Perlas clínicas en la cardiología
Mayo Clinic Proceedings – Volumen 85, Nº 5; Mayo de
2010.
Comentario: Dr. Javier Montero. Departamento de Medicina
Interna. Hospital Povisa, Vigo, España.
Como comentamos hace unos meses, la sección “Revisión
Concisa para Clínicos – Perlas Clínicas” propone
conceptos básicos, denominados “Perlas Clínicas”, a
partir de la presentación y discusión breve de casos
concretos. En mayo de 2010 la sección discute casos
cardiológicos; transmitimos algunas “perlas clínicas” a
partir de 3 de los 6 casos clínicos presentados en esta
sección.
El primer caso que quiero comentar (Nº 2
de la sección) es el un hombre de 76 años, con historia
de hipertensión arterial (HTA) y obesidad (BMI 32 kg/m2),
que presenta un cuadro de disnea progresiva de 6 meses
de evolución que se desarrollaba con el ejercicio. Se le
realiza un electrocardiograma (ECG) y una radiografía de
tórax (RxT) que no evidencia alteraciones significativas
y un ecocardiograma (ETT) que muestra una fracción de
eyección del 62%, sin signos de hipertrofia ventricular.
Por último, en la ergometría (EM) la prueba debe
interrumpirse por disnea coincidiendo con una frecuencia
cardíaca de 146 lat/min y un presión arterial de 200/100
mmg (alcanzando un 78% de la capacidad funcional
predeterminada). La discusión propone el diagnóstico de
Insuficiencia Cardíaca con Fracción de Eyección
Normal (IC-FEN) y comenta:
·
La IC-FEN es la responsable de la mitad de los casos que
se presentan con disnea con el ejercicio, edema
periférico y, algunas veces, ortopnea. La prevalencia
aumenta con la edad, estando presente hasta en el 80% de
los ancianos mayores de 80 años. La HTA es el factor de
riesgo cardiovascular (FRCV) más frecuente coexistente,
también puede verse en pacientes con mala condición
física (sedentarios), obesos y con otros FRCV
(dislipidemia, diabetes).
·
El control de los FRCV, principalmente de la HTA (con
IECAs o ARA2) y de la obesidad cuando existen, y el
control sintomático con diuréticos constituye el
tratamiento de elección. En aquellos pacientes sin HTA,
no se ha demostrado la eficacia de los IECA, ARA2 o
b-bloqueantes.
·
La “perla clínica” de este caso es que debemos pensar
en la IC-FEN cuando la disnea se desarrolla con el
ejercicio aunque el ecocardiograma sea normal, sobre
todo en ancianos. Remarquemos la importancia diagnóstica
que tuvo la EM en este caso.
El segundo caso (N 5º) corresponde al de
una mujer de 73 años con antecedente de HTA, cardiopatía
isquémica e IC con fracción de eyección (FE) deprimida
en el ETT (que también muestra una dilatación
biauricular), que consulta por palpitaciones
constatándose en la guardia en el ECG un fibrilación
auricular (FA). Al intentar saber el tiempo de evolución
de la arritmia, la paciente comenta que hace unos meses
sentía palpitaciones intermitentemente. El desarrollo
del caso propone el manejo terapéutico de la FA:
·
La FA es la arritmia más común y se la clasifica según
el tiempo de duración en FA paroxística, persistente y
permanente (menos de 48 horas, entre 48 horas y 7 días y
más de 7 días, respectivamente). La diferenciación del
tiempo de evolución puede ser dificultoso, y en
pacientes con antecedentes cardiovasculares de jerarquía
y alteraciones ecocardiográficas (dilatación auricular,
hipertrofia ventricular izquierda, FEY deprimida, etc.)
lo más común es que la arritmia sea permanente o
aparezca y desaparezca varias veces (alternando FA
paroxística y/o persistente) hasta hacerse
definitivamente permanente con los meses o años.
·
Debido al potencial tromboembolígeno de cualquier tipo
de FA (paroxística, persistente o permanente), la
anticoagulación terapéutica está claramente indicada. La
duda terapéutica es optar por la reversión a ritmo
sinusal versus control de la frecuencia ventricular. Si
bien la reversión de la FA, con o sin anticoagulación
previa según el tiempo de evolución (más o menos de 48
horas), parece ser una buena opción en pacientes sin
cardiopatía estructural, sobre todo cuando la arritmia
es mal tolerada, en los pacientes como el del caso
clínico (IC con FE deprimida) no se ha demostrado
beneficio de dicha aproximación terapéutica; por lo que,
el control del ritmo es la mejor opción.
·
La “perla clínica”, o mejor dicho “terapéutica” es que
los pacientes con FA e IC el tratamiento
anticoagulante crónico y los fármacos para control del
ritmo (b-bloqueantes,
digitálicos, calcio-antagonistas no dihidropiridinicos)
constituyen la primera línea de tratamiento de la FA.
El 3º caso que quisiera exponer (Nº6) hace referencia al
lugar de los antagonistas de la aldosterona
(espironolactona, eplerenona) en la IC. Se trata de una
mujer de 78 años con antecedente de IC de origen
isquémico con FE del 28% con clase funcional III y
portador de un cardiodesfibrilador/resincronizador
implantable que ingresa por IC descompensada. Una vez
resuelta, hace el ejercicio de plantear el tratamiento
al alta. Sugiere cumplir adecuadamente la dieta
hiposódica, continuar con su medicación habitual
(furosemida 20 mg/día, carvedilol 25 mg/12 hs y
lisinopril 20 mg/día) y explica la utilidad y los
riesgos de estos fármacos, y resume:
·
Los antagonistas de la aldosterona (AA) están
recomendados en la IC clase funcional III y IV con
funsión sistólica deprimida. La dosis de inicio de
espironolactona en IC es 25 mg/día y debe aumentarse a
50 mg/día de ser bien tolerada.
·
Para iniciar el fármaco la creatinina (Cr) debe ser < 2
mg/dl y el potasio (K) < 5 me/l y remarca que si no se
pueden realizar controles bioquímicos es posible que los
riesgos de su administración sean mayores que sus
beneficios.
·
El riesgo de hiperkalemia aumenta cuando la creatinina
es > 1,6 mg/dl y en ancianos debe tenerse cuidado porque
la Cr puede no reflejar aclaramiento real de creatinina.
Hay que tener especial cuidado con los niveles K de
cuando se administran concomitantemente IECAs, como el
enalapril o lisinopril a dosis >10 mg/día y AINEs (estos
últimos deben evitarse). Los AA deben indicarse siempre
concomitantemente con diuréticos de asa.
·
Por último, debido a que la paciente presenta un
cardiodesfibrilador implantable quisiera comentar que,
si bien esta terapia es indicación exclusiva del
Cardiólogo, debemos saber que se está considerando su
indicación en pacientes con: 1) IC de origen isquémico
con FEY < 35%, 2) IC por miocardiopatía dilatada
idiopática (no isquémico) con FE <35% cuando persisten
con síntomas luego de 9 meses de tratamiento bien
realizado, 3) episodio de muerte súbita por fibrilación
ventricular documentada y taquicardia ventricular
sostenida documentada espontáneamente sin causa
transitoria o reversible, 4) enfermedades familiares o
hereditarias con alto riesgo de desarrollar una TV; el
ejemplo más común es síndrome de QT largo.
Kopecky SL, Litin SC. Clinical Pearls in Cardiology.
Mayo Clin Proc.2010;85:473-478. |