Reanimación inicial:
En el año 2001 se publicó el Early-Goal Directed Therapy,
un protocolo de reanimación para aplicar desde el
momento de la admisión del paciente séptico en sala de
guardia. Éste se debe completar en las primeras 6 horas
desde el ingreso y está al alcance de cualquier
institución de mediana complejidad.
Básicamente consiste en iniciar la reanimación con al
menos 20 ml/kg de cristaloides (o su equivalente en
coloides) hasta lograr presión venosa central (PVC) de
8-12 mmhg y una presión arterial media (PAM) mayor a 65
mmHg. Si la hipotensión no responde a administración de
volumen se iniciará vasopresores (dopamina o
noradrenalina). Una vez logrados los objetivos de PVC y
PAM se debe determinar la saturación venosa mixta de
oxígeno (SvO2) para lo cual es suficiente con una
muestra obtenida de la vía central sin necesidad de
tener colocado un catéter tipo Swanz-Ganz. Si la SvO2 se
encuentra por debajo del 70% la reanimación continúa con
medidas para aumentar el transporte de oxígeno ya sea
elevando el hematocrito hasta lograr un mínimo de un 30%
y/o con el agregado de dobutamina para optimizar el
volumen minuto cardíaco.
En definitiva los objetivos que se proponen lograr con
el protocolo de reanimación mencionado son PVC 8-12 mmHg
(o 12-15 mmHg en pacientes en asistencia ventilatoria
mecánica), PAM mayor o igual a 65 mmHg, diuresis horaria
mayor o igual a 0,5 ml/kg/hora y SvO2 mayor o igual a 70
%.
Aplicar estas medidas y alcanzar dichos objetivos logró
una reducción de un 16 % de mortalidad entre grupo
tratamiento y grupo control, y constituye una
recomendación grado B según las guías de manejo de
sepsis severa publicadas en 2004.
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