Discusión del
caso clínico
Dra. María
Jimena Ortiz
Se discute el caso de una mujer de 60 años, que consulta
por cuadro agudo de catalogable como síndrome
confusional agudo, con el antecedente de alteraciones
cognitivas de 1 año de evolución en el contexto de una
hepatopatía crónica (son diagnóstico etiológico). Al
ingreso se diagnosticó bacterioascitis.
Con respecto al síndrome confusional agudo
(SCA) se caracteriza por tener un corto período de
evolución (horas-días), fluctuación en el curso del día
(usualmente empeoramiento vespertino), presentar una
condición médica, intoxicación o efectos adversos de
medicación subyacente, alteración en el comportamiento
psicomotriz como hipo o hiperactividad, aumento de la
actividad simpática, alteración del ciclo sueño-vigilia
, variaciones del estado emocional (temor, depresión,
euforia, perplejidad), atención desordenada, disminución
en la velocidad, claridad y coherencia del pensamiento.
Como diagnóstico diferencial de SCA en paciente con
hepatopatía crónica en primer lugar se plantea la
encefalopatía hepática. Otros diagnósticos que se
descartaron serían: lesiones estructurales del sistema
nervioso central (hemorragia intracraneal, accidente
cerebrovascular isquémico, infecciones, hidrocefalia),
tóxicos o drogas, alteraciones metabólicas, coma
postictal, o un cuadro de psicosis.
La encefalopatía hepática (EH) consiste en un
espectro de anormalidades neuropsiquiátricas
potencialmente reversibles que se dan en pacientes con
insuficiencia hepática. La total mejoría de los síntomas
después de la mejoría en la función hepática es
considerada prueba de la relación causal. Constituye la
2º causa de descompensación de la cirrosis después de la
ascitis y hemorragia digestiva alta variceal. Con
respecto a la fisiopatología existen múltiples teorías,
que implican fundamentalmente al amoníaco producido por
los enterocitos a partir del glutamina y por el
catabolismo de nitrógeno por las bacterias colónicas.
Pasa a la vena porta y llega al hígado donde se
convierte en glutamina, impidiendo así la llegada a la
circulación sistémica. Otro sitio de remoción también
lo constituye el músculo. El cirrótico no presenta el
clearance hepático (y tampoco muscular, debido a la
pérdida de masa muscular que suele acompañar la
cirrosis), por lo que se produce un aumento de la
captación cerebral de aminoácidos neutros (tirosina,
fenilalanina, triptófano) afectando la síntesis de
serotonina, dopamina y noradrenalina. Existe también un
aumento de la osmolaridad intracelular de los astrocitos,
stress oxidativo inducido por amoniaco y cambios en la
permeabilidad mitocondrial que podrían jugar roles
importantes en la fisiopatogenia La vasodilatación que
presentan estos pacientes también puede contribuir al
aumento de la presión intracraneal, por estimulación de
producción de óxido nítrico. Todo conlleva a una
alteración en la generación de potenciales excitatorios
e inhibitorios postsinápticos, lo cual resulta en las
anormalidades neuropsiquiátricas típicas de la EH.
Dentro de las manifestaciones clínicas se presentan
cambios en la
personalidad
y en la
conducta,
con acentuación de los rasgos del carácter habituales o
la aparición de los opuestos. Puede haber también
euforia
o depresión injustificada,
déficit de atención,
lentitud de las respuestas intelectuales, desorientación
témporo-espacial y
bradipsiquia,
trastornos del sueño (inversión del ritmo del sueño,
somnolencia
diurna e
insomnio
durante la noche). Es habitual el hallazgo de
asterixis,
hipertonía muscular, rigidez en rueda dentada (o
signo de Babinski
bilateral), hiperreflexia y
clonus
rotuliano/aquileano. Pueden aparecer
convulsiones
y coma en estados más avanzados. Un estudio de
electroencefalografía (EEG) mostrará alteraciones
progresivas en estos pacientes: ritmo lento, ondas
trifásicas y por último ondas delta. La EH se puede
clasificar en estadios según la gravedad de los síntomas
y signos (cuadro 1):
Cuadro 1: Estadios de la encefalopatía hepática
ESTADIO |
SINTOMAS |
SIGNOS |
I
II
III
IV
|
Cambios de personalidad. Alteración
sueño-vigilia
Confusión mental
Coma ligero - Estupor
Coma profundo
|
Apraxia: dificultad para escribir
Asterixis, fetor hepático
Asterixis, rigidez, hiperreflexia
Tono muscular disminuido, hiperreflexia
|
Además, otras clasificaciones consideran diferentes
categorías según el mecanismo fisiopatogénico subyacente
y el curso evolutivo, como la de Ferenci y colaboradores
(Hepatology.
2002;35(3):716-21), la que se muestra a continuación
(cuadro 2):
Cuadro 2: Clasificación de la EH según su
fisiopatogenia, severidad y curso evolutivo.
Tipo de EH |
Nomenclatura |
Subcategoría |
Subdivisión |
A |
EH asociada a falla hepática aguda |
|
|
B |
EH asociada a bypass
porto-sistémico y sin enfermedad
hepatocelular intrínseca |
|
|
C |
EH asociada a cirrosis e
hipertensión portal o shunts
porto-sistémicos |
•
EH Episódica |
•
Precipitada
•
Espontánea
•
Recurrente |
•
EH Persistente |
•
Leve
•
Severa
•
Dep. del tratamiento |
•
EH Mínima |
|
En el caso de nuestra paciente, la EH corresponde al
tipo C, que puede desglosarse en distintas
subcategorías:
1.
EH Episódica:
corresponde a delirium relacionado a causa médica en la
clasificación del DSM IV.
o
Recurrente cuando 2 episodios de EH episódica se dan en
1 año.
o
Precipitada o no cuando se diagnostican factores
precipitantes:
·
Deshidratación: hipovolemia, vómitos, diarrea,
hemorragia, diuréticos, paracentesis evacuadora de gran
volumen.
·
Aumento en la producción, absorción o entrada al cerebro
de amonio: HDA, ingesta excesiva de proteínas,
infecciones (incluyendo PBE), constipación, hipokalemia
yo alcalosis metabólica.
·
Shunt porto-sistémico.
·
Hiponatremia.
·
Drogas: benzodiacepinas, narcóticos, alcohol.
·
Oclusión vascular por trombosis de la vena porta o
hepática.
Nuestra paciente presentaba como factor precipitante un
cuadro de bacterioascitis. Esta se define por un
cultivo del líquido ascítico positivo cuando el
recuento de PMN del mismo es menor a 250/mm3.
En nuestra paciente al ser sintomática al momento del
ingreso (alteración del estado mental e hipotensión) es
indicación de tratamiento empírico (como si se tratase
de una peritonitis bacteriana espontánea) y repunción a
las 48 horas.
2.
EH Persistente:
déficit cognitivo con impacto negativo en el
funcionamiento social y ocupacional. El paciente nunca
está libre de síntomas. Con respecto a la etiología,
Riggio et al demostraron que el 71% presentan largos
shunts porto-sistémicos. También es importante buscar
foco séptico no evidente (absceso), intolerancia o
incumplimiento del tratamiento ambulatorio.
3.
EH Mínima:
algunos autores sostienen que hasta un 60-80% de los
pacientes con cirrosis, que tienen un aparente estado
mental normal lo presentarían. Consiste en un déficit en
performance intelectual, nivel de vigilancia,
orientación y funciones ejecutivas. Los déficit de
atención también resultan en problemas con la memoria a
largo plazo y la capacidad de aprendizaje, defectos en
la coordinación visuo-motriz, y en la construcción y
velocidad del procesamiento mental, mayor probabilidad
de desarrollar EH evidente en los siguientes 29 meses.
Presentan mala calidad de vida y mayor riesgo de
accidentes. Existen múltiples métodos diagnósticos, los
más utilizados son los tests neuropsicométricos y
neurofisiológicos.
Ahora bien, ¿esta paciente tiene una encefalopatía
hepática crónica de tipo episódica sobre la base de otro
trastorno mental crónico, o simplemente es una EH
persistente o mínima lo que justificaría el cuadro de 1
año de evolución?
Con respecto a los trastornos cognitivos crónicos el DSM
IV define las demencias como desórdenes
caracterizados por deterioro de la memoria y en al menos
otro dominio cognitivo (afasia, apraxia, agnosia,
función ejecutiva) con preservación del nivel de
conciencia. Debe representarse una declinación en el
nivel previo de funcionamiento y ser suficientemente
severo como para afectar las funciones de la vida diaria
y la independencia. El inicio es insidioso y progresivo,
sin poder ser mejor explicado por otros trastornos
psiquiátricos, enfermedades sistémicas o del SNC. Se dan
en 5% de los >65 años y 35-50% >85 años. Existen
múltiples causas: enfermedad de Alzheimer, demencia por
cuerpos de Lewy, demencia fronto-temporal (Enf. de
Pick), demencia multiinfartos, enfermedad de Parkinson
con demencia, demencia alcohólica, tumores
intracraneales, hidrocefalia normotensiva, corea de
Huntington, intoxicación crónica por fármacos,
encefalopatía hepática crónica, y otras: anemia
perniciosa, hipo-hipertiroidismo, neurolúes, demencia
asociada al HIV, etc. Dentro de las más probables en
esta paciente creo oportuno tener en consideración:
- Demencia por cuerpos de Lewy: aumenta su
prevalencia con la edad. Afecta a > 60 años de sexo
masculino. Es la forma de demencia que más se asocia a
parkinsonismo y la 2da forma más frecuente de
demencia neurodegenerativa después del Alzheimer. A
favor de este diagnóstico la paciente presenta:
ilusiones sistematizadas, fluctuaciones en cognición
(que pueden durar segundos a días y puede estar
espaciados por periodos de funcionamiento casi normal),
desordenes del sueño, caídas (por parkinsonismo,
hipotensión ortostática o fluctuaciones cognitivas). En
contra: existe otra enfermedad física o desorden
neurológico que explique mejor los hallazgos clínicos, y
no existen características de parkinsonismo espontaneas
(por lo general siempre presentes en esta demencia:
80-90% de los casos)
- Demencia fronto-temporal (Enfermedad de Pick):
es un trastorno degenerativo asimétrico en las neuronas
de la región anterior de los lóbulos frontales y
temporales, con normalidad del resto del cerebro. Se
presenta a edades más tempranas, media de 57 años y sin
preferencia por sexo. El 20-40% presenta antecedentes
familiares. Produce alteraciones de la personalidad,
desinhibición, conducta social y sexual inapropiada,
comportamiento inadecuado y estereotipado, pérdida de la
empatía, rigidez mental, cambios en los hábitos
alimenticios, más tarde evoluciona a euforia o apatía y
abulia, con severa afección del lenguaje. El diagnóstico
es clínico y con RMI. La clínica incompatible y la RMI
normal de esta paciente permiten descartarla.
- Demencia multiinfartos:
se da sin preferencia por sexo, aunque en grupos jóvenes
predomina en hombres. Existe siempre algún tipo de
enfermedad cerebrovascular subyacente, con la demencia
como última manifestación (diabetes, hipertensión
arterial, dislipemia y enfermedad coronaria). La
presentación suele ser con déficit en las funciones
ejecutivas causando inhabilidad significativa, incluso
mientras el deterioro de la memoria es leve y antes de
que el paciente cumpla con todos los criterios de
demencia. Es sugestivo de este tipo de demencia: el
inicio del déficit cognitivo asociado a ACV, el inicio
abrupto de los síntomas seguidos de deterioro
progresivo, el déficit focal neurológico previo y los
infartos cerebrales en las imágenes (incluso silentes).
Nuevamente la clínica incompatible TAC y RMI de cráneo
normales permiten descartar este diagnóstico.
- Enfermedad de Wilson:
trastorno autosómico recesivo que cursa con sobrecarga
de cobre, y se manifiesta después de los 30 años.
Presenta desordenes neuromusculares, anillos de
Kayser-Fleischer en ojos, anemia hemolítica, disfunción
renal. La forma más frecuente de presentación es la
enfermedad hepática aguda o crónica. Las manifestaciones
neuropsiquiatrías por acumulación de cobre en los
ganglios basales, incluyen cambios leves del
comportamiento, psicosis franca o síntomas semejantes a
enfermedad de Parkinson. Es un diagnóstico improbable,
ya que todos los pacientes con manifestaciones
neurológicas siempre presentan anillos oculares,
ausentes en este caso. No obstante, sería prudente
esperar la determinación de ceruloplasmina.
Concluyendo el análisis de los trastornos
neuropsiquiátricos posibles que podrían justificar los
trastornos del comportamiento en esta paciente,
considero que la causas de demencia más frecuentes son
improbables, por lo que atribuyo las manifestaciones de
la paciente a un cuadro de EH, de tipo C, forma
persistente o forma episódica recurrente.
Con respecto a la hepatopatía crónica, ¿puede
decirse que la paciente tiene cirrosis sin tener
confirmación por biopsia? Si bien constituye el gold
standard, no es necesaria si los datos clínicos, de
laboratorio y radiológicos sugieren fuertemente la
presencia de cirrosis, como en este caso. Las posibles
causas al considerar un cuadro de cirrosis son:
alcoholismo, hepatitis crónica por VHB o VHC, cirrosis
biliar primaria o secundaria, colangitis esclerosante,
enf. metabólicas (déficit de alfa1-antitripsina,
galactosemia, fibrosis quística, glucogenosis), enf. de
Wilson, hemocromatosis, esteatohepatitis no alcohólica
(NASH), etc. Para poder llegar a una aproximación
diagnóstica se solicitaron los estudios correspondientes
(la causa etílica es negada por los familiares, las
serologías virales, ceruloplasmina, lipidograma están
pendientes aún).
Para concluir creo que estamos frente a un caso de
encefalopatía hepática tipo C, de tipo persistente o
episódica recurrente lo que justificaría es cuadro de
deterioro cognitivo de un año de evolución, que presentó
en el contexto de una bacterioascitis una reagudización
de sus síntomas habituales. Padece una hepatopatía
crónica en estudio, para lo cual se encuentran
solicitadas las pruebas correspondientes. Propongo como
conductas a seguir:
1.
Ante la franca mejoría de los síntomas con el
tratamiento de la infección y la suspensión de
psicofármacos;
2.
Continuar tratamiento antibiótico de la
bacterioascitis ajustado al antibiograma;
3.
Esperar los resultados del estudio de posible
etiología de hepatopatía crónica;
4.
Tratamiento específico de la EH: lactulosa 25-30
ml VO cada 12 hs. rifaximina 550mg VO cada 12hs. Dieta
baja en proteínas animales, basada en proteínas
vegetales, rica en aminoácidos de cadena larga.
5.
Ingreso a lista de trasplante hepático
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 16 de diciembre de 2010, a
cargo de la
Dra. María Jimena Ortiz. |
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