¿Qué es la leptospirosis?
La leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial,
producida por una espiroqueta del género Leptospira.
Estas bacterias son muy sensibles a la acción de
agentes externos, pero en determinadas condiciones (temperatura,
humedad) pueden sobrevivir durante varios meses en el medio
ambiente.
¿Cómo se contagia?
Diversas
especies de animales domésticos y salvajes constituyen el
reservorio natural de las leptospiras. Los animales que más
afectados son los roedores, el perro y los ganados. En los
animales infectados las leptospiras colonizan el riñón, por lo
que al orinar eliminan los microorganismos contaminando todo el
medio que habitan. Las personas se contagian en forma
accidental, al entrar en contacto directo con el animal
infectado o indirectamente a través de agua o terrenos húmedos
contaminados, como arrozales, estanques, canaletas, aguas
estancadas, etc. El ingreso al organismo se produce a través de
heridas o fisuras en la piel y por las mucosas. Es excepcional
el contagio de persona a persona y a través de la leche materna.
Puede presentarse tanto en zonas rurales como urbanas, en todas
las edades y estaciones del año como consecuencia de las
características del reservorio animal.
¿Qué síntomas produce?
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Período de incubación (hasta el comienzo de los síntomas) de
2 a 26 días (un promedio de 10 días)
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Inicio súbito de fiebre,
escalofríos, dolores musculares y dolor de cabeza
(75 a 100% de los pacientes)
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Tos seca (25 a 35% de los casos)
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Náuseas, vómitos y diarrea (50% de los casos)
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Otros síntomas menos comunes incluyen dolores articulares,
dolor de huesos, dolor de garganta y dolor abdominal
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Conjuntivitis
Entre del 7 al 40% de los pacientes pueden presentar
sensibilidad muscular y agrandamiento del hígado, del bazo o de
los ganglios linfáticos, dolor de garganta, rigidez muscular,
sonidos anormales de los pulmones o erupción cutánea
¿Cómo se diagnostica?
La enfermedad se diagnostica mediante análisis de sangre
específicos, disponibles a través de los laboratorios de salud
pública.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento, a base de antibióticos como
doxiciclina,
penicilina, eritromicina u otros, es más efectivo cuando es
administrado a partir de la primera semana desde el inicio de
los síntomas y dependiendo de la gravedad, puede ser oral o
intravenoso. En algunos casos de compromiso renal es necesaria
la diálisis, pues la falla renal es la principal causa de muerte
por Leptospirosis.
La
doxiciclina
ha sido usada con éxito como
tratamiento preventivo (profiláctico).
¿Cómo se puede prevenir?
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Limitando la convivencia estrecha con los animales
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Lavándose las manos antes de comer y después del contacto
con los animales, sus productos o desechos
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Utilizando ropa y equipo de protección específico en las
personas que están en contacto con animales
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Evitando nadar en pozos, charcos y otros lugares donde se
almacene agua y los animales acostumbren meterse
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Evitando la presencia de ratas y ratones en las viviendas,
mercados, almacenes de granos y alimentos, y en restaurantes
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Consumiendo agua clorada o hervida
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Vacunando contra la leptospirosis a los animales domésticos
y de interés económico
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