Discusión del
caso clínico
Dr. Diego
Bértola
Discutiremos el caso de una mujer de 49 años con una
historia de aproximadamente 6 meses de evolución, que
incluye pérdida de peso, sarcofobia, fiebre, disnea,
artritis, y lesiones cutáneas, todos ellos signos y
síntomas de curso progresivo con el transcurso de los
meses. Destacan en los datos de laboratorio:
pancitopenia, alteración del laboratorio hepático y
tiroideo, una velocidad de eritrosedimentación (VES)
mayor a 100 mm/h y proteinuria. Como podemos ver, son
numerosos y diversos los problemas. Suponiendo que todas
las alteraciones sean provocadas por una misma
enfermedad, ésta debería tratarse de una enfermedad
multisistémica, de curso crónico y progresivo, y
posiblemente grave. No obstante, también es posible que
coexistan más de una entidad mórbida explicando el caso.
Por ser el dato más reproducible y objetivable, voy a
comenzar a analizar las lesiones cutáneas. Si bien hay
distintos tipos de lesiones diferentes, voy a analizar
las sugerentes de Acantosis Nigricans.
La Acantosis Nigricans (AN), es un proceso caracterizado
por engrosamiento cutáneo e hiperpigmentación
pardo-grisácea en forma de placas generalmente
simétricas y con preferencia topográfica por los
pliegues y caras de flexión de extremidades. A veces
puede ser pruriginosa.
Existen varias formas de muy distinto significado
clínico:
1. Acantosis nigricans maligna (paraneoplásica).
2. Acantosis nigricans benigna familiar. De herencia
autosómica dominante.
3. Acantosis nigricans asociada a obesidad (“Pseudoacantosis
Nigricans”).
4. Acantosis nigricans sindrómica.
5. Acantosis nigricans acral.
6. Acantosis nigricans unilateral.
7. Acantosis nigricans inducida por medicamentos
(corticoides, ác. nicotínico, etc.)
8. Acantosis nigricans mixta.
Son numerosos los síndromes asociados a AN, algunos
raros y otros no tan infrecuentes como el Lupus
eritematoso sistémico, la Dermatomiositis, la Tiroiditis
de Hashimoto o los tumores hipofisarios.
Para todos los tipos de AN las imágenes histológicas son
semejantes. Se trata básicamente de un trastorno en la
queratinización. Las alteraciones se localizan en
epidermis y son poco sugestivas. Suele aparecer una
hiperqueratosis con papilomatosis, con discreta
acantosis y una hiperpigmentación ligera a expensas del
aumento de grosor de la capa córnea más que de un
aumento de melanocitos basales.
De todas las variedades, la forma maligna es la más
importante de distinguir por su relación con neoplasias
ocultas. Se comporta como una verdadera “dermatosis
paraneoplásica”, o como un “marcador cutáneo de
malignidad interna” (según los autores
anglosajones): presenta asociación estadística a
determinados tumores, la etiología no puede ser
explicada por extensión local del tumor o metástasis, y
su curso clínico es paralelo al del cáncer asociado, es
decir involuciona con la curación y regresa con la
recidiva tumoral. Con respecto a los tumores asociados,
en una serie de 227 pacientes con AN asociada a
neoplasias internas, en el 55,5 % de los casos se
encontraron carcinomas gástricos, en el 17,7 % otras
neoplasias intraabdominales (ovario, útero, hígado,
colon) y en 26,8 % a otras neoplasias (entre ellas
carcinomas de pulmón).
Existen algunas características clínicas que sugieren el
diagnóstico de la variedad maligna de AN: el inicio en
la edad adulta (> 40 años), ausencia de otras entidades
asociadas a AN, progresión rápida de las lesiones,
afectación de mucosas y palmas (paquidermatoglifia o
tilosis, por ejemplo). Nuestra paciente tiene 49 años, y
consulta por pérdida de peso, sarcofobia, saciedad
precoz y AN florida de reciente comienzo, lo cual
sugiere fuertemente la presencia de una neoplasia de
estómago. Se realizó una videoendoscopia alta para
descartarla, y en la misma no se observaron lesiones
mucosas sospechosas, si bien se tomó biopsia de la
mucosa a ciegas en varios lugares. Esta ausencia de
lesiones macroscópicas no es en extremo infrecuente, ya
que algunas variedades de carcinomas gástricos agresivos
crecen infiltrando la pared gástrica (“linitis
plástica”) más que produciendo masas exofíticas
ulceradas. Estos tumores suelen producir saciedad precoz
al disminuir la distensibildad gástrica, fenómeno
también observable en la endoscopia y no fue descripto
en ésta.
En el resto de las formas clínicas (que no se asocian a
neoplasias), el común denominador suele ser la
resistencia a la insulina. Esto explica la relación
entre AN y enfermedades tales como diabetes mellitus,
Síndrome de Cushing, hipotiroidismo, obesidad,
hiperandrogenismo (Síndrome HAIR-AN: hyperandrogenism,
insuline resistance, acanthosis nigricans), y el uso de
ciertas drogas que causan hiperglicemia y resistencia a
la insulina (glucocorticoides y ácido nicotínico). De
qué forma la hiperinsulinemia y las neoplasias
predisponen al desarrollo de AN todavía no ha sido
esclarecido, pero se las ha relacionado con determinados
factores de crecimiento, como el factor de crecimiento
transformante alfa, por ejemplo, de origen tumoral, y
otros péptidos con actividad símil-insulina.
Las determinaciones de hormonas tiroideas evidencian un
patrón de hipotiroidismo subclínico: T4 libre normal con
TSH elevada. Estas determinaciones fueron realizadas en
una paciente enferma, por lo cual para asegurar el
diagnóstico deberíamos repetirlas luego de superada la
convalescencia. Es interesante descartar ese
diagnóstico, ya que estos pacientes pueden tener
resistencia a la insulina asociada, posiblemente
secundaria al sobrepeso asociado más que a la hormona
tiroidea en sí. Las causas de hipotiroidismo subclínico
son las mismas que las del hipotiroidismo en general: la
tiroiditis autoinmune de Hashimoto, las secuelas del
tratamiento de un hipertiroidismo previo (con cirugía o
iodo radioactivo), el déficit de ioduro en las regiones
endémicas, y el hipotiroidismo franco subtratado. La
historia natural del hipotiroidismo subclínico es la
evolución al hipotiroidismo clínico, a razón del 4,3%
por año. En otras oportunidades, el hipotiroidismo
revierte hasta un eutiroidismo, por motivos no bien
conocidos. El hipotiroidismo subclínico se ha asociado
con resistencia a la insulina y acantosis nigricans en
diferentes publicaciones. Además, los pacientes con
diabetes e hipotiroidismo subclínico tienen mayor grado
de nefropatía diabética. Dada la posibilidad de
progresión de la enfermedad, la reversibilidad de los
síntomas con el reemplazo hormonal y el riesgo
cardiovascular aumentado que posee esta población, es
conveniente realizar el tratamiento hormonal sustitutivo
cuando los valores de TSH sean mayores a 10µU/l.
La misma consideración hay que tener con respecto a las
determinaciones de glicemia, ya que en dos oportunidades
fueron mayores a 126 mg/dl en ayunas. Con esos niveles
de glicemia en ayunas en un control de salud tendríamos
el diagnostico de diabetes, la cual se asocia a través
de la resistencia a la insulina a la acantosis Nigricans
“benigna”. Sería conveniente obtener una determinación
de hemoglobina glicosilada y repetir las glicemias de
ayuno fuera de esta internación.
Entre los motivos de consulta encontramos también
artralgias (y posiblemente artritis), generalizadas, a
predominio de hombros y muñecas, acompañadas de
debilidad en cinturas escapular, fiebre, cefalea de
reciente comienzo y velocidad de eritrosedimentación muy
elevada (>100 mm/1h). También presenta anticuerpos
antinucleares y factor reumatoideo a títulos bajos.
Estos hallazgos nos remiten a pensar en alguna
afectación reumatológica, si bien el cuadro no reúne
criterios diagnósticos de manera definida para alguna de
ellas. En estas ocasiones se habla de enfermedades del
tejido conectivo indiferenciadas (o no clasificables).
Suelen presentarse generalmente en 4 escenarios
diferentes:
1-
Fenómeno de Raynaud
temprano aislado
2-
Poliartritis
inflamatoria temprana/indiferenciada (sin criterios
definidos de Artritis Reumatoide)
3-
Erupción cutánea
inespecífica, que asemeja a los hallazgos cutáneos de
alguna enfermedad reumática
4-
Pacientes con múltiples
manifestaciones clínicas o alteraciones serológicas, sin
reunir criterios diagnósticos
Nuestra paciente podría incluirse en el segundo grupo.
Se ha demostrado que un 20 % de estos pacientes
evolucionará a Artritis Reumatoide definida, un 10% lo
hará a otra enfermedad del tejido conectivo y un 10%
agregará síntomas y signos pero persisitirá
inclasificable. El resto presentará remisión. Es
interesante identificar quiénes progresarán a AR, para
instaurar tratamiento agresivo temprano y evitar
deformidades e incapacidad. En distintas series, la
positividad del factor reumatoide (FR), un número
elevado de articulaciones involucradas y valores altos
de VES se asociaron con mayor riesgo de progresión hacia
AR. El FR en este caso se encuentra positivo en títulos
bajos de 1/20 por técnica de látex y negativo por
técnica de Rose-Ragan. Son valores bajos, quizás sin
demasiada relevancia clínica en el contexto de este
cuadro. Hay que recordar que FR positivo a títulos bajos
también se encuentra en población sana mayor de 60 años,
en cuadros infecciosos (endocarditis infecciosa,
hepatitis B o C, tuberculosis, sífilis), sarcoidosis o
neoplasias (leucemias y carcinoma de colon).
Otra afectación a tener en cuenta es la polimialgia
reumática (PMR), que afecta a personas mayores de 50
años, y produce dolor y rigidez matinal en los hombros,
caderas, dorso y hombros de manera subaguda o crónica. A
veces puede encontrarse fatiga, pérdida de peso y
fiebre, si bien estos síntomas son más frecuentes en
aquellos pacientes con arteritis de células gigantes
asociada (un 15% del total). Nuestra paciente presenta
cefalea, pero no claudicación mandibular. Los síntomas
de PMR son usualmente simétricos, y dificultan o impiden
las actividades cotidianas. Puede encontrase sinovitis
de pequeñas articulaciones al examen físico, y dolor a
la palpación de la cintura escapular, más por sinovitis
subyacente que por compromiso muscular. En el
laboratorio, la VES típicamente es mayor a 40 mm/h.
Los exámenes complementarios de imágenes no son
necesarios para el diagnóstico, que debe cumplir con
estos criterios:
1-
Edad mayor a 50 años
2-
Dolor y rigidez matinal
(de más de 30 minutos) durante al menos un mes, que
involucre al menos dos de las tres áreas siguientes:
hombros, caderas, dorso/cuello.
3-
VES > 40 mm/h
Algunos autores añaden como criterio diagnóstico
adicional la respuesta de cuadro a corticoides. La
presencia de otras enfermedades que puedan explicar el
cuadro excluye el diagnóstico. Los diagnósticos
diferenciales incluyen:
-
Artritis reumatoide (AR):
afecta predominantemente pequeñas articulaciones de
manos y pies en forma simétrica, y no responde a dosis
bajas de corticoides de la forma en que lo hace la PMR.
Nuestra paciente no reúne los criterios necesarios para
AR.
-
Polimiositis/Dermatomiositis:
produce debilidad en ambas cinturas más que dolor, y las
enzimas musculares suelen estar elevadas en un 90% de
los casos. La electromiografía y biopsia confirman el
diagnóstico. Las lesiones cutáneas además, son
diferentes.
-
Fibromialgia: son
pacientes menores de 50 años, con dolores
musculoesqueléticos difusos, sin síntomas
constitucionales, examen físico normal y VES normal.
-
Neoplasias: ciertas
neoplasias pueden provocar cuadros similares a PMR. Se
han descripto casos de poliartritis (símil PMR) y
fascitis palmar paraneoplásicas. Suelen ser cuadros de
inicio rápido, asimétricos, en pacientes mayores. Estos
pacientes no responden al tratamiento con corticoides,
pero si al tratamiento de su neoplasia.
La paciente presenta también disnea y un estado
ácido-base que muestra una oxemia de 70 mmHg, sin signos
de afectación respiratoria, excepto por un refuerzo de
trama sutil en la radiografía de tórax, son numerosas
las patologías reumatológicas asociadas a enfermedad
intersticial pulmonar. Sería interesante obtener
imágenes de TC de tórax de alta resolución para completa
mejor el estudio del aparato respiratorio.
Para finalizar, considero que la paciente presenta
múltiples manifestaciones de enfermedad, los cuales
difícilmente puedan ser explicados por una misma
enfermedad. La teoría unicista en este caso resulta
insuficiente. Presenta acantosis nigricans con las
características clásicas de la de tipo paraneoplásica
(si bien existen posiblemente factores no malignos
asociados como diabetes y/o hipotiroidismo subclínico).
Resulta prioritario descartar las posibles neoplasias
asociadas, fundamentalmente la gástrica. El estudio
inicial fue la VEDA, y de ser negativa el paso siguiente
sería realizar una TC de tórax, abdomen y pelvis, para
descarta neoplasias intraabdominales y el cáncer de
pulmón. Una colonoscopia sería también apropiada si
estos estudios siguen siendo negativos. Por último, una
TC de cráneo, cavum y senos paranasales podrían ayudar a
descartar algún tipo infrecuente de cáncer. Una biopsia
de las distintas lesiones cutáneas también seria
apropiada. El cuadro reumatológico no es resumible
dentro de ninguna de las enfermedades, por lo que sería
apropiado observar la evolución de cerca. Podría también
tratarse de una expresión paraneoplásica. Solo si los
síntomas son incapacitantes, y después de haber agotado
todos los esfuerzos por encontrar la neoplasia,
deberíamos considerar la posibilidad de utilizar
glucocorticoides en este cuadro sin diagnóstico. El
estudio de la tiroides debería completarse con la
determinación de Acs. Anti-peroxidasa y Anti-tiroglobulina
y nuevas determinaciones de TSH y T4 en unas semanas.
Igualmente deberíamos proceder con las glicemias y la
posibilidad de diabetes. A medida que los resultados de
los exámenes complementarios se vayan obteniendo, nuevas
interpretaciones seguramente se podrán realizar acerca
de este cuadro tan proteiforme.
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