El tratamiento de la Hepatitis C ha mejorado
considerablemente su respuesta desde la identificación
del Virus C (HVC); hace poco más de 15 años
Desde el tratamiento con interferón utilizado
como monoterapia(1-3), pasando a la
combinación con ribavirina(4-5), llegando a
la actualidad el uso del interferón pegilado asociado a
ribavirina(6-7), la respuesta sostenida ha
crecido del 10 al 50% para el genotipo 1 y del 20 al 80%
para los genotipos 2 y 3.
Los estudios controlados realizados con la
combinación de estos fármacos han demostrado que el
tiempo de tratamiento, así como la dosis de la
ribavirina son diferentes según el genotipo considerado(8).
Para el genotipo 1 se requieren 48 semanas de
tratamiento combinado y dosis de ribavirina ajustadas al
peso del paciente entre 1000 y 1200 mg. Para los
genotipos 2 y 3 el tiempo de tratamiento se reduce a 24
semanas y la dosis de ribavirina de 800 mg resulta
suficiente.
Sin embargo al consenso actual en tiempos y
dosis se enfrentan otras realidades:
1)
Un 50%
de los pacientes con genotipo 1 y un 20% de los
genotipos 2 y 3 no responden a las terapéuticas actuales(6-7).
2)
Los
efectos secundarios dados por la terapéutica combinada
trae como consecuencia una frecuente reducción de la
dosis y en otros la suspensión del tratamiento(6).
Ambas circunstancias traen como consecuencia el mayor
fracaso terapéutico.
3)
Los
altos costos del tratamiento combinados impactan los
recursos de la Salud Pública(9).
Como
resultante de lo arriba mencionado, se comprende el
esfuerzo por mejorar los resultados terapéuticos con el
desarrollo y la investigación de nuevos fármacos y por
otro el optimizar el tiempo de tratamiento con el objeto
de disminuir los efectos secundarios y reducir el costo
innecesario. En este último aspecto debe considerarse
que los estudios controlados realizados para la
aprobación de los interferones pegilados y la ribavirina
se utilizaron dosis elevadas, razón por la cual hay
pacientes tratados mayor tiempo del que debieran y otros
con dosis mayores a aquellas necesarias para la
efectividad de la respuesta.
No es el
objetivo de esta presentación considerar el desarrollo
de nuevas drogas, motivo por el cual vamos a canalizar
el relato en los cambios potenciales del actual esquema
terapéutico.
Los
cambios dinámicos del RNA HCV resultantes de la terapia
con interferón pegilado asociado a ribavirina han sido
analizados con el objeto de identificar variables útiles
de aplicación clínica para evaluar lo más precozmente
posible a los pacientes que decididamente no van a
responder a la terapia combinada(10-12).
Es
interesante destacar que hasta hace pocos años los
factores predictivos de respuesta estaban relacionados
con las variables registradas previas al tratamiento.
Éstas tenían en cuenta factores del virus y factores del
huésped(13).
Los
factores virales estuvieron siempre relacionados al
genotipo y a la carga viral(14-16). Es así
que el genotipo 1 presenta una menor respuesta al
interferón por producir una inhibición de la protein
kinasa indispensable para la efectividad en la acción
antiviral(17). La alta carga viral potencia
la inhibición que el HCV produce en la respuesta del
sistema inmune, complemento para la eficacia en la
acción del interferón. La gran diversidad viral (quasiespecies)
considerada un factor predictivo negativo de respuesta,
no pareciera actualmente tener una definitiva
significación pronóstica(18).
Los
factores del huésped son más numerosos y están
relacionados con la edad y el género(4-5),
obesidad(19), fibrosis(16),
respuesta inmune, consumo de etanol(19),
sobrecarga de hierro(19) y coinfección con
HBV(20) y HIV(21).
La edad
menor de 40 años, asociada al sexo femenino en mujeres
no obesas, ni alcoholistas, pareciera condicionar un
escenario ideal con un clearence viral espontáneo del
50% y con una mayor respuesta al tratamiento.
Por el
contrario el hombre mayor de 40 años, obeso, etilista,
constituye un escenario de difícil éxito terapéutico. La
raza negra americana es un factor predictivo
desfavorable de respuesta.
Los
estudios realizados con interferón convencional asociado
a ribavirina comenzaron a individualizar la mayor
respuesta de los genotipos 2 y 3, en un tiempo menor (24
semanas) de aquel que se utilizaba para el genotipo 1
(48 semanas) (6-7).
De esta
forma los estudios controlados que se realizaron para la
combinación de interferón pegilado asociado a ribavirina
utilizaron esquemas de seis meses para los genotipos 2 y
3 y de doce meses para el genotipo 1.
La alta
proporción de pacientes no respondedores en el genotipo
1 motivó la búsqueda de factores predictivos tempranos
de respuesta con el fin de no
continuar tratamientos
prolongados. Es aquí que los cambios dinámicos en el RNA
del HCV durante el tratamiento combinado comenzaron a
ser analizados con el objetivo de poder predecir los
fracasos terapéuticos(22-26).
Diferentes estudios definieron entonces la respuesta
temprana viral (RTV) como la negativización o el
descenso de al menos dos logaritmos de la carga viral a
los tres meses de tratamiento (12 semanas) referidos a
la carga viral previa al inicio del mismo. Estos
estudios tenían una respuesta predictiva negativa entre
el 97 y el 100% en aquellos que no presentaban respuesta
temprana(6).
Si bien estos estudios incluían pacientes con todos los
genotipos, el alto porcentaje de respuesta sostenida
observado en pacientes con genotipos 2 y 3 hizo que el
estudio de la RTV no sea recomendable aplicarlo en
pacientes con estos genotipos. La aplicabilidad de este
factor predictivo precoz de respuesta excluía a
pacientes con manifestaciones extrahepáticas de
hepatitis crónica C, pacientes renales crónicos,
transplantados e inmuno deprimidos, en los cuales el
tratamiento debía ser siempre de 48 semanas.
Finalmente en aquellos pacientes con genotipo 1 con un
descenso de la carga viral del HCV pero que mantuvieran
positiva la PCR deberán ser nuevamente chequeados a las
24 semanas. Solo aquellos que negativizaran la PCR del
HCV deberán continuar el tratamiento 24 semanas más para
completar el total de 48(6-7).
Recientemente algunas observaciones que comunicaban
resultados exitosos en pacientes con genotipos 2 y 3,
que tuvieron que interrumpir el tratamiento en forma
precoz hicieron pensar que había pacientes que podían
tener buena respuesta con tiempos menores de tratamiento
(12 semanas). Las primeras comunicaciones surgen de
publicaciones aisladas en las que comunicaban éxitos
terapéuticos en pacientes que abandonaban el tratamiento
por efectos adversos(27-29).
Tratando de evaluar esta posibilidad se comenzaron a
realizar estudios de dinámica viral evaluando la caída
del RNA del HCV durante el tratamiento, demostrándose
que los pacientes, con una respuesta precoz a la semana
4 del tratamiento, que evidenciaban una negativización
del RNA por PCR tenían usualmente una respuesta temprana
(negativización del RNA en la semana 12) que se traducía
con una respuesta sostenida en el seguimiento de 24
semanas post-tratamiento(30-31).
A fines del 2004 se publicó un estudio piloto(32) en el que se utilizó interferón pegilado alfa 2b en dosis de 1,5
MU/kg semanal subcutáneo y ribavirina en dosis de 800 a
1400 mg/día según el peso. Los niveles del RNA fueron
evaluados en la semana 4 y 8 después del tratamiento. A
los pacientes que negativizaban precozmente el RNA en
estas dos determinaciones se le suspendía el tratamiento
en la semana 14. Los pacientes con respuesta precoz
tenían un 90% de respuesta sostenida. Aquellos que por
el contrario no presentaron esta respuesta y debía ser
prolongado su tratamiento por 24 semanas solo el 56% de
ellos tenían respuesta sostenida. La respuesta sostenida
en el genotipo 3a lograda a la semana 14, se evidenció
especialmente en pacientes con baja carga viral previa
al tratamiento.
Un estudio más reciente publicado el año pasado(33) realizado en Italia comparó pacientes con genotipos 2 y 3 tratados
con interferón pegilado alfa 2b 1 MU/kg de peso asociado
a ribavirina en dosis de 1000 a 1200 mg durante 24
semanas vs un grupo con un régimen de duración variable
de 12 a 24 semanas que dependía de la negatividad o
positividad de RNA HCV en la semana 4 del tratamiento.
Los resultados demostraron que en el grupo de tiempo
fijo (24 semanas) la negativización del HCV por PCR a la
cuarta semana fue del 64% comparada con el 62% del grupo
con duración variable. El 76% del grupo con tiempo fijo
y el 77% del grupo de duración variable tuvo respuesta
sostenida. La respuesta sostenida fue del 80% en
aquellos pacientes con genotipo 2 y del 66% en aquellos
con genotipo 3.
En las opciones de cambio del actual tratamiento surge
como propuesta interesante para los genotipos 2 y 3 el
de determinar la negativización del HCV por PCR a la
cuarta semana de tratamiento. La negativización precoz
del RNA para los genotipos 2 y 3 tienen similar
comportamiento ya que no existe un porcentaje de
recaídas diferente entre ambos. Sin embargo al
considerar independientemente del tiempo de tratamiento
(12 o 24 semanas) la respuesta sostenida es superior
para el genotipo 2 (80%) que para el genotipo 3 (66%).
Es interesante considerar que la alta carga viral en el
inicio del tratamiento para el genotipo 3 se ha asociado
a un mayor porcentaje de recaídas post-tratamiento(34).
Más recientemente a comienzos de este año un estudio
multicéntrico(35)
comunicó la eficacia de un tratamiento combinado
reducido a 24 semanas en pacientes con genotipo 1 y
bajos niveles de viremia pre-tratamiento (<600.000 IU/mL).
En el análisis de los resultados al final del
tratamiento el total del grupo mostró una respuesta del
80% que se reduce al 50% al final del seguimiento
(respuesta sostenida), sin embargo en aquellos pacientes
que negativizaron por PCR el RNA del HCV en la cuarta
semana la respuesta sostenida fue del 89%. Este estudio
tiene como cuestionamiento al carecer de grupo de
control y utilizar un control histórico publicado en el
2001(6).
En este trabajo se consideran nuevamente dos variables
que individualizan a pacientes que pudieran responder
con tratamientos combinados de duración más corta que
los actualmente usados. Estos son la carga viral baja
previa al tratamiento y la respuesta viral precoz a la
cuarta semana de tratamiento.
Utilizando interferón pegilado alfa 2a combinado con
ribavirina, fue publicado en el 2005 un trabajo
multicéntrico, randomizado y controlado en el cual se
establecía en función a la dinámica del descenso de HCV
la respuesta de los pacientes(36).
Se observó que la caída del RNA del HCV se hacía en una
primera fase rápidamente dentro de las primeras semanas
del tratamiento, seguida luego por una segunda más
lenta. Se observó en un grupo de pacientes una caída de
la carga viral > a 2 log a las cuatro semanas del
tratamiento, este grupo se denominó de rápidos
respondedores. Otro grupo cuya caída inicial fua más
lenta(> 0.5 log) caracterizó al llamado de
respuesta parcial plana. Finalmente aquellos que no
respondían pertenecían al grupo de respuesta nula.
Es evidente que en el genotipo 1 la carga viral de
inicio condiciona a un grupo de pacientes que va a tener
una negativización de RNA a las cuatro semanas.
Considerando la importancia que adquieren estas
variables la estandarización de la carga viral en el
inicio del tratamiento es una condición indispensable
para individualizar pacientes con genotipo 1, que
teniendo una desaparición precoz del RNA por PCR
(también estandarizado), pueden acceder a un tratamiento
de menor tiempo.
Si bien el trabajo de Zeuzem y col(35).
es optimista en conseguir en pacientes con genotipo 1
respuestas sostenidas con la mitad del tiempo de
tratamiento (24 semanas), las objeciones puestas a la
falta de grupo control y a la selección de enfermos,
genera la necesidad de obtener similares resultados con
estudios de mejor diseño(37).
Definitivamente las sugerencias de este estudio deben
ser extrapoladas a pacientes con fibrosis avanzada o
cirrosis, ya que la cantidad de pacientes incluidos con
un Knodell elevado fue muy escasa en los pacientes
tratados por 24 semanas. En la mayoría de los estudios
numéricamente importantes la fibrosis surge como un
factor predictivo de respuesta negativa. Teniendo en
cuenta que la viremia puede ser baja en pacientes
cirróticos, este punto debe ser considerado como de
relevancia práctica.
De lo arriba mencionado pueden realizarse algunas
reflexiones que ayudan a replantearse lo que más arriba
hemos denominado optimización del tratamiento
combinado en pacientes con hepatitis crónica C.
Una primera reflexión debe hacerse sobre la utilización
de la dinámica viral para decidir la continuidad del
tratamiento combinado con interferones pegilados como es
el caso de la falta de respuesta temprana (12 semanas)
en pacientes con genotipo 1, en aquellos pacientes en
los que no descienden > 2 log. la carga viral de
inicio. Esto evita prolongar tratamientos costosos con
numerosos efectos colaterales. La carga viral de inicio
debe ser realizada en todos los pacientes para poder
evaluarlos a la semana 12.
Una segunda reflexión debe hacerse sobre la posibilidad
de reconocer pacientes con genotipos 2 y 3 y muy
probablemente con genotipo 1 que pueden obtener
respuesta sostenida con menos tiempo del actualmente
aceptado para estos genotipos.
Se sabe que la Ribavirina aportó en la respuesta
combinada el beneficio de mejorar la respuesta sostenida
evitando las recaídas una vez finalizado el
tratamiento. Sin embargo, en la era de los interferones
pegilados se observó que el descenso del RNA del HCV era
dependiente de ellos y no de la Ribavirina.
En esa caída, la respuesta precoz se evidencia como un
factor predictivo que individualizaría pacientes cuya
“sensibilidad” a los pegilados condiciona una respuesta
con menor tiempo. Esto demuestra el interés de no
tratar más tiempo a aquellos pacientes que con tiempos
menores se obtienen beneficios similares.
Como resumen puede decirse que existen fuertes
evidencias que para genotipos 2 y 3 la negativización de
la PCR a las 4 semanas puede acortar el tratamiento a 12
semanas. Más discutible, pero probable, pacientes con
genotipo 1 con baja carga viral de inicio (>600.000 mU)
negativizando la PCR a las 4 semanas pudieran ser
tratados solo por 24 semanas.
Es importante considerar que en esta individualización
del paciente, deberá definirse la aplicabilidad de estos
tiempos reducidos a pacientes con cirrosis o fibrosis
avanzada.
Finalmente, para que esta propuesta pueda llevarse a la
práctica, deben ser eliminadas las técnicas de PCR(no
validadas) en especial las cuantitativas, estandarizando
los métodos para mejorar su sensibilidad preferentemente
a bajas cargas. |