Fibromialgia
¿Qué es
fibromialgia?
Fibromialgia es
un trastorno que causa dolor en los músculos, articulaciones,
ligamentos y tendones. El dolor ocurre en áreas llamadas "puntos
hipersensibles". Los puntos hipersensibles comunes son la parte
delantera de las rodillas, los codos, las articulaciones de las
caderas y alrededor del cuello.
La fibromialgia afecta hasta un 5% de la población incluyendo a
los niños. Este trastorno puede ser hereditario, lo cual
significa que afecta a varias personas en una misma familia, por
lo tanto, usted puede tener miembros de familia con síntomas
similares. Hay más mujeres que hombres que tienen fibromialgia.
¿Cuál es la causa de la
enfermedad?
Se desconoce la causa de la enfermedad y se cree que hay
múltiples factores que pueden estar implicados, entre los que se
pueden destacar: el trauma emocional o físico, cambios
hormonales, infecciones bacterianas o virales, etc. Se cree que
la fibromialgia se debe a una alteración en el equilibrio de las
sustancias químicas involucradas en la transmisión y la
percepción del dolor a nivel del sistema nervioso.
¿Cuales
son los síntomas?
Dolor
El dolor muscular general constituye el síntoma más destacado de
la fibromialgia. Por lo general ocurre por todo el cuerpo,
aunque podría comenzar en una región, como el cuello y los
hombros, y propagarse a otras áreas al cabo del tiempo.
El dolor producido por la fibromialgia ha sido descrito de
diversas formas, tales como: ardiente, mordisqueante, pulsante o
como rigidez y sensibilidad. A menudo varía según la hora del
día, el nivel de actividad, el clima, los patrones de sueño y el
estrés. La mayoría de las personas con fibromialgia dice que
siempre siente algo de dolor. Estas personas sienten el dolor
principalmente en los músculos. Para algunas personas, el dolor
puede ser bastante severo.
Aunque el resultado del examen físico general casi siempre es
normal y las personas tienen un aspecto saludable, un examen
cuidadoso de los músculos de las personas con fibromialgia,
revela zonas sensibles al tacto en lugares específicos, llamados
puntos hipersensibles. Los puntos hipersensibles son áreas del
cuerpo que resultan dolorosas cuando se ejerce presión sobre
ellas. La presencia y el patrón de estos característicos puntos
hipersensibles diferencian la fibromialgia de otras afecciones.
No todos los médicos saben cómo detectar estos puntos, pero la
mayoría de los reumatólogos puede llevar a cabo una evaluación
de puntos hipersensibles.
La gente a menudo desconoce la ubicación exacta o incluso la
presencia de muchos de estos puntos hipersensibles, hasta que un
médico lleva a cabo una evaluación de puntos hipersensibles.
Fatiga y alteraciones en el
sueño
Alrededor del 90 por ciento de las personas con fibromialgia
experimenta fatiga moderada o severa, menor resistencia al
esfuerzo, o el agotamiento típico que conllevan la gripe o la
falta de sueño. A veces la fatiga es más problemática que el
dolor.
La mayoría de las personas con fibromialgia experimenta
trastornos del sueño. Aunque puedan conciliar el sueño sin
grandes dificultades, tienen un sueño muy ligero y se despiertan
con frecuencia durante la noche. A menudo, estas personas se
levantan sintiéndose cansadas, incluso después de haber dormido
durante toda la noche. La fatiga resultante puede ir desde la
apatía y la disminución de resistencia hasta el agotamiento. El
nivel de fatiga experimentado puede variar de un día para otro.
Las investigaciones han demostrado que la perturbación del sueño
profundo altera muchas funciones críticas del cuerpo, como la
producción de hormonas necesarias para reparar el tejido
muscular, así como los niveles de sustancias que controlan la
percepción del dolor por parte de la persona. Está claro que los
problemas del sueño pueden agravar los síntomas de la
fibromialgia, por lo cual poner atención a mejorar el sueño es
parte integral del manejo de esta condición.
Síntomas del sistema nervioso
Cuando se padece de fibromialgia, los cambios de humor son
comunes. Muchos individuos se sienten tristes o decaídos, aunque
aquéllos que padecen de depresión clínica representan sólo un 25
% del total. Las personas con fibromialgia también pueden
sentirse ansiosas. Hay investigadores que creen que es posible
que exista una conexión entre la fibromialgia y algunos tipos de
depresión y ansiedad crónica. Sin embargo, cualquier persona que
padezca de una enfermedad crónica (no únicamente fibromialgia)
puede sentirse deprimida en ocasiones, al luchar contra el dolor
y la fatiga que experimenta.
Las personas que padecen de fibromialgia pueden reportar
dificultades al concentrarse o al realizar tareas mentales
sencillas. No hay evidencia que demuestre que estos problemas se
agraven con el tiempo; simplemente suelen aparecer y
desaparecer. Se han observado problemas parecidos en muchas
personas que experimentan cambios de humor, alteraciones del
sueño u otras enfermedades crónicas.
Otros problemas
Los dolores de cabeza, sobre todo los musculares (de tensión) y
las migrañas, son síntomas comunes de la fibromialgia. Los
dolores abdominales, la distensión y la oscilación entre
estreñimiento y diarrea (llamada síndrome de intestino irritable
o “colon inestable”) también son comunes. Los espasmos y la
irritabilidad de la vejiga podrían causar urgencia o frecuencia
urinaria.
Algunos estudios sobre la fibromialgia sugieren que se pueden
asociar otros problemas con esta dolencia, tales como calambres,
mareos y dolor en la articulación temporomaxilar, que une la
mandíbula inferior al cráneo en ambos lados del rostro.
En algunas personas, la piel puede cambiar de color
temporalmente, debido a la sensibilidad circulatoria a la
temperatura y la humedad. Pueden sentir cosquilleo o
entumecimiento en las manos, brazos, pies, piernas o rostro.
¿Como
se realiza el diagnóstico?
Para
un diagnóstico de fibromialgia, usted debe haber tenido por lo
menos tres meses de dolor generalizado, además de dolor y
sensibilidad en por lo menos 11 de 18 áreas, entre ellas:
-
Brazos (codos)
-
Nalgas
-
Tórax
-
Rodillas
-
Región lumbar
-
Cuello
-
Caja torácica
-
Hombros
-
Muslos
Los
exámenes de orina y sangre generalmente son normales; sin
embargo, se pueden hacer exámenes para descartar otras
afecciones que puedan provocar síntomas similares.
¿Cómo
se trata?
En el momento
actual no hay un tratamiento curativo para la fibromialgia, pero
sí muchas medidas que alivian los síntomas y mejoran la calidad
de vida.
-
El calor
alivia el dolor:
por ello son recomendables los baños y duchas calientes, la
aplicación de duchas de agua caliente en las zonas
dolorosas, la aplicación de calor local mediante lámparas de
calor, almohadas o mantas eléctricas y compresas calientes.
Los masajes e hidromasajes suaves mejoran los cuadros
dolorosos.
-
Mantener
unos buenos patrones de sueño, con horarios estables:
tiene un efecto muy positivo, realizar paseos o ejercicio
ligero por las tardes, tomar infusiones calientes antes de
acostarse, cenas ligeras. Evitar por las tarde y noches
bebidas excitantes (café, bebidas alcohólicas) o comidas
copiosas o muy especiadas. Deben evitarse situaciones
estresantes. Hacer ejercicios de respiración y de
relajación. Si bien hay momentos en los que los cuadros
dolorosos dificultan el mantener la actividad social
habitual, es muy importante mantenerla en la medida de lo
posible, evitando el aislamiento social y el reposo excesivo
que pueden aumentar la depresión.
-
Hacer
ejercicio físico y mantener un tono muscular adecuado:
de todas las medidas recomendadas en el tratamiento de la
fibromialgia, son sin duda las más eficaces a largo plazo.
Se aconseja realizar ejercicio físico aeróbico poco intenso,
como la natación, ejercicios en el agua o bicicleta estática
a velocidad e intensidad controladas. Al comenzar a realizar
ejercicio puede producirse un poco de dolor muscular. Si el
dolor es intenso es indicativo de que se ha realizado un
esfuerzo físico excesivo y deberá disminuir la frecuencia o
intensidad. Progresivamente aparecerá el efecto beneficioso
del ejercicio físico y mejorará el estado general,
disminuyendo el dolor y aumentando la resistencia al
ejercicio y al esfuerzo físico. Puede iniciarse con
ejercicio poco intenso durante 3-5 minutos, a días alternos
e ir aumentando un minuto cada día. Si aparece dolor,
reduzca la intensidad y el tiempo hasta niveles no doloroso
y vuelva a aumentarlos progresivamente. El tiempo de
ejercicio a alcanzar es de 60 minutos 3-4 veces a la semana.
Una vez alcanzado, realice ejercicios aeróbicos de mayor
intensidad, como caminar, correr o jugar al tenis. Se
recomienda mantenerse tan activo como sea posible, evitando
la sobreactividad o exceso de ejercicio puntual que pueden
provocar un exceso de cansancio o dolor durante varios días.
-
En
algunas personas la terapia de apoyo psicológico tiene
buenos resultados:
es muy importante conocer la enfermedad y los síntomas de
cada caso, aprender a identificarlos y controlarlos,
manteniendo una actitud positiva. Puede ponerse en contacto
con asociaciones de pacientes de fibromialgia que pueden
ayudarle y orientarle. Es también importante que las
personas que conviven con el paciente conozcan la enfermedad
y colaboren, facilitando el mantenimiento del ritmo de vida,
de la actividad social, la realización de ejercicio físico o
el control de la dieta alimenticia.
-
Tratamiento farmacológico:
existen diversos medicamentos que pueden ayudar a mejorar
algunos síntomas. Siempre deben de seguirse las indicaciones
del médico y evitar la automedicación. Los efectos
beneficiosos son evidentes al cabo de unos meses de
tratamiento. Entre estos medicamentos se encuentran algunos
antiinflamatorios, relajantes musculares, antidepresivos y
ansiolíticos.
-
Otras
medidas:
evitar las sobrecargas musculares, al transportar o mover
cargas pesadas, el sobrepeso y el esfuerzo físico intenso.
Mantenga el peso adecuado con una dieta alimenticia
equilibrada, rica en vitaminas y minerales, con bajo
contenido en especias y alimentos o bebidas excitantes
(café, alcohol) y bien distribuida en las cuatro comidas del
día, especialmente cuidando las cenas ligeras. Reducir el
estrés, mantener un ritmo de vida estable y facilitar el
sueño.
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