¿Debe realizarse prevención de la osteoporosis en pacientes en
tratamiento con corticoides?
La terapia con glucocorticoides (GC) esta asociada con un número
significativo de efectos adversos, de los cuales la osteoporosis
(OP) y el aumento del riesgo de fracturas son algunos de los más
frecuentes. Por lo tanto, la pérdida de masa ósea inducida por
corticoides debe ser prevenida, y si está presente, debe ser
tratada.
Los GC provocan una marcada disminución de la formación de hueso
y un modesto incremento de la resorción ósea; como así también
inducen cierto grado de hiperparatiroidismo secundario y
consecuentemente disminución de la absorción intestinal de
calcio, con aumento de la excreción urinaria. La depresión del
eje hipotálamo-hipofisario lleva a una reducción en la
producción de estrógenos, testosterona y de andrógenos
adrenales.
Tanto la dosis diaria como la acumulada y la duración del
tratamiento influyen en la incidencia de la OP-GC. Los efectos
adversos de los GC ocurren precozmente con el inicio de la
terapia. Luego de finalizado el tratamiento, el riesgo de
fractura se reduce a los niveles basales, a menos que el
paciente tenga altas dosis acumuladas. La terapia en días
alternos no reduce la pérdida ósea, posiblemente debido a la
persistente depresión de andrógenos adrenales. Los pulsos de
metilprednisolona no parecen tener efecto deletéreo, excepto
ante la administración repetida. Los GC inhalados no incrementan
el riesgo de fracturas (OR 0.98, 95% IC: 0,79-1,22)5.
Las fracturas en la OP-GC se presentan con densidad ósea mayor
que en la OP posmenopáusica. El sexo, la edad, la masa ósea
previa, la menopausia y la variabilidad del clearence de GC del
plasma intervienen en la rapidez con que se desarrolla la OP-GC.
En un estudio realizado por Van Staa et al. se estima el riesgo
relativo de sufrir fracturas entre los consumidores de GC orales
en 1.33 para las fracturas no vertebrales, 1.61 para las
fracturas de cadera y de 2.60 para las vertebrales.
El diagnóstico de OP está basado en la densitometría, utilizando
desvíos Standard de –1 a –2,5 como umbral para iniciar terapia
preventiva en los pacientes tratados con GC. El tratamiento
incluye medidas no farmacológicas y farmacológicas.
Medidas
generales:
Los pacientes en terapia con GC deben recibir una dieta rica en
calcio y proteínas. Los ejercicios con sobrepeso están
recomendados. Los GC deben ser prescriptos a la menor dosis y
por el menor tiempo posible.
Medidas
farmacológicas:
Calcio:
La pérdida ósea no es detenida completamente por la utilización
de calcio suplementario; siendo insuficiente al ser administrado
solo.
Calcio y vitamina D:
En un meta-análisis, el colecalciferol (de 300 UI por día a
100000 UI por semana) más calcio, los metabolitos de la vitamina
D o sus análogos (como el dihidrotaquisterol) fueron más
eficaces en la preservación de la densidad mineral ósea (DMO)
que las terapias con calcio sólo o con placebo.
Terapia hormonal de reemplazo:
No existen trabajos que estudien suficientemente el rol de la (THR)
en la prevención de fracturas, tanto en hombres como en mujeres.
Calcitonina:
Se ha observado que neutraliza la pérdida de masa ósea a nivel
de la columna, tanto en la prevención primaria como en la
secundaria. No ha demostrado eficacia en la reducción de
fracturas.
Bifosfonatos (BF):
En una revisión Homik et al. concluyeron que los BF son eficaces
en la prevención y tratamiento de la pérdida de DMO a nivel de
columna lumbar y, en menor magnitud, femoral. La eficacia sobre
las fracturas espinales no ha sido adecuadamente establecida.
Son pocos los trabajos que mostraron una reducción en el riego
absoluto y relativo de fracturas (Wallach S, Cohen S, Reid DM,
et al. 2001 y Adachi JD, Saag KG, Delmas PD, et al. 2001). La
disminución del riesgo de fracturas vertebrales en uno de ellos
fue del 37% ([RR] 0.63, 95% CI: 0.49-0.80)8.
Un meta análisis reciente encontró que los BF constituyen la
terapia más efectiva (4,6% de cambio en la DMO en columna lumbar
respecto a los no tratados o que recibían sólo calcio). La
eficacia de los BF aumenta cuando se usa en combinación con
vitamina D (6% de diferencia en DMO). Los datos parecen ser más
fuertes para alendronato (5 a 10 mg/día) y risedronato (2,5 mg/día)
que para etidronato (400 mg/día). No hay evidencia que la
combinación de dos BF sea más efectiva en la OP-GC. Dada la
complejidad en la patogénesis de las fracturas inducidas por GC,
la eficacia debe ser determinada por la prevención de fracturas
más que por los cambios en la DMO.
Recientemente el American College of Rheumatology (ACR), el
Royal College of Phisicians (UK), el Department of Veterans
Affairs Medical Centres (VAMCs), y la Dutch Society of
Rheumatology han publicado guías para la evaluación y el
tratamiento de la OP-GC.
La guía UK no establece una mínima dosis de GC para iniciar
tratamiento, mientras que para la ACR y la VAMCs es de 5 mg/día,
para la Dutch Society es de 7,5 mg/día.
Todas las guías recomiendan iniciar tratamiento con medidas
generales. Suplementos de calcio y vitamina D se recomiendan
para todos los pacientes tratados con GC en ACR y VAMCs,
mientras que la guía UK los recomiendan como adyuvante a los BF
o en casos de déficit.
Según la guía ACR, los BF deben indicarse como prevención
primaria en los pacientes tratados con GC por al menos tres
meses a una dosis igual o mayor a 5 mg/día y como prevención
secundaria a los que presenten DS menor a –1 evaluado en la
densitometría.
En la guía UK, la densitometría está recomendada para pacientes
mayores de 65 años. Sugiere administrar BF en los mayores de 65
años, en aquellos pacientes que presentan una densitometría con
DS –1,5 y cuando existe una fractura patológica.
De acuerdo a la Dutch Society of Rheumatology, BF deben
iniciarse inmediatamente con los GC en mujeres posmenopáusicas y
hombres mayores y en casos de fractura patológica previa. Para
dosis bajas de GC (< 7.5 mg/día), BF se recomiendan si la
densitometría presenta un DS menor a –2,5.
Conclusiones:
Ante el inicio de terapia con GC orales con dosis de 5-7,5 mg/día
o más, por un lapso de al menos 3 meses, se deben indicar en
todos los casos las medidas no farmacológicas. La implementación
de medidas farmacológicas varía de acuerdo a las guías. La
utilización de suplementos de calcio y de vitamina D se extiende
desde todos los pacientes a sólo aquellos que presentan déficit.
Con respecto a los BF, pueden ser utilizados en la prevención
primaria como en la secundaria ante distintas circunstancias: DS
< o igual a –1 en la densitometría, pacientes > de 65 años y
aquellos con antecedentes de fracturas patológicas. Estas
medidas deben prolongarse por el tiempo que se mantenga la
terapia GC.
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Autores: Dr. Martín
Ferrado y Dra. Débora Ferrini
Fecha de recepción: 25/03/2007
Fecha de Aceptación: 07/04/2007
Correspondencia: martinferrado@yahoo.com.ar
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