Examen post mortem (EPM) en terapia intensiva ¿aun es
útil?
Hace prácticamente 100 años que el EPM ha sido propuesto
como un método para efectuar diagnósticos correctos
cuando la causa de muerte no era clara. En los últimos
años el número de EPM disminuyó en los EEUU desde un 41%
en la década de los 60´ al 21% en los años 70´. En
Suecia cayó desde el 80% al 39% desde el bienio 77/78 al
87/88. En algunos centros de EEUU y Canadá el promedio
de autopsias varia entre 0% y 10%. ¿Cuáles son las
razones que explican esta declinación?: mejoramiento de
las técnicas diagnósticas complementarias, el temor a
descubrir en el EPM la causa de la defunción, dificultad
en obtener el consentimiento de la familia, mayor
trabajo para el patólogo y evaluación en la relación
costo beneficio.
El porcentaje de discrepancias entre los diagnósticos
pre y post mortem que han sido publicados varía
entre un 10% al 50%. Las principales entidades que han
sido descubiertas con el EPM incluyen infecciones
nosocomiales principalmente micóticas, embolias
pulmonares, infarto de miocardio y neoplasias.
En Bélgica (lugar donde se realizó este estudio) se
asume que la necropsia se efectuará siempre y cuando no
haya habido una negativa previa a la muerte, ya que por
otra parte se supone que existe el consentimiento para
que esta se efectúe. Este estudio comparó los
diagnósticos pre y post mortem e investigó la relación
entre hallazgos inesperados y el número de días de
internación en una unidad de terapia intensiva (UTI).
Los autores revisaron los hallazgos de necropsias de
todo el año 1999 de pacientes que murieron en la Unidad
de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital universitario
Erasme. Un investigador analizó las historias clínicas e
hizo el diagnóstico de la enfermedad y de la probable
causa de muerte y otro investigador analizó los
hallazgos del EPM. Los hallazgos inesperados se
denominaron discrepancias y se clasificaron de
acuerdo a una serie de criterios denominados de “Goldman
modificados” (Ver
Tabla I)
A su vez los pacientes fueron clasificados en dos grupos
de acuerdo a si estuvieron internados más ó menos de 10
días.
De un
total de 2984 admisiones en el año 1999 hubo 489 muertes
(16,3%). Se efectuaron 222 necropsias, ó sea un promedio
de 45% de EPM. El promedio de estadía de los pacientes
fue de 17 + días. El EPM encontró hallazgos inesperados
en 50 pacientes (22,5%), los cuales fueron de clase I en
12 pacientes, clase II en 7 pacientes, clase III en 31
pacientes.
Los hallazgos clase I y II incluyen: infecciones
micóticas, otras infecciones nosocomiales, endocarditis
infecciosa (EI), infarto de intestino mesentérico,
embolismo pulmonar (EP) e infarto agudo de miocardio (IAM).
De 7 pacientes con infecciones micóticas diseminadas 6
no eran inmunocomprometidos y habían sido tratados
empíricamente con antimicóticos a pesar de cultivos
negativos. El paciente con diagnóstico de EI tuvo dos
ecocardiogramas transesofágico (ETE) sin hallazgos
compatibles y los hemocultivos fueron negativos.
Hallazgos menores en el EPM incluyen: EP, neoplasias no
metastásicas, enfermedad de Hashimoto, esófago de Barret
y candidiasis esofágica.
Cuando los hallazgos se dividieron de acuerdo al tiempo
de estadía en UTI, hubo mayor número de hallazgos
mayores en los pacientes con menos de 10 días de
internación que en aquellos con más de 10 días (10% vs.
6%). Lo contrario ocurrió con los hallazgos menores que
fueron mas comunes en aquellos que estuvieron más días
internados (26% vs. 6%). Hubo menos discrepancias en
aquellos pacientes que estuvieron internados menos de 10
días (32% vs. 16%) ya sea con hallazgos mayores y
menores. El promedio de días de internación que puede
presagiar hallazgos mayores y menores inesperados fue de
8 y 16 días respectivamente.
El 90% de necropsias fueron efectuadas a pacientes
mayores de 50 años. Discrepancias menores fueron
encontradas más frecuentemente en pacientes mayores de
50 años, siendo la más común las neoplasias primarias.
Los autores comentan que hubo en total un 22% de
discrepancias y 8% de hallazgos inesperados que fueron
relacionados a la causa de muerte, con un 5% de errores
clase I. Los autores comentan hallazgos de otras series
de autopsias donde varían los porcentajes de
discrepancias asumiendo como probable causa cuando las
necropsias fueron solicitadas solo en casos
complicados. También refieren que las poblaciones de
pacientes fueron diferentes y mencionan infecciones,
infartos, trombosis, EP, hemorragias y taponamiento
cardíaco como causas frecuentes de discrepancias entre
las distintas series. Se reportan observaciones
referentes a que con el transcurrir del tiempo no han
variado las discrepancias halladas entre los hallazgos
post mortem y los probables diagnósticos antes de
la muerte. Sin embargo también se han reportado que con
nuevas técnicas diagnósticas han disminuido el número de
discrepancias. No obstante se considera que hoy en día
la autopsia puede revelar un número de errores mayores
que varía entre un 8% y 24%.
Si bien a nivel mundial ha caído el porcentaje de
autopsias, algunos países mantienen un porcentaje
elevado en el número de las mismas (Bélgica y Finlandia
por ejemplo). Se ha reportado como posibilidad en el
menor de autopsias al hecho de que organismos de
acreditación de calidad de atención en salud han
disminuido el porcentaje de EPM como herramienta
destinada a medir el nivel de calidad en los cuidados
médicos. Si bien algunos autores creen que la autopsia
es “el último patrón de calidad”, no hay acuerdo con
respecto a la misma como parámetro para tal uso y la
relación costo-beneficio.
Hace dos décadas se reportaron hallazgos similares en
una población de pacientes no críticos, siendo causas de
ausencia de diagnóstico frecuentes las infecciones, EP,
IAM y tumores.
La presencia de hallazgos en el EPM no diagnosticados
previamente no implican necesariamente negligencia.
Pueden indicar complejidad en determinadas enfermedades
a pesar de los últimos avances tecnológicos en técnicas
diagnósticas (se hace referencia por ejemplo a la
tomografía helicoidal para el diagnóstico de EP y el ETE
para EI pese a lo cual fueron hallazgos frecuentes en
el EPM).
En síntesis, en este trabajo, el EPM detectó hallazgos
cuyo diagnóstico es difícil de establecer a pesar de ser
sospechado principalmente en aquellos que tuvieron
estadías hospitalarias más cortas. Los hallazgos en el
EPM en aquellos con más tiempo de internación detectó
enfermedades coexistentes no relacionadas con la causa
de muerte. La autopsia no debería verse como un elemento
de prácticas médicas inadecuadas, sino como una
herramienta de educación médica.
Resumen del artículo
original “Post mortem examination in the intensive care
unit: still useful?”. Dimopoulos G, Piagnerelli M, Berré
J, Salmon I, Vincent JL. Intensive Care Medicine 2004
30: 2080-2085
|