Discusión del
caso clínico
Dra. Silvina Lema
Discutiremos el caso clínico de un paciente varón de 24 años
con serología para VIH positivo desde hace 5 años, 18
CD4/mm3 de julio de este año, que presentó como
enfermedades marcadoras de SIDA varios episodios de
herpes zoster torácico y neumonía de probable etiología
Pneumocystis jiroveci que requirió internación un mes
previo.
Comenzó tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA)
con lopinavir-ritonavir, lamivudina y zidovudina hace un
mes.
En esta internación ingresa por una meningitis por
Criptococcus, en su evolución se diagnóstica una
criptococosis diseminada y además desde el ingreso,
alteración en las enzimas hepáticas.
Por lo tanta vamos a enumerar los problemas de este paciente:
por un lado tenemos una infección oportunista que se
presenta en el contexto del comienzo del tratamiento
antirretroviral por lo que podemos pensar en un SÍNDROME
DE RECONSTITUCIÓN INMUNOLÓGICA (SRI); y por otro lado,
la alteración en el hepatograma con hiperbilirrubinemia
lo que hace sospechar además HEPATOTOXICIDAD.
Desde la introducción a mediados de 1990 de los inhibidores
de proteasa en tratamiento combinado antirretroviral, a
pesar de obtenerse en una proporción importante de
pacientes un efectivo control de la replicación viral
del VIH, de enfermedades oportunistas y aumento del
recuento de linfocitos CD4, se observa en un pequeño
grupo de pacientes un deterioro clínico paradojal. Por
lo que se define al SÍNDROME DE RECONSTITUCIÓN
INMUNOLÓGICA como desórdenes inflamatorios en relación a
procesos infecciosos pre-existente, o no infecciosos,
luego del inicio de TARGA.
Se observa un deterioro del estado clínico del paciente a
pesar de un satisfactorio control de la replicación
viral e incremento del recuento de linfocitos CD4.
El diagnóstico es difícil, la mayoría de estos pacientes
presentan como características comunes el diagnóstico de
SIDA con bajos CD4 (<100) a excepción de la Tuberculosis
que se puede dar con mayor recuento (>200), respuesta
virológica e inmunológica a TARGA, asociación temporal
(1-3 meses), siempre existe una condición inflamatoria y
se demuestra ausencia de resistencia, alergias o
intolerancia a drogas.
En la fisiopatología se manifiesta una caída del 90% de los
niveles de ARN VIH en las 2 primeras semanas de
comenzado el tratamiento y al mismo tiempo un aumento
primero de los linfocitos T(LT) CD4+ de memorias, las
cuales han sido activadas previamente por exposición a
antígenos. Más tarde, entre las semanas 4 y 6 aparecen
los LT CD4+ naives las cuales no han sido activadas
previamente por exposición a antígenos.
Existen varios reportes de manifestaciones clínicas del SRI,
entre los patógenos específicos podemos enumerar:
•
Complejo
Mycobacterium aviun (linfadenitis localizadas)
•
Mycobacterium tuberculosis (aumento de linfoadenopatias,
derrame pleural)
•
Criptococcus Neoformans (Meningitis, linfadenitis y
neumonitis necrosante, abscesos intramedulares)
•
Citomegalovirus (enfermedad intraocular, neumonitis)
•
Pneumocystis jiroveci
•
Herpes
virus
•
Virus
hepatitis B y C
•
Leucoencefalopatía multifocal progresiva
•
Sarcoidosis (infiltrados pulmonares, eritema nodoso)
•
Síndrome
de Guillain-Barré
Con respecto al cuadro de nuestro paciente vamos a describir
la infección por Cryptococcus Neoformans.
La manifestación más común es la meningitis. Al menos el 30%
de los pacientes con meningitis por criptococcus y VIH
desarrollan un SRI después de iniciar o reiniciar TARGA.
Se caracterizan por tener reciente diagnóstico de VIH y
altos niveles de ARN VIH y presentan un cuadro clínico
con mayor intensidad de los síntomas en comparación del
primer episodio ya que existe una respuesta inflamatoria
desencadenada por los antígenos no viables que quedan
luego del tratamiento adecuado que desencadenan el
proceso, al aumentar la inmunidad. Pero a veces puede
ser la forma de presentación, sin episodio previo, como
activación de una infección latente.
El manejo consiste en continuar con TARGA y administrar el
tratamiento antifúngico. Otras formas de presentación
son: linfadenitis necrosante cervical y mediastinal,
neumonía cavitaria.
En un reporte de casos clínicos de SHELBURNE S.
y col. de la revista MEDICINE publicado en 2002, se
observa que la mayoría de los pacientes que presentaron
como patógeno específico al cryptococcus neoformans,
tuvieron como manifestación clínica meningitis (6), a
menos de 2 meses de haber comenzado TARGA y con menos de
50 CD4/mm3 previo al tratamiento y en el momento de
comenzar con síntomas presentaban entre 100 y 150. Es
resto eran linfadenitis (4), absceso subcutáneo (1) y
neumonía necrosante (1).
Las
recomendaciones para el tratamiento de SRI consiste
administrar el antimicrobiano específico y monitoreo
cercano para las posibles complicaciones secundarias.
Con respecto al uso de corticoides, no existen trabajos
ni mucha experiencia solo opiniones de expertos y la
mayoría en los últimos años coinciden en que sólo está
indicado en forma sistémica ante situaciones que
amenazan la vida como afectación del Sistema Nervioso
Central con edema por M. tuberculosis, hipertensión
endocraneal con deterioro agudo en la infección por C.
Neoformans y en forma local específicamente en
afectación ocular por citomegalovirus.
Con
respecto a la AFECTACIÓN HEPÁTICA en el paciente HIV,
sabemos que desde el inicio de la terapia
antirretroviral en 1996 la mortalidad debida a VIH/SIDA
ha disminuido significativamente. Y al mismo tiempo ha
aumentado la incidencia de enfermedades no relacionadas
al VIH.
En este contexto, las enfermedades hepáticas tienen un gran
impacto en la sobrevida y calidad de vida de los
pacientes VIH positivos.
En
años recientes, con la introducción de TARGA,
disminuyeron las infecciones oportunistas cómo causa de
enfermedad hepática.
Por
lo tanto se reconocen como causas de compromiso hepático
a las hepatitis virales, la hepatotoxicidad por drogas,
la inmunodepresión que predispone a infecciones
oportunistas y tumores y el propio virus de
inmunodeficiecia humana.
Con
respecto a las hepatitis virales, en un trabajo
multicéntrico realizado en Buenos Aires con los
Hospitales Muñíz, Fernandez y Posadas, publicado en 1999
se observó que la prevalencia de virus hepatotropos en
pacientes VIH fue para VHB y VHC de 58,5% para cada
uno, y que un 14,5% tenían HBsAg positivo.
Para
el VHB es frecuente la coinfección con VIH ya que
comparten las mismas vías de transmisión, (sexual y
parenteral). Un punto importante a tener en cuenta es
que el VIH altera la historia natural del VHB, pero no
así a la inversa. Se observa mayor riesgo de cronicidad
a menor CD4, menor tasa de seroconversión, mayor carga
viral HBV-DNA y menor nivel de transaminasas.
Por
lo tanto todo paciente con VIH debe ser estudiado para
VHB y viceversa. Para eso solicitaremos
HB-sAg y
Anti-HBs y si el primero permanece positivo por más de 6
meses estaremos ante un portador crónico.
Pero existe una situación que se presenta en pacientes con
una inmunodepresión severa que es la de infección
oculta, que se define por ser portadores crónicos sin
HB-sAg circulante pero con bajos niveles de ADN por PCR.
Se acompañan de Anti-HBc en 10-20% y tiene un impacto
clínico en diferentes contextos como transfusiones
sanguíneas, transplantes de órganos, y en reactivaciones
agudas con SRI.
Con respecto al VHC, un 33 a 90% de pacientes VIH están
coinfectados con este virus.
Se
caracteriza por una evolución más rápida a cirrosis y
mayor riesgo de hepatocarcinoma. Los pacientes con
inmunosupresión progresiva pueden perder los Anti VHC Ig
G, por lo que esto se conoce como seroreversión y se
presenta entre un 5,5 a 8% por lo que lo que está
indicado solicitar ARN PCR.
Otra
causa de afectación hepática son las infecciones
oportunistas.
Con
la introducción de TARGA disminuyó la incidencia de las
mismas. Se observan en pacientes severamente
inmunodeprimidos.
El
90% de los pacientes con alteración en el laboratorio
hepático tienen una biopsia positiva.
La
presentación clínica tiene que ver con un compromiso
sistémico y se caracteriza por:
·
Molestia en hipocondrio derecho
·
Hepatomegalia **
·
Fiebre
·
Ictericia
·
Laboratorio hepático alterado ** (80%)
Las manifestaciones más frecuentes son la hepatomegalia y la
alteración en el laboratorio hepático.
El citomegalovirus y el virus Herpes simple, se presentan con
menos de 100 CD4/mm3, laboratorio de hepatitis y
compromiso sistémico.
El Mycobacterium avium complex, se presenta principalmente
con un patrón de colestasis con predominio de fosfatasa
alcalina, menos aumento de transaminasas y es rara la
hiperbilirrubinemia.
La infección por Mycobacterium tuberculoso puede darse con
más de 200 CD4/mm3 y tiene también colestasis con FAL
aumentada.
Las micosis profundas que se dan en el en contexto de
enfermedad diseminada, entre ellas criptococosis,
histoplasmosis, candidiasis y coccidioidomicosis, con
menos de 100 CD4/mm3 y un patrón de colestasis, fiebre y
hepatoesplenomegalia.
En la hepatotoxicidad por antirretrovirales (ART), por falta
de definiciones hay una amplia variación de incidencia,
2 a 37% por lo tanto de acuerdo a esto, la mayoría de
los trabajos que se realizaron han adoptado la escala
para toxicidad hepática desarrollada por AIDS Clinical
Trial Group, donde se considera grado 3 y 4 de toxicidad
cuando la TGO/TGP está entre 5 a 10 veces o más de 10
veces por encima del nivel normal, respectivamente.
Entonces, usando este criterio los estudios encuentran
después de 2 a 6 meses de tratamiento ART, una
incidencia de 2 a 18%.
Sin embargo es difícil determinar si una o la combinación de
drogas causan el daño. Además los estudios no tienen en
cuenta el uso de drogas ilícitas, alcohol, otra
medicación hepatotóxica, coinfección con hepatitis
virales, etc.
Por lo tanto, de acuerdo a un trabajo publicado en Clinics in
Liver Disease en 2007, se observa que según las drogas
que estaba realizando nuestro paciente, sólo el
ritonavir puede aumentar las enzimas hepáticas pero sólo
en un 2 a 6% de los casos, asociado como factor de
riesgo coinfección con VHB/VHC y a dosis máxima que no
es en este caso.
La lamivudina no produce injuria hepática y la zidovudina
sólo da esteatosis pero también con una baja incidencia.
En este mismo trabajo se propone entonces un algoritmo de
estudio donde primero hay que descartar otras causas de
toxicidad hepática como alcohol, drogas ilícitas, otros
antibióticos, medicamentos no prescriptos y si
previamente tiene serologías virales negativas, se deben
chequear nuevamente. Y una vez descartado esto, de
acuerdo al tipo de injuria, a la clínica y droga
asociada se suspenderá el ART.
En conclusión, en nuestro paciente la presencia de una
inmunodepresión severa, comienzo reciente de TARGA y una
criptococosis diseminada plantea el diagnóstico de un
Síndrome de reconstitución inmunológica.
Por otro lado, el aumento de transaminasas, y principalmente
el patrón de colestasis hace que no podamos descartar
afectación hepática por micosis profunda.
Y más alejado tener en cuenta las infecciones virales por VHB/VHC
aunque tenga serologías previas negativas, según todo lo
expuesto.
Con respecto a las conductas a seguir propongo:
·
Repetir
serologías VHC y HBsAg y anti-HBsAg, Anti-HBc
·
Recuento
de linfocitos CD4
·
Monitoreo enzimático
·
Ecografía abdominal
·
TC de
abdomen con contraste
·
Continuar TARGA
·
Biopsia
hepática
Bibliografía:
·
Recommendations of the National Institutes of Health (NIH),
the Centers for Disease Control and Prevention (CDC),
and the HIV Medicine Association of the Infectious
Diseases Society of America (HIVMA/IDSA).
“Guidelines
for Prevention and Treatmentof Opportunistic Infections
in HIV-Infected Adults and Adolescents”. June 18, 2008
·
Sexton D, Pien B., “Immune reconstitution inflammatory
syndrome”.
En: Up To Date, Rose, BD(Ed), Up To Date, 2007.
·
Shelburne, S; Hamill, R. “The Immune Reconstitution
Inflammatory Syndrome” AIDS Rev.2003;5:67-69
·
Shelburne, S ; Hamill, R ; Rodríguez-Barradas, M, et
al. “Immune Reconstitution Inflammatory Syndrome.
Emergence of a Unique Syndrome During Highly Active
Antiretroviral Therapy” MEDICINE 2002, 81: 213-27
·
Fainboim, H; González, J y col J. Viral Hepatitis 1999;
6, 53-57
·
Raimondo, G; Pollicino, T; Cacciola, I, et al.
“Occult hepatitis B virus infection”. Journal of
Hepatology 2007, 46:160–170
·
Mamta, K. “ Drug-Induced Liver Injury Associated with
HIV Medications”. Clin Liver Dis 2007; 11:615–639
·
Murdoch, D; Venterw, Feldman, et al. “Incidence and
risk factors for the immune reconstitution inflammatory
syndrome in HIV patients in South Africa: a prospective
study”. AIDS 2008; 22:601–610
·
Lortholary, O; Fontanet, A; Memain, N. “Incidence and
risk factors of immune reconstitution inflammatory
syndrome complicating HIV-associated cryptococcosis in
France”. AIDS 2005, 19:1043–1049
·
Shelburnea, S; Visnegarwalaa, F; Darcourtc, J, et al.
“Incidence and risk factors for immune reconstitution
inflammatory syndrome during highly active
antiretroviral therap”. AIDS 2005, 19:399–406 |