Discusión del
caso clínico
Dr. Nicolás
Frigieri
Estamos ante el caso de una paciente mujer de 17 años,
que como antecedente en su historia clínica presenta
diagnóstico de artritis reumatoidea juvenil en el año
2004, que desde esa fecha hasta la actualidad presentó 4
episodios vasculares isquémicos a nivel de SNC.
Actualmente ingresa por un cuadro de 15 días de
evolución, caracterizado por náuseas, vómitos
alimenticios, cefaléa holocraneana, pulsátil e intensa
que respondía a AINES, acompañada de registros febriles
diarios los cuales cedían con paracetamol. Se realiza
una RNM que presenta imágenes isquémicas agudas a nivel
del territorio silviano derecho, que en la secuencia de
angio RNM presenta un stop a nivel de la arteria
cerebral media con dilatación post obstrucción y falta
de circulación distal. Todo este cuadro se presenta en
el contexto que nuestra paciente cursa un embarazo de 14
semanas.
Como datos guía para el desarrollo de mi discusión
tomaremos la edad de nuestra paciente, el antecedente
previo de artritis reumatoidea juvenil, los episodios
vasculares isquémicos anteriores junto con las imágenes
actuales compatibles con isquemia cerebral aguda a nivel
del territorio de irrigación de la arteria cerebral
media.
Los accidentes
cerebrovasculares (ACV) en pacientes jóvenes tienen una
icidencia anual que varía entre el 0,6 – 8 casos nuevos
cada 100000 habitantes, siendo más frecuente en varones
que en mujeres. Dentro de las causas que producen este
cuadro tenemos:
·
Cardíacas:
FA, mixoma auricular, foramen oval permeable,
endocarditis.
·
Hematológicas:
Anemia falciforme, déficit proteína C y S, mutación
G20210, síndrome antifosfolípidos
·
Vasculopatías:
Disección arterial, arteriopatía cerebral transitoria,
Moyamoya, vasculitis
·
Metabólicas:
Enfermedad de Fabri, enfermedad ligada al cromosoma X,
homocisteinuria
·
Ingestión
de drogas:
Cocaína
Si bien las causas más frecuentes de ACV isquémicos en
pacientes jóvenes son las cardioembólicas en un
porcentaje del 60 % de los casos según los reportes
existentes, pero teniendo en cuenta las características
del cuadro clínico y los antecedentes de nuestra
paciente, me voy a detener en las causas
vasculopáticas.
Dentro de las causas vasculopáticas, tenemos
diferentes patologías que pueden causar ACV isquémicos
en pacientes jóvenes, como son la disección arterial,
arteriopatía cerebral transitoria, la enfermedad de
Moyamoya y las vasculitis.
Dado los antecedentes y la
enfermedad actual de nuestra paciente, centraremos la
atención en las causas vasculíticas.
Las vasculitis que afectan
al SNC las podemos diferenciar según las causas en
primarias y secundarias:
·
Primarias
- Arteritis Takayasu
- Arteritis de células gigantes
- Poliarteritis nodosa
- Enfermedad de kawasaki
- Púrpura de Henoch-Schönlein
- Angitis primaria
del SNC
·
Secundarias
- Autoinmunes: LES,
AR, SAF, enfermedad mixta tejido conectivo
- Infecciosas: HIV,
TBC, sífilis, micosis, varicela, enterovirus.
Volviendo a nuestra
paciente, consideraré la artritis reumatoidea (AR),
enfermedad inflamatoria, de origen autoinmune, de
comienzo insidioso, con un cuadro clínico caracterizado
por poliartritis, simétrica y aditiva, que suma
articulaciones a medida que la enfermedad progresa.
Desde el punto de vista inmunológico, la presencia o no
de factor reumatoideo (FR) divide a esta enfermedad en
sero (+) y sero (-), siendo las sero (-) de mejor
pronóstico. Las formas sero (+) se presentan en el 70 %
de los casos, presentando además de los síntomas
articulares manifestaciones cutáneas, vasculitis y
afectación de los demás órganos de la economía. Dentro
de las variantes de la AR se encuentra la AR juvenil,
que se caracteriza por presentar artritis continua y
persistente de una o más articulaciones en menores de 16
años y con una duración mínima de los síntomas de 6
semanas. Tiene 3 formas de presentación, una
poliarticular, la más frecuente, afectando 5
articulaciones o más, la forma oligoarticular, si afecta
4 articulaciones o menos y la forma sistémica o
enfermedad de Still, que se caracteriza por la presencia
de fiebre, rash cutáneo linfadenopatiar y
hepatoesplenomegalia, asociadas al cuadro articular. El
diagnóstico de esta enfermedad se realiza por una serie
de criterios establecidos por el American College of
Rheumatology, los cuales son válidos siempre y cuando se
descarten otras patologías reumatológicas, infecciosas o
neoplásicas. Me surge el interrogante de si nuestra
paciente verdaderamente presentó una AR juvenil ya que
no puedo descartar otra patología reumatológica asociada
que cause las lesiones vasculares isquémicas a nivel de
SNC.
Las vasculitis primarias
que afectan al SNC son la arteritis de Takayasu,
poliarteritis nodosa, arteritis de células gigantes,
enfermedad de Kawasaki, púrpura de Henôch- Schonlein y
la angitis primaria del SNC.
Si bien las vasculitis más
frecuentes en pacientes jóvenes son la enfermedad de
Kawasaki y la púrpura de
Henôch-Schonlein, es excepcional la afectación
del SNC sin el compromiso de otros órganos previamente,
por lo que considero que es un diagnostico alejado. La
angitis primaria del SNC y la
arteritis de células gigantes se presentan con
mayor frecuencia en pacientes adultos, por lo que
considero alejada la posibilidad de que nuestra paciente
presente alguna de estas vasculitis.
Con respecto a la
panarteritis nodosa (PAN), es una vasculitis
necrotizante de pequeños y medianos vasos que afecta
preferentemente a hombres, con una edad que varía entre
los 40 y 60 años, pero hay reportes en la bibliografía
de pacientes jóvenes en los cuales se realizó el
diagnóstico de esta enfermedad. Clínicamente, puede
comenzar como un cuadro inespecífico de fiebre mialgias
y artralgias, que posteriormente puede agregar lesiones
cutáneas, renales, cardíacas, musculares,
gastrointestinales, SNC y SNP. La afectación del SNC se
ve aproximadamente en un 10% de los pacientes que
presentan PAN. La incidencia de la enfermedad varía
entre 4-9 casos por millón de habitantes, haciendo esta
patología muy infrecuente. Creo que la afectación
vascular del SNC en la paciente por esta enfermedad es
muy poco probable, ya que es joven, mujer y que no reúne
los criterios diagnósticos.
Otra de las vasculitis primarias que afectan al SNC se
encuentra la arteritis de Takayasu, la cual es una
vasculitis de etiología aún desconocida, con una
incidencia anual de 1.2-2,6 casos nuevos por millón de
habitantes. Afecta por lo general a mujeres jóvenes en
un rango de edad que varía de los 10 a los 40 años.
Compromete grandes y medianos vasos, principalmente la
aorta y sus ramas, siendo la arteria subclavia la más
afectada en un 93%, seguido por la carótida primitiva
con un porcentaje del 58%. Dichos datos fueron obtenidos
de un estudio, donde se observó qué vasos estaban
afectados con mayor frecuencia al momento de la
realización de los estudios angiográficos. En lo que
hace a la patogenia, es una panarteritis, ya que
presenta infiltrado mononuclear y de células gigantes en
toda la estructura del vaso sanguíneo afectado,
produciendo proliferación de la íntima con fibrosis,
cicatrización y neovascularización de la media, rotura y
degeneración de la elástica. Esto produce no sólo la
obstrucción del vaso, sino la posibilidad de formación
de dilataciones aneurismáticas. Clínicamente, el
comienzo puede ser insidioso e inespecífico, previo a la
aparición de síntomas relacionados con los órganos
afectados, los cuales pueden presentarse años después
del comienzo de los primeros síntomas. En un 50% de los
casos, la enfermedad comienza con un cuadro inespecífico
de fiebre, mialgias y artralgias, y posteriormente
síntomas relacionados con la afectación de los vasos
sanguíneos. Lo más frecuente de observar es dolor y
claudicación en miembros superiores, como así también
vértigos, cefalea, convulsiones o lesiones vasculares
isquémicas como única manifestación de la enfermedad. Si
bien está descripta la afectación de otros órganos como
corazón, pulmón y el aparato gastrointestinal, la
frecuencia de compromiso de estos órganos es menor y
menos frecuente a la producida por la afectación de los
órganos irrigados por la arteria subclavia y carótida
primitiva común, que son los vasos más afectados en esta
enfermedad. Es importante remarcar que hay reportes en
la bibliografía consultada, en la que pacientes cuyo
cuadro había sido diagnosticado como AR juvenil al
comienzo, en la biopsia de lesiones cutáneas se
observaron lesiones compatibles con vasculitis a nivel
de los pequeños vasos, dando años después
manifestaciones clínicas y diagnostico de arteritis de
Takayasu.
Con respecto a datos de laboratorio hallados en esta
enfermedad, no hay analítica específica que oriente al
diagnóstico de la enfermedad, sólo valores de PCR, VES y
alfa 2 globulina elevados, siendo los valores de
laboratorio inmunológico no específicos y más
frecuentemente negativos.
En cuanto al tratamiento de esta enfermedad, la
prednisona 45-60 mg/día reduce los síntomas, pero no
existen estudios convincentes de que mejore la
supervivencia. Se vio que durante los signos y síntomas
agudos, la combinación de glucocorticoides junto con en
tratamiento quirúrgico o angioplástico de los vasos
estenosados ha mejorado considerablemente el desenlace.
También se redujo la morbilidad al reducir los riesgos
de apoplejía, corregir la HTA por la estenosis renal y
mejorar la irrigación de las vísceras y extremidades
isquémicas. Vale aclarar que sólo se deben operar las
aterías cuando se ha regulado el proceso inflamatorio
con tratamiento médico.
Hay un porcentaje considerable, cercano al 50%, que no
responden a glucocorticoides o se deben mantener dosis
altas durante periodos prolongados. En esos casos, la
combinación de corticoides con metotrexate o azatioprina
ha producido resultados alentadores.
La American College of Rheumatology estableció una serie
de criterios diagnósticos, en los cuales la presencia de
3 de los 6 criterios establecidos, tuvo una sensibilidad
y especificidad diagnóstica del 90%y 97%
respectivamente.
Volviendo al cuadro clínico de nuestra paciente, que
inicialmente presentó un cuadro de poliartralgias,
lesiones cutáneas, fiebre y cefalea asociadas a lesiones
isquémicas del SNC, que presento 3 episodios de
similares características al actual en los últimos 5
años, que al examen físico se constata una diferencia de
PA de 10 mmhg, que mejora con glucorticoides y ante la
falta de un estudio completo del árbol vascular,
considero a esta enfermedad un diagnóstico probable.
Como conclusión, creo que estamos ante una enfermedad
inmunológica, sin poder determinar de cuál se trata.
Probablemente estemos frente a una vasculitis, que
afecta a SNC, pero que ante la falta de un estudio
completo del árbol vascular no puedo descartar que
afecte a otros órganos de la economía. Estamos ante una
enfermedad que presentó mejoría clínica con
glucorticoides y que probablemente sea remitente.
Como conducta sugiero continuar con prednisona a razón
de 1mg/kg/día, continuar con heparina de bajo peso
molecular mientras dure el embarazo. Me planteo la
posibilidad de comenzar con azatioprina, más allá de que
sea una droga clase D en el embarazo.
Pasadas las 16 semanas de embarazo, realizar una nueva
RNM y angio RNM de cráneo, aorta y sus ramas; y si estos
no son concluyentes luego del parto, realizar una TC
multislice para estudiar el estado de sus vasos
sanguíneos.
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 11 de marzo de 2010, a cargo del
Dr. Frigieri Nicolás. |
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