Discusión del
caso clínico
Dr. Fabricio Racca
Voy
discutir el caso de un varón de 60 años de edad, quien
presenta como antecedentes, diagnóstico durante esta
internación de serología positiva para HIV, con un
recuento de subpoblación de linfocitos CD4 de 46/mm3,
sífilis hace 17 años, hepatitis B aguda hace 2 años, ex
adicto a drogas de abuso inhalatorias, tabaquista, que
consulta por comenzar 60 días previos, con lesiones
cutáneo-mucosas, que se acompañan de fiebre, hiporexia,
astenia y pérdida de peso de 20 kg, en el laboratorio
presenta como relevante bicitopenia, VDRL plasmática y
en LCR negativa, con pruebas treponémicas positivas en
plasma. Presenta además en la tomografía computada (TC)
de tórax arbol de gemación y patrón micronodulillar a
predominio de ambos campos pulmonares superiores y en la
biopsia de piel cuadro compatible con psoriasis o
psoriasiforme.
Durente su internación presentó diarrea y fiebre, por lo
cual de manera breve, haré una reseña sobre estas
entidades en pacientes HIV positivos.
Como eje de mi discusión voy a desarrollar las
dermatosis en pacientes con serología positiva para HIV,
de acuerdo a aquellas que sean compatibles
macroscópicamente con las de nuestro paciente y con las
características correspondientes a la histopatología
informada en la biopsia cutánea.
Para comenzar vamos a hablar de Sífilis,
enfermedad crónica de transmisión sexual y menos
frecuentemente de manera congénita, cuyo microorganismo,
es una espiroqueta, llamada Treponema pallidum.
Esta enfermedad ha presentado un aumento en su
incidencia en el período 2000 – 2004 reportado por el
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de los
Estados Unidos, en la cual, el 64 % eran varones
homosexuales y el 25 % presentaban coinfección con HIV.
La sífilis presenta un período primario, el cual se
manifiesta clínicamente con una lesión característica,
denominada chancro, generalmente en la región genital,
en el sitio de inoculación treponémica, que comienza en
pomedio luego de 3 a 6 semanas posteriores al contagio y
cursa como una ulcera indolora, de fondo limpio,
acompañada de adenopatías inguinales, no dolorosas y
resuelve espontáneamente a las 4-6 semanas.
Posteriormente presenta el período secundario, al cual
progresa el 25 % de los expuestos a esta infección,
clínicamente cursa con lesiones en piel, caracterizadas
por exantema máculo-papular, hiperqueratosis, alopecía,
sifílides, condilomas planos, un dato importante a tener
en cuenta es que en pacientes HIV positivos, puede dar
lugar a un cuadro muy severo, con lesiones floridas,
llamado lúes maligna.
Además pueden presentarse con afección sistémica, que
puede manifestarse como adenopatías generalizadas,
fiebre, odinofagia, anorexia, pérdida de peso, cefalea,
meningismo, hepatitis, glomérulonefritis, sinovitis,
osteítis, ó afectación de SNC, conocido como neurolúes,
la cual, puede presentarse en cualquier período de esta
enfermedad, siendo sintomática o no, siendo sus
criterios diagnósticos la pleocitosis,
hiperproteinorraquia y/o VDRL positiva en el LCR.
En la sífilis tardía, que puede manifestarse desde 1 año
a 25 – 30 años ulteriores al contagio, afecta al sistema
cardiovascular, característicamente a la aorta torácica
ascendente y posteriormente provoca insuficiencia
aortica. También puede afectar al sistema nervioso,
provocando un cuadro de parálisis cerebral o tabes
dorsal. Entre las manifestaciones benignas de este
período, se presentan los gomas sifilíticos, lesiones
papulo-nodulares, tanto a nivel cutáneo-mucoso, musculo-esquelético
como también de organos internos.
El diagnóstico de la sífilis se basa en:
·
Cuadro clínico y antecedentes epidemiológicos
·
Observación directa al campo oscuro
·
Serología no treponémica (VDRL ó RRP)
·
Serología treponémica (FTA abs ó MH-TP)
·
Reacción en cadena de la polimerasa
·
ELISA
·
Histopatología de biopsia de piel u otros órganos
Estas pruebas, tanto treponémicas como no treponémicas,
pueden presentar falsos positivos como falsos negativos.
Cómo falsos negativos de las pruebas no treponémicas,
tenemos:
§
Diagnóstico temprano, sin la correspondiente producción
de anticuerpos IgG ó M anti treponemas
§
Efecto Prozona, el cual, es debido a la incorrecta
dilución del suero a evaluar y una vez realizada la
dilución, la prueba se positiviza a altos títulos
§
Pacientes HIV con recuento subpoblacional de linfocitos
T CD4 de menos de 200/mm3
§
Por errores en la técnica, por ejemplo si las muestras
se encuentran fuera del rango de temperatura (23 – 29 ºC)
El tratamiento de elección es la penicilina. En la
sífilis primaria, secundaria y precoz latente, se
recomienda 2.400.000 unidades IM única dosis. En
pacientes HIV positivos, expertos recomiendan una dosis
extra a la semana siguiente.
En la sífilis terciaria y latente tardía, se recomiendan
tres dosis separas por semana de 2.400.000 de unidades
de penicilina benzatínica IM.
En la neurosífilis, la dosis es de 2 a 4 millones de
unidades de penicilina G sódica endovenosa cada 4 horas
por 10 a 14 días.
En cuantoa la coinfección entre HIV y sífilis, algunos
estudios reportan que estos pacientes presentan buena
respuesta clínica al tratamiento con penicilina, similar
a los pacientes no HIV, sin embargo, la serología
presenta una respuesta más lenta y requieren monitoreo
más prolongado y con mayor asiduidad. Además
presentarían una disminución del recuento de linfocitos
CD4 y aumento de la carga viral, que luego se
normalizarían con el tratamiento para la lúes.
A favor de este diagnóstico, tenemos el antecedente de
HIV, promiscuidad y lesiones en tronco compatibles con
probable secundarismo luético. En contra, la VDRL
negativa y la FTA abs positiva, pudiendo corresponder
ésta última a la marca inmunológica de la infección de
hace 20 años. La biopsia, debido a que no corresponde a
las lesiones características, no descarta este
diagnóstico y lo considero como probable.
Siguiendo con el estudio de patologías que podrían estar
relacionadas a nuestro paciente, hablaremos de
Histoplasmosis, ya que es endémica en nuestra
región, y es una micosis profunda, oportunista,
producida por el Histoplasma capsulatum, hongo dimórfico,
que habita en los suelos enriquecidos por deyecciones de
aves y que son adquiridas por vía inhalatoria.
Generalmente cursan asintomáticamente, aunque, puede
presentarse como enfermedad pulmonar crónica, con tos
productiva progresiva, fiebre, con imágenes patológicas
en la radiografía de torax, tales cómo patrón
nodulillar, a predominio de los campos pulmonares
superiores y que en la mayoría de los casos, la
morbilidad se relaciona con infecciones sobreagregadas.
También puede presentarse como enfermedad diseminada,
con fisiopatología similar a la tuberculosis, con
diseminación hematógena, con fiebre, pérdida de peso,
astenia, adenopatías generalizadas, bicitopenia o
pancitopenia, y en especial en pacientes HIV, puede
manifestarse con lesiones papulo-nodulares
generalizadas, similar a las de nuestro paciente.
El diagnóstico, puede realizarse por medio de serología
por inmunodifusión ó fijación de complemento,
hemocultivo con técnica de lisis-centrifugación, cultivo
de médula ósea y estudio por histopatología utilizando
cómo coloración preferentemente PAS ó metenamina de
plata.
El tratamiento es en el caso de los cuadros severos con
anfotericina B y en aquellos leves a moderados, con
itraconazol. En los pacientes HIV positivos con menos de
200 CD4/mm3 está indicado la profilaxis para esta
entidad con itraconazol vía oral.
En cuanto a este tentador diagnóstico, presenta a favor,
las lesiones características, la probable invasión de
médula ósea con alteración de las series hematológicas y
el hallazgo en la TC de tórax.
En contra, la biopsia no es definitoria, los cultivos de
sangre y del lavado bronquioloalveolar (BAL) y la
escarificación son negativos. Sin embargo, considero que
se trata de un diagnóstico probable.
En cuanto a los trastornos cutáneos, se encuentra la
Psoriasis, entidad que presenta una incidencia en
pacientes HIV, de 1-3 %, similar a la población general,
aunque, es un marcador de depresión severa del sistema
inmune y en algunos casos, esta enfermedad se pone de
manifiesto cuando se produce la infección por HIV.
Las formas clínicas pueden ser variadas, siendo la más
frecuente en forma de placas, eritematosas, de
límites definidos, con descamación en los bordes de la
misma. También puede manifestarse como tipo inversa,
en la cual la afectación es en palmas, plantas y
pliegues u otras regiones húmedas. Luego se encuentra la
forma pustular, que como su nombre lo indica
presenta, múltiples pústulas que se acompañan de
artralgias, fiebre, rash y diarrea. En los pacientes HIV
positivos, puede manifestarse en forma florida, agresiva
y con gran compromiso del estado general, llamada
Psoriasis recalcitrante. El tratamiento, consiste en
administración de corticoides, retinoides locales,
antirretrovirales en el sida y en los cuadros
sistémicos, algunos expertos recomiendan
antimetabolitos, como metrotexate y ciclosporina.
A favor de esta entidad, las lesiones de nuestro
paciente son muy similares, la biopsia, informa que
podría corresponder a esta enfermedad, por lo cual es un
diagnóstico probable.
Dentro las etiologías neoplásicas, se encuentran los
linfomas primarios cutáneos, que si bien su
incidencia es del 0,06 %, la misma en los pacientes HIV
positivos es 15 veces mayor.
Pueden ser de estirpe de células B, el cual se
manifiesta como lesión nodular violácea, similar al
sarcoma de Kaposi, que en muchas oportunidades presenta
dificultades en el diagnóstico diferencial.
El de tipo células T, conocido como micosis fungoide,
puede manifestarse como múltiples papulas eritematosas,
en tronco y miembros, presentando clínicamente tres
períodos, el primero, puede ser un rash, inespecífico,
con biopsias reiteradas negativas y que progresan a
placas, y luego, en el tercer período, pápulas-nódulos,
bien definidos, con diagnóstico de certeza en la biopsia
cutánea.
Este cuadro, si bien es clinicamente similar en cuanto a
las lesiones, considero que es alejado, ya que las
lesiones son bien definidas, y la biopsia no es positiva
para esta entidad.
Siguiendo la línea de estudio de las probables
neoplasias, el síndrome de Bazex, que es una
acropatía paraneoplásica, de carcinoma pavimentoso de
vías aéreas ó digestiva, con lesiones hiperqueratósicas
en los miembros, a nivel periungueal. Nuestro paciente
presenta estas lesiones, el antecedente de tabaquismo,
aunque no existen hasta el momento evidencias de un
tumor primario, por lo cual lo considero alejado.
Por último, haré refencia a las citopenias en los
pacientes HIV positivos, las cuales son frecuentes, con
múltiples mecanismos fisiopatogénicos, entre los cuales,
destacamos:
·
Mielosupresión por el HIV
·
Invasión por infecciones oportunistas
·
Neoplasias
·
Toxicidad por fármacos antirretrovirales y/o tratamiento
de infecciones sobreagregadas
Considero que la bicitopenia de nuestro paciente
difícilmente sea unicausal y el estudio de la médula
ósea, posee un elevado rédito tanto para diagnóstico
cómo estadificación de neoplasias y estudio de
infecciones oportunistas.
El otro punto a considerar es el cuadro de diarrea,
entidad con elevada incidencia en estos pacientes, entre
el 30 – 60 % en el transcurso de su enfemedad de base y
hasta el 90 % en países subdesarrolados, con elevada
morbilidad.
Es más frecuente cuanto menor sea el número de
linfocitos CD4 y en algunos casos, puede ser fatal.
Dentro de las probables etiologías, se describen:
·
Fármacos antirretrovirales
·
Infecciones por gérmenes que se presentan también en
individuos inmunocompetentes
·
Infecciones por gérmenes opotunistas
·
Enteropatía por el HIV
En el caso de nuestro paciente, el cuál presentó fiebre,
diarrea, con múltiples antibióticos previos, leucocitos
positivos en materia fecal, operativamente se comenzó
tratamiento para probable diarrea infecciosa y diarrea
por Clostridium difficile. En su evolución se
autolimitó, se decidió suspender la ciprofloxacina y
continuar con el metronidazol, ya que la diarrea
asociada al Clostridium, puede tener un desenlace fatal,
pudiendo realizarse tratamiento empírico, si no se
dispone de la demostración de la toxina de este germen
en materia fecal.
En casos, donde estos cuadros perduran a pesar del
tratamiento instaurado, con cultivos negativos, tanto
para gérmenes comunes como parasitológico, puede
presentar rédito el estudio por videoendoscopia
digestiva alta (VEDA) o rectosigmoidoscopia, de acuerdo
a las características del cuadro.
Finalmente como conclusión creo, que no puedo determinar
un diagnóstico de certeza, debido a que podría
corresponder a un trastorno cutáneo primario sumado o no
a una enfermedad sistémica con manifestación en piel,
por lo cual considero como conductas:
·
Tomar muestra biopsia de piel, de lesiones pápulo
costrosas de miembros ó tronco
·
Tomar muestra biopsia de médula ósea con cultivos para
gémenes comunes, micología, y anatomía patológica
·
Finalizar tratamiento con penicilina (2da dosis) que se
recomienda por expertos en pacientes con coinfección de
sífilis y HIV
·
Esperar resultados definitivos de cultivos de sangre,
BAL y parasitológico de materia fecal
·
Una vez realizado lo anteriormente enumerado, plantear
alta hospitalaria, con control por consultorio externo
de Clínica Médica, Infectología y Salud Mental
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Transmitted Disease Surveillance, 2004. Atlanta GA: U.S.
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