Discusión del
caso clínico
Dra. Mariana Cárcano
Se discute el
caso clínico de una mujer de 46 años con antecedente de
carcinoma folicular de tiroides hace 12 años por lo cual
se le realizó tiroidectomía total y se encuentra en
tratamiento con levotiroxina 300ug/día.
La misma presenta desde el año 2003 la aparición de
múltiples masas de lento crecimiento, nódulos
pulmonares, tumor renal bilateral, masa ocupante de
espacio (MOE) a nivel hepático, de pelvis y crecimiento
de una masa en pared dorsal derecha de dos años de
evolución, conservando un performans status I
En el contexto de la presencia de estas múltiples masas
podríamos decir que estamos ante la presencia de
Metástasis múltiples de primario desconocido
• Comprende entre el 5 al 15% de los enfermos con
entidades oncológicas
• El tumor primario se diagnostica solamente en el 15 a
20% de los casos
Ante el diagnóstico basal presuntivo de cáncer primario
desconocido, los objetivos de cualquier estrategia
diagnóstica deberán ser los siguientes:
1. Establecer el tipo histopatológico de la metástasis
2. Evaluar el sitio o territorio primario donde se
originó el tumor metastásico
3. Explorar los sitios habituales de metástasis: hígado,
pulmón y nódulos linfáticos
4. Analizar las manifestaciones clínicas del tumor y/o
signo-sintomatología constitucional presente
En lo posible la estrategia diagnóstica inicial debe ser
limitada y conservadora, se deben explorar únicamente
las regiones que generan sintomatología y efectuar
exámenes basales, comunes a todos los enfermos
portadores del síndrome.
Existen 5 subtipos histológicos:
- Adenocarcinomas (70%)
- Carcinoma pobremente diferenciado (15-20%)
- Neoplasia pobremente diferenciada (5%)
- Carcinoma de células escamosas
- Carcinoma neuroendócrino
A través de la inmunopatología o inmunohistoquímica,
microscopia electrónica, exámenes citogenéticas y en
base a rasgos clínicos es factible la identificación de
estos subgrupos o síndromes de cáncer desconocido.
La rutina diagnóstica inicial incluye:
1. Revisión del material patológico (determinación o
confirmación del tipo histopatológico del tumor de
origen)
2. Historia clínica: examen físico completo, incluyendo
examen mamario, pelviano y rectal
3. Test de sangre oculta en materia fecal
4. Radiografía de tórax
5. Test bioquímicos completos (marcadores biológicos
tumorales CA125 o CA15,3 en mujeres, AFP y ß GCH en
hombres y mujeres, PSA en hombres)
6. Tomografía computada de abdomen y pelvis
7. Mamografía en mujeres
Dentro de las posibilidades diagnósticas analizaremos
primariamente las Masas renales bilaterales. Entre los
diagnósticos diferenciales podemos nombrar:
Carcinoma de células renales: células claras (60%),
papilar (5 a 15%), cromófobos (5 a 10%), de conductos
colectores (<1%)
Otros tumores: Cáncer de células transicionales,
sarcoma, linfoma, tumor de Wilms, metástasis
Neoplasias benignas: Angiomiolipoma, oncocitoma
Inflamatorias: pielonefritis xantogranulomatosa,
abscesos
Carcinoma de células renales:
La incidencia ha ido aumentando, un 2% por año en los
últimos 30 años, debido a la mejoría de las técnicas
diagnósticas principalmente en etapas más tempranas. Un
70% de los tumores se los descubre como incidentalomas.
Es más frecuente en el hombre y se presenta alrededor de
los 50 y 70 años. Dentro de los factores de riesgo
podemos mencionar principalmente al tabaquismo, la
obesidad, también la exposición al petróleo, metales
pesados, asbesto y el antecedente de enfermedad
poliquística.
Suelen ser esporádicos, pero existen formas hereditarias
como por ejemplo la enfermedad de Von Hippel Lindau.
El compromiso bilateral es del 5%, más frecuente en
variedad papilar. La sobrevida a los 5 años es de 50 –
60%.
Dentro de los Tumores renales mencionaremos también las
metástasis, las cuales a menudo son múltiples y
bilaterales, usualmente existen en el momento del
diagnóstico metástasis en otros sitios.
Principalmente son de pulmón, mama, estómago, melanoma,
tiroides o riñón contralateral.
Considerar que una masa única renal ante tumor primario
conocido es más frecuente que sea un carcinoma renal
sincrónico, que una metástasis renal.
Ante la presencia de grandes masas y el compromiso de
partes blandas analizaremos las neoplasias
mesenquimatosas:
Representan el 0,7% de los tumores malignos. Se originan
en hueso y en tejidos blandos. Son más frecuentes en
niños. El 60% de los tumores se localiza en miembros
(tres veces más frecuente en miembros inferiores) Puede
existir predisposición familiar.
La manifestación más frecuente es la aparición de una
tumoración asintomática. Aunque también se pueden
presentar con síntomas mecánicos dado que tienen
crecimiento local, infiltrando tejidos y estructuras
adyacentes. Raramente atraviesan fascia y hueso. El
compromiso linfático se presenta en un 6% de los casos y
principalmente en los de alto grado de malignidad.
Las metástasis a distancia son infrecuentes, menos del
7%, las mismas se desarrollan en forma tardía,
principalmente a pulmón (70 – 80 %).
Liposarcoma mixoide puede además presentar metástasis
extrapulmonares (retroperitoneo y tejidos blandos
paraespinales)
De acuerdo al comportamiento biológico los mismos pueden
ser:
Benignos: recurren locamente, requiriendo escisiones
repetidas. No son destructivos.
Intermedio: recurren localmente, son localmente
agresivos, no generan metástasis.
Maligno: tienen un crecimiento destructivo local,
recurren y pueden desarrollar metástasis.
El Pronóstico depende del subtipo histológico, grado de
diferenciación, tamaño, sitio anatómico, factores
genéticos.
Dentro de los mismos solo haremos referencia al Sarcoma
1º Renal.
Representa el 1% de los tumores renales. El más común es
el leiomisarcoma .Surge de la cápsula renal y tiene un
crecimiento exofítico desplazando y comprimiendo el
parénquima renal y estructuras adyacentes.
Se presenta como grandes masas heterogéneas con áreas de
necrosis, no invade vena renal ni cava inferior.
Teniendo la paciente el antecedente de enfermedad
tiroidea, no podemos dejar de mencionar los carcinomas
diferenciados de tiroides y evaluar si puede llegar a
existir una correlación entre el carcinoma folicular de
tiroides y la aparición 8 – 9 años después de masas
tumorales o si estamos ante la presencia de otro tumor
primario como pueden ser el de células renales o un
sarcoma.
El carcinoma diferenciado de tiroides es la neoplasia
maligna más frecuente del sistema endocrino, derivado
del epitelio folicular.
Su incidencia aumenta con la edad, es más frecuente en
mujeres, de peor pronóstico en menores de 20 años y
mayores de 65 y en hombres.
La exposición a radiaciones aumenta el riego de
desarrollar nódulos malignos y benignos.
Ante una neoplasia folicular la distinción entre
malignidad o benignidad se realiza en función a la
invasión de la cápsula, vasos, nervios o estructuras
adyacentes.
Existen dos tipos histológicos:
- Papilar (70-90%)
- Folicular
El carcinoma folicular es más frecuente en regiones con
déficit de iodo. Tiene mal pronóstico en mayores de 50
años y cuando es mayor de 4 cm.
La supresión hormonal de la TSH disminuiría la
morbimortalidad y aumentaría la sobrevida libre de
recaídas. Entonces el pilar fundamental es mantener el
nivel de TSH lo más bajo posible sin someter al paciente
a los efectos secundarios del tratamiento hormonal. En
pacientes con bajo riesgo de recidiva valores de TSH
0,1- 0,5 UI/l y en pacientes con alto riesgo supresión
total.
• La sobrevida a los 10 años es de 80 a 95%
• La recurrencia local es del 5 al 20%
• Las metástasis a distancia se presentan en un 10 a
15%. Las metástasis a pulmón se presentan principalmente
en paciente jóvenes con Carcinoma papilar y las
metástasis a hueso en pacientes de mayor edad y con
Carcinoma folicular
Las metástasis son menos frecuentes en cerebro, piel e
hígado.
En pacientes sin tejido tiroideo remanente el
seguimiento a largo plazo sería con: examen clínico,
determinación de TSH, T4 libre, y tiroglobulina sérica y
ante la evidencia de recurrencia o recidiva realización
de una gammagrafía con iodo radiomarcado.
Metástasis captantes de Iodo tienen mejor pronóstico
(tratamiento con Iodo radioactivo)
Metástasis no captantes se pueden detectar con PET
scan con FDG
Por último no podemos olvidar de mencionar en una
paciente mujer, joven, las neoplasias ginecológicas, que
parecen alejadas en este caso.
Como conducta deberíamos esperar el resultado de la
biopsia de la masa paraespinal derecha y de no llegar a
diagnóstico realizar biopsia de masa renal.
Y ante la sospecha de metástasis de carcinoma folicular,
realizar la determinación de tiroglobulina sérica y
posteriormente de ser necesario gammagrafía con yodo
radiomarcado.
Cómo dato a tener en cuenta, dentro de la bibliografía
figuran casos aislados de carcinoma folicular de
tiroides que debutan con metástasis varios años después.
Bibliografía:
1) Sherman, S. “Overview of the management of
differentiated thyroid cancer”. En: Up To Date, Rose,
BD(Ed), Up To Date, 2007
2) DeLaney, T, Savarese, D. “Overview of soft tissue
sarcoma”. En: Up To Date, Rose, BD(Ed), Up To Date, 2007
3) Atkins, M. “Evaluation of a solid renal mass”. En: Up
To Date, Rose, BD(Ed), Up To Date, 2007
4) Zhang, J; Lefkowitz R; Bach, A. “Imaging of Kidney
Cancer”. Radiol Clin N Am. 2007; 45: 119–147
5) Moudouni, S; Rioux-Leclerq, N, et al.”Follicular
carcinoma of the thyroid metastasis to the kidney nine
years after resection of the primary tumor”. Ann Urol
2002 ; 36 : 36-37
6) Tur, G ; Asanuma, Y ; Sato, T ; et al. ”Resection of
metastatic thyroid carcinomas to the liver and the
kidney: report of a case”. Surg Today.1994;24(9):844-8
7) Moudouni S, En-Nia I, Rioux-Leclerc N. “Renal
metastasis of thyroid carcinoma” Prog Urol. 2001;
11(4):670-2.
8) Mazzaferri, E; Kloos, R. “Current Approaches to
Primary Therapy for Papillary and Follicular Thyroid
Cancer”. JCEM. 2001; 86:1447-1463
9) Regojo Balboa, JM; Sánchez Zalabardo, D; Rioja Zuazu,
J; et al. “Masa renal asintomática como primera
manifestación de carcinoma folicular de tiroides”. Actas
Urol Esp.2004; 28 (4): 308-310.
|
|
|