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Discusión del
caso clínico
Dra. Andrea Sánchez
Voy a discutir el caso de un paciente varón de 35 años,
con infección por HIV y recuento de linfocitos CD4 de
109 cel/µL que consulta por un cuadro de mialgias y
paraparesia progresiva, parestesias, al ingreso también
refiere cefalea y fiebre. Como antecedentes el paciente
es homosexual, etilista, tabaquista, adicto a cocaína, y
presentó una internación reciente por criptococosis
meníngea. En la misma internación se realizó el
diagnóstico de rectoproctitis, en el contexto de este
cuadro se realizó una colonoscopia donde se tomaron
muestras de biopsia, en las que se evidencian
inclusiones citoplasmáticas compatibles con CMV.
En la internación actual presenta como datos relevantes
bicitopenia (anemia y leucopenia), VDRL y pruebas
treponémicas reactivas, en líquido cefalorraquídeo
hipoglucorraquia, hiperproteinorraquia, pleocitosis a
predominio mononuclear. En RMN hallazgos compatibles con
aracnoiditis y en fondo de ojo lesiones inespecíficas.
Voy a tomar como dato guía de mi discusión la
paraparesia. Frente a un paciente con paraparesia
deben plantearse como probables causas: lesiones
cerebrales, lesiones medulares (intramedulares o
externas, que estén produciendo compresión medular),
neuropatías periféricas o miopatías 1.
La presencia de paraparesia en un paciente con infección
con HIV y bajo recuento de CD4, deben tenerse en cuenta
las manifestaciones neurológicas en el paciente HIV.
Dentro de este gran capítulo, voy a focalizarme en el
cuadro específico y los antecedentes de este paciente.
En primer lugar, voy a mencionar el antecedente de
criptococosis meníngea reciente, y planteo la
posibilidad de que la resolución del cuadro no haya sido
completa y justifique la aracnoiditis. Presenta
detección de antígeno capsular (test de látex) negativo,
por lo que considero este diagnóstico alejado. En
segundo lugar, el paciente presenta rectoproctitis,
considero que también debo tener presente la posibilidad
de que se forme una colección que produzca compresión
medular y justifique el cuadro, si bien se realizaron
imágenes que no evidencian colección no se evaluó la
columna lumbosacra en toda su extensión, por lo que
planteo el interrogante hasta que se completen los
estudios de diagnóstico por imágenes.
Por último, y como eje de mi discusión, considero que el
paciente presenta un cuadro clínico compatible con la
polirradiculopatía lumbosacra progresiva del
paciente HIV, que ocurre en pacientes con severa
inmunodepresión, generalmente con un recuento de
linfocitos CD4 menor a 50 cel/µL, en nuestro paciente,
debo tener en cuenta, que su recuento actual de
linfocitos CD4 probablemente sea menor a 100 cel/µL, ya
que lleva muy poco tiempo de tratamiento antirretroviral
efectivo. Este cuadro se caracteriza por debilidad
bilateral de miembros inferiores, dificultad en la
marcha, parestesias y progresa en una o dos semanas a
paraparesia, hipo o arreflexia y trastornos
esfinterianos (retención urinaria o estreñimiento). En
casos graves puede evolucionar incluso a paraplejía
2,3. Dentro de las etiologías probables se
encuentran:
-Causas infecciosas: virales (CMV, VHS, VVZ, HTLV, HIV,
post viral), bacterianas (TBC, Sífilis) y parasitarias (toxoplasmosis
del cono medular) 3.
-Causas neoplásicas: Linfoma No Hodgkin (ya sea un
linfoma primario de SNC o metástasis) 4.
Algunas consideraciones con respecto a las
polirradiculopatías más probables en este caso. La
polirradiculopatía lumbosacra progresiva por CMV es
causada por este virus ADN, que pertenece a la familia
Virus Herpes. Fue la etiología más frecuente de este
cuadro en la era pre-HAART. Actualmente se ve en
pacientes sin tratamiento, como es caso de nuestro
paciente, que recientemente comenzó tratamiento. Puede
producir compromiso sistémico y a nivel de sistema
nervioso central produce encefalitis, mielitis o
radiculopatía. A nivel del líquido cefalorraquídeo se
observa hiperproteinorraquia, hipoglucorraquia,
pleocitosis a predominio polimorfonuclear. En la mitad
pacientes se observa más de 500 cel/mL con 40-50% de
PMN. En otros pacientes, el curso clínico es más
benigno, presentan pleocitosis mononuclear y los
cultivos generalmente son negativos 5,6.
Considero importante tener en cuenta que el LCR en
pacientes HIV puede presentar alteraciones sin que esto
signifique patología, como hiperproteinorraquia (sin
exceder usualmente 1,1-1,2 g/L) y pleocitosis (sin
exceder por lo general 50 cel/mL). Si se superan estos
valores, aunque el paciente esté asintomático, si
debemos pensar en enfermedad. El tratamiento consiste en
ganciclovir y la modificación del esquema
antirretroviral para obtener la máxima supresión viral
7. Un esquema que resulta ser eficaz es 2,5
mg/kg cada 8 hs 10 días, luego 5 mg/kg cada 12 hs 14
días y finalmente 5-7,5 mg/kg día por 1 semana 8.
Se debe realizar monitoreo del tratamiento, es adecuado
realizar una punción lumbar antes de las tres semanas,
si no hay descenso significativo de los
polimorfonucleares, se debe cambiar el esquema a
foscarnet o incluso combinar ganciclovir con foscarnet.
Hay predictores de mal pronóstico, que son la
persistencia de la pleocitosis y de la hipoglucorraquia
8,9.
También se debe tener en cuenta la polirradiculopatía
lumbosacra progresiva por VHS. Es una complicación
rara de la infección por VHS, puede ocurrir en cualquier
estadio de infección por HIV. Se presenta como
radiculomielitis sacra, en el contexto de infección
genital. Se debe realizar tratamiento con aciclovir
10. Las polirradiculopatías lumbosacras
progresivas por VVZ o HTLV, presentan
manifestaciones clínicas similares, pero son muy poco
frecuentes y solo hay reportes de casos aislados en la
bibliografía 11,12. También existen casos
de radiculomielitis asociados a tuberculosis y sífilis.
En ésta última, una prueba negativa en sangre o LCR hace
el diagnóstico improbable. Nuestro paciente presenta
pruebas serológicas positivas con VDRL en LCR no
reactiva. Si bien considero que estamos frente a un
cuadro de sífilis, no considero probable que este sea el
responsable del cuadro neurológico. No hay estadísticas
claras en la literatura ya que es un cuadro que se
presenta con muy baja frecuencia 13,14. La
polirradiculopatía lumbosacra progresiva asociada a
linfoma se asocia a Linfoma no Hodgkin. Son cuadros
muy poco frecuentes. Es más probable que se presente
como metástasis. Se debe realizar tratamiento con
quimioterapia15.
En la RMN que se realizó en el estudio del paciente en
cuestión se informan hallazgos compatibles con
aracnoiditis, se trata de un proceso inflamatorio de
leptomeninges, muy poco frecuente. Desde el punto de
vista etiológico se relaciona con procesos posteriores a
una meningitis, por eso mi primer planteo se relacionó
con el antecedente de criptococosis meníngea reciente,
que presenta actualmente prueba de látex negativa, como
mencioné previamente y por lo tanto lo aleja de este
diagnóstico. También se relaciona con causas traumáticas
o instrumentaciones, situaciones a la que nuestro
paciente no estuvo expuesto. Puede ser idiopático o
finalmente relacionarse con etiologías infecciosas
(Sífilis, TBC, CMV).
No obstante es una alteración evidenciable en los
métodos de imagen, y no justifico basar mi discusión en
una imagen y si en manifestaciones clínicas, como las
compatibles con polirradiculopatía lumbosacra.
Operativamente, considero alejadas la mayoría de las
etiologías, excepto las infecciosas, que coinciden con
los agentes que pueden producir un cuadro de
radiculopatía y en consecuencia, la metodología para
llegar al diagnóstico es la misma.
La polirradiculopatía lumbosacra es un cuadro que
presenta numerosas etiologías, y nuestro paciente
presenta datos que orientan a pensar en citomegalovirus
como causa más probable, como es el compromiso colónico,
pero presenta PCR negativa en LCR, si bien es un prueba
con alta especificidad, un resultado negativo no lo
descarta. En un artículo publicado en Annals of Neurolgy,
del Departamento de Neurología de la Universidad de
California, San Francisco. Se describe el análisis de 23
pacientes con HIV-SIDA y un cuadro de paraparesia, hipo
o arreflexia y trastornos esfinterianos; que
interpretaron como polirradiculopatía lumbosacra. Del
total, en 15 pacientes se realizó diagnóstico de CMV, se
indicó tratamiento con ganciclovir, muchos presentaron
un cuadro florido, con secuelas neurológicas a pesar del
tratamiento. En 2 casos se relacionó a linfoma y los 6
pacientes restantes, presentaron un cuadro de curso
clínico más solapado, como nuestro paciente, en ellos no
se pudo llegar a un diagnóstico de certeza, por lo que
no se tomó una conducta activa y presentaron mejoría
espontánea. En consecuencia los autores concluyen que
este cuadro puede producirse por diferentes etiologías,
con diferente curso clínico y es necesario reconocer
esta heterogeneidad para el manejo individual de cada
paciente 16.
Concluyendo, por las manifestaciones clínicas,
antecedentes y frecuencia considero como diagnóstico más
probable polirradiculopatía asociada a
citomegalovirus, aunque no descarto la posibilidad
de que en este paciente, se presente un cuadro
neurológico de curso benigno, no relacionado a CMV, el
cual resuelva espontáneamente y no lleguemos al
diagnóstico de certeza.
Como conductas considero apropiado realizar un nuevo
recuento de CD4 y Carga Viral, completar serologías y
PCR virales (CMV, VHS,VVZ,VEB) y para TBC, realizar
citología de LCR en búsqueda de una neoplasia (Linfoma),
es prudente solicitar una nueva Tomografía Computada,
para completar el estudio de la columna vertebral,
descartando una colección, solicitar interconsulta con
el Servicio de Hematología para estudio de Médula Ósea y
con el Servicio de Infectología, para evaluar un nuevo
esquema antirretroviral, solo si se confirma diagnóstico
de CMV en sistema nervioso central, realizar tratamiento
específico.
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 21 de octubre de 2010, a cargo de la
Dra. Andrea Sánchez. |
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