¿Cuándo se decidió a escribir Médico Interno?
¿Ocurrió alguna circunstnacia en particular que
lo motivó?
Me inspiró la realidad cotidiana. Vivía una
situación puntual, iba y lo escribía. Así
recolecté estos puntos. Hay mucho de
autocrítica.
¿Le parece que la personalidad y el carácter de
cada médico en particular pueden influir en cada
uno de los puntos? ¿Se puede hacer algo para
modificar positivamente esto?
Claro que sí. Pero la lucha está en sacar lo
mejor de uno mismo ante el paciente, aunque nos
cueste horrores.
Creo que la relación médico-paciente y
médico-médico tiene mucho de innato, qué piensa
al respecto.
Hay algo innato, hay mucho aprendido y hay mucho
ambiental. Si todo conspira contra la serenidad
del médico, la relación médico-paciente y
médico-médico se pervierte.
¿Cree que queden pocos o ningunos maestros en la
Medicina actualmente como lo refiere en uno de
sus puntos?
Creo que los maestros son una especie en
extinción. Hoy la tecnología hace que el acceso
a la información sea muy fácil. El rol de los
nuevos maestros debería ser enseñarnos a elegir
bien la información y a no tragarnos ningún
sapo.
¿Cómo cree que los médicos podríamos hacer
surgir o resurgir a ese médico interno?
Proponiéndose a diario entender que enfrente
tiene un todo, un alma doliente que pide antes
que fármacos y estudios, una oreja y un corazón
en sintonía.
¿Qué mensaje desea transmitirnos a través de su
obra a los médicos?
Que vale la pena ser médico y que un abrazo
desacartonado con un paciente equivale a dos
cajas de clonazepam.