Discusión del caso
clínico
Dr. Gastón Chiganer
SÍNDROME DE MALA ABSORCIÓN:
Trastorno en la captación, transporte
y digestión intraluminal de nutrientes que impiden su
absorción. Intervienen tres fases:
-
Fase luminal: actúan las enzimas
biliares y pancreáticas
-
Fase mucosa: se absorben los
nutrientes por los enterocitos
-
Fase de transporte: por medio de la
circulación vascular o linfática
LINFOMA INTESTINAL:
Los
linfomas no Hodgkin primarios gastrointestinales son un
grupo heterogéneo de neoplasias malignas de las células
linfáticas T y B. Se diferencian de los originados en los
ganglios en que estos casi siempre están diseminados al
momento del diagnóstico, con frecuente compromiso de la
médula ósea, que responden al tratamiento pero recurren
continuamente. En el otro extremo se sitúan los linfomas
de células B extranodales de las zonas marginales de
tejido linfoide asociado a mucosa (MALT) que se presentan
en personas mayores, generalmente localizado al momento
del diagnóstico y una sobrevida libre de enfermedad, e
incluso la curación son posibles.
Para ser considerados primarios de intestino deben
cumplir los siguientes requisitos: a) ausencia de ganglios
palpables; b) ausencia de linfadenopatía mediastínica en
la radiografía de tórax; c) extendido de sangre periférica
normal; d) afección exclusiva de intestino y ganglios
linfáticos regionales en la laparotomía; e) hígado y bazo
no afectados, a excepción del compromiso por contigüidad.
Existen distintas entidades dentro de los linfomas
primarios que incluyen:
·
Linfoma
asociado a mucosa
(MALT): más frecuente en estómago e intestino delgado
distal, produce una lesión linfoepitelial formada por
invasión de la mucosa por células semejantes a los
centrocitos.
·
Poliposis linfomatosa
·
Linfomas de células T asociados a enteropatía:
presentan atrofia vellositaria, plasmocitosis de la lámina
propia e incremento de linfocitos intraepiteliales. Se
diagnostica en el 5-7 % de las celiaquías.
·
Enfermedad inmunoproliferativa del intestino
“linfoma mediterráneo”: afecta en forma difusa el
intestino delgado, fundamentalmente el duodeno y yeyuno,
invadiendo la lámina propia. Se caracteriza por la
producción de una paraproteína de cadenas pesadas alfa y
está relacionada con pobres condiciones sanitarias e
infección por parásitos.
CONDICIONES PREDISPONENTES:
·
Enfermedades autoinmunes
·
Síndrome de inmunodeficiencia
·
Tratamiento inmunosupresor
·
Enfermedad de Crohn
·
Enfermedad celíaca
·
Radioterapia
·
Hiperplasia nodular linfoide
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Depende de la localización del tumor. Los más frecuentes
son dolor abdominal, anorexia, pérdida de peso, vómitos,
constipación e incluso íleo. Pueden dar sangrado
manifiesto u oculto y diarrea. La duración varia desde
pocos días a varios años.
DIAGNÓSTICO:
Las radiografías contratadas son generalmente la
modalidad de inicio para detectar linfomas del intestino
delgado. La endoscopía tiene valor dependiendo de la
localización de la lesión. Las proximales pueden
detectarse adicionando “push” a la enteroscopía. La
intubación del íleon terminal durante una colonoscopía
puede llevar al diagnóstico en estas áreas distales. La
biopsia de las lesiones confirma el diagnóstico en la
mayoría de los casos. La laparotomía exploradora debería
realizarse cuando no son accesibles por vía endoscópica o
cuando las biopsias endoscópicas no arrojan resultado. El
patrón histológico característico es un infiltrado difuso
de la mucosa y submucosa por células plasmáticas, con
atipias sugestivas de linfoma. En los casos en que el
linfoma se superpone a una enfermedad celíaca, se observa
una notable atrofia vellositaria, con hiperplasia
críptica, aunque cambios mínimos e inespecíficos no
descartan el diagnóstico.
ENTEROPATIA ASOCIADA A LINFOMAS DE CÉLULAS T:
Es una secuela de la enfermedad celíaca. La mayoría de
los paciente tienen una historia previa que va de varios
días a años de dolor abdominal y pérdida de peso, pero
sólo pocos tienen una historia de enfermedad celíaca desde
la infancia. A veces se presenta como un sangrado
digestivo, perforación o íleo. Se lo debe sospechar en un
paciente con enfermedad celíaca que deteriora su estado
clínico a pesar de cumplir con una dieta libre en gluten.
Se localiza frecuentemente en el yeyuno, sólo o en
combinación con otros sitios del tracto gastrointestinal.
Se presenta típicamente como una gran úlcera
circunferencial, en ausencia de un bulky exofítico o masas
infiltrantes.
TRATAMIENTO:
Antes de decidir el tratamiento es necesario determinar
el estadio de la enfermedad, para establecer el pronóstico
y la utilidad de la cirugía u otro tratamiento. Se debe
completar con una laparotomía o laparoscopia y un estudio
de la médula ósea. Muchos pacientes con linfoma intestinal
tipo MALT requieren una laparotomía por perforación u
obstrucción o para evaluar una masa abdominal
inexplicable. Dada la alta frecuencia de nódulos
linfáticos metastáticos se requiere de una resección en
bloque junto con el mesenterio adyacente, y dada la
invasión de la submucosa, se requiere de una biopsia por
congelación durante el acto quirúrgico para determinar los
márgenes libres de lesión. Con esta modalidad se logra una
tasa de curación de sólo el 30 %, con una sobrevida
aproximada a los 5 años para el estadio de IE 45 % y IIE
de 19 %. La tasa de recaída a los 5 a 10 años es alta,
siendo más frecuentes entre aquellos que presentaron
múltiples nódulos, extensión más allá de la pared y alto
grado histológico. El papel de la quimioterapia adyuvante
en pacientes con resección completa oncológica es
debatido. Algunos la recomiendan para pacientes con
nódulos regionales o después de una resección de un
linfoma de alto grado, aún en estadio IE.
En conclusión deben intervenirse quirúrgicamente los
linfomas localizados que provocan obstrucción, hemorragia
o perforación. En los tumores pequeños con histología de
bajo grado y ausencia de diseminación pueden tratarse con
quimioterapia. En los de mayor tamaño y extensión puede
ser necesario la cirugía junto a la quimioterapia tipo
CHOP y la radioterapia es discutida.
ENFERMEDAD CELÍACA
Enfermedad crónica causante de
malabsorción que afecta al intestino delgado, causada por
la exposición dietaria al gluten en individuos
genéticamente predispuestos.
Se caracteriza por:
-
Malabsorción de nutrientes.
-
Lesión histológica en la mucosa del
intestino delgado, típica pero no específica.
-
Rápida mejoría clínica e
histológica al eliminar el gluten de la dieta.
PREVALENCIA:
Se estima en 1 caso cada 300
sujetos, actualmente en ascenso por el uso de marcadores
serológicos como los anticuerpos antigliadina y
antiendomisio.
ANATOMÍA PATOLÓGICA:
La lesión intestinal en la
enfermedad celíaca está confinada a la mucosa, con mayor
intensidad en duodeno y yeyuno proximal. La severidad de
los síntomas está en relación con la extensión de la
enfermedad. La observación directa de la superficie
luminal de una pieza de biopsia muestra una mucosa más
lisa de lo normal, que traduce una atrofia vellositaria.
Endoscópicamente puede evidenciarse una pérdida de
pliegues en el duodeno. Los hallazgos histológicos son los
fundamentales para el diagnóstico. Clásicamente se observa
una mucosa plana, con atrofia vellositaria y disminución
de la altura de las células del epitelio superficial pero
con un grosor total conservado a expensas de la
hipertrofia de las criptas. La lámina propia se encuentra
ocupada por linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos,
células cebadas y polimorfonucleares. Es muy típico el
aumento de la densidad de los linfocitos intraepiteliales.
La eliminación del gluten de la dieta permite una
recuperación total de la mucosa, pudiendo demorar meses o
años la restitución histológica total.
Existen diferentes grados de lesión:
-
Tipo 1 o lesión infiltrativa
(40%): aumento de los linfocitos intraepiteliales,
estructura conservada y sin malabsorción.
-
Tipo 2 o lesión hiperplásica
(20%): criptas alargadas y linfocitos intraepiteliales,
pero con estructura vellositaria relativamente
preservada.
-
Tipo 3 o lesión destructiva:
constituye el típico patrón de enfermedad celíaca.
-
Tipo 4 o hipoplásico:
con atrofia completa de la mucosa, pérdida total de las
vellosidades, apoptosis epiptelial e hipertrofia de las
criptas
MARCADORES SEROLÓGICOS:
Tienen su rol fundamental en el
screening de pacientes con síntomas sugestivos de
enfermedad celíaca y para monitorizar la respuesta al
tratamiento. El Ac. Ig A antiendomisio tiene una
sensibilidad del 97-100 % y especificidad entre el 98-99
%. Dado que entre el 2-3 % de los individuos con
enfermedad celíaca tienen déficit de Ig A, se recomienda
su dosaje. También se pueden dosar Ac. Ig A antigliadina
que tiene una sensibilidad del 80-90 % y especificidad
entre el 85-95 %, IgG antigliadina con una sensibilidad
del 75-85 % y especificidad entre el 75-90 %. y
recientemente se encontró otro marcador que es la enzima
transglutaminasa tisular que actuaría como Ag. de los Ac.
antiendomisio, con una sensibilidad del 95 % y
especificidad del 95-97 %.
En adición a las variaciones en las
pruebas de laboratorio, la sensibilidad de las mismas está
en relación con la severidad de la afección intestinal.
Dada la alta sensibilidad de dichos estudios un resultado
negativo de los mismos tiene un alto valor predictivo
negativo, por lo que si la clínica no es muy sugestiva se
puede obviar la endoscopía. En individuos con riesgo
elevado de desarrollar enfermedad celíaca (historia
familiar, anemia ferropénica inexplicable, esteatorrea),
se recomienda además recurrir a la biopsia endoscópca, a
pesar de tener resultados serológicos con alta
especificidad positivos.
ETIOPATOGENIA:
Intervienen factores genéticos,
ambientales (cereales) y autoinmunes.
FORMAS DE PRESENTACIÓN:
Las formas sintomáticas son sólo una
parte, ya que se presente en forma silente en
individuos asintomáticos con lesión histológica típica,
descubierto por la positividad de un marcador serológico,
como los anticuerpos antigliadina y antiendomisio. La
forma latente agrupa a todos los pacientes que con
una dieta libre en gluten presentan una biopsia intestinal
normal, pero que en otro momento han tenido atrofia
vellositaria subtotal. La enfermedad potencial
engloba a pacientes sin lesiones histológicas pero con un
marcador inmunológico como anticuerpo antigliadina, o
linfocitos intraepiteliales con receptores inmunes
específicos.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Generalmente las manifestaciones
clínicas se inician en la infancia con la incorporación
del gluten. Si pasan desapercibidas pueden disminuir o
desaparecer en la adolescencia para reaparecer a los 30-40
años o incluso en la vejez. El comienzo de la enfermedad
puede ser agudo, en especial en el adulto, desencadenado
por algún factor intercurrente o bien insidioso,
presentándose como un síndrome de malabsorción.
Las manifestaciones clásicas varían
desde asintomáticos hasta esteatorrea, dolor abdominal y
pérdida de peso. Los síntomas extra digestivos incluyen
las manifestaciones propias de la malabsorción, como
anemia, osteoporosis, neuropatía periférica, infertilidad,
etc. Puede asociarse a enfermedades autoinmunes,
dermatitis herpetiforme e hipoesplenmia funcional. Pueden
encontrarse alteraciones de las pruebas de función
hepática, aún en ausencia de desórdenes manifiestos.
TRATAMIENTO:
Se basa en la eliminación del gluten
de la dieta y reponer el déficit de minerales y
vitaminas. En el caso de no encontrarse respuesta con la
dieta y una vez descartadas otras afecciones con similar
histología, se pueden indicar corticoides para los casos
severos.
COMPLICACIONES:
Debe sospecharse en un paciente que
sin abandonar la dieta sin gluten comienza con la
sintomatología antes descripta. Las más frecuentes son las
neoplasias como los linfomas y los adenocarcinomas.
También se deben considerar posibilidades como
sobrecrecimiento bacteriano, intolerancia a la lactosa,
síndrome de intestino irritable y otras afecciones que
producen atrofia vellositaria.
El esprue refractario se
caracteriza por una ausencia de respuesta a la dieta sin
gluten. La etiología es incierta, se cree que se debe al
desarrollo de sensibilidad contra otros constituyentes de
la dieta, distintos al gluten, muy dificultosos de
identificar. En algunos casos aparece una banda de tejido
colágeno subepitelial (espure colágeno). De estos
pacientes una pequeña proporción responde al tratamiento
con corticoides.
La yeyunitis ulcerativa es
una complicación potencialmente fatal por el riesgo de
hemorragia y perforación. Presenta dilatación intestinal
con múltiples úlceras crónicas benignas. El diagnóstico
suele ser dificultoso y la radiología no suele ayudar
demasiado. Ante la sospecha de esta afección, al igual que
el linfoma, se debe recurrir a la enteroscopía Se debe
realizar la resección quirúrgica de la úlcera,
especialmente si está localizada en una parte el
intestino, dado que puede ser curativa.
El linfoma de células T asociado
a enteropatía también debe ser sospechado ante la
falta de respuesta; las manifestaciones clínicas más
sugestivas de esta enfermedad incluyen fiebre, hepato-esplenomegalia,
masa duodenal o ascitis, pero su presencia implica una
enfermedad más avanzada. Se deben realizar radiografías,
enteroscopía con múltiples tomas de biopsia, TAC
con enteroclisis, pudiendo ser necesario a veces una
laparotomía. Los linfomas son casi siempre de alto grado
histológico con mal pronóstico. La sobrevida a 5 años es
de 10 %, con peores resultados en quienes se diagnosticó
previamente la enfermedad celíaca. Si se confirma el
diagnóstico de enteropatía asociada a linfoma T, el
paciente debe ser derivado a oncología para realizar
quimioterapia. Resultados favorables sólo se evidenciaron
con poliquimioterapia en quienes tuvieron mínimos síntomas
gastrointestinales previos al diagnóstico de linfoma y
pudieron tolerar la medicación.
La enfermedad celíaca se asocia con
un número variable de manifestaciones cutáneas de las
cuales la más común es la dermatitis herpetiforme,
que se caracteriza por una erupción vesículo papular
localizada simétricamente en brazos, rodillas, codos,
cara, tronco y ocasionalmente dentro de la boca. Los
síntomas predominantes son el prurito y ardor que son
superados una vez rotas las ampollas. El diagnóstico se
confirma por la demostración de un depósito granular de Ig
A en el área de la piel no afecta. El tratamiento muchas
veces incluye fármacos (como dapsona) adicionados a la
dieta.
SEGUIMIENTO:
Aproximadamente el 70 % presenta
buena evolución con la dieta dentro de las 2 semanas, pero
las lesiones histológicas requieren mayor tiempo para su
restitución, por lo que debería aguardarse entre 3 y 4
meses para repetir la biopsia.
De presentar buena evolución, se
recomienda un control anual con peso, laboratorio de
rutina, ferritina, folato, calcio y fosfatasa alcalina.
ENFERMEDAD DE WHIPPLE
Se la considera una enfermedad
digestiva causante de un síndrome de malabsorción. En su
etiología se cree que intervendría una bacteria del género
Actinomyces. Macroscópicamente presenta paredes
intestinales edematosas y engrosadas e histológicamente un
infiltrado difuso de la lámina propia por macrófagos
espumosos que se colorean de un rojo característico con la
técnica de PAS. El cuadro clínico es muy variable y muchas
veces precedido de síntomas extradigestivos como fiebre,
artralgias o síntomas neurológicos. El síntoma fundamental
es la diarrea y esteatorrea, pudiendo a veces producir
hemorragias digestivas. La obstrucción linfática por la
adenopatías mesentéricas, produce pérdida de albúmina con
la consiguiente aparición de edemas. Dentro de los
hallazgos de laboratorio se destacan los característicos
al síndrome de mala absorción. El tratamiento se basa en
la reposición de los nutrientes deficitarios y
antibióticos.
ESPRUE TROPICAL
Es un síndrome malabsortivo propio
de los individuos que residen o han visitado zonas
tropicales. Clínicamente presenta dos fases, una primera
caracterizada por astenia y diarreas, para dar lugar a las
secuelas nutritivas de la malabsorción. La biopsia
intestinal puede revelar atrofia vellositaria con células
epiteliales superficiales no tan alteradas, la alteración
más frecuente es la invasión de la lámina propia por
células mononucleares, aunque es inespecífico. El
diagnóstico es de exclusión considerando los datos
epidemiológicos. Para el tratamiento la dieta sin gluten
es ineficaz, debiendo tener que controlarse la diarrea con
derivados opiáceos y reponer las deficiencias de vitaminas
y minerales.
SÍNDROME DE ZOLLINGER-ELLISON
Caracterizado por la existencia de
un tumor productor de gastrina (gastrinoma), en general de
origen pancreático , que provoca hipersecreción ácida y
enfermedad ulcerosa grave y persistente. El 60-70 % de las
úlceras se localiza en el bulbo duodenal, el 15 % en
porciones distales del duodeno, el 10% en el yeyuno y el 5
% en estómago. La manifestación clínica más común es un
síndrome ulceroso persistente, recidivante y refractario
al tratamiento, pudiéndose complicar con hemorragia y
perforación. Otros síntomas son la diarrea y pérdida de
peso. Para el diagnóstico de debe recurrir a la endoscopía
y dosajes de gastrinemia basal Y post estimulación. El
tratamiento emplea altas dosis de antisecretores y
cirugía.
ENFERMEDAD DE CROHN
Enfermedad inflamatoria intestinal
que afecta cualquier zona del tracto gastrointestinal,
especialmente el área que circunda la válvula ileocecal.
Suele presentar una afección parcheada de la mucosa entre
las cuales se halla mucosa respetada. La afección del
intestino es transmural, siendo el hallazgo más distintivo
es la presencia de granuomas.
GIARDIASIS
Infección parasitaria que puede
causar diarrea y síndrome de mala absorción, que se
transmite por el agua y los alimentos contaminados. El
diagnóstico se establece por la observación de los quistes
y trofozoitos en el exámen parasitológico de materia fecal
y ante resultados negativos se debe recurrir al aspirado
duodenal. El tratamiento es con metronidazol.
EVALUACIÓN Y MANEJO
DE LA HEMORRAGIA GASTROINTESTINAL
OSCURA
DEFINICIÓN:
Sangrado de origen desconocido que
persiste o recurre (visible, anemia ferropénica o sangre
oculta en materia fecal), después de una primera
endoscopía (colonoscopía y/ o endoscopía alta) que no
muestren alteraciones.
MANEJO:
Repitiendo ambas endoscopias alta y
baja, antes del estudio del intestino delgado,
frecuentemente se identifican lesiones no observadas en el
estudio inicial; más comúnmente erosiones dentro de una
gran hernia de hiatus (erosión de Cameron), enfermedad
ulcerosa péptica y ectasias vasculares en el tracto
gastrointestinal alto y angiodisplasias y neoplasias en el
tracto gastrointestinal bajo. Por lo dicho, se recomienda
una segunda observación u “opinión” endoscópica. La
enteroscopía puede reemplazar a la segunda endoscopía alta
pudiendo tener una mejor relación costo-beneficio. El
exámen del íleon terminal se debería hacer de rutina
durante la colonoscopía. Sin embargo una enteroscopía
retrógrada se debería reservar para instancias en la cual
exista evidencia de un posible sangrado en el íleon
terminal. La apariencia macroscópica del intestino delgado
proximal puede ser sugestivo de espure, por lo que es
mandataria la realización de una biopsia.
El scan radioisotópico del sangrado
puede ser útil para localizar el sitio, cuando excede los
0,1 a 0,4 mL/min., a pesar de que sean necesarios otros
métodos como la angiografía o endoscopía dado el
significativo error en la localización. La angiografía
demuestra extravasación del líquido de contraste a la luz
intestinal cuando el sangrado activo supera los 0,5 mL/min.
También puede demostrar lesiones que no estén sangrando
activamente como angiodisplasias y neoplasias por sus
típicas patentes vasculares.
Otras opciones disponibles son la
enteroscopía push, que puede visualizar casi todo el
intestino delgado, estudios baritados como la enteroclisis
y eventualmente una laparotomía exploradora con o sin
enteroscopía intra operatoria (se la reserva para casos de
urgencia que requieran múltiples transfusiones); si los
tiempos lo permiten se prefiere realizar una enteroscopía
previa a la cirugía.
DIAGNOSTICO Y MANEJO DE LAS
NEOPLASIAS DEL INTESTINO DELGADO
El diagnóstico de los tumores del
intestino delgado debido a su rareza y a la variabilidad
de signos y síntomas inespecíficos en su presentación, que
incluyen: dolor, obstrucción, sangrado, anorexia, pérdida
de peso, perforación, etc. Al exámen físico una masa
abdominal puede estar presente sólo en el 25 % de los
pacientes. Todo esto ocasiona un retraso en el diagnóstico
que oscila entre 6 y 8 meses. La detección tardía y el
diagnóstico fallido no sólo contribuyen al avance del
estadio al momento de la cirugía, sino también que el 50%
presenten metástasis al momento del diagnóstico.
MANEJO:
Radiografías de abdomen: sirven para
ver obstrucción, pero son poco específicas
Tránsito de intestino delgado
(sensibilidad 33%): puede mostrar defectos de relleno,
masas, intususcepción
Enteroclisis (sensibilidad 90%): con
doble contraste, se pasa un tubo hasta el intestino
delgado proximal y se inyecta metilcelulosa y bario
TAC con enteroclisis: combina ambas
técnicas con resultados satisfactorios.
Endoscopía alta: puede observar
lesiones en duodeno. Terapéutica en ocasiones. Se puede
adicionar enteroscopía con sonda.
Cápsula endoscópica: puede brindar
imágenes de ayuda.
Laparoscopia y laparotomía
exploradora: Es la metodología de estudio más sensible, y
debe considerarse en pacientes con sangrado
gastrointestinal oculto, pérdida de peso inexplicable o
dolor abdominal vago, cuando todos los métodos previos
resulten negativos. La laparoscopia es útil además para
obtener buena piezas de tejido si se sospecha linfoma.
LESIONES CUTÁNEAS:
ERITEMA POLIMORFO
A pesar que este trastorno no constituye una enfermedad
por sí misma, presenta en la piel un patrón que es
rápidamente reconocible. Esta reacción se caracterizada
por la presencia en la piel de lesiones rojizas y
sobreelevadas que suelen tener el aspecto de dianas y, por
lo general, están distribuidas simétricamente por todo el
cuerpo.
Probablemente la causa de más de la mitad de los casos es
el herpes simple. Esta infección vírica puede resultar
evidente antes de que aparezca el eritema polimorfo. En el
resto de los casos, las causas posibles incluyen
prácticamente todos los fármacos (generalmente, las
penicilinas, las sulfamidas y los barbitúricos), así como
otras enfermedades infecciosas (por ejemplo, infección por
virus coxsackie o por virus ECHO, neumonía por micoplasma,
psitacosis e histoplasmosis) y ciertas neoplasias. En
raras ocasiones, algunas vacunas provocan eritema
polimorfo. No se conoce el mecanismo por el que el herpes
simple y ciertos fármacos producen esta enfermedad, pero
se sospecha que la causa es una reacción alérgica.
Síntomas
Por lo general, el eritema polimorfo aparece de improviso,
con manchas enrojecidas y vesículas que se forman más
frecuentemente en las palmas de las manos o en las plantas
de los pies, así como en la cara y más raramente en
tronco. Las ampollas localizadas en los labios y en la
mucosa bucal pueden sangrar. El eritema polimorfo produce
marcas planas, circulares y rojizas distribuidas por igual
a ambos lados del cuerpo; estas zonas pueden convertirse
en anillos concéntricos oscuros con centros gris-púrpura
(lesiones en diana o en iris). Las zonas enrojecidas en
ocasiones producen picor. Una persona con eritema
polimorfo puede presentar úlceras frías (o haberlas tenido
anteriormente), astenia o artralgias, además de fiebre.
Los brotes de eritema polimorfo pueden durar de 2 a 4
semanas y pueden recurrir en el otoño y la primavera
durante varios años.
El diagnóstico se fundamenta principalmente en la
apariencia clásica de la lesión cutánea y la distribución
simétrica típica, especialmente si hay una historia de
factores de riesgo o enfermedades asociadas.
Puede haber un
signo de Nikolsky positivo.
Una
biopsia de la lesión cutánea y el examen
microscópico pueden ser útiles para diferenciar el eritema
multiforme de otros trastornos. El eritema multiforme
puede mostrar muerte de tejido y otros cambios. El examen
microscópico del tejido también puede mostrar depósitos de
anticuerpos.
Tratamiento:
Los objetivos del tratamiento comprenden el control de las
causas o las enfermedades subyacentes, el tratamiento de
los síntomas y la prevención de la infección. Se deben
suspender los medicamentos que se sospecha causan la
condición.
El tratamiento de los síntomas leves puede incluir:
-
Compresas
húmedas aplicadas a las
lesiones cutáneas
-
Antihistamínicos para controlar la
picazón
-
Fármacos de
venta libre como el acetaminofén para disminuir la
fiebre y el malestar
-
Anestésicos
tópicos (especialmente para
lesiones bucales) para aliviar el malestar
que interfiere con las actividades de comer y beber
ERUPCIÓN FIJA
POR DROGAS
La
característica principal de esta enfermedad es que se
manifiesta siempre en el mismo sitio cada vez que la droga
es ingerida. La erupción consiste en una o varias áreas
bien demarcadas, redondas, rojo- amorronadas que pueden
ser edematosas o transformarse en bullas. La lesión se
desarrolla en una o varias horas y desaparece menos
rapidamente, dejando a su paso hiperpigmentación cutánea
muy característica. Puede presentarse en cualquier parte
del cuerpo, pero especialmente en la boca, en un miembro,
en el dorso de las manos o genitales. El mecanismo de la
reacción se halla oscuro, pero la enfermedad cesa si el
alérgeno es identificado y retirado.
DERMATITIS HERPETIFORME
La dermatitis herpetiforme es una enfermedad autoinmune en
la cual se forman grupos de pequeñas ampollas y pápulas
similares a la urticaria intensamente pruriginosas y
persistentes.
La enfermedad afecta principalmente a adultos entre 15 y
60 años; rara vez se observa en personas de etnia negra o
en asiáticos. En las personas afectadas por esta
enfermedad, el gluten (proteínas) del trigo, el centeno,
la cebada y los productos de la avena activan el sistema
inmune, que ataca partes de la piel y de alguna forma
produce la erupción y el picor. Las personas que padecen
dermatitis herpetiforme casi invariablemente presentan
signos de enfermedad intestinal (enfermedad celíaca).
Estas personas también tienden a desarrollar enfermedades
del tiroides.
Por lo general se forman gradualmente pequeñas ampollas
que en su mayoría se concentran en los codos, las
rodillas, las nalgas, la parte inferior de la espalda y la
parte posterior de la cabeza. En ocasiones aparecen en la
cara y el cuello. El picor y la sensación de quemazón
pueden ser muy intensos.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa en un examen de muestras de piel
destinado a localizar anticuerpos en las estructuras
cutáneas.
Es posible que no se necesite tratamiento si la persona
respeta estrictamente una dieta sin trigo, centeno, cebada
y avena. Los fármacos antiinflamatorios, como el
ibuprofeno, pueden empeorar la erupción. La dapsona suele
aliviar los síntomas en 1 o 2 días. La dapsona tiene
muchos potenciales efectos colaterales, particularmente
sobre las células sanguíneas y, frecuentemente, produce
anemia. Los dermatólogos controlan mediante análisis las
cifras de células sanguíneas de las personas que toman
este fármaco. Generalmente, la enfermedad dura mucho
tiempo, por lo que los pacientes necesitan tomar dapsona
durante años.
MICOSIS
FUNGOIDE:
La micosis fungoide es un tipo raro de linfoma no
hodgkiniano persistente, de crecimiento lento, que se
origina a partir de linfocitos T maduros y afecta a la
piel; puede avanzar hasta los ganglios linfáticos y los
órganos internos.
La micosis fungoide se manifiesta en forma tan sutil, y
crece tan lentamente, que al principio puede pasar
inadvertida. Se desarrolla en forma de una erupción
prolongada que produce prurito (que a veces abarca áreas
pequeñas de piel que está grasa y que pica mucho) y,
posteriormente, se transforma en nódulos que crecen de
forma progresiva y se extienden lentamente a otras áreas.
En algunas personas, la micosis fungoide produce leucemia
(síndrome de Sézary), en la cual aparecen linfocitos
anormales en el flujo sanguíneo. La piel pica
intensamente, se reseca, enrojece y se descama.
Diagnóstico y tratamiento
Aun con biopsia, los médicos tienen problemas para
diagnosticar esta enfermedad en sus estadios iniciales.
Sin embargo, cuando la enfermedad ha avanzado, la biopsia
revela células linfomatosas en la piel. Cuando se
diagnostica micosis fungoide, la mayoría de los enfermos
tienen más de 50 años. Aun sin tratamiento, pueden esperar
vivir de 7 a 10 años más.
Las áreas espesas de la piel se tratan con una forma de
radiación llamada rayos beta o bien con luz solar y
medicamentos esteroides como cortisona. Una mostaza
nitrogenada aplicada directamente sobre la piel puede
reducir el picor y el tamaño de las partes afectadas. Los
fármacos de interferón también pueden reducir los
síntomas. Si la enfermedad se extiende a los ganglios
linfáticos y otros órganos, puede requerirse
quimioterapia. |