Discusión del
caso clínico
Dra. María Soledad Maroni
Se
discute el caso clínico de un paciente varón, de mediana
edad, insuficiente renal crónico en hemodiálisis, por
glomeruloesclerosis focal y segmentaria, que presenta
cuadro de pérdida de peso y derrame pleural con
características de exudado a predominio de células
mononucleares. Como antecedente, se le había realizado
una biopsia pleural que mostraba una pleuritis crónica
inespecífica y presencia de granulomas sin necrosis
caseosa ni bacilos ácido alcohol resistente. La
citología del líquido pleural fue negativa para células
neoplásicas. Un dato importante es la presencia de un
valor de ADA en el líquido pleural de 48.7 U/L. Por
estos hallazgos empieza tratamiento antibacilar pero
persiste con síntomas. Presenta episodios de hipotensión
e hiperpotasemia y mientras se realizaba TAC el paciente
presenta paro cardiorrespiratorio sin respuesta a las
maniobras de reanimación.
Del
análisis de lo dicho anteriormente hay dos datos a
remarcar. Por un lado, la presencia de derrame pleural
recidivante con granulomas en la biopsia y, por otro, el
conjunto de factores que inciden sobre nuestro paciente
que hacen que finalmente fallezca a pesar del
tratamiento.
El
primer paso que se debe realizar ante un paciente que
presenta un derrame pleural es diferenciar si se debe a
un trasudado o exudado. Nuestro paciente presenta un
exudado por esto vamos a analizar las causas que pueden
producirlo.
El
derrame pleural con características de exudado puede ser
debido a un inadecuado drenaje de linfático del espacio
pleural o por inflamación de la misma. En pacientes con
insuficiencia renal crónica (IRC) son muchas las causas
que pueden llevar a la formación de un derrame
pleural:1) Insuficiencia cardíaca crónica, 2) Aumento
del riesgo de infecciones 3) Enfermedades sistémicas que
cursan con compromiso pleural (ej.: LES) 4)
Pericarditis urémica 5 ) Aumento del riesgo de ciertas
neoplasias 6) Embolia pulmonar 7) Pleuritis urémica por
algún microorganismo.
Más allá
de todos estos datos nuestro paciente cuenta con el
resultado de una biopsia pleural que informa la
presencia de granulomas.
Pleuritis Granulomatosa:
El diagnóstico diferencial incluye infección tuberculosa
o fúngica, sarcoidosis, o enfermedades como la
granulomatosis de Wegener. En la mayoría de los casos la
presencia de granulomas necrotizantes sugiere infección.
Sarcoidosis:
Aunque el compromiso pulmonar es frecuente (más del 90%
de los pacientes), el compromiso pleural es poco común
como manifestación. La incidencia de derrame pleural
asociado a sarcoidosis es aproximadamente del 5 % pero
se han reportado hasta el 7,5%. Pacientes con derrame
pleural asociado a la sarcoidosis generalmente presentan
una enfermedad con compromiso extenso del parénquima
(Estadios 2 o 3) y frecuentemente tienen compromiso
extra torácico. En la radiografía de tórax se observa
derrame pequeño a moderado uni o bilateral aunque
también se han descrito derrames masivos. El diagnóstico
de derrame pleural asociado a sarcoidosis se efectúa
cuando la tuberculosis y las micosis han sido
descartadas, es decir su diagnóstico es por exclusión.
En ocasiones puede resolver espontáneamente o requiere
corticoides. El tiempo de resolución es variable pero la
mayoría resuelve en 1 a 3 meses. Se han reportado casos
de resolución en tres semanas con el empleo de
corticoides. El manejo de esta entidad debe ser guiado
por las manifestaciones clínicas. En ausencia de
síntomas, el derrame suele resolver solo. Pero si el
derrame es sintomático y recurrente, está indicado el
tratamiento esteroide hasta la resolución del mismo. Se
han reportado casos de resoluciones incompletas que
llevaron al engrosamiento pleural.
Histoplasmosis:
La
mayoría de los derrames pleurales asociados a
histoplasmosis son unilaterales, con un alto número de
proteínas y de linfocitos, y están causados por una
extensión continua del parénquima pulmonar, por vía
hematógena, por respuesta inflamatoria por
hipersensibilidad al antígeno del histoplasma o por una
simultánea infección del pericardio. El diagnóstico
definitivo se realiza aislando el germen del líquido
pleural o de muestra histológicas, pero estos
generalmente no dan gran ayuda para el diagnóstico. Los
tests serológicos también pueden ayudar al diagnóstico.
Los mismos raramente son negativos a menos que el
paciente presente algún tipo de inmunodepresión o una
enfermedad diseminada. En las histoplasmosis diseminada
en pacientes inmunocompetentes, el hongo puede ser muy
difícil de detectar debido a que hay una relación
inversa entre la presencia de un gran número de
microorganismos y la intensidad en la formación del
granuloma asociado con fibrosis del pulmón y de la
pleura. En contraste, en pacientes inmunodeprimidos los
granulomas son pobremente formados y hay un gran número
de microorganismos. En esta categoría se encuentran
pacientes con SIDA, tumores o niños con enfermedades
hematológicas malignas. Generalmente en pacientes
inmunodeprimidos una resolución espontánea del derrame
puede ser vista, en 2 a 4 semanas. La anfotericina debe
ser usada si el derrame persiste más de 4 semanas, el
paciente es inmunodeprimido o se presenta en forma
crónica. El engrosamiento pleural y la fibrosis han sido
reportadas como complicaciones.
Una
mención especial es para la granulomatosis de Wegener,
esta es una vasculitis pauciinmume de los pequeños
vasos. Clásicamente afecta el tracto respiratorio bajo y
alto con la formación de granulomas, y a nivel renal
glomerulonefritis focal y segmentaria. En el suero del
paciente la presencia de ANCA positivo ayuda al
diagnóstico. Es más común de ver en hombre entre los 50
y 60 años. Con drogas citotóxicas, la sobrevida ha
mejorado, hasta un 80% de sobrevida a los 8 años. Más
del 90% de los pacientes responden a la ciclofosfamida y
un cuarto remite completamente. Otros pacientes con
enfermedad severa pueden ser tratados con plasmaféresis
o pulsos de metilprednisona. Existe un caso descrito en
la literatura donde la paciente presenta un derrame
pleural como presentación de esta enfermedad.
Tuberculosis:
La frecuencia de derrame pleural tuberculoso varía de
país a país. En Estados Unidos es del 4% mientras que
en España llega al 23%. En la radiografía de tórax se
observa derrame unilateral (lado derecho más afectado)
de pequeña a moderada magnitud, mientras que derrames
masivos se observan en el 14 a 29%. Los derrames
bilaterales pueden aparecer en 10% de los casos y es más
común de verlos en pacientes infectados por el VIH. Se
puede observar hasta en un 50% de los casos compromiso
del parénquima pulmonar. Clínicamente se manifiesta con
fiebre, tos no productivo (94%) y dolor de tipo
pleurítico (78%), sudoración nocturna, disnea y pérdida
de peso son otros síntomas que pueden aparecer. El
líquido pleural es un exudado a predominio linfocitario
pero en etapas más tardías también se puede observar
neutrófilos en derrames crónicos. El cultivo de líquido
pleural sólo es positivo en menos del 25% de los casos,
mientras que el cultivo de la biopsia en un 64%. Los
cultivos son particularmente necesarios si la
resistencia del bacilo es prevalente. En el examen
histológico de la pleura se observa la presencia de
granulomas, tanto la caseosis como la presencia de
bacilos ácido alcohol resistentes no son requeridos para
el diagnóstico. El esputo no es de ayuda en estos casos
ya que es más sensible cuando hay compromiso
parenquimatoso. Otros tests que se utilizan: adenosin
deaminasa (ADA), lisozima, interferon gammma, pruebas
inmunológicas y PCR.
Básicamente vamos a hablar sobre la primera ya que es la
más utilizada por su costo, es una prueba no invasiva,
accesible. Los niveles de esta enzima que se encuentra
en la mayoría de las células, está incrementada en los
derrames pleurales de etiología tuberculosa y su
determinación ha adquirido popularidad en las áreas de
alta endemicidad. Se ha informado una sensibilidad del
90 a 100% y una especificidad del 89 al 100%. En la
práctica, la capacidad de predecir la ausencia o
presencia de la enfermedad depende de la prevalencia de
la enfermedad de la población testeada, además de la
sensibilidad y especificidad de la prueba. Esto puede
llevar a que cuando tenemos una prueba con alta
especificidad y sensibilidad (ADA) cuando la
prevalencia de la enfermedad en la población es baja, el
valor predictivo positivo del test o los verdaderos
positivos entre todos aquellos que tiene resultado
positivo puede ser tan bajo como el 15% (el 85% de los
pacientes que tiene el test positivo no presentaran
TBC). En áreas de alta prevalencia, la proporción de
falsos positivos es obviamente baja. Altos niveles de
ADA también se han visto en enfermedades no infecciosas
asociadas a líquidos pleurales con linfocitosis, como
ser enfermedades malignas (adenocarcinomas, leucemias,
linfomas) y enfermedades de colágeno (AR, LES). Como
conclusión, un valor elevado de ADA en el líquido
pleural no debe ser tomado como equivalente de la
presencia de la micobacteria en el líquido o en la
biopsia. Sí, debe ser utilizado como un test de
screening para diagnóstico en casos de derrame pleural
de causa desconocida. Los valores de 33 U/L o más de ADA
en líquido pleural fueron estadísticamente
significativos para los derrames leurales de etiología
tuberculosa. Los derrames de esta etiología resuelven
espontáneamente entre las 2 y 4 semanas en pacientes
inmunocompetentes, sin embargo sin tratamiento en 5 años
los pacientes desarrollan tuberculosis extrapulmonar o
pulmonar en el 65% de los casos. Por lo que un régimen
con antibacilares debe ser rápidamente indicado. Se ha
propuesto el uso de corticoides como complemento del
tratamiento, ya que ayudaría a prevenir el engrosamiento
pleural. Sin embargo otros estudios no recomiendan el
uso rutinario de estos y sólo debería ser usado en casos
de síntomas agudos tales como fiebre, dolor torácico, o
disnea. Con tratamiento la mayoría de los pacientes se
tornan afebriles en dos semanas y el líquido pleural se
reabsorbe en 4 meses.
Creo que
en nuestro paciente el diagnóstico de tuberculosis es el
que más se acerca al cuadro clínico que el mismo
presenta. Muchos son los factores predisponentes y datos
a favor: insuficiencia renal crónica, anemia, mal
nutrición, bajo nivel socioeconómico, varias
internaciones hospitalarias, pleuritis granulomatosa,
nivel de ADA alto.
Ahora
bien, si nuestro paciente recibió tratamiento
antibacilar cuál o cuales son las causas que llevaron a
la persistencia de la sintomatología; y por otro lado
qué rol juega su patología de base.
¿Qué
factores influyen en la respuesta al tratamiento? Por un
lado la inmunidad del huésped y por otro la resistencia
bacteriana.
Las
enfermedades que producen alteración de la inmunidad
celular favorecen el desarrollo de la TBC activa; entre
ellas podemos mencionar: silicosis, linfomas, leucemia y
otras enfermedades tumorales malignas, hemofilia,
insuficiencia renal crónica, diabetes mellitus y
VIH/SIDA. El tratamiento inmunosupresor, trastornos
asociados con derivación como gastrectomía y cirugía de
derivación yeyuno-ileal, también se han relacionado con
la enfermedad.
Durante
la respuesta inmunitaria en tuberculosis participan una
gran cantidad de poblaciones celulares y una amplia red
de mediadores solubles. El éxito en la eliminación del
bacilo depende de una correcta integración entre ambos
tipos de respuesta (innata o inespecífica y adquirida o
específica). Sin embargo, la variabilidad en el cuadro
clínico como es el grado de afección pulmonar o
extrapulmonar, puede ser influida por la virulencia del
bacilo y por el estado previo del individuo que incluye
el estado nutrimental, enfermedades concomitantes,
deficiencias intrínsecas en la respuesta
inmunitaria y factores genéticos. Todos estos elementos
comprometen la eficacia de la respuesta inmunitaria,
rompiendo el equilibrio entre la inmunidad inespecífica
y la específica, conduciendo en algunos casos a un
estado de supresión de la respuesta protectora. Así,
esta respuesta protectora durante la tuberculosis,
depende de diversos mecanismos
Por un
lado nuestro paciente podría tener una TBC
multirresistente, esto no se sabrá ya que nunca hubo
aislamiento del germen. La resistencia primaria a la
quimioterapia anti TBC es la causa de un gran número de
casos de TBC resistente en adultos, particularmente en
infectados por VIH. Una posibilidad que explica esta
situación es que estos pacientes se exponen en medios
hospitalarios u otros espacios a personas con TBC activa
resistente, y son infectados primariamente por esas
cepas con las graves consecuencias. En general, en
aquellos pacientes VIH negativos, la resistencia
primaria refleja la transmisión de la tuberculosis, a lo
largo de un número de años, debida al grupo de pacientes
con resistencia adquirida.
Básicamente nuestro paciente presentó pérdida de peso y
ante la falta de mejoría con los tuberculostáticos uno
podría pensar si no hay una neoplasia oculta. Una breve
mención haremos a las neoplasias que cursan con derrame
pleural, entre ellas se encuentran el cáncer de pulmón
(7 a 15%), mesotelioma, cáncer de mama (7 a 11%),
linfoma (10%), mieloma múltiple (6%), leucemia. Creo que
no hay datos que hablen a favor de algunas de ellas.
¿Cómo
incide la presencia de insuficiencia renal crónica?
Hay una
fuerte asociación entre malnutrición, inflamación y
aterosclerosis en estos pacientes, llamado síndrome MIA
(Malnutrición, Inflamación y Aterosclerosis). El mismo
se asocia con una alta tasa de mortalidad. Las causas de
inflamación sistémica en estos pacientes son mayor
predisposición a infecciones, medio urémico, elevados
niveles de citoquinas, menor clearence de citoquinas,
sobrecarga de volumen con endotoxemia, estrés oxidativo
y carbonilo menores niveles de antioxidantes, y mayor
cantidad de condiciones comórbidas.
La
malnutrición proteico-calórico es común en pacientes con
IRC. Aunque varios factores asociados con el
procedimiento dialítico, la desnutrición es común antes
de comenzar con ésta. Marcadores inflamatorios, tales
como PCR, o la IL 6, son predictores de malnutrición en
estos pacientes. Los elevados niveles de citoquinas
proinflamatorias pueden causar malnutrición actuando
directamente sobre el apetito. También se produciría
malnutrición por un incremento en la hidrólisis proteica
y catabolismo muscular. La etiología es compleja
incluyen pobre ingesta debido a anorexia o vómitos por
toxicidad urémica, acidosis. Por otro lado la falla
cardíaca crónica que frecuentemente encontramos en estos
paciente se asocia con malnutrición (caquexia cardíaca)
y un elevado nivel de citoquinas proinflamatorias
(aumento del factor de necrosis tumoral y de la IL 6).
Hay al menos dos tipos de malnutrición en pacientes en
hemodiálisis (HD). El tipo 1, se asocia con el síndrome
urémico “per se” o con factores asociados a la uremia
(inactividad física, factores psicosociales). Está
caracterizada por una reducción leve de los niveles en
sangre de albúmina, ausencia de comorbilidades
significativas como insuficiencia cardíaca congestiva
(ICC) y niveles elevados de citoquinas. Lo más
característico es un baja ingesta debido a anorexia
urémica. Mientras que una hipoalbuminemia marcada,
aumento de estrés oxidativo y un aumento de catabolismo
proteico caracteriza a la malnutrición tipo 2. Esta
última generalmente se acompaña de comorbilidades como
la ICC. Se presenta una respuesta inflamatoria
evidenciada por un alto nivel de PCR y de citoquinas.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes en HD presentan
ambos tipos de malnutrición.
Para
terminar la inflamación crónica en estos pacientes
evidenciada por un aumento de citoquinas pro
inflamatorias y de la PCR, es común en estos pacientes y
pueden causar desnutrición y una progresiva enfermedad
cardiovascular aterosclerótica por diferentes mecanismos
Conclusión:
Creo que
la causa del derrame pleural fue una pleuritis
tuberculosa. La falta de respuesta al tratamiento
tuberculostático puede justificarse por una alteración
de la inmunidad producto de los cambios asociado a la
hemodiálisis prolongada.
La causa
de su síndrome constitucional es multifactorial,
interactuando una enfermedad crónica (TBC), con una
alteración inumohistoquímica que genera un estado
inflamatorio crónico producto de la hemodiálisis
prolongada (síndrome MAI). A esto podemos sumarle un
hipotiroidismo no tratado.
Este
paciente presentaba una valvulopatía previa, alteración
estructural del miocardio, probablemente aterosclerosis
coronaria, como resultado de las alteraciones
metabólicas, e hiperpotasemia. Este cúmulo de factores
predispone a la generación de arritmias que podrían ser
la causa del deceso, pudiéndose interpretar como una
muerte súbita de origen cardíaco.
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