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Dr. Oscar A. Pellizzón
 

Jefe Sección Arritmias, H. P. del Centenario, Rosario, Santa Fe, Argentina
 
Jefe Unidad Coronaria, H. P. del Centenario, Rosario, Santa Fe, Argentina

 
Docente de pre y postgrado. Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe, Argentina
 
Ex Presidente Comité de Arritmias, Sociedad de Cardiología de Rosario, Santa Fe, Argentina
 
Ex Presidente Comité de Arritmias, Federación Argentina de Cardiología
 

 

 

Fibrilación Auricular y Stroke

Dr. Oscar A. Pellizzón
 

CLASIFICACION DE LA FA
Se han propuesto diferentes esquemas de clasificación, actualmente se realiza de acuerdo a su duración y persistencia
[8]. Esto tiene importancia debido a los esquemas terapéuticos que pueden implementarse.

La FA aguda es definida como un episodio que dura menos de 48 horas. La FA paroxística está caracterizada por episodios intermitentes, recurrentes (más de dos episodios) y que resuelven espontáneamente, generalmente dura menos de 48 horas y por definición no debe permanecer más de 7 días, o persistente cuando dura más de 7 días y una intervención terapéutica es requerida para restaurar el ritmo sinusal. La FA permanente es considerada cuando el ritmo sinusal no es reinstalado después de la cardioversión. La FA crónica es un término amplio y se aplica cuando no existe posibilidad de mantener el ritmo sinusal [9].

La morbilidad de la FA está relacionada con los efectos adversos de la respuesta ventricular rápida, la pérdida de la contracción auricular y la formación de trombros intrauriculares. Esto último predispone o contribuye al riesgo de padecer un stroke embólico. En EEUU el 15% de los stroke son atribuidos a la FA [10]. La fisiopatología del tromboembolismo en la FA es compleja e involucra factores relacionados con el éstasis sanguíneo en la aurícula izquierda (AI)/apéndice AI, disfunción endotelial e hipercoagulabilidad sistémica y probablemente local. La disfunción contráctil y la dilatación AI, especialmente del apéndice, son las fuentes embolígenas de la mayoría de los accidentes cerebrovasculares, aunque otras zonas como la aorta, carótida y cerebro contribuyen en un tercio a un cuarto de los eventos [11].

 

ESTRATIFICACION DE RIESGO
La mortalidad en la FA es del doble cuando se la compara con las personas en ritmo sinusal. Actualmente en el mundo desarrollado la mortalidad cardiovascular está disminuyendo, pero paradójicamente, desde las últimas décadas la misma asociada al stroke permanece estable
[12] y la FA es un importante predictor independiente de riesgo de stroke embólico. En el estudio Framingham [13] el riesgo anual de stroke está relacionado con la edad y se incrementa del 1,5% anual entre 50-59 años hasta el 23,5% en los ancianos (80-89 años).

La creación de una clasificación de riesgo es para realizar guías de tratamiento y toma de decisiones, poniendo la atención en los factores que incrementan la probabilidad de eventos clínicos.

El análisis de los ensayos de prevención del stroke, tanto primaria como secundaria, revela que la edad avanzada, historia de hipertensión arterial, diabetes, ataques isquémicos transitorios o stroke previos y disfunción ventricular izquierda son predictores de alto riesgo de presentar un evento cerebrovascular.

El AFI (Atrial Fibrillation Investigators) fue un estudio que reunió 5 grandes trials randomizados en pacientes con FA y terapia anticoagulante. Estos investigadores realizaron un análisis multivariable para definir predictores de stroke. Este análisis demostró que una variedad de factores de riesgo incrementaban el mismo en más del 5% por año y la terapia anticoagulante lo reducía en aproximadamente 3 veces. En paralelo, los investigadores del SPAF (Stroke Prevention in Atrial Fibrillation) evaluaron el riesgo de presentar un stroke [14] y demostraron resultados similares (tabla II).

 

 

Recientemente se ha propuesto una nueva clasificación, denominada CHADS2 [15] (acrónimo en inglés de las letras que la incluye) incorporando características del SPAF y AFI. En esta clasificación se asigna a cada factor de riesgo el valor de 1 o 2, alcanzando así en un paciente individual una estratificación numérica del riesgo de stroke (tabla III).

 

 

El riesgo de stroke asociado a un valor alto de CHADS2 (figura 1) fue demostrado en EEUU usando un Registro Nacional de FA [16], de todas maneras más datos son necesarios para indicar si este algoritmo es suficiente para la estratificación de riesgo o si se deberán incluir otros factores. Está en estudio evaluaciones prospectivas sobre este algoritmo.

 

 

Muy recientemente fue publicada una nueva estratificación de riesgo basada en un estudio poblacional (Framingham Heart Study) para predecir el riesgo de stroke o muerte a 5 años [17]. Una estimación absoluta de stroke fue determinado sobre los clásicos factores de riesgo (edad, hipertensión arterial, sexo femenino, stroke previo o accidente isquémico transitorio y diabetes) a quienes se les asignó un puntaje, y un score total fue realizado para la estimación de riesgo individual. El estudio claramente demostró que uno o más de estos factores predicen un alto riesgo de padecer stroke.

 
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