Discusión del
caso clínico
Dr. Mauro
Tortolo
Se discute el caso de una mujer de edad avanzada, con
hipertensión arterial (HTA), insuficiencia cardíaca y
renal, hipertensión pulmonar, engrosamiento cutáneo,
úlceras digitales, fenómeno de Raynaud, hipo e
hiperpigmentación cutánea, velocidad de
eritrosedimentación (VES) elevada, factor antinuclear
(FAN) con patrón nucleolar a títulos altos y atelectasia
lobar superior.
Dentro de esta amplia lista, considero existen varios
datos que orientan fuertemente a pensar que la paciente
presenta un trastorno autoinmune sistémico.
En particular me voy a referir inicialmente a la
esclerosis sistémica (ES), ya que a mi entender hay
datos sugestivos para pensar en esta entidad. Es notable
el engrosamiento cutáneo en la región distal de las
extremidades superiores. No hay signos de induración ni
adherencia franca a tejidos subyacentes, aunque pueden
faltar en fases iniciales. Se observan pequeñas úlceras
y pérdida de sustancia en los pulpejos de los dedos;
microstomía con rasgos característicos (afinamiento de
labios y surcos lineales peribucales); hiperpigmentación
en tronco, miembros y cara, que alterna con zonas de
hipopigmentación tipo vitíligo, en algunos sitios con un
patrón en sal y pimienta. Además el laboratorio muestra
un FAN con patrón nucleolar a altos títulos; y la
paciente refiere cambios cutáneos compatibles con
fenómeno de Raynaud al exponerse a bajas temperaturas.
Por todo esto, considero que la ES es un diagnóstico
probable.
Sin embargo, no se cumplen estrictamente los criterios
diagnósticos; por lo que en un contexto de autoinmunidad
estas alteraciones inespecíficas pueden englobarse bajo
el título de enfermedad autoinmune indeterminada. En
este caso es imprescindible el seguimiento del caso, ya
que es más frecuente la evolución hacia una enfermedad
autoinmune definida antes que la resolución.
Otro problema importante en este caso es la
insuficiencia cardíaca congestiva (ICC). Creo que
son varios los procesos que contribuyeron a su
desarrollo: HTA, hipertensión pulmonar, anemia crónica,
insuficiencia renal, y el probable trastorno autoinmune.
Con respecto a la insuficiencia renal crónica (IRC)
(Clcr de 49 ml/min hace 2 meses y ambos riñones
disminuidos de tamaño) puede ser consecuencia de la HTA,
la edad avanzada y también podría estar vinculada al
proceso autoinmune. Por ejemplo, hasta en el 80% de los
pacientes con ES se encuentra compromiso de la función
renal. La reagudización objetivada en esta internación
–empeoramiento de los parámetros con respecto a dos
meses atrás y aumento de la ecogenicidad de ambos
riñones- puede explicarse principalmente por la
descompensación de la insuficiencia cardíaca. Aunque es
menos factible, la crisis renal esclerodérmica (CRE)
también podría desencadenar la IRC en este contexto.
La CRE es una complicación que ocurre hasta en el 20% de
los pacientes con ES difusa, aunque su incidencia parece
estar declinando. Se presenta típicamente en los
primeros 5 años desde el diagnóstico, y se caracteriza
por un incremento abrupto y moderado de la presión
arterial, insuficiencia renal progresiva,
microangiopatía trombótica, edema agudo de pulmón.
Además, puede provocar descompensación de la función
cardíaca y daños en órgano blanco secundarios al
incremento de la PA. En esta paciente encontramos muchas
de estas alteraciones. Si bien pueden explicarse
fácilmente por otros mecanismos (ej. HTA prolongada y
mal controlada), creo que la CRE debe ser tenida en
cuenta.
La anemia crónica que padece tiene algunas
características especiales: un recuento significativo de
esquistocitos, test de Coombs positivo con
identificación de IgG en la membrana de los glóbulos
rojos (ac. calientes), policromatofilia, normocromía,
normocitosis y LDH aumentada. Creo que existen
suficientes datos para justificar un mecanismo de
hemólisis autoinmune.
La anemia por anticuerpos calientes es la forma más
frecuente -80%- de todas las anemias hemolíticas inmunes
(AHI). Las principales causas son las infecciones
virales, la leucemia linfocítica crónica, el linfomas no
Hodgkin y las enfermedades autoinmunes. Por ejemplo, se
encuentra hasta en el 10% de los pacientes con lupus
eritematoso sistémico. Sin embargo, no es común su
asociación con la ES.
Son factores de riesgo para que al AHI se presente
asociada a neoplasias la edad avanzada y un contexto de
autoinmunidad, como en este caso.
Aunque es probable, considero que la hemólisis
autoinmune no explica completamente la anemia crónica.
Un recuento significativo de esquistocitos sugiere
fuertemente la hemólisis por fragmentación como
otro mecanismo importante en la patogenia del bajo
hematocrito. A partir de esto, sospecho que existe una
microangiopatía trombótica secundaria a una neoplasia o
a una complicación de una enfermedad autoinmune (como la
CRE).
Sin embargo, no es común que una microangiopatía
trombótica curse con un recuento normal de plaquetas,
como en este caso. Esto puede ocurrir como consecuencia
del fenómeno llamado coagulación intravascular
diseminada (CID) crónica. La misma se produce cuando
existe una continua o intermitente exposición a la
sangre del factor tisular. Durante este proceso se ponen
en marcha mecanismos compensatorios a nivel hepático y
medular que logran mantener niveles aproximadamente
normales de plaquetas y factores de coagulación. La
causa más frecuente de CID crónica son las neoplasias
malignas.
En el caso que discutimos hay algunos datos que pueden
hacernos pensar en la existencia de una neoplasia
maligna:
·
el adelgazamiento marcado de la paciente en los últimos
meses;
·
el vitiligo:
o
las lesiones compatibles con vitíligo de rápida
aparición pueden ser la expresión de un fenómeno
paraneoplásico;
o
los pacientes con vitíligo presentan un riesgo aumentado
(hasta 180 veces en algunas series) de desarrollar un
melanoma cutáneo;
·
la probable CID crónica;
·
la VES aumentada;
·
la presencia de anticuerpos antinucleolares. A pesar de
que clásicamente se han relacionado con ES o enfermedad
mixta de tejido conectivo, recientes series de casos han
comprobado la baja sensibilidad y especificad de estos
anticuerpos para dichas enfermedades. En cambio, se los
encuentra asociados a otras enfermedades autoinmunes,
anemia, HTA, y neoplasias malignas;
·
la atelectasia lobar superior: puede haber sido
adquirida durante la internación, siendo la causa más
probable la formación de un tapón mucoso; pero podría
descartarse -debido a la falta de contraste de la
tomografía axial computada- la presencia de eventuales
adenopatías u otras lesiones intratorácicas;
·
la AHI, que, como vimos previamente, puede asociarse a
ciertas neoplasias;
·
la ES, probable en este caso:
o
hasta el 11% de los casos de ES se asocian a neoplasias.
Las más frecuentes son los tumores de pulmón, hígado,
orofaringe, esófago, neoplasias hematológicas y
linfoproliferativas.
o
es rara como fenómeno paraneoplásico.
o
los cambios inflamatorios y fibrosos típicos de la ES, y
ciertas mutaciones genéticas de estos enfermos
predisponen al desarrollo de ciertos tumores
o
en los pacientes con ES, uno de los factores de riesgo
para presentar una neoplasia es la edad avanzada al
momento de diagnóstico.
Como conclusión, creo que en este caso existe un
trastorno de autoinmunidad sistémico, que da lugar al
desarrollo de cambios que podrían sugerir el diagnóstico
de esclerosis sistémica, aunque faltan datos para
confirmar esta entidad. También este contexto es
coherente con la presencia de hemólisis autoinmune, que
explica en gran parte la anemia crónica.
Considero además que hay varios argumentos para
sospechar una neoplasia maligna.
Ambos procesos, potencialmente asociados, podrían
explicar en gran medida muchos de los problemas
presentes en esta paciente: las lesiones cutáneas, la
hemólisis microangiopática, la ICC, la IRC, la
hipertensión arterial sistémica y pulmonar.
Con respecto a los pasos a seguir en este caso, sugiero:
1.
El tratamiento óptimo de la insuficiencia cardíaca.
Indudablemente es el problema más urgente en esta
paciente, que ha motivado su consulta y posteriormente
repetidas internaciones en terapia intensiva.
2.
El control de la presión arterial. Contribuye al manejo
de la ICC y también constituye la principal intervención
ante una eventual CRE.
3.
El tratamiento de la AHI: sugiero continuar con
prednisona a dosis inmunosupresoras hasta lograr un
ascenso de la Hb a 10 mg/dL, luego disminuir
progresivamente la dosis. En caso de falta de respuesta
recurrir inmunosupresores, Ig, etc.
4.
La broncofibroscopía. Ofrecería una mejoría de la
función respiratoria en caso de la aspiración de un
tapón mucoso. Además tendría un valor diagnóstico ante
la sospecha de lesiones mediastinales o pulmonares que
provoquen dicha obstrucción.
5.
Completar el estudio del proceso autoinmune. La
capilaroscopía del lecho ungueal es un método simple que
aporta valiosa información sobre cambios tempranos en
enfermedades del tejido conectivo. Por eso creo que debe
llevarse a cabo. El informe de la biopsia cutánea
también puede ser muy valioso para este fin.
6.
¿Buscar una neoplasia maligna? La ICC e hipertensión
pulmonar severa, la IRC, la anemia crónica y su edad
avanzada implican un pronóstico grave en esta paciente,
y seguramente una corta sobrevida. Ante la detección de
una neoplasia, sería incoherente plantear sesiones de
quimio y radioterapia, y menos aún cirugías resectivas.
Planteo por lo tanto limitar los estudios diagnósticos
invasivos (VEDA; colonoscopía; nueva TAC con altas dosis
de contraste EV).
7.
Comunicación con la familia. Considero esencial conocer
la opinión de los familiares sobre cuestiones referidas
a las expectativas y dudas sobre el caso, informando
oportunamente las medidas tomadas y la realidad del
pronóstico de la paciente.
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