Manejo de los incidentalomas adrenales
New England Journal of Medicine – Volumen 356; 8 de
Febrero de 2007.
Comentario: Dr. Javier Montero. Servicio de Medicina
Interna. Hospital Povisa, Vigo, España.
El incidentaloma adrenal (IA) se define como un tumor
suprarrenal, en general mayor o igual a 1 cm, no
sospechado previamente al procedimiento por imágenes que
condujo a su descubrimiento. Esta situación clínica que
incluye múltiples posibilidades etiológicas suele poner
en jaque a los especialistas en clínica médica. A partir
de un Clinical Practice de la revista NEJM
publicado hace unos años, donde presentan el caso de una
mujer de 68 años, con antecedentes de hipertensión
arterial (HTA) leve y un examen físico normal, a quien
le descubren un nódulo en la glándula suprarrenal
izquierda al realizarse una tomografía computada (TC)
por dolor abdominal inespecífico, rescato el manejo de
esta situación clínica.
·
La mayoría de los incidentalomas adrenales van a ser
adenomas no secretores; el resto serán adenomas
productores de cortisol (5.3%) o aldosterona (1%),
feocromocitoma (5%), carcinoma suprarrenal (4,7), o
metástasis (2,5%).
·
Ante el hallazgo accidental o incidental (son sinónimos)
de una masa suprarrenal, se debe determinar si es
benigna o maligna, y si es funcional o no. Para iniciar
la diferenciación (benigno-maligno, funcional-no
funcional) el interrogatorio y examen físico sirven para
detectar síndrome de impregnación tumoral, la presencia
de HTA, paroxismos hipertensivos con síntomas asociados
(taquicardia, temblores, palidez, diaforesis, cefalea),
obesidad cushingoide, hirsutismo, etc.
·
Las imágenes por TC y RM son de gran ayuda para
diferenciar malignidad. Lo primero a valorar es el
tamaño: “cuanto más grande, más riesgo de malignidad”:
<4 cm: 2%; entre 4 y 6 cm: 6%; >6 cm: 25%. El realce de
la masa luego de la administración de contraste y el
tiempo de eliminación del contraste por la masa en la
TC, llamado wash out, son otras dos
características que ayudan al diagnóstico etiológico.
Los adenomas, al tener grasa en su interior, tienen una
baja atenuación (< 10 unidades Hounsfield) mientras que
los carcinomas tienen valores de atenuación mayores de
10 UH (en general mayores de 20 UH). La limitación de
este recurso es que el 30% de los adenomas tienen poca
grasa en su interior y, en estos casos, no pueden
diferenciarse. Por su parte, el wash out es
rápido en los adenomas (en los cortes a los 10 minutos
de administrado el medio de contraste, el 50% se ha
eliminado; sensibilidad y especificidad del 100%),
mientras que es más lento en las masas no adenomatosas
(feocromocitoma, carcinoma y metástasis).
·
A su vez, tanto el feocromocitoma (FCT) como las
metástasis (MTT) tiene características particulares. El
primero, además de del atenuado realce post-contraste y
del lento wash out, se visualiza como una masa
muy vascularizada en la TC y muy hiperintensa en T2
por RM. A su vez, para diferenciarlo del carcinoma
adrenal en casos dificultosos, la centellografía con
meta-yodo-bencilguanidina marcado con yodo-123, un
análogo de la norepinefrina, es muy útil. En cuanto a
las MTT, en general son bilaterales y el tumor primario
ya es conocido cuando se encuentra el IA; los primarios
más frecuentes son pulmón, riñón, colon, mama, páncreas,
estómago e hígado. Las MTT de primario desconocido en
las glándulas suprarrenales es una situación
extremadamente rara.
·
Una situación no infrecuente, es que durante la
estadificación de un cáncer por ejemplo de pulmón, se
encuentre un IA. Esta circunstancia clínica dificulta el
estadiaje del tumor porque, si el nódulo es un adenoma
no funcionante y no existe otra lesión metastásica, el
estadio es M0, en caso contrario el estadiaje es M1.
Sólo la mitad de estas masas adrenales son MTT, por lo
que debe descartarse esta situación. En estos casos, IA
con historia de cáncer, la tomografía por emisión de
positrones (PET) con F-fluorodesoxiglucosa y/o
metionamida (esta última más específica, pero menos
disponible) tiene alta sensibilidad para detectar
enfermedades malignas. La otra opción es la
Punción-Aspiración con aguja fina.
·
El otro aspecto ineludible del diagnóstico etiológico,
antes de tomar cualquier decisión terapéutica, es la
evaluación funcional de la masa. Para ello, debe
realizarse el test de Nugent, catecolaminas y
metanefrinas fraccionadas en orina de 24 horas, y la
determinación de aldosterona plasmática y la relación
aldosterona plasmática/actividad de renina plasmática
matutina.
·
El test de Nugent o test de supresión nocturna con
dexametasona (DxM) para el diagnóstico de Síndrome de
Cushing subclínico, se realiza administrando 1 o 3 mg de
DxM a las 23 horas y determinando cortisol plasmático
(CP) a las 8 hs del día siguiente. Cuando éste es mayor
a 5 ug/dl, se considera anormal con una especificidad
del 91% y el paso siguiente es realizar estudios
confirmatorios (consultado con el especialista):
cortisol libre urinario de 24 horas, test de supresión
con altas dosis de DxM por 48 horas y la determinación
de corticotrofina.
·
Si bien las imágenes ayudan bastante al diagnóstico de
FCT, la determinación de catecolaminas y metanefrinas
fraccionadas (epinefrina, norepinefrina, metanefrina y
normetinefrina) en orina de 24 horas debe hacerse
siempre. Para su realización el paciente no debe estar
pasando por una situación estresante (infección, etc.)
ni recibiendo fármacos que interfieran con el resultado
(tricíclicos, por ejemplo). Los niveles elevados de
catecolaminas, metanefrinas fraccionadas o ambas tienen
alta sensibilidad y especificidad (entre 91 y 98% para
ambos).
·
La relación aldosterona plasmática/actividad de renina
plasmática y la concentración plasmática de aldosterona
son los estudios iniciales para el diagnóstico de
Hiperaldosteronismo Primario; cuando la primera es >
20 y la segunda > 15 ng/dl, en ausencia de ingesta de
espironolactona, eplerenona y amiloride, se deben
profundizar en los estudios para realizar el diagnóstico
certero con la prueba de supresión de aldosterona con
solución fisiológica o con la determinación de
aldosterona urinaria de 24 horas mientras el paciente
realiza una dieta normosódica. Cuando esta es
patológica, se debe confirmar que la masa es la
responsable de la secreción de aldosterona (y no una
hiperplasia suprarrenal bilateral) cateterizando ambas
las venas renal.
·
Debido a que los carcinomas adrenales suelen ser
secretores de cortisol y de sulfato
dehidroepiandrosterona (S-DHEA), la determinación de
esta última puede aportar datos diagnósticos, sobre todo
cuando se acompaña de hipersecreción subclínica de
cortisol. Este patrón mixto de hipersecreción de
cortisol y andrógenos es observado frecuentemente en
casos de carcinomas hiperfuncionantes, a la vez que son
sumamente infrecuentes los adenomas productores de
andrógenos en el adulto.
·
Debido a que los tumores adrenocorticales liberadores de
hormonas sexuales son muy raros y se acompañan de
manifestaciones clínicas; en ausencia de estas últimas,
no está indicado su rastreo.
·
La punción-aspiración por aguja fina debe reservarse
para cuando se sospecha una etiología no glandular (ej.
MTT vs. infección –histoplasmosis, tuberculosis, etc–).
Debe descartarse siempre la posibilidad de FCT porque su
punción puede desencadenar una crisis hipertensiva y
hemorragia suprarrenal aguda con serias consecuencias.
·
Por último, con respecto al manejo debe tenerse claro
que los adenomas funcionales (secretores de cortisol,
aldosterona o catecolaminas) deben extirparse siempre,
por sus consecuencias clínicas. Cuando la masa no es
funcionantes, las características imagenológicas dictan
la conducta:
1)
cuando hay características de malignidad
(atenuación > 10 UH o lento wash out) o el tamaño
es mayor de 4 cm (o 5 cm según algunos autores*) se
propone la cirugía. En el caso que la imagen sea dudosa
o menor de 4 o 5 cm, se sugiere la reevaluación
tomográfica en 3 meses y, si la imagen crece o define
características típicas de malignidad, se indica la
cirugía.
2)
cuando la apariencia es benigna (atenuación <10
UH o rápido wash out) y la masa menor de 4 cm (o
5 cm), se propone el control evolutivo (TC cada 6 o 12
meses y test hormonales anualmente hasta 4 años), o la
cirugía en caso que el IA sea > 4 cm.
·
En la cirugía de un adenoma secretor de cortisol debe
utilizarse antes, durante y después de la cirugía, dosis
de corticoides para evitar la insuficiencia suprarrenal
transitoria, y en los casos de FCT debe controlare
adecuadamente las variaciones tensionales.
Queremos agradecer al Dr. Raul Chervin y colaboradores
por facilitarnos información muy útil para la confección
de este texto.
Young WF Jr. The Incidentally Discovered Adrenal Mass. N
Engl J Med 356:601:601-10.
* Chervin RA, Danilowicz K, Pitoia F, et al.
Estudio de 34 pacientes con incidentaloma suprarrenal.
MEDICINA (Buenos Aires) 2007; 67: 341-350. |