Discusión del
caso clínico
Dra. Débora Ferrini
Como
datos guía para el estudio de esta paciente tomaré la
debilidad muscular y las lesiones cutáneas.
La
debilidad muscular bilateral, proximal y simétrica,
sin alteraciones reflejas, sensitivas ni vegetativas,
nos indican que la lesión se ubica a nivel muscular.
Existe una gama muy amplia de probables etiologías. De
cualquier manera, con la anamnesis, examen físico y el
laboratorio, ya podemos descartar grupos como: miopatías
infecciosas, metabólicas, por drogas o toxinas,
neuromusculares y rabdomiólisis. Acotando de esta forma
los posibles diagnósticos al grupo de las miopatías
inflamatorias (colagenopatías), endócrinas
(hipotiroidismo, síndrome de Cushing) y misceláneas (sarcoidosis,
polimialgia reumática, fibromialgia).
Por
otra parte, quiero resaltar características de las
lesiones cutáneas que presenta la paciente en
estudio, porque nos servirá para hacer diagnósticos
diferenciales. El rash malar afecta pliegues
nasogenianos y la mácula eritematosa frontal es de tipo
discoide. Tanto el edema periorbitario violáceo como las
maculopápulas sobre articulaciones de manos y codos son
pruriginosas. Además presenta lesiones periungueales
eritematosas y descamativas.
Retomando la lista de etiologías a estudiar que puedan
justificar no sólo la miopatía sino también las lesiones
cutáneas y otras manifestaciones que presenta como
artralgias y pérdida de peso, me referiré a las
colagenopatías (dermatomiositis –DM-, lupus
eritematoso sistémico –LES-, síndromes de superposición)
y a la sarcoidosis.
Dentro de las miopatías inflamatorias
idiopáticas, se encuentra la DM, más
frecuente en mujeres y en edad media. La injuria
muscular se da por isquemia secundaria a microangiopatía.
Las manifestaciones clínicas: debilidad muscular de
aparición insidiosa, proximal y simétrica, afectando
cinturas escapular y pelviana. Por el compromiso de los
músculos faríngeos y de tercio proximal de esófago,
puede causar disfagia alta. Las manifestaciones cutáneas
son típicas: signo de Gottron, compatible con las
lesiones que encontramos sobre articulaciones de manos y
codos; rash heliotropo, compatible con el edema violáceo
periorbitario; puede dar eritema región malar con el
característico compromiso de pliegues. Muy
frecuentemente se hallan lesiones periungueales. Un
punto a destacar es que todas las lesiones suelen ser
pruriginosas, característica ausente en otras
colagenopatías. Este cuadro puede estar acompañado de
poliartralgias/artritis y pérdida de peso.
Existe una entidad, la DM amiopática, donde se
encuentran las lesiones cutáneas típicas sin evidencia
clínica ni de laboratorio de miopatía.
En el
laboratorio de la DM, podemos encontrar VES elevada
(50%), en un 80% FAN positivo y en menor porcentaje
(30%) los anticuerpos específicos, anti-Jo-1 (más
frecuente), anti-SRP o anti-Mi-2.
Para
el diagnóstico de esta enfermedad se proponen criterios
(Bohan y Peter): 1) Debilidad muscular simétrica
proximal 2)
Rash
típico de DM 3)
Elevación de enzimas musculares
4)
Cambios en la electromiografía (EMG) 5) Anormalidades
características en la biopsia muscular.
Los
dos primeros criterios están presenten en este caso.
En
cuanto a las enzimas musculares, CPK, LDH, aldolasa, ALT
y AST,
generalmente una o más se encuentran elevadas. La CPK es
la más sensible y la aldolasa, la más específica. Está
descripta la enfermedad con enzimas normales, como sería
este caso, y esto es más frecuente que ocurra en la DM
que en la polimiositis (PM). En un estudio de 153
pacientes con PM/DM, se encontró CPK normal en un 5%,
aldolasa en un 4%, LDH normal en un 9% y las
transaminasas en un 15-17%.
Con
respecto al cuarto criterio diagnóstico, en un 40% de
las PM/DM se evidencia el patrón típico (no específico)
en la EMG: -Irritabilidad en la inserción y
fibrilaciones
-Potenciales
motores polifásicos de corta duración y amplitud baja
-Descargas
espontáneas de alta frecuencia. En un 15% de los
pacientes la EMG es totalmente normal. En el caso
estudiado, aún no contamos con este estudio.
El
último criterio: la biopsia muscular. Dos tercios de los
pacientes presentan una biopsia patológica. El rédito
diagnóstico aumenta cuando es dirigida por EMG o
preferentemente por RMI.
Un
dato a destacar es que sólo un tercio de los casos
cumplen todos los criterios de Bohan y Peter. Así las DM
se clasifican como: -definitivas (3 criterios más
la lesión cutánea), -probables (2 criterios más
la lesión cutánea) y -posibles (1 criterio más
la lesión cutánea). En este momento, esta paciente reúne
criterios para una posible DM, si bien debemos
tener en cuenta que faltan estudios.
Estas
enfermedades se asocian en una alta frecuencia a
neoplasias. En la DM el riesgo de cáncer es 6 veces
mayor que en la población general, es así que, un 15-25%
de las DM presentan una neoplasia. Ésta puede darse
antes, durante o después del diagnóstico de DM, con un
pico de incidencia de 2 años antes y 2 después. Las
neoplasias más frecuentes son las mismas que las
observadas en igual edad y sexo en la población general
(pulmón, mama, cuello de útero, colon, linfomas). Se
recomienda en estos pacientes un screening anual,
durante varios años (laboratorio de rutina, CEA, PSA,
radiografía de tórax, ecografía abdominal y
ginecológica, sangre oculta en materia fecal). Un
estudio de 2002, propone como screening TAC de tórax,
abdomen y pelvis, por haber resultado más útil en la
búsqueda a ciegas. En varios trabajos se encontraron
factores de riesgo, que incrementan aún más las
posibilidades de presentar una neoplasia: mayores de 50
años, pérdida de peso, resistencia al tratamiento,
historia personal de cáncer, lesiones cutáneas
necróticas.
Pasando a otra de las colagenopatías, el LES,
más frecuente en mujeres, entre 20-30 años, presenta
síntomas que pueden explicar los de esta paciente como
son: -síntomas constitucionales -manifestaciones
musculoesqueléticas: artritis, artralgias, afectación
muscular en un 70% (aunque suelen ser mialgias y no
debilidad muscular constatable) –lesiones cutáneas en el
80-91%. Entre éstas, encontramos: -eritema en alas de
mariposa, que no compromete pliegues de la cara, dato
que va en contra de este caso -Fotosensibilidad
(60-100%) -lupus discoide, compatible clínicamente con
la lesión frontal que presenta la paciente –lupus
subagudo –úlceras orales –alopecía.
Es
útil la biopsia de las lesiones cutáneas, como también
el test de la banda lúpica (inmunofluorescencia), sin
embargo, la histopatología no diferencia DM de LES.
Para
LES también se proponen 11 criterios diagnósticos (American
College of Reumatology), de los cuales se deben cumplir
4 o más (sensibilidad y especificidad 96%). En este
caso, se reúnen 3 criterios: rash malar, lupus discoide
y FAN positivo. La paciente presentó FAN 1/80. Está
descripto que el 98% de los enfermos con LES tienen un
FAN > o = 1/160. El Ac. anti-DNA, que es más específico,
es negativo en este caso. La mayoría de los pacientes
con enfermedad cutánea y/o musculoesquelética y FAN
positivo, que no reúnen criterios para LES al inicio, no
suelen desarrollar esta enfermedad.
Debemos tener en cuenta que en un 25% de los pacientes
con síntomas de enfermedades reumáticas no se logra
diagnóstico definitivo. Por lo tanto, debemos recordar
la existencia de otras tres entidades dentro de las
colagenopatías: enfermedad indiferenciada del tejido
conectivo (EITC), síndrome de superposición y enfermedad
mixta del tejido conectivo (EMTC).
Cuando se presentan manifestaciones de una o varias
colagenopatías, pero no se reúnen los criterios para
ninguna, estamos frente a una EITC. Esta
enfermedad puede permanecer como tal, remitir o
evolucionar a otras conectivopatías. Los síndromes
de superposición se dan por la coexistencia de
dos o más enfermedades definidas del tejido conectivo.
Las más frecuentes son: escleromiositis o
esclerodermatomiositis y LES con PM/DM. Por último, la
EMTC es la superposición de LES,
esclerodermia y miopatía inflamatoria. Presenta U1-RNP
positivo, que puede aparecer tardíamente. Entre las
manifestaciones clínicas puede explicar las lesiones
cutáneas, debilidad muscular y poliartralgias que
presenta la paciente. De cualquier manera son muy
comunes (más del 80%) el fenómeno de Raynaud y los dedos
en salchichón que no encontramos en este caso.
Otra
de las etiologías posibles, mucho más alejada, es la
sarcoidosis: enfermedad granulomatosa de
etiología desconocida, se presenta en adultos jóvenes.
Puede dar cuenta de las lesiones cutáneas del caso en
estudio, ya que éstas son muy variadas y se dan en un
25% de los casos. En el 10% presenta afectación
musculoesquelética con poliartritis/artralgias, la
miopatía proximal es probable pero muy rara (4 de 800
sarcoidosis). Además, juega en contra el no presentar
compromiso pulmonar ni adenopatías hiliares que se dan
en el 95% de los casos. Al diagnóstico se llegaría por
exclusión de otras enfermedades y el hallazgo de
granulomas no caseificantes en la biopsia.
Por
ser ésta un área endémica, no debemos dejar de mencionar
una enfermedad tan proteiforme como tuberculosis.
Presenta en el 3% compromiso musculoesquelético. Las
miositis suelen ser localizadas y más frecuentes en
muslos. El 1% da afectación cutánea, que no explicaría
el tipo de lesiones de esta paciente. El hecho de no
presentar compromiso pulmonar con una radiografía de
tórax normal también van en contra del diagnóstico.
Otra
enfermedad que debemos excluir es el
hipotiroidismo, que puede dar el mismo patrón de
enfermedad muscular. Sin embargo, las lesiones cutáneas
y la ausencia de síntomas y signos de hipotiroidismo
alejan este diagnóstico. De igual manera, sería
apropiado la determinación de TSH.
Concluyendo, la paciente presenta una miopatía
inflamatoria que, como vimos, no reúne aún los criterios
diagnósticos para ninguna de las colagenopatías. Por
ahora, sólo estamos en condiciones de decir que presenta
una EITC. De cualquier manera, creo que el patrón de
debilidad muscular en ambas cinturas, la disfagia alta y
las lesiones cutáneas típicas, tienen peso suficiente
para sostener como primer diagnóstico una DM.
Propongo entonces completar los estudios: EMG, RMI,
biopsia muscular (si se encontraran músculos afectados)
y videodeglución . Se pueden solicitar también
anticuerpos anti-Jo-1 y anti-RNP que orientarían en el
caso de ser positivos. Realizaría además el screening
oncológico por la asociación comentada anteriomente.
Por
otro lado, considero que la sintomatología de la
paciente avala comenzar tratamiento con corticoides,
aunque aún no se tenga un diagnóstico certero.
Para
finalizar, debemos recordar que estos pacientes son muy
dinámicos, las enfermedades reumáticas son muy
proteiformes y los criterios diagnósticos se deben
utilizar para clasificar y no para excluir. Debemos ser
cautos, teniendo en cuenta que la diferenciación de
estas enfermedades no implica cambios terapéuticos
iniciales. Muchas veces el tiempo y la propia evolución
de la enfermedad ayudan a ponerle nombre y apellido a la
patología.
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