Patología
El concepto original patológico y topográfico fue
cambiando en el tiempo a través del desarrollo de las
distintas secuencias de resonancia magnética nuclear y
de la respuesta a los tratamientos modificadores de la
enfermedad. Esto llevó a dejar en claro que el sistema
nervioso central de estos pacientes no sólo se afecta a
nivel de las placas, sino también en cambios globales en
la sustancia gris y en la denominada sustancia blanca de
apariencia normal (NAWM= normal appearing white matter).
Dada la descripción de su ocurrencia perivenular es
lógico imaginar que las placas serán encontradas más
fácilmente en los lugares donde mayor densidad vascular
hay, léase los nervios ópticos y el quiasma, los
pedúnculos cerebelosos, sustancia blanca periventricular
y la subcortical del prosencéfalo, y, las cordones
laterales de la médula.
Pero no sólo se afecta la sustancia blanca y, hoy en
día, se ha demostrado claramente el compromiso de la
sustancia gris, tanto a nivel cortical como de los
núcleos basales. En realidad la afectación de la corteza
ya había sido descripta previamente, especialmente la
atrofia en la secuencia MT (magnetization transfer en la
RMN), en los pacientes con forma primariamente
progresiva o en las etapas progresivas de la enfermedad.
Las lesiones piales parecen ser específicas de
esclerosis múltiple y no se verían en otras
enfermedades demielinizantes.
La inflamación linfocítica en la demielinización
cortical es más escasa y dispersa. En pacientes
portadores de infiltrados inflamatorios tipo folículo
linfático las lesiones serían más agresivas.
Las corticales cursan con escasa alteración de la
barrera hematoencefálica, de ahí el mínimo o nulo realce
con gadolíneo, salvo en las corticosubcorticales donde
el edema vasogénico es más evidente.
La atrofia cortical con pérdida neuronal es evidenciada
por la RMN en la evolución de los pacientes con EM.
Parte dependería del daño inflamatorio tisular local y
parte de la degeneración walleriana a partir de lesiones
de la sustancia blanca dependiente alejada.
La aparición de las nuevas técnicas de RMN (magnetization
transfer, tensor de difusión y espectroscopia), han
permitido demostrar muchas más lesiones que con las
técnicas convencionales, llevando a la hipótesis que la
esclerosis múltiple sería más bien una esclerosis difusa
del encéfalo.
Hoy en día se acepta que la enfermedad desde el punto de
vista imagenológico es 5 a 10 veces más activa que
mirada clínicamente (nuevamente la teoría de la reserva
cerebral).
En el pensamiento de pasos a seguir para llegar al daño
de la mielina se comenzaría como paso 1, a la activación
de las linfocitos Th0 en la periferia, los
sobreregularían moléculas de adhesión al endotelio (paso
2), y responderían a gradientes de kemokinas locales
(paso 3), con posterior secreción de metaloproteasas de
la matriz endotelial e invasión (paso 4), y en el SNC se
reactivan (paso 5), teniendo una participación activa en
la biología los elementos del mismo.
La base microscópica esta dada por la presencia de
linfocitos y macrófagos que han atravesado los vasos y
agreden al oligodendrocito, a su vaina de mielina y a
los axones recubiertos por ellas. Lo han hecho
aprovechando una sobre expresión de las moléculas de
adhesión tisular del endotelio que permiten esa
migración transvascular para iniciar el proceso
inflamatorio, demielinización, remielinización,
disfunción y eventual degeneración axonal, apoptosis del
oligodendrocito y por último degeneración neuronal y
gliosis de cicatrización.
En la EM existe la posibilidad, por alteración
inmunológica, de no reconocer auto antígenos con
inflamación y daño tisular. Se lo asemeja a una reacción
contra transplantes.
Se han demostrado linfocitos T que reaccionan contra
fragmentos de mielina y que son más resistentes a la
apoptosis (lo que explicaría la poca respuesta a
tentativas de sustancias anti CD4 como tratamiento).
El evento clave parece ser la activación periférica de
ciertos linfocitos T ante antígenos de la mielina ya que
fueron medidos en sangre de pacientes con EM. En
personas normales hay células reactivas a antígenos de
la mielina pero se encuentran en estado de reposo o
inactivadas a razón de 1 por ml. de sangre.
Según la teoría de mimetismo molecular para la
reactivación de la célula T necesita ser expuesta a un
antígeno, como un fragmento de una proteína viral, que
estructuralmente semeje una proteína de la mielina,
presentado por una célula presentadora de antígenos,
como macrófago o dendrítica, en asociación al MHC tipo 2
(HLA en el humano), en su variante DR-2
fundamentalmente. Necesita también la activación de
moléculas coestimuladoras, fundamentalmente entre CD40 y
CD40 ligando y entre B/ y CD28. También puede serlo por
otra proteína presente normalmente en el cuerpo, por
ejemplo por la butirofilina de la leche materna, la que
daría una reacción cruzada con glicoproteína de la
mielina del oligodendrocito (MOG). Estos células Th1
CD4+ activados secretan citokinas proinflamatorias como
IL-1, IL-12, interferon gamma y factor de necrosis
tumoral alfa (TNF), los que sobre regulan las moléculas
de adhesión de las células endoteliales vasculares.
Las células T activadas expresan receptores para
moléculas de adhesión, quemokinas y metaloproteasas de
la matriz del endotelio, preparándose para enlentecer su
desplazamiento, favorecer su rodamiento y al mismo
tiempo, su unión al endotelio a través de sus moléculas
de adhesión. Usando las metaloproteasas disuelve la
matriz intercelular y ocurre la diapedesis.
Transendotelial se encuentran las fibras de fibronectina
y las utilizan como vías de tránsito y llegada al lugar
de la inflamación, donde se hay expresadas citokinas
inflamatorias que crean un gradiente de concentración
con el ambiente intravascular atrayendo a las células T
a través de sus receptores. Evitar la migración
linfocitaria a través del endotelio llevó al desarrollo
de moléculas conocidos como inhibidores selectivos de la
adhesión (SAM) como una forma de disminuir la
inflamación.
Al abrirse la barrera hematoencefálica (BHE) por acción
de las metaloproteasas pueden pasar también anticuerpos
plasmáticos.
Al pasar la BHE los linfocitos T sufren una nueva
activación por la presencia de microglia y de macrófagos
que actúan como células presentadoras de antígenos,
respondiendo con una liberación de citokinas
proinflamatorias.
No solamente los linfocitos T CD8+ y CD4+ reactivos
pueden lesionar la mielina y matar al oligodendrocito y
a las neuronas, también las microglias y los macrófagos
pueden infligir daño a través de la liberación de óxido
nítrico, TNF, aminoácidos excitotóxicos y enzimas
proteolíticas y lipolíticas. También contribuyen al daño
axonal por radicales libres, por estímulo anticuerpos
complemento-dependientes y por pérdida de los factores
tróficos del oligodendrocito.
En contraste a las células TH1, las células TH2 son
consideradas como anti inflamatorias. Secretan citokinas,
como IL-4, IL-5 e IL-10 que tienden a infrarregular la
producción de citokinas proinflamatorias de las TH1 y de
los macrófagos.
Inicialmente los linfocitos T fueron los únicos villanos
de la cadena inflamatoria demielinizante, ahora los
linfocitos B han demostrado participar muy activamente
en el proceso. A diferencia de los linfocitos T
activados periféricamente, los linfocitos B y las
células plasmáticas maduran dentro del SNC del paciente
y para la producción de anticuerpos oligoclonales
específicos y autóctonos dentro del mismo. Influyen,
junto con los linfocitos T, en la producción de
quemokinas que dirigen la organogénesis de estructuras
linfoideas ectópicas. Esto se asocia a la presencia de
nódulos linfáticos mayormente en los espacios
perivasculares de Virchow-Robin y en las meninges. No
sólo esto, los linfocitos B se comportan como excelentes
células presentadoras de antígenos, expresando HLA
preferentemente DR-2. Regulan también la respuesta
inmune, o a través de los linfocitos T o, a través de
citokinas pro-inflamatorias u otras anti-inflamatorias.
Esto sería a través del ligando CD40 al linfocito B, si
no le presentan antígeno en el receptor de la célula B
producirían citokinas antiinflamatorias, si le presentan
antígeno en el receptor producirían citokinas
proinflamatorias.
También hay citotoxicidad mediada por radicales libres,
oxido nítrico, transmisores excitotóxicos, etc.
Algunas placas muestran marcada agresión citotóxica a
través de mecanismos dependientes del complemento,
destruyendo directamente las vainas de mielina por la
formación de complejos de complemento-ataque causando
lisis celular.
Otros mecanismos incluyen digestión directa mediada por
macrófagos y apoptosis de los oligodendrocitos.
En la secuencia de estudios de neuroprotección y
regeneración se descubrió un sistema de receptores de
señales que sirve para controlar crecimiento excesivo y
sprouting de las neuritas asegurando su adecuada
distribución y posicionamiento anatómico. Un sistema es
el aparato de receptor NOGO el que es influenciado por
un número de agonistas moleculares como la glicoproteína
asociada a la mielina, glicoproteína de la mielina del
oligodendrocito, y el dominio de la inmunoglobulina
conteniendo proteína interactuante con el receptorNOGO (LINGO).
Bloqueando la inhibición del receptor NOGO
potencialmente se podría contar con un método para
promover el reinicio de crecimiento de axones. La
proteína LINGO-1 es una proteína represora que inhibe la
diferenciación terminal de la progenie oligodendrocítica.
Una reserva de estas células persiste y representaría un
depósito con capacidad de recuperación si se logra
inhibir dicha proteína. Se ha desarrollado un inhibidor
de LINGO-1 y se encuentra en ensayos para intentar
reparar la mielina. Existen otras vías como respuesta NOTCH
y el JAGGED en estudios para intentar promover
reparación tisular.
También se le esta dando importancia a una vía de
neuroprotección contra agentes como glutamato, oxidantes
del tipo peróxido de hidrógeno y calcio que producen
muerte celular. Esta vía produce la activación
transcriptacional de genes protectores y es mediada por
un elemento cis-actuante denominado “elemento de
respuesta antioxidante” o ARE. El factor de
transcripción Nrf-2 (nuclear related factor E2) se
acopla al ARE, activándose la vía que protege a las
células del stress oxidativo inductor de la muerte
celular. El stress oxidativo aumentado está asociado a
muerte celular en la patogenia de enfermedades crónicas
degenerativas como Alzheimer, Parkinson, Huntington y
esclerosis lateral amiotrófica. Existen laboratorios
donde se están desarrollando los llamados moduladores
antioxidantes antiinflamatorios (AIM) que actuarían
activando esta vía a nivel del astrocito donde se
encuentran estos factores.
En la recuperación de un brote intervienen mecanismos
inmunes y no inmunes. Los no inmunes incluyen
redistribución temprana de los canales de sodio a nivel
de los nodos de Ranvier sobre los segmentos
demielinizados, remielinización, regeneración axonal y
reorganización de las redes neuronales. Los inmunes
claramente necesitan la desaparición o remoción de las
células inflamatorias, sea por apoptosis o por
emigración desde el SNC, permitiendo la reabsorción del
edema. Intervendría el desvío de la respuesta Th1 al
estado Th2.
El estudio de las placas (ver Lucchinetti) demuestra
cuatro patrones, dos de demielinización autoinmune y las
otras dos de distrofia olidendrocitica. Desarrollando
las placas, el patrón 1 corresponde a demielinización
asociada al macrófago, el patrón 2 La demielinización
asociada al complejo anticuerpo-complemento, el patrón 3
a la oligodendropatía por muerte distal retrógrada y el
patrón 4 a la degeneración oligodendrocítica primaria.