Discusión del
caso clínico
Dr. Martín Ferrado
A modo de resumen el paciente que voy a analizar es un
varón de 68 años, que consulta por un cuadro de aumento
de su disnea habitual haciéndose de reposo, tos con
expectoración mucosa, fiebre y dolor en puntada de
costado. Presenta una amplia lista de antecedentes,
entre los cuales se encuentran: enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia cardíaca
congestiva (ICC), aleteo auricular (AA), Chagas
positivo, internaciones previas por neumonía aguda de la
comunidad (NAC), ex tabaquista. Entre los estudios
complementarios presenta una tomografía de tórax (TAC)
sin contraste que informa: cardiomegalia; gran
aumento de arteria pulmonar (tanto del tronco como sus
ramas), aumento de ambos hilios de etiología vascular;
opacidades pulmonares en relación al lóbulo pulmonar
medio derecho con áreas en vidrio esmerilado; signos de
enfisema, área de consolidación de bordes mal definidos
con broncograma aéreo, en campo medio derecho. También
presenta un ecocardiograma con dilatación severa de
cavidades derechas, fracción de eyección de 60%; con un
estudio previo que informa presión sistólica de arteria
pulmonar: 85 mmHg. Otro antecedente de importancia,
muchas veces subestimado, es el tratamiento
farmacológico que venía recibiendo con amiodarona y
bloqueantes cálcicos.
Teniendo en cuenta lo comentado, siendo que ya en el
2004 en una internación previa por NAC, una TAC
realizada en ese momento mostraba áreas en vidrio
esmerilado, creo que el enfoque sindrómico más apropiado
en base a los posibles diagnósticos diferenciales es el
de neumonías de lenta resolución (NLR). El
otro problema que se vislumbra en este paciente es su
severa hipertensión pulmonar.
La NLR
es
definida en la mayoría de los trabajos como la
persistencia de síntomas, hallazgos de laboratorio o
anormalidades radiográficas, a pesar del tratamiento,
más allá de lo esperado de acuerdo a la edad, factores
predisponentes, severidad de la neumonía o agentes
causales más probables. La mayoría de los estudios se
focalizan en la radiografía de tórax, considerando lenta
resolución como la persistencia de las anormalidades
radiográficas más halla del mes, en un huésped que ha
mejorado clínicamente. Los cuadros infecciosos que así
se comportan se deben habitualmente a: la propia
evolución natural, patógenos resistentes,
microorganismos no habituales (por ende no tratados
empíricamente), factores dependientes del hospedero y
complicaciones.
Dentro de las causas bacterianas de neumonía de lenta
resolución, la causa más frecuente es la neumonía
neumocócica. Se ha descripto que hasta un 6% de
los pacientes presentan fiebre hasta el 20º día. Son
factores de riesgo las formas severas, agentes
resistentes y la enfermedad multilobar. Otros como la
edad avanzada, la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica y el alcoholismo, presentes en este caso, se
asocian con un retraso en la resolución radiográfica. La
mejoría radiológica se presenta en 1 a 3 meses en casos
sin bacteriemia y en 3 a 5 meses cuando ésta está
presente. A pesar de que hubo evidencia de mejoría
clínico-radiológica con el tratamiento antibiótico, creo
que no explica la totalidad de las imágenes, su
heterogeneidad, ni las episódicas NAC que presentó en
estos 3 años. De todas maneras, no la puedo descartar
como causa del cuadro que sufre actualmente, teniendo en
cuenta la predisposición que tiene este paciente.
Un diagnóstico que resulta tentador ante un cuadro de
estas características, teniendo en cuenta que nunca se
realizó tratamiento para la misma y, por sobre todo, por
la alta incidencia en nuestro medio, es la
tuberculosis. La descripción típica en pacientes
sin HIV habla del compromiso de campos medios y
superiores. En ocasiones puede presentar una destrucción
pulmonar extensa, generalmente como resultado de años de
reactivación crónica. Suele presentarse con el síndrome
de impregnación característico y en la radiografía,
además de las conocidas cavernas, puede verse fibrosis
pulmonar y niveles hidroaéreos. El diagnóstico de esta
forma de presentación es por broncofibroscopía más
lavado bronquiolo-alveolar y eventual biopsia
transbronquial. Si bien, hubiera sido más definitiva la
obtención de material de biopsia para confirmar o
descartar el diagnóstico; no presenta el mencionado
síndrome de impregnación, tiene una velocidad de
ertirosedimentación (VES) normal y considero que el
compromiso imagenológico no se explica exclusivamente
por esta enfermedad. Por lo tanto pienso que es un
diagnóstico alejado.
En el capítulo de las NLR, entran varias enfermedades no
infecciosas cuya presentación puede ser confundida con
una neumonía, entre estas voy a referirme a las que
opino que son más probables.
Las neoplasias pueden originar cuadros
clínicos compatibles con neumonías de lenta resolución
por dos mecanismos: A- por
compromiso endobronqueal (con neumonía
post-obstructiva), este es el caso de:
-carcinomas broncogénicos:
se presentan de esta manera hasta en un 8% de los casos,
principalmente cuando se trata de tumores centrales.
También puede ser por compresión extrínseca.
-tumor carcinoide:
habitualmente en personas jóvenes, no fumadoras. Se ha
relacionado a numerosos síndromes paraneoplásicos,
aunque no siempre están presentes. La TAC puede mostrar
que el tumor tiene bordes loculados o irregulares con
calcificaciones puntiformes o excéntricas, generalmente
refuerzan marcadamente al contraste por la naturaleza
vascular del tumor. Puede presentar ganglios
madiastinales aumentados de tamaño por mtts tumorales o
bien por neumonía posobstructiva. El diagnóstico se
confirma con biopsia por broncoscopía.
B-por
un proceso infiltrativo parenquimatoso: En este punto
entran en consideración:
-carcinoma bronquioloalveolar:
es una variedad de adenocarcinoma de pulmón, de
localización principalmente periférica y de evolución
muy lenta. Aproximadamente 1/3 de los pacientes no son
fumadores. Puede presentarse como un infiltrado focal
con broncograma aéreo. El diagnóstico es por
punción-biopsia o biopsia quirúrgica.
Teniendo en cuenta la
evolución del paciente en estos 3 años junto a VES
normal y la ausencia de síntomas constitucionales,
considero esta etiología alejada. Igualmente quiero
destacar que no disponemos de ningún método que nos
descarte definitivamente estas causas.
Otro grupo importante de patologías que comprometen al
pulmón y pueden confundirse clínica y radiológicamente
con una neumonía son las enfermedades inmunológicas.
Entre estas la que deberíamos tener en cuenta es la
granulomatosis de Wegener. Ésta enfermedad
granulomatosa, sistémica, rara vez compromete al pulmón
sin manifestaciones en vías aéreas superiores y
alteraciones renales. Es más frecuente en varones
alrededor de 40 años de edad y la presentación típica es
con rinorrea, descarga nasal, úlceras orales/nasales,
sinusitis. Suelen acompañarse de fiebre y marcada
elevación de VES. En la radiografía de tórax se observan
nódulos que pueden cavitarse, opacidades alveolares
difusas, patrón en panal de abejas, infiltrados
reticulonodulares. El cuadro clínico-imagenológico no
condice completamente con el del paciente, sumado a que
no presenta
afección de vía aérea superior ni renal, con VES normal,
no pertenece al rango etario y no se observan nódulos,
opino que es poco probable. Si bien no me parece
necesario solicitarlo, un ANCA-C descartaría
definitivamente este diagnóstico.
Un gran capítulo de clasificación cambiante y
controversial que pueden estar involucradas en este
diagnóstico diferencial son las enfermedades
inflamatorias intersticiales. Debemos tener en cuenta
que el diagnóstico diferencial entre estas se lleva a
cabo principalmente por la histopatología, que no
disponemos en este caso, y que muchas veces ni siquiera
ésta nos provee una certeza diagnóstica.
-Neumonía intersticial aguda (síndrome de Hamman-Rich):
idiopática y fulminante, se presenta clínicamente como
un síndrome de distrés respiratorio del adulto.
Típicamente se observan infiltrados difusos, algodonosos
bilaterales y simétricos en la readiografía de tórax,
que tienen su correlato en las opacidades en vidrio
esmerilado observadas en la TAC. No es un cuadro
compatible con este paciente.
-Neumonía intersticial usual (NIU)
o clásicamente fibrosis pulmonar idiopática: de
evolución crónica, con compromiso bilateral y a menudo
irreversible. Dos veces más común en el hombre. En la
espirometría se constata un patrón restrictivo. La Rx
opacidades pulmonares difusas con volúmenes pulmonares
disminuidos mientras que en la TAC se observa un
infiltrado reticulonodular a predominio periférico y
bibasal, con cambios en panal de abejas, quistes y
bronquiectasias, en los que se evidencian pulmones muy
pequeños. Este cuadro es de mal pronóstico, con una alta
mortalidad a dos años del diagnóstico y escasa respuesta
al tratamiento con corticoides. El hallazgo histológico
característico es la heterogeneidad de las
lesiones. Puede presentarse con exacerbaciones. Si bien
tenemos algunas cosas a favor de esta entidad el pronóstico
que presenta a 2 años, la ausencia de panalización, los
volúmenes pulmonares normales y la localización del
proceso, lo considero improbable.
-Neumonía intersticial no específica (NSIP):
se presenta en forma subaguda, ocasionalmente con
fiebre. En la TAC se observan opacidades en vidrio
esmerilado y consolidación, siendo raro el patrón en
panal de abejas. Histológicamente se observa una
homogeneidad de las lesiones. Es de mejor pronóstico que
la NIU, con clara mejoría con los corticoides y una tasa
de mortalidad de 10%. Los hallazgos histológicos son
variables. La presencia de fiebre, la falta de estudios
confirmatorios y que descarten otros procesos, sumados a
un patrón imagenológico que no es el más compatible
hacen que este diagnóstico no sea el que estimo más
probable.
-Neumonía intersticial descamativa:
fuertemente vinculada al hábito tabáquico, se presenta
principalmente entre la cuarta y quinta décadas de vida.
En la espirometría observamos una leve reducción del
volumen pulmonar. El 20% de las radiografías no
evidencian alteraciones, mientras que en la TAC se
observan opacidades en vidrio esmerilado. Es una de las
de mejor pronóstico, mostrando buena respuesta al
tratamiento con corticoides y a la suspensión del
cigarrillo. Si bien el paciente es un ex tabaquista, el
compromiso pulmonar avanzado evidenciado en la TAC es
excesivo para los hallazgos habituales de esta
patología. Sólo debe diagnosticarse cuando otras formas
de enfermedad intersticial pulmonar ha sido descartada.
-Bronquiolitis asociada con enfermedad pulmonar
intersticial:
Clínica inespecífica. Cuarta a quinta década.
Principalmente en varones y fumadores. La radiografía
muestra patrón reticular o reticulonodular bibasal. No
presenta panalización y la fibrosis es leve. Sólo debe
diagnosticarse cuando otras formas de enfermedad
intersticial pulmonar ha sido descartada. Esto último
agregado al patrón radiológico y la edad del paciente,
lo alejan.
-Bronquiolitis obliterante con neumonía organizada
(BOOP):
esta entidad histopatológica representa la vía final
común de muchas injurias pulmonares, entre ellas las
infecciones, tumores, colagenopatías, drogas (como la
amiodarona), reacciones post-transplante y otras. No
obstante, en la mayoría de los casos no se encuentra una
etiología; se habla entonces de BOOP idiopático o
neumonía organizada criptogenética. En esta
forma predominan los hallazgos de neumonía por sobre la
alteración de la vía aérea. Se presenta en la 5º a 6º
década. Sin predominio de sexos. El tabaquismo no es un
factor precipitante. Consiste en pólipos de tejido de
granulación que crecen en la luz de bronquíolos
terminales, respiratorios y que comprometen la luz
alveolar. Es de inicio insidioso, puede hacerlo con un
cuadro pseudogripal, tos no productiva y exacerbación de
la disnea. Presenta infiltrados radiológicos parcheados,
distribución periférica, a menudo bilaterales,
generalmente con volúmenes pulmonares normales. Las
opacidades pulmonares recurrentes o migratorias se
observan en más de la mitad de los pacientes. Los
infiltrados nodulares son raros. Panalización y cambios
fibróticos severos son inusuales al momento del
diagnóstico. La TAC muestra áreas de consolidación
parcheada, vidrio esmerilado, opacidades nodulares
pequeñas y bronquios dilatados con adelgazamiento
parietal. Para el diagnóstico se sugiere biopsia
pulmonar a cielo abierto o toracoscopía. El tratamiento
recomendado es prednisona 1-1,5 mg/kg/día 4-8 semanas.
El cuadro clínico y laboratorio general compatible, con
imágenes que condicen con los hallazgos más
frecuentemente encontrados hacen pensar en esta
posibilidad. El antecedente del consumo de amiodarona
nos hacen pensar en la variante secundaria de esta
entidad como más probable por sobre la idiopática. Por
lo tanto creo oportuno realizar una consideración sobre
la toxicidad pulmonar por amiodarona.
Se observa aproximadamente en el 5% de los casos.
Generalmente ocurre muchos meses a años después de su
inicio. Son muchas las formas de compromiso pulmonar por
amiodarona. Podemos citar la neumonitis intersticial,
nódulo pulmonar solitario, síndrome de distress
respiratorio del adulto y neumonía organizada: con o sin
bronquiolitis obliterante (BOOP). Esta última suele
presentarse con dolor pleurítico, tos, fiebre, disnea,
opacidades alveolares parcheadas. Los mecanismos
involucrados son poco claros. Existen hipótesis que
proponen tanto la injuria tóxica directa como una
reacción inmunológica indirecta. Siendo favorecido por
cierta susceptibilidad genética. Como factores de riesgo
se describen dosis > 400 mg/día por más de 2 meses
(dosis acumulada), la edad avanzada y enfermedad
pulmonar preexistente. En lo que respecta al diagnóstico
es por exclusión. Los métodos por imágenes muestran
patrón intersticial focal o difuso, alveolar o mixto.
Pueden ser migratorios. Derrame pleural muy raro. El
lavado bronquiolo alveolar (BAL) puede ser útil,
visualizándose macrófagos espumosos, alveolitis
neutrofílica, contenido de fosfolípidos. La biopsia
transbronquial es necesaria principalmente para
descartar otros procesos. El tratamiento consiste en
suspender la droga y administrar prednisona 40-60 mg día
por 2-6 meses.
El otro punto importante que deseo tratar, es la
hipertensión pulmonar (HP), definida como la
presión media en la arteria pulmonar > de 25 mmHg en
reposo y de 30 mmHg en ejercicio. Entre las causas más
probables que pueden haber llevado al paciente a la HP,
se encuentran la EPOC, la hipoxemia y la enfermedad
intersticial que postulo que puede tener. Un estudio
reporta una sobrevida de 10% a 5 años en EPOC con HP >
45 mmHg y > 90% en aquellos con < de 25mmHg. La ICC y
la miocardiopatía dilatada, presentes en este caso,
son causas comunes de HP. Por último, la enfermedad
tromboembólica crónica puede causar HP severa en un
pequeño grupo de pacientes. Debido a que no tenemos
estudios que proporciones un adecuado examen vascular,
no podemos descartar definitivamente esta causa. Para el
diagnóstico es necesaria la realización de un
ecocardiograma doppler, que permite estimar la presión
sistólica en la arteria pulmonar. La otra alternativa es
la cateterización cardiaca derecha, útil para confirmar
el diagnóstico y para la realización del test de
hiperreactividad. Puede plantearse la realización de un
centellograma ventilación-perfusión si existen sospechas
de tromboembolismo.
Es esencial establecer la capacidad funcional basal, la
presión sistólica de la arteria pulmonar y la función
ventricular derecha (que pueden ser estimadas por
ECO-doppler) antes de iniciar el tratamiento para
evaluar la respuesta al mismo. La terapia primaria se
refiere al tratamiento de la patología de base, y consta
de ejercicio, diuréticos, oxigenoterapia, etc. La
terapia avanzada se refiere a la administración de
agentes que promuevan la vasodilatación con impacto en
el crecimiento y remodelación vascular. Estos agentes
incluyen los prostanoides (ej: epoprostenol),
antagonistas de los receptores de endotelinas (ej:
bosentan) y los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo
5. (ej: sildenafil). De cualquier manera antes de
indicar terapia avanzada, debe realizarse el test de
hiperreactividad. Si resulta positivo estarían indicados
bloqueantes cálcicos, en caso negativo alguna de las
pertenecientes a la terapia avanzada.
Como conclusión, creo que estamos ante un paciente de
difícil manejo y diagnóstico incierto; al menos a la luz
de los estudios con los que contamos. En cuanto al
cuadro que motiva la consulta, opino que es compatible
con una intercurrencia infecciosa (NAC, exacerbación de
EPOC) debido a la mejoría clínica, de laboratorio y
parcialmente de las imágenes con el tratamiento ATB. Más
haya del cuadro actual, considero que esto no explica la
totalidad de las imágenes. De las causas expuestas, el
BOOP secundario a amiodarona me parece una posibilidad.
Propongo suspender la amiodarona, reemplazándola por
betabloqueadores. La realización de un ECOdoppler,
ejercicio y test de los 6 min, son importantes para
establecer la capacidad funcional del paciente. Otro
punto del tratamiento incluye el inicio de la
anticoagulación. El cateterismo cardíaco es un método
invasivo que nos permite evaluar la presión en la
arteria pulmonar, como también realizar test de
reactividad. No creo que sea necesario en este momento,
pero un centellograma o una angiografía nos permitirían
descartar un posible TEP crónico.
En cuanto a la necesidad de la biopsia, que comenté,
debemos ser precavidos en este sentido. Debido a la gran
dilatación vascular del árbol de la pulmonar, no estaría
indicado realizar una punción percutánea, sino que la
misma debería ser por toracoscopía o a cielo abierto. No
considero imprescindible la realización de la misma y
teniendo en cuenta que la mayoría de las causas que he
planteados son tratadas con corticoides, comenzaría
tratamiento con prednisona a dosis inmunosupresoras y
prolongaría la terapia ATB.
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