Using oxygen delivery targets to optimize resuscitation
in critically ill patients.
Tarannum Rampal, Shaman Jhanji and Rupert M. Pearse
Current Opinion in Critical Care 2010 (publicación
electrónica previa a edición impresa)
Tanto el trauma, la cirugía mayor y la
sepsis severa comparten la presencia de hipovolemia,
disfunción miocárdica y disminución del tono vascular.
Parece razonable suponer que los pilares del tratamiento
en estas situaciones se basan en la administración de
líquidos y drogas vasopresoras e inotrópicas. Una óptima
utilización de estos recursos terapéuticos permanece en
el terreno de las controversias debido a que los mismos
si bien pueden ser beneficiosos, no carecen de riesgos.
El concepto de optimización
hemodinámica se origina hace mas de 25 años y se basa en
los resultados de estudios observacionales, donde los
parámetros rutinarios ("signos vitales") se
estabilizaban en todos los pacientes, los sobrevivientes
tenían valores de transporte de oxígeno (DO2), consumo
de oxígeno (VO2) y gasto cardíaco (GC) mayores que los
que no sobrevivían.
En consecuencia, se propuso alcanzar
objetivos predefinidos en el tratamiento de estos
pacientes, pero un número importante de trabajos no
alcanzó a clarificar la utilidad de esta estrategia
terapéutica. Es de destacar que hubo una confusión en
este terreno con el intento de demostrar si había
beneficios o no con el uso del catéter de Swan-Ganz,
aunque esto parece estar claro en el momento actual (no
se pudo relacionar el uso del catéter de Swan-Ganz con
un aumento de la mortalidad por el uso del mismo)
De acuerdo a la fórmula del DO2: GC x
(SaO2 x Hb x 1,36) + (0,003 x PaO2), se deduce que es
importante una buena función cardiaca, respiratoria y
nivel de Hb para un adecuado DO2.
·
SaO2: saturación arterial de oxígeno
·
Hb: hemoglobina
·
1,36: ml de oxigeno transportados por
un gramo de Hb
·
0,02: coeficiente de solubilidad de
oxígeno en la sangre
·
PaO2: presión parcial de oxígeno en la
sangre
El desafío con fluidos es una medida
razonable y tiene como objetivo elevar en forma
sostenida el GC por al menos 20´. El principio que
sustenta esta estrategia es la ley de Starling y si bien
el fundamento fisiológico es absolutamente válido, no
siempre es fácil identificar una respuesta adecuada del
GC al tratamiento con líquidos. Los denominados
marcadores dinámicos de respuesta al tratamiento con
fluidos (por ejemplo la variación de la presión del
pulso con el ciclo respiratorio de los pacientes en
ventilación mecánica) parecen ser más efectivos que los
llamados marcadores estáticos como la presión venosa
central (PVC) o la presión de oclusión de la arteria
pulmonar (PAOP). De todos modos, los marcadores
dinámicos tienen limitaciones tales como menor
confiabilidad cuando existe respiración espontánea.
La necesidad de drogas vasoactivas
puede ser prácticamente concomitante con el inicio de
tratamiento con fluidos. El uso de altas dosis de las
mismas como se proponía en el pasado, puede asociarse a
isquemia miocárdica, pero el uso de dosis bajas en forma
prudente parece que se puede vincular a algún beneficio
clínico.
Determinados valores de saturación
venosa mixta de oxígeno (SVO2) y de saturación venosa
central de oxígeno (SvcO2) son utilizados como objetivos
predefinidos en la estrategia de optimización
hemodinámica. Dichos parámetros pueden reflejar el
balance entre DO2 y VO2.
No hay un mecanismo claro que explique
algún tipo de beneficio con estos enfoques terapéuticos.
Shoemaker observó y propuso que los valores de GC de los
pacientes quirúrgicos de alto riesgo que sobreviven al
acto quirúrgico pueden ser utilizados como meta
terapéutica. Esto se explicaría porque en esas
situaciones existe un disbalance entre el DO2 y VO2,
fenómeno que se denominó dependencia patológica del VO2.
Esto se asociaría a una deuda de oxígeno, que si no se
corrige en tiempo y forma progresa a disfunción
multiorgánica y muerte.
Esta situación es real cuando el DO2
es bajo, pero no se ha demostrado con valores de DO2
normales o incluso elevados. Esta situación de
dependencia patológica del VO2 sobre el DO2 se
explicaría por el llamado acoplamiento matemático (uso
de variables compartidas en las fórmulas de DO2 y VO2)
Durante el shock hay una severa
disfunción microcirculatoria. En estudios
observacionales, los pacientes con una perfusión
microvascular mas deteriorada tienen menor sobrevida que
aquellos en los que el trastorno de la microcirculación
es menos marcado. El uso de metas hemodinámicas logradas
a través del uso de fluidos, se asocia a mejoría de la
microcirculación y de la presión tisular de oxígeno en
el colon en estudios experimentales. En pacientes con
shock séptico, hay una mejoría en los flujos
microcirculatorios con el uso de fluidos e inotrópicos.
Optimización del DO2 en diferentes
grupos de pacientes:
Cirugía: en los trabajos iniciales se
optimizó el DO2, asociándose este hecho a una
disminución de la mortalidad. Estos estudios fueron
criticados por importantes defectos metodológicos.
Posteriormente, con el uso de diseños más confiables, se
observó una disminución de la mortalidad.
El uso de valores predeterminados de
SvcO2 como objetivo terapéutico, pueden asociarse a una
disminución de la disfunción multiorgánica pero no de la
mortalidad.
La optimización intraoperatoria
utilizada para lograr objetivos hemodinámicos, puede
tener beneficios clínicos (menos estadía hospitalaria,
menor número de complicaciones en el postoperatorio).
Algunas de estas estrategias intraoperatorias
permitieron el uso de menor cantidad de fluidos.
Las modalidades terapéuticas de
optimización también pueden ser efectivas cuando se
establecen en el postoperatorio inmediato.
La eficacia del tratamiento óptimo con
líquidos probablemente haya sido confundido con los
resultados contradictorios de los estudios que comparan
estrategias liberales y restrictivas de fluidos.
Sepsis: el uso de protocolos de
tratamiento precoz en la sepsis guiada por valores
prefijados de SvcO2, demostró una disminución de la
mortalidad utilizando fluidos y dobutamina si fuese
necesario.
Trauma: los resultados de los trabajos de optimización
hemodinámicas en el trauma han sido poco claros y
algunas cuestiones metodológicas o de sesgo pueden haber
colaborado para estos resultados contradictorios.
Pacientes con enfermedades críticas avanzadas: cuando se
intentó optimizar hemodinámicamente a pacientes críticos
con procesos ya evolucionados y estabilizados, no se
pudo demostrar beneficio con esta estrategia. Estos
estudios contribuyeron a entender que una vez que se
alcanza una resucitación completa, el intento de de
optimización hemodinámica puede ser inefectivo y que el
uso de drogas vasoactivas puede ser perjudicial cuando
no se logra una respuesta determinada con la
administración de las mismas. Se destaca además que
muchos pacientes se encontraban ya ingresados en las
unidades de cuidados intensivos y que el tratamiento se
prolongó varios días. Esto se opone a lo recomendado a
la luz de trabajos que muestran efectividad con estas
medidas cuando se aplican precozmente y durante
períodos de tiempo menor.
La optimización del DO2 es solo un enfoque de la
resucitación hemodinámica del paciente crítico. El
beneficio es difícil de demostrar en aquellos que no los
necesitan o las posibilidades de sobrevida son bajas.
Hay heterogeneidad en los grupos de paciente estudiados
y en los tiempos y metas hemodinámicas buscadas. No se
confirman ni rechazan hasta ahora este tipo de
tratamientos con los resultados que se conocen. La
mejoría del flujo microcirculatorio tendría un rol
significativo en estas situaciones y se planean estudios
multicéntricos de optimización hemodinámica.
Comentario:
Dr. Juan Carlos Pendino- Especialista en Clínica Médica
y Terapia Intensiva.
Médico de planta de la Unidad de Cuidados Intensivos del
Hospital de Hellín. Albacete, España.
Recibido: Marzo 2010 |