicación, con mejoría
progresiva de las lesiones purpúricas, pero persistiendo el
dolor abdominal y reapareciendo las lesiones de miembros
inferiores tras tres días.
![](Pub_09_TBC_Cadera_01.jpg) |
![](Pub_09_TBC_Cadera_02.jpg) |
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-RMI de
cadera (25/04/05):
Lesiones compatibles con osteomielitis de cadera derecha y
absceso del psoas con edemas de partes blandas. (Imágenes 3 y 4)
Examen
físico:
Signos Vitales: PA
110/60 mmHg, Frecuencia cardíaca: 98 latidos por minuto,
Frecuencia respiratoria: 20 ciclos por minuto, Temperatura:
38°C. Abdomen doloroso a la palpación profunda en forma difusa,
defensa y descompresión positiva; ruidos hidroaéreos
conservados.
Postura
antálgica de cadera derecha en flexión, limitación a la
movilización activa
y
pasiva.
Púrpura
palpable en miembros inferiores a predominio de las piernas,
pero con compromiso de muslos y región glútea.
Tumefacción de muñecas y tobillos bilateral, sin otros signos de
artritis ni sinovitis.
![Cuadro de texto:](09_TBC_Cadera_archivos/image001.gif)
Laboratorio al
ingreso (31/05/05):
-Hematocrito.:
34%; Hemoglobinemia: 11,4 g/dl; Leucocitos: 6800/mm3; Tiempo de
protrombina: 13,9 segundos; KPTTa: 29 segundos; Velocidad de
eritrosedimentación: 110 mm/1ra hora; PCR: no reactivo;
Glicemia: 109 mg/dl; Uremia: 34 mg/dl; Creatininemia: 0,77 mg/dl;
Plasma no ictérico; TGO: 16 UI/l; TGP: 10 UI/l; FAL: 248 UI/l;
G-GT: 34 UI/l; LDH: 301 UI/l; amilasemia: 65 UI/l; Natremia: 133
mEq/l; Potasemia: 4,1 mEq/l.
-Orina
completa: pH 5,0; densidad: 1025; proteinuria: 1,6 g/l;
Hemoglobinuria: ++; Hematíes: abundantes.
Laboratorio
Inmunológico:
-Determinación
de crioglobulinas séricas: negativas.
-C3, C4
y CH50 ligeramente por debajo del límite inferior de la
normalidad.
-Anticuerpos
anti-histonas positivos.
-Proteinograma
por inmunoelectroforesis: leve aumento de IgA y descenso de las
demás fracciones de Igs.
-FAN,
anti-ADN, FR: negativos.
-Serología para
virus de la hepatitis B y C negativas.
Métodos por
imágenes:
-RMI
de cadera (31/05/05):
“...impresiona regresión de las imágenes con respecto a la RMI
previa”.
Evolución:
Se
realizó biopsia de lesiones cutáneas
(02/06/05)
que informa vasculitis leucocitoclástica.
Se realizó punción bajo TAC de la cadera derecha, siendo la
tinción de Ziehl Nielsen positiva para bacilos ácido-alcohol
resistente. Presentó durante la internación persistencia de la
sintomatología con deterioro progresivo de la función renal por
lo que se realizó punción biopsia renal. La misma informó:
Glomerulonefritis necrotizante focal con proliferación
extracapilar y formación de semilunas en el 50% de la población
glomerular (GNRP). (Imágenes 5 y 6)
-Inmunofluorescencia:
Ig A e Ig G negativos. Deposito mesangial de C3. Tanto la
afectación renal como cutáneas se interpretan como consecuencia
del tratamiento antibacilar con rifampicina e isoniazida. Se
plantea en este momento la disyuntiva terapéutica de si iniciar
tratamiento con corticoides en un paciente ya inmunodeprimido y
con tuberculosis extrapulmonar; y a su vez continuar con terapia
con tuberculostáticos a pesar de haberse interpretado sus
lesiones cutáneas y renales como secundario a los fármacos.
Se decide
iniciar tratamiento tuberculostático de segunda línea con
ciprofloxacina, etambutol y pirazinamida. Conjuntamente se
inicia tratamiento con corticoides para su vasculitis con
prednisona 40 mg día vía oral. A las 48 horas de iniciado el
tratamiento presentó enterorragia masiva con caída del
hematocrito mayor de 10 puntos e infarto agudo de miocardio. Se
realizaron transfusiones de glóbulos rojos y se inicia pulso con
metilprednisolona requiriendo internación en Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI).Tras
48 horas de internación en UCI el paciente fallece.
Análisis del
caso:
El
término vasculitis engloba un grupo heterogéneo de procesos que
reconoce como sustrato patológico común la presencia de
inflamación de los vasos sanguíneos. Estos procesos han recibido
múltiple clasificaciones, pero aquella relacionada con el tamaño
del vaso predominante afectado (grandes, medios o pequeños
vasos) parece el más práctico. En este caso presenta afección de
pequeños vasos (vasculitis leucocitoclástica).Las vasculitis de
pequeños vasos (arteriolas, capilares y vénulas poscapilares)
pueden ser agrupadas de la siguiente forma:
1)
Vasculitis Asociadas a ANCA. Son aquellas vasculitis con
afectación renal y pulmonar principalmente (Síndrome
Pulmón-Riñón) y se asocian a la presencia ANCA. Éstas incluyen
las ya conocidas Granulomatosis de Wegener, síndrome de Churg-Straus
y poliangeitis microscópica, pudiendo agregarse las vasculitis
asociada a ANCA inducida por fármacos.
2)
Vasculitis asociadas a inmunocomplejos (o vasculitis por
hipersensibilidad). Son aquellas vasculitis por depósito de
inmunocomplejos secundarias a la exposición reiterada al sistema
inmune de diversos antígenos, exógenos o endógenos; entre las
desencadenadas por antígenos exógenos tenemos a la púrpura de
Schölein Henoch, a las vasculitis asociado a fármacos y a las
vasculitis asociadas a infecciones (actualmente englobadas bajo
el nombre de vasculitis por hipersensibilidad del adulto). Las
producidas por antígenos endógenos son las vasculitis asociadas
a neoplasias (habitualmente enfermedades linfo o
mieloproliferativas, y a carcinomas), vasculitis asociadas a
enfermedades del colágeno (lupus eritematoso sistémico, artritis
reumatoidea, síndrome de Sjögren), crioglobulinemia esencial.
Otras son el síndrome de Goodpasture y la enfermedad de Behcet.
Si asumimos que este caso tiene el valioso antecedente de
ingesta de drogas antibacilares, que presenta una inflamación de
los pequeños vasos con leucocitoclasia en la biopsia cutánea y
que el ANCA es negativo, debemos pensar que estamos frente a una
vasculitis por hipersensibilidad del adulto con expresión
sistémica.
Se han
propuesto 5 criterios para definirlas con una sensibilidad del
71 % y una especificidad del 84 % cuando se cumple tres o más
criterios; éstos son: 1)edad > 16 años, 2) uso reciente de una
droga capaz de producir el cuadro, 3) púrpura palpable, 4) rash
máculo-papular, y 5) biopsia de lesiones cutáneas mostrando
neutrófilos alrededor de arteriolas o vénulas. Actualmente la
mayoría de las veces son vasculitis asociada a drogas que actúan
como haptenos para estimular una respuesta inmune. Existe una
larga lista de medicamentos que pueden desencadenarla.
Clínicamente se presenta luego de siete a diez días de la
exposición al antígeno, si bien es variable y puede ser desde
dos días hasta dos semanas, con fiebre, púrpura palpable,
artralgias, poliadenopatías, elevación de la eritrosedimentación
y descenso del complemento. El compromiso de órganos es raras
veces observado, pero puede ser severo. La afección renal, en
forma de glomerulonefritis o nefritis intersticial, y grados
variables de lesión hepática han sido descriptos. El caso
expuesto presenta el antecedente de ingesta de rifampicina e
isoniacida, lesiones cutáneas, artralgias y el patrón
histológico compatible siendo ésta una posibilidad diagnóstica
muy atractiva, si bien el compromiso renal no es común en estos
casos. Otra posibilidad diagnóstica dentro de las vasculitis por
hipersensibilidad es la púrpura de Schölein-Henoch (P S-H),
vasculitis sistémica que combina púrpura palpable (100 %),
angina intestinal (63 %), sangrado digestivo (33 %) y hematuria
(40 %). Este cuadro suele verse en niños luego de infecciones de
vías aéreas superiores, pero hasta un 10 % de los casos se
presenta en adultos, en quienes suele asociarse a la ingesta de
medicamentos. Las lesiones cutáneas suele afectar región
anterior de piernas y pies en pacientes ambulatorios, y en
región sacra en aquellos que permanecen acostados. Las
artralgias son transitorias, migratrices y afectan a grandes
articulaciones. El cuadro abdominal se presenta como dolor
cólico asociado a vómitos, probablemente asociado a vasculitis
gastrointestinal, y el sangrado digestivo, secundario a pequeñas
úlceras vasculares. La afección renal es común y en la mayoría
suele ser leve, manifestándose con hematuria y/o proteinuria con
creatinina normal o levemente aumentada, siendo expresión de una
glomerulonefritis secundario a depósitos de IgA en el mesangio
glomerular de distribución focal y segmentaria. Es poco común la
presencia de síndrome nefrótico, hipertensión y falla renal, lo
que suele asociarse con desarrollo de semilunas y fibrosis
mesangial. El hallazgo histológico característico es la
presencia de depósitos de IgA en la biopsia de tejidos afectados
(piel, riñón, etc.). El dosaje de IgA suele estar aumentado en
el 50 % de los casos y el complemento permanece entre los
límites normales. Estos dos últimos hallazgos, asociados al
patrón histológico de vasculitis leucocitoclástica en pequeños
vasos a predominio poscapilar y a la presencia de
inmunocomplejos compuestos por IgA son diagnósticos de esta
enfermedad. Este caso presenta la tétrada clínica diagnóstica y
los hallazgos histológicos compatibles, pero nos falta la
inmunofluorescencia para demostrar los depósitos de IgA y los
valores del complemento para confirmarla. Con respecto a las
vasculitis asociadas a infecciones, algunas infecciones crónicas
o de evolución tórpidas y diagnóstico tardío, pueden asociarse
con este síndrome. Se pueden encontrar asociadas a infección por
VHB, VHC y VIH. Otros ejemplos, la endocarditis infecciosa por
Estreptococo viridans, la endocarditis de válvulas derechas por
Estafilococo aureus, la presencia de abscesos ocultos, sífilis,
lepra, tuberculosis. En este caso podemos decir que nos
situamos frente a un cuadro sistémico de vasculitis
leucocitoclástica, que la podríamos rotular de una u otra forma
(vasculitis asociada a drogas, púrpura de Schölein-Henoch), pero
mediada por mecanismos de hipersensibilidad. Un aspecto clínico
desafiante es preguntarse cómo esta respuesta inmunológica
afecta al riñón. La afección renal por hipersensibilidad puede
afectar tanto al glomérulo (o glomérulo-mesangial) como al
intersticio. La afección glomerular puede aparecer hasta
en un 75 % de los casos, expresándose con proteinuria (70 %),
hematuria (60 %), y con menos frecuencia síndrome nefrótico (40
%) e insuficiencia renal (25 %). En los casos más graves, se
comprueba la extensión proliferativa difusa, a menudo con áreas
de necrosis, infiltración leucocitaria, semilunas epiteliales,
esclerosis focal y adherencias capsulares. No se ha demostrado
que los corticoides y los inmunosupresores modifiquen
sustancialmente el curso de la enfermedad, aunque un tratamiento
agresivo puede estar justificado en formas graves con
proliferación extracapilar. Cuando el intersticio es el
involucrado, se desarrolla la llamada nefritis intersticial
aguda (NIA) por fármacos. Larga es la lista de drogas que pueden
desencadenar este cuadro, entre las que se encuentra la
rifampicina como responsable común. La hematuria aparece en el
95 % de los casos y en un tercio es macroscópica; la eosinofilia
es común (80 %) y es de corta duración; y la erupción cutánea
está en el 30 % de los casos. En el análisis de orina, la
proteinuria suele ser de 1,5 g/24 horas y se acompaña de
microhematuria, leucocituria, eosinofiluria y cilindros
predominantemente granulosos. La oliguria puede verse en un 30 –
50 % de los casos. Habitualmente, luego de unos días de
suspender las drogas responsables, el cuadro regresa. Sin
embargo, hasta un 30 % pueden requerir soporte dialítico, al
menos transitoriamente. Los corticoides en dosis
inmunosupresoras deben administrarse si no existen
contraindicaciones. Del análisis se desprende que, si bien este
caso presentó una lesión predominantemente glomerular en la
biopsia renal post-morten, quizás presentó inicialmente una
lesión tubular teniendo en cuenta que al ingreso presentaba
proteinuria intermedia, cilindros granulosos y no se
evidenciaron hematíes dismórficos. Está claro que lo que
presentó este paciente fue un compromiso sistémico mediado por
hipersensibilidad, seguramente desencadenado por rifampicina,
isoniacida o ambas. El pronóstico de la función renal en estos
casos suele ser bueno en la mayoría de los casos, sobre todo en
los que presentan hematuria y proteinuria leve. En aquellos con
elevación de la creatinina, hipertensión o que presentan
proteinuria de rango nefrótico, el pronóstico suele ser
reservado ya que está relacionado con proliferación extracapilar
(5 a 25 %). No hay trabajos controlados que demuestren que el
tratamiento con corticoides o con ciclofosfamida hayan tenido
efectos benéficos sobre la afección renal. Cuando es evidenciada
la proliferación extracapilar, terapias más agresivas pueden ser
beneficiosas. Sin embargo, si tenemos presente que la
recuperación espontánea puede evidenciarse también en estos
pacientes, no se sabe realmente si estos regímenes agresivos son
mejores que la conducta expectante o menos agresiva, teniendo en
cuenta que la mayoría de los pacientes con afección renal pueden
mejorar. La utilidad de la plasmaféresis es controvertida.
Comentario:
En las vasculitis por hipersensibilidad del adulto, el
compromiso sistémico es una manifestación rara. A nivel renal el
compromiso puede ser tanto glomerular como intersticial, siendo
la rifampicina y la isoniazida posibles causantes. El
tratamiento consiste en suspender la droga implicada y en caso
de no existir contraindicaciones iniciar tratamiento con
corticoides en dosis inmunosupresoras. Esto crea importantes
problemas terapéuticos cuando no existen tratamientos
alternativos al fármaco causal.
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