Discusión del
caso clínico
Dra. María
Virginia Vadalá
Voy a discutir el caso de un paciente varón de 50 años,
hipertenso, insuficiente renal crónico, con masas
subcutáneas múltiples desde la infancia, diagnóstico de
masa renal derecha hace 5 años y un cuadro de epistaxis
severa reciente. Ingresa para estudio de reagudización
de síndrome vertiginoso, hallándose en el examen físico
exoftalmos izquierdo, y en estudios por imágenes
múltiples lesiones a nivel de SNC, senos paranasales,
pulmonares y renales bilaterales.
Dado que se trata de un paciente con afectación de
múltiples órganos me planteo dos interrogantes:
¿Estamos en presencia de una enfermedad única o son
varias enfermedades que coexisten?
¿Se trata de manifestaciones comunes de una enfermedad
rara o manifestaciones atípicas de una enfermedad común?
Pensando en un cuadro único que justifique todos los
hallazgos, quiero mencionar una serie de enfermedades
hereditarias que precisamente presentan esta
característica de afección orgánica múltiple:
·
Neurofibromatosis
·
Esclerosis tuberosa
·
Enfermedad de Von Hippel-Lindau
·
Las neurofibromatosis son enfermedades que
ocurren por mutación genética, de transmisión autosómica
dominante, siendo el 50% de los casos familiares (1,2).
La edad de diagnóstico es en promedio de 20 años (3).
Como características distintivas la neurofibromatosis
tipo 1 o enfermedad de Von Recklinghausen es
un síndrome neurocutáneo que presenta las típicas
maculas café con leche, pecas axilares y neurofibromas
en piel y el desarrollo de tumores benignos y malignos a
lo largo de la enfermedad (gliomas, astrocitomas,
neurofibrosarcomas) (4).La neurofibromatosis tipo 2
da tumores en SNC múltiples y bilaterales como
meningiomas y schwanomas vestibulares(5,6).En ambas el
diagnóstico es clínico para lo cual se desarrollaron
criterios diagnósticos (7), confirmándolo molecularmente
siempre que sea posible.El paciente del caso clínico no
presenta las lesiones cutáneas antes mencionadas,
tumores tipo schwanomas o meningiomas ni antecedentes
familiares. Asimismo la edad de presentación no es
acorde con la de este paciente, por lo cual lo considero
como un diagnostico improbable.
La esclerosis tuberosa es
un trastorno autosómico dominante, con una incidencia de
aproximadamente 1/5.000-10.000 nacidos vivos (9). Ocurre
por mutación genética. Sólo un tercio de los
casos son de tipo familiar.
Los casos no familiares
se deben a mutaciones espontáneas o mosaicismo.Consiste
en el desarrollo de múltiples hamartomas benignos del
cerebro, ojos, corazón, pulmón, hígado, riñón y piel.
Esta enfermedad es muy variable en su expresión y
severidad, variando considerablemente entre los
individuos afectados, dentro de la misma familia, y de
una familia a otra (8). Las características clínicas más
llamativas son: a nivel de piel, los angiofibromas
faciales y los fibromas ungueales y periungueales. A
nivel de SNC, los hamartomas se presentan como
tubérculos corticales y nódulos subependimarios. También
presentan mayor incidencia de astrocitomas. Finalmente a
nivel renal se pueden encontrar angiomiolipomas, quistes
y en 1-2% de los casos, carcinoma de células renales
(10).Los
angiomiolipomas son las anormalidades renales más
comunes, afectan a ambos órganos, suelen ser múltiples y
a menudo asintomáticas.
Están compuestos por distintas proporciones de tejido
adiposo, músculo liso y vasos sanguíneos de pared gruesa.
La hemorragia espontánea puede originar dolor del
flanco, náusea y vómito, hematuria e incluso hemorragia
retroperitoneal que puede ser fatal. Las lesiones
grandes de más de 4 cm. de diámetro a menudo originan
dolor y hemorragia y a veces obligan a extirparlas
quirúrgicamente. Los carcinomas multicéntricos y
bilaterales de células renales aparecen con mayor
frecuencia en casos de esclerosis tuberosa.El
diagnóstico de esclerosis tuberosa se hace clínicamente,
lo cual ocurre en promedio a los 10 años de vida.
Los criterios para el diagnóstico de esclerosis
tuberosa, elaborado por una conferencia de consenso en
1998, se basan en características clínicas
específicas(11).Este paciente no
presenta estas lesiones cutáneas, tampoco las imágenes
intracerebrales características de hamartomas y
fundamentalmente no se correlaciona con la edad de
presentación de la enfermedad por lo cual creo poco
probable este diagnóstico.
La enfermedad de Von Hippel-Lindau es
un trastorno hereditario de transmisión autosómico
dominante.Se produce por una anormalidad en el gen VHL
(cromosoma 3). Ocurre en 1/36.000 recién nacidos. El
producto génico de éste en condiciones normales es una
proteína supresora de tumores. Si se altera, se pierde
este mecanismo de supresión (12).Las manifestaciones
iniciales de la enfermedad pueden ocurrir en la niñez,
adolescencia o edad adulta, con una edad media de
presentación inicial de unos 26 años.Se manifiesta por
una variedad de tumores benignos y malignos que incluye:
·
hemangioblastomas del SNC, que
son las lesiones más
comunes asociadas con la enfermedad de VHL, que afecta
al 60 - 84 por ciento de los pacientes.
Son neoplasias benignas capilares ricas en vasos,
que no invaden a nivel local o dan metástasis. Dan
síntomas por compresión local y por sangrados. Pueden
permanecer latentes o pueden presentarse con un
crecimiento acelerado.La localización más
común es en la fosa posterior, tanto en los hemisferios
como en el vermis cerebeloso, tronco cerebral y
ocasionalmente pueden verse en el IV ventrículo. Otras
localizaciones son la medula espinal (2-3% de tumores
espinales); en ocasiones pueden ser intraventriculares,
supratentoriales, siendo la localización en el nervio
óptico o en nervios periféricos excepcional.
Los pacientes con hemangioblastomas asociados a VHL
tienden a ser más jóvenes que aquellos con
hemangioblastomas esporádicos con una edad media al
diagnóstico de una serie de 29 años. Además suelen ser
múltiples y con localizaciones atípicas.
En la TC, la densidad del
hemangioblastoma depende de los
componentes
quístico y/o sólido; con
hipodensidad e
isodensidad respectivamente, y refuerzo
homogéneo
postcontraste en éste último.De todas
maneras, la RMI es el método de elección para
caracterizar bien estas lesiones.Este paciente presenta
lesiones de aspecto similar en TC (faltando el
componente quístico), las imágenes son múltiples y la
localización atípica, que son características de los
hemangioblastomas asociados a VHL. En relación a esto en
la literatura está descripto un caso de hemangioblastoma
intraventricular como forma de presentación de un VHL
(13).
·
Carcinomas de células claras renales: se producen en
aproximadamente dos tercios de los pacientes(12). La
edad media de inicio es de 44 años. Son a menudo
multicéntrico y bilaterales. El riesgo de enfermedad
metastásica parece ser baja, siempre y cuando el
paciente se controle cuidadosamente.
·
Tumores del saco endolinfático del oído medio: son
lesiones vasculares que surgen dentro del hueso temporal
posterior. Las manifestaciones clínicas comunes incluyen
pérdida de la audición, tinnitus y vértigo (14). Se
presentan a una edad temprana en los pacientes con VHL,
en los que a menudo son bilaterales. El método por
imagen de elección es la RMI.
·
Feocromocitomas: se presentan en pacientes más jóvenes,
suelen ser múltiples o extra-adrenales, y tienen menos
probabilidades de estar asociada con síntomas en
comparación con los que se producen en pacientes sin
VHL.
·
Cistoadenomasserosos y los tumores neuroendocrinos del
páncreas: Son generalmente asintomáticos.
·
Cistoadenomaspapilares del epidídimo y ligamento ancho
·
Angiomas de retina
Aunque los criterios clínicos fueron desarrollados
originalmente para el diagnóstico de la enfermedad de
VHL, este se basa principalmente en la detección de una
mutación germinal en el gen VHL. El paciente del caso
clínico tiene imágenes en SNC que podrían corresponder a
hemangioblastomas y masas renales bilaterales y
multicéntricas. Si bien faltan otros hallazgos
considero a la enfermedad de VHL como diagnóstico
probable.
Luego de haber analizado enfermedades infrecuentes y
volviendo a los interrogantes antes mencionados,
consideraré la posible presencia de una enfermedad
comúncuyas manifestaciones no son las
habituales.Teniendo en cuenta que el paciente presentó
como primeros síntomas hematuria, dolor y masa palpable
abdominal (confirmada como masa renal por ecografía),
debemos considerar la posibilidad de estar frente a un
cáncer renal y que éste pueda explicar el resto de las
manifestaciones clínicas.
El carcinoma de células renales se origina en la
corteza renal, constituyendo el 80-85 % de las
neoplasias renales primarias. Le siguen en frecuencia,
los carcinomas de células transicionales de la pelvis
renal (8 %), oncocitomas, tumores del conducto colector
y los sarcomas renales, entre otros.Se produce
predominantemente en la sexta a octava década de vida,
es inusual en pacientes menores de 40 años de edad.Los
factores de riesgo son el tabaquismo, la exposición a
tóxicos, obesidad, enfermedades renales terminales y
factores genéticos.
En relación a estos últimos,
existen ciertos trastornos hereditarios, que predisponen
el desarrollo de cáncer renal. Estas enfermedades
incluyen el cáncer hereditario papilar renal, el
síndrome de leiomatosis hereditaria, la enfermedad de
Von Hippel-Lindau, el síndrome de Birt-Hogg-Dube y la
esclerosis tuberosa.Muchos
pacientes son asintomáticos hasta que la enfermedad está
avanzada. En la presentación, aproximadamente el 25 % de
las personas o bien tienen metástasis a distancia o
enfermedad avanzada locorregional(15).Los pacientes con
enfermedad localizada se puede presentar con una amplia
gama de síntomas y/o anormalidades de laboratorio, o
pueden ser diagnosticados de forma incidental.
Hay una mayor frecuencia de diagnóstico incidental
debido a los procedimientos radiológicos realizados para
otras indicaciones. Los
síntomas de presentación más frecuentes son hematuria,
masa abdominal y dolor. Esta tríada clásica se
produce en un 9 % de los pacientes; cuando están
presentes, sugiere enfermedad localmente avanzada. Otros
síntomas y signos están relacionados con la invasión de
estructuras adyacentes o metástasis a distancia:
varicocele, infiltración de la vena cava
inferior.También pueden presentarse con síntomas
paraneoplásicos, siendo los más frecuentes: anemia,
fiebre, hipercalcemia, eritrocitosis, trombocitosis,
etc.Por la diversidad de síntomas con los cuales puede
presentarse el cáncer renal ha dado en que se lo llame
el “tumor del internista”.Respecto de los métodos
diagnósticos se encuentra la ecografía, la TAC y la RMI.Aunque
la ecografía es menos sensible que la TAC en la
detección de una masa renal, es útil para distinguir un
quiste benigno simple de un quiste más complejo o de un
tumor sólido.La RMI puede ser especialmente valiosa para
identificar la presencia y / o grado de participación
del sistema de excretor y/o la vena cava inferior.El
diagnóstico definitivo está dado por la anatomía
patológica. La muestra puede obtenerse mediante una
biopsia de una metástasis, pero la nefrectomía total o
parcial se utiliza en la mayoría de los casos para
obtener tejido para el estudio histológico.El pronóstico
está determinado por la extensión de la enfermedad, la
histopatología y los factores clínicos. La extensión
anatómica de la enfermedad es el factor más consistente.
Se valora a través del sistema TNM. De acuerdo a este se
divide en 4 estadios.La
mediana de supervivencia para los pacientes con
enfermedad en estadio IV (T4 tumor primario, la
participación de N2, o metástasis a distancia) es de 16
a 20 meses desde el momento del diagnóstico y la tasa de
supervivencia a cinco años es menor del 10 % (16).En
cuanto a la histopatología, si el subtipo de tumor (es
decir, de células claras en comparación con el carcinoma
papilar o cromófobo) afecta el pronóstico, es
controvertido. Dentro de los factores clínicos los
signos de mal pronóstico incluyen un mal estado general,
la presencia de síntomas y / o síndromes paraneoplásicos
(por ejemplo, la anemia, la hipercalcemia, hepatopatía,
trombocitosis, fiebre, pérdida de peso), y la obesidad.
Considerando la posibilidad de que las lesiones renales
sean tumorales y las demás masas sean metástasis de
éste, tendré en cuenta las características más salientes
de las mismas. Los
sitios más comunes de la enfermedad metastásica del
cáncer renal son los pulmones, los huesos, el
hígado, la fosa renal y el cerebro.Las metástasis de
pulmónse han reportado en 29-54 % de los pacientes con
cáncer renal. Más del 90 % de éstas se diagnostican
cuando el paciente está asintomático. Las metástasis
óseas se han observado en 16-31 % de los pacientes.
Habitualmente se presentan con dolor localizado.Para la
vigilancia en los pacientes asintomático se han incluido
el uso de la gamma grafía y el seguimiento de la
fosfatasa alcalina sérica. Las metástasis
cerebralesse producen en 2-10 % de los pacientes y son
sintomáticas en más del 80 % de los casos.
Se acompañan de otros
sitios de enfermedad metastásica en la mayoría de los
casos.
Indican un muy mal pronóstico. Se localizan
preferentemente en los hemisferios y suelen ser únicas.
Clínicamente los pacientes suelen presentar algún tipo
de déficit neurológico, crisis convulsivas, cefaleas por
hipertensión intracraneal. El diagnóstico de sospecha se
realiza en pacientes sintomáticos mediante TAC craneal,
confirmándose mediante biopsia. Son comunes también las
lesiones hepáticas. Dentro de los sitios inusuales de
metástasis son a nivel ocular, laríngeo, gástrico,
pancreática, suprarrenal, escrotal, peneana, en injerto
renal y en senos paranasales(17). En cuanto a esta
última localización, solo hay menos de 100 casos
reportados en la literatura. Se caracterizan por ser
hipervascularizadas y presentarse clínicamente con
epistaxis, obstrucción nasal y síntomas por compresión e
invasión local (18). Este paciente presenta los síntomas
y los signos imagenológicos de un tumor en senos
paranasales, por lo cual creo probable que sea
secundario al cáncer renal, si bien como se mencionó
anteriormente, no es lo más frecuente.
Otro de los problemas que padece el paciente son masas
subcutáneas múltiples que han permanecido invariables
desde la infancia.Si bien la lista de patologías que
pueden dar afección cutánea y subcutánea es extensa, las
características macroscópicas coinciden con la presencia
de lipomas.Los
lipomas son colecciones de células adiposas
maduras, delimitada por una fina cápsula fibrosa, y
pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo donde se
unen las células de grasa. Usualmente se encuentran
superficialmente en el tejido subcutáneo, pero puede más
raramente implicar la fascia profunda o muscular. El
diagnóstico es clínico basándose en el hecho de que los
lipomas son blandos, asintomáticos y no suelen aumentar
rápidamente. Si causan síntomas (dolor o la restricción
de movimiento),crecen rápidamente, o es de consistencia
dura la biopsia está indicada. Con frecuencia, los
pacientes pueden tener más de un lipoma, y en ocasiones
pueden tener una condición genética que resulta en
lipomas numerosos llamada lipomatosis familiar
múltiple (19). Existe un familiar del paciente con
lesiones semejantes desde la infancia, por lo cual es
factible que presente dicha condición.
Como conclusión, y dando respuesta a las preguntas
planteadas al inicio, considero que estamos en presencia
de una enfermedad común como es el cáncer renal, el cual
a través de metástasis habituales e inusuales explica,
si no todas, la mayoría de las manifestaciones delcaso
clínico. De todas formas no podemos dejar de tener en
cuanta una patología hereditaria subyacente debido a que
el paciente es joven y que los tumores renales son
bilaterales y multifocales, hecho no habitual en los
casos esporádicos.Como conductas planteo llegar al
diagnóstico anatomopatológico, obteniendo la biopsia de
un lugar accesible como la lesión observada en fosa
nasal izquierda. Asimismo la realización de una
resonancia magnética por imágenes para caracterizar las
lesiones en SNC y tratamiento farmacológico adecuado del
síndrome vertiginoso. Replantearía la realización de la
nefrectomía debido a que el paciente tiene una
insuficiencia renal crónica de base, los tumores son
múltiples y bilaterales. Teniendo en cuenta el mal
pronóstico de esta enfermedad, el posible requerimiento
de diálisis deterioraría aún más la calidad de vida del
paciente. Dado la complejidad del caso es necesario la
evaluación y seguimiento en conjunto de los servicios de
clínica médica, otorrinolaringología, urología y
nefrología.
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 3 de marzo de 2011, a
cargo de la
Dra. María Virginia Vadalá. |
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