A Prospective Study of Fasting Plasma Glucose and Risk of Stroke in Asymptomatic Men
Mayo Clinic Proceeding – Noviembre de 2011
Comentario: Dra Eliana Virga*
*Especialista en Clínica Médica.
Estudios previos han demostrado una asociación directa e independiente entre el diagnóstico de Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) y la incidencia de Accidente Cerebrovascular (ACV). Sin embargo, un importante número de pacientes con DM2 permanece durante largos períodos sin diagnóstico por no presentar síntomas.
El presente trabajo se trata de un estudio prospectivo observacional de un total de 47.865 hombres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular ni manifestaciones clínicas de DM2, en los cuales se procedió a la determinación de glucemia en ayunas (GA) durante un examen periódico de salud. Se excluyeron aquellos pacientes con FPG < 80 mg/dl, diagnóstico previo de DM2 o que se encontrasen en tratamiento con insulina y/o hipoglucemiantes orales. Se registraron también la presencia de otras variables que podrían influir sobre los puntos finales como edad, índice de masa corporal (BMI), dislipemia, hipertensión arterial, hábito tabáquico, consumo de alcohol, actividad física, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular. Se consideró como principal variable dependiente el número total de ACV ocurridos durante el periodo de evaluación, considerándose luego en forma separada eventos fatales y no fatales.
Un total de 595 ictus, 156 fatales y 456 no fatales, ocurrieron durante 702.928 personas/año de seguimiento. Los valores más altos de GA se asociaron a una mayor incidencia de ACV (eventos totales, fatales y no fatales). Cabe destacar que mayores valores de glicemia se relacionaban directamente a mayor edad, BMI y otros factores de riesgo cardiovascular, pero en el análisis multivariado (para evitar factores de potencial confusión) esta asociación directa entre niveles de FPG y ACV persistió y resulto estadísticamente significativa.
Hasta aquí los beneficios de una prueba fácil y barata de realizarse en la práctica clínica parecen ser irrefutables en la detección de una relación directamente proporcional entre el riesgo de ACV en pacientes asintomáticos y los niveles de glucemia. Sin embargo, cabe resaltar en este análisis factores que considero importante a la hora de la interpretación de dichos resultados:
- Los pacientes fueron clasificados al inicio del estudio en base a una sola medición de FPG, por lo que los cambios en la FPG a lo largo del seguimiento (aumento o mejoría producto de diagnóstico de DM2 y tratamiento) no pudieron ser determinados y esto probablemente afectaría la asociación observada. Debe aclararse que no se utilizó la clasificación actual de la ADA que desciende el valor de glicemia normal a menos de 100 mg/dl, sin embargo estos nuevos puntos de corte plantean cierta controversia, de modo tal que podrían incluirse pacientes sin alteraciones metabólicas de los hidratos de carbono en los estudios (falsos positivos).
- No fueron evaluados otros factores potenciales de confusión como: uso de aspirina, hábitos dietarios, hemoglobina glicosilada, prueba de tolerancia oral a la glucosa.
- No fueron considerados los subtipos de ACV en forma separada (isquémico vs hemorrágico) lo que podría influir sobre los índices de mortalidad.
- La fuente de datos utilizada también es cuestionable como posible factor de sesgo. El National Death Index (NDI) fue la base de datos para el recuento de eventos fatales; por lo cual la sensibilidad para la detección de los mismos se calcula alrededor del 89%. El número de ACV no fatales fue confirmado a través de encuestas por mail (realizadas en seis oportunidades a lo largo de un periodo de seguimiento de 33 años) a los participantes y la tasa de respuesta fue del 70%.
Antes de cualquier análisis final, debe tenerse presente que estos resultados se refieren solo a hombres, y obviamente estos resultados no pueden extrapolarse al sexo femenino. Como comentamos previamente, si bien el presente estudio muestra una asociación directa y estadísticamente significativa entre el nivel de glicemia basal en pacientes de sexo masculino sin antecedentes de enfermedad cardiovascular ni DM2 y la incidencia de ACV, los múltiples sesgos metodológicos expuestos podrían influir en los resultados. Existe cierta evidencia que relaciona los niveles de hemoglobina glicosilada, inferiores incluso a los considerados en el seguimiento óptimo de los paciente con DM2, y el riesgo cardiovascular en estos pacientes, pero no hay estudios que evalúen este parámetro analítico en pacientes sanos, hecho que sería de gran importancia clínica.
Sui X, Lavie CJ, Hooker SP, et. Al. A Prospective Study of Fasting Plasma Glucose and Risk of Stroke in Asymptomatic Men. Mayo Clin Proc. 2011; 86(11):1042-1049.
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