Discusión del
caso clínico
Dr. Martín Ferrado
En los
individuos con infección por virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) las enfermedades
adquieren las más heterogéneas y atípicas formas de
presentación. Esto se ve incrementado conforme aumenta
el grado de inmunosupresión. De esta manera se hace
difícil mantener el paradigma que propone la teoría
unicista, al momento del abordaje de estos pacientes.
En este
caso los primeros datos que voy a considerar para el
análisis son la serología VIH+ (CD4 < 100), los
antecedentes de neumonía aguda de la comunidad (NAC) y
tuberculosis pulmonar (TBC), en un paciente que consulta
por un cuadro respiratorio insidioso con imágenes
patológicas persistentes en la radiografía de tórax. Con
respecto a las alteraciones radiológicas, cabe destacar
que las mismas datan de hace aproximadamente 6 meses.
Todo esto me lleva a plantear la posibilidad de que se
trate de un cuadro crónico.
Una de
las patologías que pueden encuadrarse dentro de estas
características es la bronquiolitis obliterante
con neumonía organizada (BOOP). Es la vía final
común de muchas patologías pulmonares como infecciones,
tumores, drogas y otras, pudiendo ser idiopática. Cursa
habitualmente en forma subaguda con síntomas
respiratorios inespecíficos. La radiología muestra
radioopacidades parcheadas, generalmente bilaterales,
derrame pleural, etc. En las formas más avanzadas puede
mostrar patrón en panal de abejas. La Tomografía axial
computada (TAC) permite una mejor caracterización de las
lesiones observando, por ejemplo, áreas en vidrio
esmerilado. El diagnóstico es de exclusión, requiriendo
la realización de una biopsia pulmonar. En este paciente
tanto la clínica como el antecedente de NAC y
persistencia de la imagen radiológica son compatibles
con BOOP. Si bien no puedo descartarla por falta de
disponibilidad de métodos necesarios como la TAC y la
anatomía patológica, teniendo otras causas que pueden
explicar el cuadro (como la TBC a la que haré referencia
más adelante), creo que esta entidad es menos probable y
no iniciaría tratamiento con corticoides en este
momento.
Otra
diagnóstico que planteo son las Micobacterias
atípicas, considerando el aumento de su
incidencia en asociación al VIH-SIDA (principalmente con
CD4 < 100) y el hecho de que si bien en los esputos se
observaron bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR), no
se obtuvo desarrollo de los mismos en los cultivos. Otro
punto que suma para ésta, es que muchas veces presentan
resistencia a los tuberculostáticos de primera línea,
que son los que realizó el paciente para tratamiento de
su TBC. Producen diferentes síndromes clínicos, entre
ellos enfermedad pulmonar progresiva y enfermedad
diseminada, frecuente en inmunocomprometidos, con
cuadros clínicos proteiformes. Para su diagnóstico al
menos 3 muestras respiratorias deben ser evaluadas y se
deben descartar otras causas posibles. En el caso
analizado, como ya hice referencia, tenemos el
diagnóstico de TBC que puede explicar el cuadro y
cultivos (hemocultivos positivos hasta en el 95% en
infecciones diseminadas) que no muestran evidencias de
micobacterias atípicas. Por lo expuesto, a pesar de que
la clínica y la radiología pueden ser compatibles, lo
considero a este diagnóstico más alejado.
Por
último, teniendo en cuenta el antecedente de
baciloscopía positiva para TBC, la frecuente asociación
con VIH, la radiología y clínica compatibles, creo que
la Tuberculosis pulmonar sigue siendo la
causa más probable. Lo que jugaría en contra de esta
posibilidad es que en esta internación las tinciones
para BAAR de los esputos obtenidos son negativas hasta
el momento. Uno de los puntos fundamentales sobre los
que baso mi sospecha diagnóstica, es el tratamiento
irregular que realizó para TBC (que postulo como
insuficiente) habida cuenta de una farmacodermia
atribuida a la rifampicina (R). Creo oportuno realizar
algunas consideraciones acerca del tratamiento anti-bacilar,
enfocado en los pacientes VIH+.
Los
medicamentos empleados deben cumplir con los siguientes
requisitos: -Potencia bactericida -Actividad
esterilizante -Prevenir la selección de bacilos
resistentes. Como no se conoce ningún agente
quimioterápico que posea en sí mismo todas estas
propiedades en forma suficiente, se deben utilizar por
lo menos 3 drogas en la fase inicial y 2 drogas en la de
continuación. Los esquemas de tratamiento anti-TBC en
VIH+ son similares al de la población no infectada,
debiendo ser realizados en forma supervisada. Algunos de
estos regímenes de tratamiento para TBC en pacientes
VIH+ son:
-Esquema 1: Fase de inducción (2
meses)
Fase de continuación (4 meses)
-Isoniacida
(H) -Isoniacida
-Rifampicina
(R) -Rifampicina
-Pirazinamida (Z)
-Etambutol (E) (o estreptomicina-S)
Pacientes VIH+ con CD4+ < 100, deben recibir esquemas
con dosis diarias o al menos trisemanal en la segunda
fase. Los tratamientos de 9 meses mostraron menos
incidencia de recaídas. Este es el esquema que comenzó
recibiendo el paciente hasta el momento de la
farmacodermia.
-Esquema 2: Fase de inducción (2
meses)
Fase de continuación (4 meses)
-Isoniacida
-Isoniacida
-Rifabutina
-Rifabutina
-Pirazinamida
-Etambutol
Si bien se puede reemplazar
la rifampicina por rifabutina, teniendo en cuenta la
menor tasa de reacciones de hipersensibilidad y de
inducción del metabolismo hepático, no está disponible
en los regímenes terapéuticos de nuestro medio.
-Esquema 3: Fase de inducción (2
meses)
Fase de continuación (7 meses)
-Isoniacida
-Isoniacida
-Estreptomicina
-Estreptomicina
-Pirazinamida
-Pirazinamida
-Etambutol
Es una
de las mejores opciones en aquellos que no pueden
recibir rifampicina. En el caso analizado, la segunda
fase fue realizada solo con H y E. Creo que la conducta
adoptada al ingreso a esta institución fue correcta,
agregando S y Z.
Otros
esquemas incluyen H, E y fluoroquinolonas por un mínimo
de 12 a 18 meses, suplementado con Z por al menos los 2
primeros meses.
Ha sido
reportada una mayor tasa de mortalidad y de
recurrencias en pacientes VIH+ con TBC, cuyos esquemas
no incluían R. Siendo tan importante su inclusión en los
esquemas, me pregunto si una farmacodermia como la de
este paciente, es razón suficiente para suspender dicha
droga. Con los actuales tratamientos que habitualmente
asocian S, H, R y Z, la proporción de efectos adversos
que obligan a la suspensión de una o más drogas es
solamente del 2-3 % de los casos. Todos los
antibacilares pueden producir reacciones por
hipersensibilidad variando del 11% al 18% según las
series, sin que sea necesario interrumpir el
tratamiento. El manejo depende de su gravedad. Es mejor
suspender el tratamiento antibacilar hasta que el
exantema desaparezca, realizando tratamiento con
antihistamínicos o corticoides. Una vez resuelto, la
reintroducción de las drogas se realiza de a una por
vez, a dosis bajas y progresivas aumentando gradualmente
durante 3 días. Si es posible mientras se evalúa la
tolerancia se debe agregar 2 drogas que no haya recibido
antes. Se comienza por la menos sospechosa que según las
series es H y en otras la R. El comienzo del régimen
modificado debe ser considerado como un tratamiento
nuevo, que si bien prolonga el tiempo de tratamiento,
disminuye el riesgo de recurrencia. Los trabajos
realizados para evaluar la utilidad de los test cutáneos
orientados a señalar a la R como causa de farmacodermias,
concluyen que los mismos no pueden definir diagnóstico.
La desensibilización a la R ha sido reportada con buena
tolerancia en pacientes sin VIH. Sin embargo, los
pacientes VIH+ nunca deben ser desensibilizados por el
alto riesgo de una reacción tóxica severa. En este caso
se optó por la suspensión de la R instaurando el
tratamiento citado en tercer lugar, sin intentar
realizar la reintroducción paulatina como se expuso
anteriormente.
Ahora
bien, con respecto a las lesiones cutáneas, la patología
que mejor se adapta al paciente es el Sarcoma de
Kaposi (SK). Asociado al virus herpes 8 (HHV 8)
es el tumor más frecuente en pacientes VIH+,
principalmente en varones homosexuales, antecedente
presente en este caso. Las lesiones cutáneas son
elípticas, no dolorosas, de coloración rojo vinoso a
violáceas compatibles con las del paciente. Es frecuente
la afectación de cavidad oral (como las del paciente),
del tracto gastrointestinal y respiratorio. Los edemas
que presenta también pueden ser explicados por este
cuadro, hecho que junto con el compromiso pulmonar
indican mal pronóstico. Considerando la evolución creo
que se debe iniciar tratamiento con anti-retrovirales y
plantear la posibilidad de quimioterapia y/o
radioterapia.
Por
último, en cuanto a la colección cutánea con aislamiento
de un bacilo gram positivo (BG+), se debe
considerar como posibles causas al corynebacterium y al
rhodococcus, principalmente este último. Ambos son
colonizantes habituales de piel que experimentaron un
aumento a partir de la epidemia del SIDA. Teniendo en
cuenta que la colección ha sido drenada y la curva
febril ha descendido, encontrándose afebril actualmente,
esperar la tipificación del germen en los cultivos es la
actitud más lógica.
Como
conclusiones, creo que el principal problema con el que
nos enfrentamos es la mala evolución del probable
SK, imponiéndose la necesidad de iniciar
tratamiento. La realización de un análisis de sangre
oculta en materia fecal, una endoscopía digestiva y de
una broncoscopía serían necesarias para descartar
compromiso de estos órganos. En cuanto a los anti-retrovirales
los inhibidores de proteasa (IP) han demostrado
cualidades antiangiogéncas, no aconsejándose su uso en
individuos tratados con R (potente inductor de la
citocromo p-450). Respecto al esquema antibacilar
continuaría con el actual hasta cumplir 9 meses de
tratamiento, realizando controles exhaustivos con
análisis de esputo. No reintroduciría por el momento la
R debido a la posibilidad de realizar tratamiento con IP
por lo explicado anteriomente y para no exponer al
paciente a desarrollar alguna reacción adversa, lo que
llevaría a una nueva suspensión del esquema terapéutico.
En cuanto al aislamiento del BG+ esperaría la
tipificación del microorganismo de acuerdo a la
evolución del cuadro. En caso de mala evolución la
vancomicina estaría indicada teniendo en cuenta los
posibles gérmenes mencionados.
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