Discusión del
caso clínico
Dra. Débora Ferrini
Se discute el caso de un varón joven, que consulta por
ictericia, vómitos y dolor en hipocondrio de derecho,
presentando alteraciones en el laboratorio compatibles
con daño hepatocelular. Datos que avalan el diagnóstico
de hepatitis.
Hace 9 meses presentó un episodio de
similares características, lo que nos muestra una
evolución bimodal de la enfermedad, es decir una entidad
que recurre o una entidad crónica que
cursa con exacerbaciones y remisiones.
Voy a comentar las causas de hepatitis que a
mi entender mejor explican el cuadro del paciente,
dividiéndolas en 4 grandes grupos: infecciosas,
autoinmunes, metabólicas y tóxicas.
Dentro de las hepatitis virales,
encontramos los virus hepatotropos y no hepatotropos.
Los VHA y VHE dan cuadros
agudos que no evolucionan a la cronicidad. Sin embargo
la hepatitis por VHA puede presentarse con una
recurrencia similar a este cuadro (3-20%). El 1% de las
infecciones por VHB y el 60-80% por
VHC progresan a la cronicidad y pueden cursar
con exacerbaciones y remisiones, aunque es raro que
eleven las transaminasas a valores tan elevados. El
VHG en general es responsable de hepatitis
leves y anictéricas. Dentro de los virus no
hepatotropos, encontramos a la familia
Herpes (VHS I y II, VVZ, VEB, CMV y HVH6) que
causan hepatitis agudas, autolimitadas o fulminantes. El
síndrome de infección crónica activa por VEB da una
hepatitis persistente asociada con afección de otros
órganos (uveítis, neumonitis, linfadenopatías) no
presentes en el caso estudiado.
Contamos con varias determinaciones (IgM anti
VHA, HBsAg, IgM anti HBc, HCV RNA, Anti-HCV,
Acs anti VHE, Acs anti VEB, Acs anti CMV) que son negativas y
descartan la mayoría de las hepatitis virales.
La hepatitis autoinmune (HAI),
más frecuente en mujeres (3,6/1), presenta una clínica
sumamente proteiforme. Es fluctuante y puede cursar con
remisiones sin que medie tratamiento. Un alto porcentaje
(40-60%) se asocia con manifestaciones extrahepáticas
(diabetes, púrpura trombocitopénica idiopática, colitis
ulcerosa, enfermedad celíaca, artritis reumatoidea). Una
mención especial merece la asociación con patología
tiroidea, ya que ésta incluso puede encontrarse como
única causa de las alteraciones hepáticas. En el
laboratorio es característica la hipergammaglobulinemia.
Según los Acs hallados, se las clasifica en:
Tipo I: FAN (>1:100), Ac anti
músculo liso (ASMA), Ac anti actina (más específico) y/o
pANCA , 10% presenta sólo Ac anti Ag soluble hepático (SLA)
y
Tipo II: Ac anti microsomas hepáticos y renales (ALKM-1) y/o Ac anti
Ag del citosol hepático (ALC-1).
Varios puntos juegan en contra de este
diagnóstico: es varón, presenta hipogammaglobulinemia,
el FAN es positivo pero a títulos bajos (1:80), el ASMA
es positivo pero débil, con anti actina y resto de
marcadores negativos. Sin embargo, con estos datos no
estamos en condiciones de excluirlas, ya que un 10% de
las HAI cursan con Acs negativos. Hoy en día se las
engloba dentro de las hepatitis crónicas criptogenéticas,
considerándoselas autoinmunes por la respuesta a
antiinflamatorios. Nuevos Acs se están estudiando, que
probablemente nos permitan poner el sello diagnóstico en
un futuro. En cuanto a la biopsia hepática no presentan
hallazgos específicos, sí permite descartar otras
entidades, evaluar evolución y respuesta terapéutica. El
tratamiento se realiza con inmunosupresores
(corticoides, azatioprina).
Otras entidades autoinmunes: la
Cirrosis biliar primaria (CBP) y la
Colangitis esclerosante (CE) cursan con leve
elevación de transaminasas (menores a 300 UI/L) y
marcada colestasis. La CBP en el 95% de los casos se da
en mujeres y en el 90% presenta Acs anti mitocondriales
(AMA) positivos. La CE en el 80% muestra pANCA positivo.
Ambos marcadores son negativos en este caso.
No debemos dejar de considerar a los
síndromes de superposición, donde se mezclan
características de HAI, CBP y CE. Dentro de éstos, la
colangitis autoinmune, es un diagnóstico a
pensar en este paciente ya que se trata de una CBP con
AMA negativos y FAN o ASMA positivos.
Pasando al grupo de las enfermedades
metabólicas, la Hemocromatosis Hereditaria (HH)
en su variante juvenil puede presentarse en la 2º o 3º
década, es más frecuente en varones (5-7/1) y se
caracteriza por el aumento de la absorción intestinal de
hierro y el depósito de éste en los tejidos. La
manifestación clínica más frecuente es hepática (75%),
la hiperpigmentación cutánea, diabetes e hipogonadismo
son menos frecuentes en la actualidad por la detección
más temprana. Se diagnostica con una saturación de
transferrina mayor de 50% en mujeres y de 60% en
hombres, ferritina mayor de 200 ng/mL en M y de 300 en
H. En la internación de hace 9 meses el laboratorio
informó 100% de saturación de transferrina y 1300 ng/mL
de ferritina. El estudio genético es de gran utilidad.
El gold standard para el diagnóstico es la
biopsia hepática con cuantificación de hierro por gramo
de peso seco. Al dividir dicho valor por la edad del
paciente, obtenemos el índice de hierro hepático, que de
ser igual o mayor a 1.9 hace diagnóstico de HH. El
tratamiento consta de flebotomías semanales hasta
alcanzar una ferritina de 50 ng/mL. El pronóstico es
bueno, excepto cuando se presenta con diabetes o
cirrosis.
La Enfermedad de Wilson, poco
frecuente (30/millón de hab.), en general se diagnostica
en jóvenes (8-24 años). Se caracteriza por una
disminución de la excreción biliar de cobre y la
acumulación del mismo en el hígado y luego en otros
órganos, dando cuenta de enfermedad hepática (aislada en
el 50%), alteraciones neuropsiquiátricas, renales,
oculares. El diagnóstico es difícil, está descripta una
demora entre la aparición de los síntomas y la
identificación de la enfermedad de 3 a 4,5 años. Se
deben tener en cuenta la clínica e historia familiar
compatibles, el hallazgo de anillos de Kayser-Fleischer
en el examen ocular con lámpara de hendidura (presentes
en un 50% de los casos y hasta en un 90% en los
pacientes con alteraciones neuropsiquiátricas). La
ceruloplasmina sérica menor a 200 mg/L y la cupruria >100
ug/24h son sugestivas de Wilson, pero ambas
determinaciones tienen baja sensibilidad. El diagnóstico
de certeza se realiza con la biopsia hepática con
cuantificación de cobre que debe ser >250 ug/g peso
seco. El tratamiento es crónico con quelantes y/o sales
que disminuyen la absorción de cobre. El paciente en
estudio presenta clínica compatible y un dosaje aislado
de cupruria alto, pero faltan elementos para el
diagnóstico.
Otra enfermedad metabólica a considerar es el
Déficit de alfa 1 antitripsina, a cuyo
diagnóstico se arribaría con el dosaje de esta proteína
y la biopsia hepática.
Por último, en el grupo de las
hepatitis tóxicas, el consumo de alcohol es la
primer causa, y fue descartado por la anamnesis. Dentro
de los fármacos, contamos con el antecedente de la
ingesta de dipirona. Hay pocos casos reportados de
hepatotoxicidad por esta droga. Se da por mecanismo
idiosincrático, acompañándose por lo general de rash y
eosinofilia, características no halladas en este
paciente. Este diagnóstico suele ser de exclusión,
descartando otras causas de hepatitis, por lo que lo
considero alejado.
Para concluir, las conductas a seguir que propongo son:
repetir % de saturación de transferrina y ferritina, ya
que de volver a obtener valores tan alterados, sería un
punto muy fuerte a favor de HH. Dosar ceruloplasmina,
TSH y T4. Otros estudios diagnósticos, que considero
menos importantes, son la colangiografía que puede
sugerir CE, dosaje de alfa 1 antitripsina, SLA y ALC-1 (Acs
de HAI de presentación menos frecuentes) y estudios
genéticos que podrían ser de ayuda en el caso de
enfermedades metabólicas. De cualquier manera, creo que
lo fundamental y lo que nos va a permitir arribar a un
diagnóstico es la biopsia hepática con
cuantificación de hierro y cobre.
De obtener un resultado concluyente y
certificar un diagnóstico, el tratamiento específico
podrá ser iniciado. De tratarse de una enfermedad
metabólica, se impone el estudio de los familiares de 1º
grado. Si la biopsia no nos permite arribar a un
diagnóstico, lo consideraría como HAI con Acs negativos
(esto ocurre en el 10% de las HAIavalada) e instauraría
tratamiento con corticoides como prueba terapéutica.
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