Estudios de Imágen
Una amplia variedad de técnicas de imagen se utilizan para diagnosticar por sospecha clínica la infección focal, detectar la presencia de una infección clínicamente oculta y las complicaciones de la sepsis y choque séptico.
Se debe obtener una radiografía de tórax en pacientes con sepsis grave. Los infiltrados clínicamente ocultos han sido detectados por el uso sistemático de la radiografía de tórax en adultos con fiebre sin síntomas o signos de localización y en los pacientes que presentan fiebre y neutropenia, sin síntomas pulmonares.
Las radiografías abdominales en decúbito supino y en posición vertical o lateral pueden ser útiles cuando una fuente intraabdominal se sospecha. La ecografía es la técnica de imagen de elección cuando la vía biliar se sospecha que es la fuente de la sepsis.
La TAC es la técnica de imagen de elección para la exclusión de absceso intraabdominal o retroperitoneal como fuente de infección, o cuando se observan infiltrados en radiografía de tórax, sospechando origen infeccioso a nivel pulmonar.
Obtener una tomografía computarizada de craneo en pacientes con evidencia de aumento de la presión intracraneal (papiledema), sugerencia de lesiones de masa focal (por ejemplo, defectos focales, sinusitis, otitis anterior o cirugía intracraneal reciente) y previa a la punción lumbar (PL) cuando se sospecha en cuadro de infección meníngea.
Cuando la evidencia clínica de una infección profunda en tejidos blandos, se debe obtener una radiografía simple. La presencia de gas en los tejidos blandos y la propagación de la infección más allá de la enfermedad clínicamente detectable pueden requerir exploración quirúrgica.
Se tienen como herramientas la Resonancia Magnética y Tomografía computada para el estudio de las ulceras por presión como foco infeccioso en el paciente séptico.