Discusión del
caso clínico
Dra. Esilda
Giancola
Voy a discutir el caso de un varón de 46 años etilista y
ex-tabaquista, que en los últimos 6 meses presentó
diagnóstico de con hipertensión y fibrilación auricular
y consulta por un cuadro que incluye progresivamente
pérdida de peso, edemas periféricos y disnea. Al examen
físico presenta hallazgos compatibles con insuficiencia
cardíaca congestiva (ICC) descompensada, en forma
concordante con la miocardiopatía dilatada diagnosticada
por ecocardiografía. Además, presenta lesiones cutáneas
papulares. Como dato guía inicial voy a utilizar la
miocardiopatía dilatada y el cuadro clínico compatible
con ICC descompensada.
Según los criterios de Framingham para diagnóstico de
ICC presenta 3 criterios mayores y 5 menores, por lo el
diagnóstico es inequívoco. Ahora bien, ¿cuál es la causa
de la ICC? Sabemos el paciente que presenta una
miocardiopatía dilatada, pero ¿es causa o consecuencia?
Cuando nos referimos a miocardiopatía dilatada (MCPD)
nos referimos a trastornos que afectan al músculo
cardíaco (particularmente al citoesqueleto), que son
causa frecuente del síndrome de insuficiencia cardíaca
en pacientes entre los 20 y 60 años. La forma de
presentación más frecuente incluye disnea, ortopnea,
disnea paroxística nocturna, edemas periféricos. A veces
se acompaña de arritmias o disturbios en la conducción
eléctrica. También existen formas polares, pudiendo ser
asintomática, o bien presentarse con un cuadro de muerte
súbita. En muchas oportunidades (50%) no se llega a un
diagnóstico etiológico, y se asume como idiopática.
Cuando las causa es identificable, las más frecuentes
son: miocarditis virales (9%), enfermedad isquémica
(7%), enfermedades infiltrativas (5%) hipertensión
arterial (4%), infección por HIV (4%), enfermedades del
tejido conectivo (3%), abuso de drogas (3%) y
doxorrubicina (1%). Como podemos ver, las causas más
frecuentes en la población general también son las
causas más probables en este caso. Las miocarditis
virales, la enfermedad isquémica y la hipertensión
arterial serían las más probables. La MCPD de origen
isquémico no se podría descartar sin previamente
realizar estudios para evaluar la circulación coronaria.
La MCPD de causa hipertensiva sería también probable, ya
que el paciente presenta historia de esta enfermedad,
pero quedaría más alejada al observar las
características del miocardio en el ecocardiograma (miocardiopatía
dilatada, sin hipertrofia). Dentro de las causas por
abuso de sustancias tenemos la MCPD secundaria a consumo
de alcohol, que en nuestro paciente sería una de las
causas más probables debido al antecedente positivo y
claro.
La MCPD por infección viral es la más frecuente,
los virus involucrados descriptos son: coxsackie,
influenza, adenovirus, echovirus, citomegalovirus y HIV.
Debemos sospecharla en hombres jóvenes con anormalidades
cardíacas de comienzo reciente (ICC y arritmias) y una
historia previa de infección en VAS y/o
gastrointestinales con componente sistémico importante.
Es una causa probable a tener en cuenta en este caso por
su frecuencia, pero el paciente niega antecedente de
cuadro viral como el antes descripto. No obstante,
algunas veces estos cuadros pueden ser silentes u
oligosintomáticos.
La MCPD de origen isquémico (secundaria a
arteriosclerosis coronaria) es muy frecuente, dando
cuenta de casi la mitad de los casos de MCPD de origen
conocido. La mayoría de estos pacientes tienen
enfermedad coronaria conocida, lo que no es caso de
nuestro paciente. Sin embargo, la enfermedad coronaria
oculta es un fenómeno bien descripto. Este dato, sumado
a la posibilidad de la reversión del daño del miocardio
hibernado, hace que sea razonable realizar una
coronariografía en los casos en que se sospecha
enfermedad coronaria, así como en aquellos casos en los
que la causa no es clara o improbable de establecer.
Creo que esta conducta sería apropiada en este caso.
En cuanto a la MCPD por etanol sabemos que el
daño al miocito se produce a través de la formación de
radicales libres. El desarrollo de enfermedad cardíaca
se encuentra relacionado al consumo de alcohol y a la
duración del mismo (más de 80-90g/día por más de 5
años). La abstinencia mejora el cuadro clínico siempre
que el diagnóstico de la enfermedad sea temprano. La
prevalencia es igual en mujeres y en varones sin
diferencias significativas. En un estudio donde se
incluyeron 150 pacientes alcoholistas, 50 de los cuales
eran mujeres y 100 hombres, en 1/3 de los casos se
evidenció dilatación del ventrículo izquierdo y se
correlacionó con la presencia de cirrosis y ciertas
arritmias. La fibrilación auricular fue la arritmia más
frecuente (presente nuestro paciente), así como la
prolongación del intervalo QT, que conlleva a mayor
riesgo de arritmias ventriculares graves. Por lo
descripto anteriormente la presencia de ICC, el
antecedente del consumo de alcohol y de cardiomegalia
hace sospechar el diagnóstico de esta entidad, que
podría inferirse al observar una mejoría de la función
ventricular con la suspensión del hábito etílico, lo
cual acercaría mucho el diagnóstico.
También nombrar a la MCPD por taquicardia
descripta en pacientes con taquicardia
supraventriculares como fibrilación auricular. El
mecanismo no es claro existe disminución de la
contractilidad del miocito con alteración de la
arquitectura del miocardio y disminución sensibilidad de
la célula al calcio. La FA tiene mayor riesgo de
miocardiopatía, y la restauración del ritmo sinusal o el
control de la frecuencia cardíaca mejorarían la fracción
de eyección. En caso de ser crónica produce alteraciones
estructurales que responden poco al tratamiento. En
estos casos suele existir disfunción sin dilatación.
Este paciente presenta fibrilación auricular, la que no
queda claro si es secundaria a alteración estructural
del miocardio, a HTA, a un trastorno de la conducción o
a cuadro endócrino como el hipertiroidismo. Este último
no obstante no lo creo probable ya que el laboratorio de
función tiroidea actual es normal (sin mediar
tratamiento alguno), por lo que considero que el
laboratorio anterior es erróneo.
Para evaluar un paciente con miocardiopatía dilatada lo
primero que se debe realizar es un interrogatorio
minucioso dirigido a buscar la causa probable, y
solicitar estudios analíticos y de imágenes para
caracterizar la lesión estructural del miocardio. Una
vez arribado al diagnóstico de MCPD se debe tener en
cuenta la progresión o no de los síntomas durante el
tratamiento adecuado. En caso que responda al
tratamiento se debe continuar con el tratamiento para la
ICC y evaluar en tiempo prudencial. En caso de que el
cuadro sea refractario al tratamiento, se puede
considerar la realización de una biopsia
endomiocárdica (BEM). No obstante, es discutido el
valor de la BEM en pacientes con MCPD, ya que no existen
caracteres morfológicos exclusivos de esa enfermedad que
orienten a una terapéutica diferencial en la mayoría de
los casos. Por ello, las indicaciones se limitaban al
monitoreo del rechazo post-trasplante, al monitoreo de
cardiotoxicidad por ciertas drogas y al diagnóstico de
enfermedades específicas del músculo cardíaco.
La factibilidad de obtener un diagnóstico diferencial de
tipo histológico unido al desarrollo de nuevas
posibilidades terapéuticas, son factores que
seguramente contribuirán seguramente al incremento
futuro en la práctica de la BEM. Por todo lo dicho, no
creo apropiado utilizar este método en nuestro paciente.
Con respecto a las lesiones cutáneas, las podemos
incluir dentro de las dermatosis papulosas. Dentro de
este grupo, el prurigo es la causa más probable.
Es una patología cutánea de etiología dudosa o
desconocida, caracterizadas por prurito intenso y
lesiones papulosas y/o vesiculosas, asociadas a
condiciones exógenas o endógenas. Se divide en prurigo
agudo, subagudo y crónico. Las causas incluyen picaduras
de insectos, atopía, estrés emocional, malabsorción,
atopía y enfermedades malignas, del colágeno e
infecciosas. Sus características diferenciales son:
•
Prurigo agudo:
son lesiones tempranas se deben a reacción de
hipersensibilidad de tipo I (mediada por IgE), seguida
por un mecanismo de hipersensibilidad de tipo IV
(mediado por células T) que produce lesiones tardías. En
niños produce pápulas rosadas de consistencia firme, con
vesícula en el vértice pruriginosa, de aspecto polimorfo
•
Prurigo subagudo:
se da en pacientes de mediana edad, con mayor frecuencia
en mujeres. De etiología no bien conocida y evolución
más prolongada (semanas), produce lesiones erosivas, que
dejan áreas residuales hipo o hiperpigmentadas.
•
Prurigo crónico:
es una dermatosis
crónica caracterizada por nódulos pruriginosos
irregulares e hiperqueratósicos, con depresión
crateriforme central de 0,5 a 3 cm de diámetro. Ocurre
en personas de 20 y 60 años, asociado a acantosis muy
frecuentemente.
Nuestro paciente probablemente presente esta enfermedad,
por lo que se ha realizado biopsia de lesiones y estamos
a la espera de la misma para confirmar el diagnóstico.
Concluyendo, considero oportuno continuar con el
tratamiento de HTA e ICC, además de iniciar
anticoagulación. Sería apropiado realizar una
cinecoronariografía para descartar la causa isquémica,
que tendría terapéutica específica. Obviamente sería
óptimo suspender el hábito etílico y evaluar en el
tiempo si hay cambios en la fracción de eyección. En
caso de no llegar a un diagnóstico preciso y no ver
cambios con las medidas, consideraría la MCPD como
idiopática, y continuaría con iguales medidas. La
biopsia endomiocárdica solo sería razonable en caso de
que todo lo anterior se acompañara de una franca
desmejoría y refractariedad a los tratamientos
instaurados. También es importante también realizar
tratamiento sintomático de la dermatosis y esperar
resultado de biopsia cutánea.
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Abelmann, WH, Lorell, BH. The challenge of
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 22 de septiembre de 2010, a cargo de la
Dra. Giancola Esilda. |
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