/  Rosario - Santa Fe - Argentina

 
 
     

 


 

Dr. Juan Carlos Kusnetzoff

 

Director del programa de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas José de San Martín

Director del Centro de Referencia de Sexología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

Director de cursos por Internet de "Educación Sexual y Sexología Clínica" de la Facultad de Medicina Virtual de la Universidad de Buenos Aires

Autor de dieciseis libros

 

 


Algo sobre la noción de normalidad en sexología
 

Dr. Juan Carlos Kusnetzoff
 

ROLES SEXUALES

 

                Hoy, Siglo XXI, la distribución de roles a cumplir por el hombre y la mujer, ha sido modificada.

                “La articulación subjetiva del cuerpo es un proceso en el que lo biológico va tomando forma y se va definiendo según las diferentes pautas culturales que los sujetos van incorporando. En las condiciones materiales hasta aquí descriptas, se desarrolla una experiencia particular de la corporalidad. Creemos que es posible postular que, en esta fracción de los sectores populares, la representación del cuerpo es más inmediata e instrumental que en los sectores medios; se organiza en torno de creencias y normas según las cuales el cuidado no funciona como valor y, en consecuencia, da lugar a pautas de crianza, formas de la sexualidad y conductas menos preocupadas por cuestiones vinculadas con la salud” ([1])

 

 

GENITALIDAD Y PRE-GENITALIDAD

 

                En la Antigüedad clásica, el amor, estaba representado por Afrodita y Eros. Estas dos divinidades, representan una dualidad dicotómica que llega hasta nuestros días.  Afrodita es una mujer, personificando ese sentimiento amoroso característico. Eros, es un niño travieso y burlón, y representa el aspecto lúdico del amor. Las fijaciones de las Parafilias, por ejemplo, que antes se llamaban “perversiones”, se encuentran en la sexualidad pre-genital. No llegan casi nunca a la genitalidad. El placer pregenital, es todo lo que sucede en el juego previo: toques, caricias, besos, abrazos, pellizcos, suspiros y gritos. Una vez que, en la década del ´60, la píldora anticonceptiva liberó a las mujeres de la actividad procreativa predominante hasta ese momento, permitió que el erotismo en toda su dimensión, aflorara.

                La sexualidad, se encuentra siempre vinculada con las transgresiones, las prohibiciones y las amenazas –los ritos de pasajes, de cambios evolutivos, los ritos iniciáticos, se encuentran siempre, reglamentados socialmente.

                Muchas veces, el ejercicio de la sexualidad humana, se encuentra vinculado con la soledad, el temor a la muerte, el temor al compromiso afectivo, la huída de la cotidianeidad. Esta “mecanización” de la sexualidad, vuelve a la vida postmoderna en un “neo-puritanismo” El “consumo de sexo”, puede llegar a ser adictivo Nuevamente: ¿Cuánto sexo? ¿Dónde está el límite?

                Siguiendo a Freud, en varios de sus escritos, el Hombre entra en la civilización, si es capaz de tener una “frustración óptima” y eficaz. Esta inhibición de sus impulsos, le hace “saltar” del mundo animal, al mundo humano. Y es extremadamente variable, de un individuo a otro.

                La frustración fundamental, que lidera las frustraciones posteriores, es el “tabú del incesto” que impide la consumación del acto sexual, entre los hijos y sus padres, característica estructural, descubierta y descripta por Levy-Strauss ([2]) El padre de la antropología moderna, define así, el pasaje de la Naturaleza, a la Cultura:

                “No hay, no existe, ninguna agrupación del Homo Sapiens, que permanezca indiferente al comportamiento sexual de los hombres que la constituyen. En todas partes, las uniones son juzgadas. Unas son encomiadas, otras admitidas o excusadas, otras desterradas de la sociedad y reprimidas. La prohibición del incesto, comprendida bajo esta forma –no de promiscuidad sexual integral, sino de control social en las relaciones entre los sexos- es universal, incluso, si su forma difiere de una sociedad a otra (en una, la relación está autorizada entre hermano y hermana y prohibida entre primos paralelos, mientras que en otra, la prohibición toma otras formas). Un abismo separa al Homo Sapiens de las especies animales más próximas. Se ve, entre los antropoides, embriones de organización familiar y de relaciones monogámicas que alternan con relaciones poligámicas. Pero, no se encuentra de ninguna manera una prohibición análoga a la prohibición del incesto”.

                Partiendo de esta constatación –únicamente entre los hombres se da el hecho de que todas las uniones biológicamente posibles, no sean socialmente aceptadas. Claude Lévi-Strauss, en “Las Estructuras Elementales del Parentesco”, define la prohibición del incesto como “el proceso por el cual la naturaleza se adelanta”, y concluye: “ella opera, y por sí misma constituye, el advenimiento de un orden nuevo”

 

 


CONCLUSIONES

 

“Normalidad”. ¿Qué es? ¿En qué consiste?

A lo largo de este trabajo, hemos intentado analizar diversas acepciones del término.


1) Hay una normalidad ideal. Por ej.: la normalidad de la pareja humana, que quiere ser pareja, para reproducir....y poco más.


2) Una normalidad estadística, liderada por A.Kinsey, que se opuso en su momento, a la normalidad ideal.


3) Una normalidad funcional, que puede incluir dos puntos de vista:

                a) importancia del conflicto a que convoca toda sexualidad, en tanto no exceda determinados límites.

                b) la noción de genitalidad, a la que se llega luego de las etapas pre-genitales y se agrupa, responsablemente, en evoluciones maduras de la sexualidad adulta.


4) Una sexualidad normal o anormal y/o patológica, no puede prescindir de los conceptos relativos a la reglamentación social, y la prohibición y transgresión, que forman parte de la sexualidad de hecho.


 

[1]  Cecconi, S. “Cuerpo y Sexualidad: condiciones de precariedad y representaciones de género” In: Margulis, M. y otros: Juventud, Cultura, Sexualidad. La dimensión cultural en la afectividad y la sexualidad de los jóvenes de Buenos Aires, pag. 186

[2]  Levy-Strauss, C.:  Les estructures elémentaires de la pareté. París-La Haya, Mounton. 1967

 
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