Presentación del
caso clínico
Dra. María Soledad
Rodríguez
Se discute el
caso de una paciente de 66 años que recibe anticoagulación
oral por el antecedente de recambio valvular aórtico en
1992, y que se presenta con sangrado cutáneo mucoso y
plaquetopenia. Si bien el síndrome hemorragíparo es el
dato semiológico más llamativo, a mi entender, la clave
diagnóstica está en el recuento extremadamente bajo de
plaquetas, ya que el trastorno de la coagulación por
acenocumarol sólo hace más espectacular el cuadro clínico.
Por esto, creo que el camino inicial correcto de análisis
del caso expuesto es la púrpura trobocitopénica, sin
olvidar el antecedente de infección por VHC y del
hipotiroidismo subtratado en esta situación.
Púrpura
trombocitopénica
La plaquetopenia
clásicamente se diferenció en arregenerativas o
regenerativas según los hallazgos en la médula ósea. Sin
embargo, para el razonamiento clínico inicial de estos
pacientes es útil pensar en los tres mecanismos básicos de
producción de plaquetopenia: 1) la producción deficiente
por la médula ósea, 2) el secuestro esplénico, y por
último 3) la destrucción acelerada. Teniendo en cuenta
este enfoque, el aspirado medular, un estudio semiológico
o imagenológico del bazo (ECO o TAC) y el frotis de sangre
periférica (FSP) nos permiten encuadrarnos adecuadamente.
Plaquetopenia con esplenomegalia:
Medula ósea
normal: Esplenomegalia congestiva
Hepatopatías
Enfermedades por depósito
Tumores
El mecanismo sería por secuestro
anormal
Medula ósea
anormal: Procesos hematológicos:
Leucemias
Linfomas
Metaplasia Mieloide
Ocurrirían trastornos mixtos
Plaquetopenia sin esplenomegalia (con bazo normal):
Medula ósea
anormal: Procesos hematológicos:
Aplasia
Anemias refractarias
Preleucemia
Cáncer con metástasis
Habría un defecto en la
producción
Medula osea
normal:
Exceso de
destrucción:*Causa inmunitaria:
Fármacos
Idiopática
Secundarias
*Causa no
inmunitaria:
Sepsis
CID
Vasculitis
Prótesis
Nuestra paciente
presenta un cuadro de púrpura trobocitopénica con
bazo y medula ósea normales por lo que
detallaré las posibles causas.
La plaquetopenia
por destrucción intravascular no inmunitaria, que
se ve en los cuadros sépticos graves, en la coagulación
intravascular diseminada (CID), en las vasculitis y en
aquellos pacientes portadores de válvulas protésicas
cardíacas se debe a la existencia de trombos
intravasculares de fibrina o la presencia misma de la
prótesis valvular o vascular que destruyen plaquetas en
forma mecánica apareciendo en el FSP esquistocitos como
principal manifestación. Los hallazgos en el extendido de
sangre periférica y el cuadro clínico de nuestra paciente
no son compatibles con ninguno de estos procesos. Dentro
de estas patologías, un cuadro particular que hay que
tener en cuenta en este grupo etario es la CID crónica
que se produce cuando la sangre es continua o
intermitentemente expuesta a factores titulares. El bazo y
la médula ósea intentan compensar manteniendo un nivel
constante, pero bajo, de plaquetas y factores de la
coagulación. Existe en el laboratorio aumento de los PDF y
clínicamente se manifiesta por sangrados menores en piel y
mucosas. Se asocia con más frecuencia a tumores sólidos
malignos
Las
trombocitopenias de causa inmunitaria son aquellas
en las que se detecta un aumento de inmunoglobulinas (IgG
o IgM) sobre la superficie de las plaquetas. Se clasifican
clínicamente en agudas o crónicas. Las trombocitopenias
inmunes agudas son secundarias a infecciones o
ingestión de medicamentos, muchas veces difícil de
determinar. Las trombocitopenias inmunes
crónicas pueden ser secundarias a otras enfermedades
con base inmunológica, como lo son el Lupus Eritematoso
Sistémico (LES), las inmunodeficiencias adquiridas
(infección por VIH), la Leucemia Linfática Crónica o la
Sarcoidosis (secundarias), siendo el trastorno plaquetario,
habitualmente un signo más de un cuadro florido. Cuando se
descartan estas causas se las denomina Púrpuras
Trombocitopénicas Idiopáticas (PTI). Voy a nombrar algunas
de éstas que creo relevantes en nuestra paciente.
En
la plaquetopenia inducida por fármacos el diagnóstico se
hace observando la recuperación luego de la retirada de la
droga en cuestión. No son útiles los test que confrontan
anticuerpos con el antígeno. Existe una extensa lista de
drogas que podrían producir este cuadro con diferentes
niveles de evidencia. Nuestra paciente no ha comenzado a
tomar ningún fármaco nuevo y sólo refiere recibir
levotiroxina, nifedipina y acenocumarol en forma crónica.
Las drogas no parecen estar jugando un rol relevante
debido a la falta del antecedente de ingesta de alguna
droga de evidencia suficiente. Tampoco existe el
antecedente de infecciones virales o bacterianas agudas,
por lo que el diagnóstico de trombocitopenia inmune
aguda es poco probable.
Dentro de
las trombocitopenias inmunes crónicas siempre hay buscar
algunas enfermedades con base inmunológicas que, con
relativa frecuencia, se presentan con plaquetopenia
aislada. En pacientes mayores de 50 años el
LES se presenta de una forma benigna, con escasas
manifestaciones, generalmente articulares, musculares o en
serosas con una baja frecuencia de afección renal.
La
plaquetopenia severa como forma de manifestación del LES
(< 50.000 plaquetas) aparece en el 10% de los casos (1).
En un 3 a 15% de los casos diagnosticados de “PTI” se
observa el desarrollo de LES en años posteriores (2). Otro
cuadro inmunológico a tener en cuenta es el Síndrome
Antifosfolípido que en un 22% de los casos la forma de
presentación clínica es la trombocitopenia de causa inmune
(3). En la infección por VIH, la plaquetopenia puede
aparecer en cualquier momento del curso de la infección,
aunque ésta parece ser más severa con la mayor
inmunosupresión (4). Puede ser la manifestación inicial de
la infección en un 10% de los pacientes por lo que es
necesario descartar la infección ante el hallazgo de
plaquetopenia aislada.
La Púrpura
Trombocitopénica Idiopática (PTI) es un diagnóstico
atractivo pero de exclusión. Es un desorden adquirido con
dos criterios: 1) plaquetopenia aislada con conteos
normales de las otras líneas celulares incluyendo frotis
de sangre periférica sin otras alteraciones y 2) la
ausencia de condiciones asociadas clínicamente que puedan
producir plaquetopenia. Su patogenia se presume asociada a
anticuerpos antiplaquetarios, sin embargo estos no han
podido ser demostrados en todos los pacientes y su
hallazgo no tiene jerarquía en el manejo de esta
condición. La incidencia aumenta en mujeres especialmente
menores de 40 años. Su inicio puede ser solapado o con
abrupto sangrado que puede ser leve o severo dependiendo
del número de plaquetas. Los sitios más frecuentes de
sangrado son piel y mucosas y con menos frecuencia
hemorragias digestivas y hematuria. La hemorragia en SNC
es uno de los mayores predictores de mortalidad en esta
enfermedad. Es importante destacar que en general las
manifestaciones de sangrado en los pacientes con PTI son
menores en correlación con el número de plaquetas
circulantes lo que se debería a la intensa destrucción
periférica que hace que las plaquetas circulantes sean
jóvenes y con mayor capacidad hemostática. Los sangrados
clínicamente importantes ocurren en general con menos de
10.000 plaquetas por mm3.
Para su
diagnóstico se sugiere realizar un FSP para
excluir la pseudoplaquetopenia asociada a EDTA que produce
una aglutinación de plaquetas con falsos valores bajos de
las mismas y para descartar la presencia de esquistocitos
como ocurre en los síndromes microangiopáticos; una
serología para HIV y un aspirado o biopsia
de médula ósea especialmente en pacientes mayores
de 60 años para descartar síndromes mielodisplásicos y
también la rara aplasia pura de megacariocitos. En la PTI
típicamente la celularidad de la médula es normal con
megacariocitos en número normal o aumentado y morfología
de células jóvenes (poliploidía nuclear)
Es importante
tener en cuenta que la PTI precede como diagnóstico a
enfermedades sistémicas autoinmunes que se manifiestan
tiempo después. Por otro lado, existen condiciones en las
que la PTI se asocia a test serológicos positivos sin
manifestaciones de enfermedad sistémica como son FAN y Ac
antifosfolípidos en un 40% (13)(14).En este último caso se
ha descripto un mayor riesgo de eventos trombóticos y
pérdidas fetales sin otra manifestación clínica o de
laboratorio. Se han detectado la presencia de anticuerpos
anti-VHC en 10 a 19% de los pacientes que debutan con
trombocitopenia o tienen diagnóstico previo de PTI (15).
A propósito de
nuestra paciente, presenta púrpura trombocitopénica de
aparente causa inmune y una infección crónica por el VHC.
Si tenemos en cuenta que entre las manifestaciones
extrahepáticas de este virus figuran los desórdenes
autoinmunes, quizás se expliquen muchos de los hallazgos
(6)(7).
El VHC produce
una activación inmúnológica de complejo mecanismo
fisiopatológico, que lleva a la producción de gran
cantidad de autoanticuerpos, entre ellos los ANA, FR,
anticuerpos anti-cardiolipinas, anti-músculo liso y anti-tiroideos.
Estos suelen hallarse en el 40 a 65% de los pacientes con
infección crónica por el VHC. En general no están
asociados con enfermedad extrahepática pero ocasionan
dificultades diagnósticas ya que por ejemplo un paciente
con artritis, artralgias y FR positivo recibe el
diagnóstico de Artritis Reumatoidea. Esta producción
indiscriminada de autoanticuerpos puede asociarse a
plaquetopenia de causa inmune. De hecho, en el 10 a
19% de los pacientes con diagnóstico inicial de PTI, se
encuentran Ac anti-VHC. Por otra parte la PTI ha sido
reportada como de aparición durante la terapia con
interferón, tratamiento que llevó a cabo nuestra paciente.
El desarrollo de
enfermedad tiroidea puede ocurrir en mujeres que han
desarrollado anticuerpos anti-tiroideos asociados a la
infección por VHC. Los anticuerpos anti-tiroideos están
presentes en un 5 a 12 % de los pacientes y la enfermedad
tiroidea (principalmente el hipotiroidismo) ocurre en un 2
a 5 % de los pacientes. La más alta prevalencia de ambos
hallazgos en conjunto se ve en mujeres ancianas (8)
Nuevamente, en los pacientes tratados con interferón
alfa, en un 1 a 5 % se ha demostrado el desarrollo de
tiroiditis subclínica y con menor frecuencia enfermedad
de Graves e hipotiroidisdmo permanente. La presencia de
anticuerpos anti-peroxidasa en plasma previo al comienzo
del tratamiento con IFN aumenta el riesgo de enfermedad
tiroidea junto a otros factores como son el sexo femenino
y la edad avanzada.
Para complicar
aún más el análisis de este cuadro, hay un reporte de caso
de una paciente de 53 años con plaquetopenia severa
(<20.000/mm3) que fue diagnosticada y tratada inicialmente
como una PTI, llegando inclusive hasta la esplenectomía,
con diagnóstico posterior de hipotiroidismo severo y
resolución del cuadro hematológico luego de tres meses de
tratamiento adecuado con levotiroxina, interpretandose el
recuento plaquetario como secundario a anticuerpos anti-plaquetaorios
presentes en el contexto de una enfermedad definitivamente
inmunológica como lo es el hipotiroidismo.(9)
Concluyendo,
creo que nuestra paciente presenta un severo disturbio
inmunológico, quizás gatillado por la infección del VHC,
que explica la plaquetopenia y el hipotiroidismo severo.
Mediando el antecedente de la infección por dicho virus,
el tratamiento con INF realizado, y el hipotiroidismo
subtratado se aleja el concepto de Púrpura
Trombocitopénica Idiopática, si bien el mecanismo
fisiopatogénico es el mismo: la presencia de anticuerpos
anti-plaquetarios.
Importancia
del antecedente de recambio valvular
Inicialmente,
cuando uno intenta interpretar una citopenia en un
paciente con una válvula cardíaca protésica es inevitable
no pensar en la posibilidad de destrucción mecánica de los
elementos formes de la sangre que puede producir ésta. Si
nos situamos en el caso a discutir, hay un detalle que nos
la aleja como posibilidad etiológica. Esta es la ausencia
de fragmentos plaquetarios desintegrados y de
esquistocitos (glóbulos rojos destruídos) en el extendido
hematológico especializado, infaltable para el
diagnóstico.
Lo que sí trajo
dudas en el manejo inicial de nuestra paciente fue como se
la debía anticoagular teniendo en cuenta el elevado riesgo
de trombosis y embolias asociadas a las válvulas mecánicas
protésicas. La embolización (predominantemente eventos
cerebrovasculares) ocurre con una frecuencia de 0.7 a 1.0
%por paciente/año con válvulas mecánicas tratados con
anticoagulantes orales, en 2,2% por paciente/año con AAS y
aumenta a 4% por paciente/año sin anticoagulación,
recordando siempre que las válvulas protésicas aórticas
son menos trombo-embolígenas que las mitrales (10). En
estas situaciones, lo más importante es el adecuado
balance riesgo/beneficio que presenta seguir o no con la
anticoagulación, y si se decide por la primera, de que
forma. No hay suficiente bibliografía que indique que
hacer en estos casos
En nuestro caso
se indicó anticoagulación profiláctica con 15.000 U de
heparina sódica subcutánea..
Con respecto a
ello se debe tener presente la plaquetopenia inducida por
heparina que aparece 5 o más días después del comienzo de
su uso en un 5 a 10% de los casos y se manifiesta por
plaquetopenia más signos de trombosis arterial o venosa.
Se produciría por la generación de anticuerpos que
aglutinarían plaquetas produciendo trombos y plaquetopenia
por consumo. Sería más apropiado utilizar heparina de bajo
peso molecular que tiene menor riesgo de este efecto
adverso. Recordar que una vez iniciado el tratamiento con
heparina no fraccionada si se desencadenó la reacción
inmune, ésta continúa a pesar de rotar a heparina de bajo
peso.
En Resúmen…
Creo que nuestra
paciente presentaba un trastorno inmune que le ocasionó
plaquetopenia por destrucción periférica asociada a
anticuerpos y las consecuentes manifestaciones clínicas.
El antecedente de la infección por VHC y el tratamiento
con IFN podría tener un papel en la producción de
fenómenos autoinmunes. El antecedente de la válvula
mecánica no influye en la fisiopatogenia de la enfermedad
actual.
Conducta
terapéutica
La conducta a
seguir ante el cuadro que se presenta hubiese sido el
tratamiento de la púrpura inmune con inmunosupresores.
Existen varias líneas de tratamiento según la evidencia:
Primera línea:
•
glucocorticoides vía oral (Prednisona 1 mg/Kg/día),
presenta sólo un 25% de respuesta completa (10).
•
Dexametasona 40 mg por día EV durante 4 días, con este
esquema se ha obtenido hasta un 85% de remisión completa
(11).
•
Esplenectomía: la última alternativa.
Un 50% de los
que reciben todas las opciones terapéuticas continúan con
respuesta parcial.
Segunda
Línea:
•
Pulsos EV de dexametasona de 40 mg durante 4 días por 4
semanas consecutivas
•
Inmunosupresores
•
Danazol
•
Otros…
La mortalidad de
esta enfermedad es de un 5% y es atribuible a sangrado en
SNC, el riesgo aumenta con la edad y con el nivel de
plaquetas por debajo de 10.000/mm3.
El uso de
interferon-alfa en la infección crónica por el VHC sólo
estaría avalado para el tratamiento de la afección
hepática por éste, en los casos en que se evidencia
crioglobulinemia mixta esencial y compromiso de órganos
vitales; no tiene indicación en las demás manifestaciones
extrahepáticas del virus (12).
Con respecto a
las probables causas que llevaron a la muerte a nuestra
paciente creo que lo primero a pensar es un sangrado
asociado a la severa plaquetopenia que en su tiempo de
evolución no se hizo visible externamente. Avalan esta
propuesta una caída del hematocrito en 5 puntos, tilt test
positivo, aumento del nivel de urea plasmática a 200 mg%
con creatinina de 1,3 mg% lo que hablaría de sangrado en
tubo digestivo. No olvidemos el antecedente de melena. Una
segunda posibilidad derivada de las alteraciones profundas
del medio interno que presentaba por lo expuesto
previamente, es que haya desarrollado un paro
cardiorrespiratorio secundario a una arritmia cardíaca.
Juegan a favor el antecedente de una cardiopatía
hipertrófica severa y de una válvula aórtica estenótica.
Citas bibliográficas
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7:199.
(2)
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Systemic Lupus Erithematosus. J Rheumatol 1997; 24:867
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Rheum 2002; 46:1019
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1992; 48:168
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(6) Extrahepatic
manifestation associated with hepatitis c virus infection.
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(7) Hight
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(8)Thyroid
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23:635
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(10)Chronic
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(15) Hepatitis C
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