Tratamientos
Después de esta introducción nos damos cuenta que
existen innumerables lugares donde intentar tratamientos
para mitigar el padecimiento y lograr una mejor
reparación.
Inicialmente el tratamiento y el seguimiento de los
pacientes fue exclusivamente de acuerdo a su evolución
clínica, y habitualmente durante el período de brote o
inmediatamente luego del mismo, ya que no existía un
método imagenológico que permitiera hacer diagnóstico
temprano y observar respuesta al tratamiento fuera de la
fase aguda.
El primer gran trial randomizado controlado en la EM en
brote fue publicado por Rose et al. En 1970 donde casi
200 pacientes hospitalizados fueron tratados dentro de
las 8 semanas del brote durante 2 semanas con ACTH 40U
im dos veces por día durante una semana y la otra semana
disminuyendo la dosis (103 pacientes), contra pacientes
placebos (94 pacientes). Se acortó claramente el período
de recuperación pero a largo plazo no hubo diferencias
significativas con los placebos. Fue de los primeros
trials ciegos, con métodos estadísticos, resultados,
efectos colaterales, etc. ACTH pasó a ser el tratamiento
standard de los brotes. Aunque luego pasó a segundo
plano por sus efectos colaterales se sigue promocionando
en USA a razón de 80 a 120 unidades im/día durante 2 o 3
semanas en los brotes.
Los efectos mineralocorticoideos del ACTH llevaron a los
médicos a utilizar corticoides sintéticos como la
metilprednisolona. Se demostró la eficacia de altas
dosis en reducir la duración y la severidad de los
brotes respecto a ACTH y a placebo (Myers 1992). Los
pulsos varían de 500 mgrs. por día durante 3 días a
1.000 mgr. por día por 10 días.
El advenimiento de la RMN permitió tener una medición
bastante fiel de la evolución de la cantidad y
localización de las placas, las recidivas, las mejorías,
la diferenciación de placas agudas, con ruptura de BHE y
filtración de gadolineo, la presencia de placas
crónicas, atrofia cortical y central evolutivas, etc.
La RMN ayudó a decidir la indicación de dosis óptimas y
la duración de los pulsos. La disminución de la
frecuencia de realce de las lesiones con gadolineo es
dosis dependiente. La severidad clínica de una recidiva
puede ser reducida por 500 mgr/dia de metilprednisolona
durante 5 días pero no altera las lesiones en la RMN, si
se realizan pulsos de 1.000 mg/d por 3 días se logra
reducción del realce de las lesiones por una semana,
luego reaparecen y si ese mismo tratamiento se lo
mantiene 10 días se reducen el 80% de las lesiones con
una duración de 9.7 semanas. El uso a largo plazo de
corticoides orales o de repetición de pulsos, no afectan
la progresión de la discapacidad.
A caballo del inicio de estos tratamientos, y
considerando los intentos actuales de inmunización con
células T autoreactivas atenuadas contra la proteína
básica de la mielina, debemos recordar aquellos
pacientes que eran tratados(¿?) con una vacuna contra la
encefalomielitis traída desde la Unión Soviética,
conocida como la “vacuna Margulis Shobladze contra la
encefalomielitis humana aguda y la esclerosis
diseminada” que se aplicaba en dosis crecientes como
desensibilizante, cayó en desgracia por los resultados,
por las dificultades para conseguirla y manejarla y por
el descubrimiento que contenía aparentes fragmentos del
virus de la rabia.
La RMN permitió ver los efectos de los tratamientos
inmunomoduladores que fueron apareciendo y comparar la
clínica con la anatomía macroscópica.
Los tratamientos comprobados y aprobados por la FDA
comprenden:
1.- Interferon B-1a (Avonex): en formas a brotes
y remisiones y en el síndrome clínico demielinizante
aislado con hallazgos en la RMN consistentes con
esclerosis múltiple, 30 ug/im por semana.
2.- Interferon B-1a (Rebif): en formas a brotes
y remisiones, 22 o 44 ug/sc tres veces por semana.
3.- Interferon B-1b (Betaseron): para brotes y
remisiones y en el síndrome clínico demielinizante
aislado con hallazgos en la RMN consistentes con
esclerosis múltiple, 250 ug/sc día por medio.
4.- Acetato de glatiramer (Copaxone): para
brotes y remisiones, 20 mgrs/sc todos los días.
Todos con eficacia similar para reducir recaídas o
brotes en alrededor del 30%. Son habitualmente muy
seguros y bien tolerados, escasas complicaciones graves.
Los pacientes deben autoinyectarse.
Una segunda línea de terapias aprobadas comprenden:
5.- Natalizumab (Tysabri): a brotes y
remisiones, respuesta inadecuada a otros tratamientos,
300mg/iv cada cuatro semanas.
6.- Mitoxantrone (Novatrone): para brotes y
remisiones evolutivas, progresiva con recaídas y
secundariamente progresivas, 12 mg/m2/iv cada tres meses
y un acumulado máximo de 140 mgr/m2.
Generalmente están indicados para personas con respuesta
subóptima a los agentes de primera línea. Requieren
infusión parenteral. Están asociados con eventos
adversos con riesgo cierto de vida.
Desde 1993, cuando se aprobó, por la FDA, el empleo del
interferón B-1b (Betaseron) para el tratamiento de la
forma a brotes y remisiones, se logró alterar la
evolución natural de la enfermedad a corto y mediano
plazo.
Los interferones B (1a y 1b) aumentan la expresión del
MHC clase 1 y más bien suprimen la expresión del MHC
clase 2, aumentan la expresión de la IL-10, inhiben la
migración de los linfocitos T a través de la membrana
basal al disminuir en aquéllos las metaloproteasas de la
matriz lo que explica la disminución del realce por
gadolineo de las placas. Mecanismo adicionales incluyen
aumento de la molécula soluble de adhesión de la célula
vascular y disminución de la expresión de su
correspondiente molécula de adhesión, el antígeno de
activación muy tardío. También se describen la
inhibición de la proliferación de células T,
inmunomodulación sobre la microglia, disminución de CD8+
circulantes y células B, estimulación de la producción
de factor de crecimiento neural, inhibición de la
oxidonítrico sintetasa. En resumen, disminuyen la
inflamación, producen desviación de la síntesis de
citokinas de Th1 a Th2 y preservan la barrera
hematoencefálica. A largo plazo generan anticuerpos
neutralizantes antiinterferon.
Los interferones B, sean una inyección semanal i.m.,
subcutáneos día por medio o intramusculares tres veces
por semana, disminuyen la frecuencia de los brotes en
alrededor del 30 al 40%, en algunos casos dependiendo de
las dosis y del tiempo que dure el ensayo, dos , tres o
cuatro años.
El acetato de glatiramer nace como una asociación de
intento científico riguroso y de inesperada casualidad.
Buscando un polímero que reprodujera una
encefalomielitis encontraron que el mismo producía una
marcada supresión de la inflamación. Su mecanismo de
acción se produciría a nivel de la presentación del
antígeno o alterando el patrón de citokinas producidas,
posiblemente por los dos mecanismos. Se ha propuesto,
1.- competencia con la proteína básica de la mielina
(MBP) para ligarse al MHC,
2.- competición del GA/MHC con el MBP/MHC para ligarse
al receptor del linfocito T (TCR),
3.- activación parcial e inducción de tolerancia en
linfocitos T MBP-específicos y
4.- generación de células regulatorias Th2 GA-reactivas.
El mecanismo más aceptado es la inducción de células Th1
a células Th2 por el GA, cruzarían la barrera HE y ante
antígenos mielínicos presentados por la microglia
liberarían citokinas anti inflamatorias (IL-4, IL-6 e
IL-10) y probablemente factores neurotróficos.
Combinación de interferon B y acetato de glatiramer:
pensando que la combinación de ambas drogas,
representando mecanismos diferentes, podrían dar
beneficios mayores, se inició un ensayo clínico por tres
años comparando la asociación contra GA sólo y contra
interferon B sólo.
Natalizumab y otros anticuerpos monoclonales: los
linfocitos activados deben llegar a los lugares donde se
encuentran los antígenos, en el caso de la EM deben
pasar la BHE y enfrentarlos dentro de las sustancias
blanca y gris (en menor medida). Su pasaje está regulado
por un mecanismo complejo de interacciones entre
moléculas de adhesión y sus ligandos, expresados en las
células vasculares endoteliales y en los linfocitos
circulantes (selectina P y E en el endotelio, selectina
L en el linfocito). Cuando hay inflamación las
selectinas endoteliales se sobre expresan e interactúan
con la glicoproteína ligando del linfocito (PSGL-1). En
un próximo paso se activa una segunda familia de
moléculas de adhesión conocida como integrinas, en los
leucocitos fundamentalmente LFA-1 y VLA-4. Sus ligandos
endoteliales pertenecen al gen de la superfamilia de las
inmunoglobulinas , ICAM 1 y 2, y VCAM-1. Los linfocitos
son reclutados y migran hacia la zona inflamada del SNC
sólo si suceden estos pasos. También los linfocitos TH2
entran al SNC por este mecanismo.
El Natalizumab (Tysabri), fue el primer inhibidor
selectivo de las moléculas de adhesión aprobado por la
FDA para la forma a brotes y remisiones, es un
anticuerpo monoclonal creado contra VLA-4 uniéndose a la
subunidad alfa4 y también a la fibronectina del matrix
extracelular, se ha ensayado modificando el tráfico
linfocitario.
En los ensayos clínicos (AFFIRM) realizados en la forma
a brote y remisiones se vio marcada disminución de las
lesiones en RMN con realce al gadolineo en un 92% y
nuevas o lesiones en progresión hiperintensas en T2 en
un 83% en las RMN. Redujo el número de recaídas clínicas
en un 68%. Esa mejoría progresó hacia el segundo año de
control. También pueden generarse anticuerpos contra el
natalizumab. Se observó leve mejoría de la discapacidad
medida por el EDSS, a diferencia de la evolutividad en
el placebo.
Cuando se utilizó como terapia combinada con un
interferon B 1ª i.m. semanal debió suspenderse el ensayo
por la aparición de dos casos de leucoencefalopatía
multifocal progresiva (PML) por la activación de virus
JC. Se reinició su empleo frente a pacientes con escasa
respuesta a tratamientos convencionales y es el más
efectivo de todos, pero sus efectos colaterales
eventuales han contraindicado su utilización inicial.
Aunque sin casos reportados en un estudio irlandés se
demostró la presencia en orina de otro poliomavirus
activo, el BK, inductor de nefropatía y de cistitis
hemorrágica pero sin signos de actividad patológica. Si
se utiliza la droga se deberán tener controles
estrictos.
Otros anticuerpos monoclonales han sido probados o están
en fase de ensayo, podemos citar el Alemtuzumab
(CAMPATH-1H = Cam-bridge path-ology department- 1H =
human), utilizado originalmente para el tratamiento de
la leucemia linfocítica crónica a células B y el linfoma
a células T, utiliza como blanco a la proteína CD 52,
una señal antigénica de superficie del linfocito que es
antagonizada por este anticuerpo produciendo una
poderosa supresión de linfocitos T en presencia de
complemento. Induce tiroiditis autoinmune y han sucedido
algunos casos de purpura trombocitopénica inmune (uno
con hemorragia intracerebral). Sin embargo en los
primeros resultados del ensayo CAMMS323 (fase
2)comparando con Interferon B los resultados muestran
una franca diferencia a favor del monoclonal en cantidad
de brotes anualizado (0.10
contra 0.36), en numero de lesiones en RMN, evolución
de la discapacidad (el score de discapacidad de una
escala de 10 mejoró o.39 en el grupo del alemtuzumab
y empeoró 0.38 en el grupo del interferon), mejoría en
la evolución de la atrofia cerebral, aumentó el volumen
en el grupo del alemtuzumab y disminuyó en el grupo del
interferon). Corrigiéndose sus efectos colaterales
parece ser una herramienta de futuro promisorio.
Las células presentadoras de antígenos (macrófagos)
expresan moléculas coestimuladoras B7-1 (CD80) y B7-2
(CD86) que se fijan a la CD28 expresada en la célula T,
amplificando la señal y promoviendo la división celular
y la diferenciación. Alternativamente, el enganche de B7
con la molécula CTLA-4, que esta sobre regulada después
de la activación de la celula T, transfiere una señal
inhibitoria
La CTLA-4ig (Abatacept), aprobada para el tratamiento de
la artritis reumatoidea, se fija al complejo B7-1 y B7-2
bloqueando la señal coestimuladora mediada por CD28 para
la activación de celulas T. Un primer ensayo fue
terminado prematuramente por desequilibrio del grupo
tratado. En estudios animales y en otro fase 1 se notó
una desviación en la producción de citoquinas de Th1 a
TH2.
Aunque los estudios se han dirigido mayoritariamente
sobre el linfocito T se conoce que los linfocitos B
están jugando un papel muy importante y así se utilizó
otra droga activa contra la artritis reumatoidea y el
linfoma no Hodgkin, el rituximab (Rituxan) que tiene
acción directamente sobre la molécula CD20 de la célula
B a través de una combinación de efectos citotóxicos
mediados por células y complemento-dependientes,
promoviendo apoptosis. La depleción de células B
disminuye la producción de anticuerpos, de citokinas y
la actividad como células presentadoras de antígenos y
activadoras de las células T. En un ensayo fase 2 con
rituximab en goteo ev.(HERMES) promovió la reducción de
lesiones inflamatorias en la RMN y remisión clínica por
48 semanas confirmando la participación de las células B
en la patofisiología de la forma a brotes y remisiones
de la EM. En la presentación oral del estudio OLYMPUS
sobre rituximab en la EM a forma progresiva se
informaron algunos beneficios en pacientes jóvenes y en
algunas lesiones con realce al Gd en secuencias T1, de
cualquier manera el estudio falló en lograr su meta,
bajar del 30% en los placebos al 16% en los pacientes
con el monoclonal.
Otro anticuerpo monoclonal que ha sido aprobado, en este
caso para bloquear el rechazo de transplante renal, es
el daclizumab (Zenapax), subcutáneo, dirigido sobre la
cadena alfa CD25, bloqueando su interacción con el
receptor de alta afinidad de la IL-2, involucrada en la
activación linfocitaria. Se lo ha utilizado en pequeños
ensayos de brotes y remisiones o en secundariamente
progresiva en combinación con interferon B luego de
respuesta subóptima al uso de este último solo. En el
ensayo CHOICE (fase 2) hubo una buena respuesta a las
inyecciones de daclizumab en pacientes que habían tenido
escasa o nula respuesta con interferon B. Se observó
rápido descenso de los valores de CD25 en las células T,
tanto a dosis bajas (1 mg) como altas (2 mg). También
hay reducción de las células T activadas HLA-DR,
reversible. Se acompañó en paralelo del descenso en el
número de las lesiones de RMN con realce al Gd.
Siguiendo con otros blancos para los anticuerpos
monoclonales tenemos CNTO 1275 (Ustekimumab) que actúa
sobre el p40 de las interleukinas proinfamatorias
activadores de linfocitos T, IL-12 e IL-23. Este
monoclonal que había demostrado ser muy útil en los
modelos animales, y que en fase 1 de los ensayos mostró
ser seguro, sin embargo en fase de pacientes con
esclerosis múltiple a brotes y remisiones no revalidó
sus pergaminos ni en la reducción de lesiones en RMN ni
clínicamente. Se acuso de estas fallas a la mala
elección de los candidatos (EDSS alto).
Otra vía de co-estimulación, que ha sido estudiada es la
del CD40-CD154.
El CD40 es expresado en linfocitos T mientras que el
CD154 lo es en las células presentadoras de antígenos
(APC), incluyendo linfocitos B, macrófagos y células
dendríticas. La interacción favorece la maduración de
linfocitos B, producción de inmunoglobulinas y de Il-12
por las APC estimulando a su vez la diferenciación Th1.
El anticuerpo anti-CD154 fue efectivo en los modelos
animales, sin embargo un ensayo fase 2 usando IDEC-131
demostró problemas tromboembólicos y fue dejado de lado.
Hay importante representación de CD-154 en células
endoteliales.
Las categorías de medicamentos utilizados comúnmente en
EM incluyen antiinflamatorios, inmunomoduladores e
inmunosupresores. Involucran mecanismos intracelulares
sobre la síntesis de ADN, activación de células
inmunitarias, actúan sobre la médula ósea y órganos
linfoides. El mitoxantrone, un antineoplásico, ha
demostrado su capacidad de interferir en la EM. Es una
antraquinona sintética con conocidos efectos
antineoplásicos frente a linfoma, leucemias y cáncer de
mama. Dado que bloquea la síntesis y reparación del ADN
e interfiere en la síntesis del ARN, con moderados
efectos colaterales, fue declarado como agente
quimioterápico promisorio. Tiene marcados efectos
supresores en las formas agudas y en las recaídas de la
EM. Fue aprobada por la FDA para el tratamiento de
pacientes con formas secundariamente progresivas,
progresiva con recaídas y a remisiones y recaídas. Esta
indicada en las formas agresivas, rápidamente
evolutivas, en las que ensayos realizados mostraron
franca remisión de las lesiones por RMN, estabilización
y mejoría clínica.
El mitoxantrone produce supresión directa de la
población de linfocitos B, de la inhibición de
linfocitos B mediada por macrófagos y de la producción
de IgG contra la mielina. También actúa sobre los
linfocitos T a traves de la inhibición por macrófagos de
T-helpers y la expansión de T-supresores, asimismo
suprime la producción espontánea de linfocitos T
secretores de interferon gamma.
Su efecto indeseable mayor es su cardiotoxicidad
acumulativa lo que limita el tratamiento al llegar a la
dosis máxima acumulada de 120/mg/m2.
Otros medicamentos con potenciales efectos administrados
por vía oral:
Considerable atención se le ha brindado a las estatinas
como adyuvante al tratamiento de la EM. Entre sus
efectos inmunomoduladores se describen la disminución de
citokinas Th1 (IL-2, Il-12, IFN gamma y TNF alfa, con
producción de citokinas TH2 (Il-4, IL-5, IL-10),
expresión disminuída de MHC 2, disminución de moléculas
de co-estimulación, etc. Esto llevo a su empleo junto
con Interferon B en humanos, considerando sus beneficios
en los ensayos en animales, sin embargo se ha publicado
un ensayo donde dosis de 40 y 80 mgrs. de atorvastatin
con 44 mcgr de interferon B-1a mostraron un aumento de
actividad en recaídas y en el número de lesiones por
RMN. Todo esto abre un paréntesis antes de indicar
estatinas en esta patología en forma rutinaria.
Ahora han subido al escenario los llamados agentes
orales de molécula pequeña que han pasado a ser la nueva
esperanza para el tratamiento de los pacientes con
esclerosis múltiple, hay cinco de ellos:
El Fingolimod, conocido formalmente como FTY 720, ha
generado considerables expectativas dados los resultados
de un ensayo fase 2. Es un medicamento oral,
administrable una vez por día, que actúa funcionalmente
como un antagonista del receptor esfingosina-1-fosfato
de timocitos y linfocitos, previniendo su salida desde
los organos linfoideos secundarios. De esta manera un
gran número de linfocitos secundarios son secuestrados
en los ganglios linfáticos disminuyendo claramente el
tráfico hacia el SNC donde podrían iniciar y mantener el
proceso inflamatorio. El ensayo fase 2 mostró marcada
reducción en el número de lesiones con realce al
gadolíneo (hasta del 61%) y también fue marcada la
reducción de las recaídas en las dos dosis utilizadas
(1.25 mgrs. y 5 mgrs.) alrededor del 55%. Más del 73% de
los participantes estuvieron libres de recaídas a los 36
meses.
Es un tratamiento generalmente bien tolerado. Los
efectos adversos fueron dosis dependientes y en general
reversibles, siendo los importantes siete cánceres de
piel, dos de ellos melanomas.Se encuentra en marcha un
ensayo fase 3 (TRANSFORM).
El Teriflunomide, metabolito del leflunomide, que es
utilizado mundialmente en el tratamiento de la artritis
reumatoidea, como él, ejerce su acción inhibiendo la
síntesis de pirimidina y la división en los linfocitos T
y en otras células con rápida duplicación. Un ensayo
fase 2 comparó dos dosis diferentes frente a placebo (un
motivo por el que no fue aprobado en nuestro país). Hubo
disminución del número de lesiones en RMN con realce al
gadolíneo y una tendencia favorable a que las recaídas
fueran menores lo que fue más evidente en el grupo de
dosis mayor (14 mgrs), como así también menor progresión
en la discapacidad (medida por el EDSS). En general es
bien tolerado con aceptables efectos colaterales. Es
teratogénico en los animales por lo que una serie de
restricciones para quienes quieran engendrar o quedar
embarazadas. Se encuentra en progreso un ensayo fase3.
El Fumarato, BG00012 o Panaclar, extraído de la fumaria
común, planta con alto contenido de ácido fumárico,
usada desde el siglo XVII en lesiones de piel, incluso
para psoriasis severa.con efectos antiinflamatorios y
neuroprotectores por activación de genes de respuesta
antioxidante, aunque no están claros los mecanismos de
acción, inhibiría la acción de las células T induciendo
la apoptosis de los linfocitos activados con desviación
del perfil Th1 a Th2con protección gástrica para
favorecer absorción intestinal, mostró sus beneficios
frente a placebo en un ensayo fase 2 en que se emplearon
tres dosis distintas, 120, 360 y 720 mgrs. con una
disminución marcada de las lesiones con realce al
gadolineo en la RMN, (69%) desde los 3 a los 6 meses,
también hubo una tendencia a la disminución de las
recaídas, pero con las dosis más altas (720 mgrs) pero
no estadísticamente significativa. Se inicia un ensayo
fase 3 en fase de reclutamiento para terminar en el
2011. Sus efectos colaterales son náuseas, Flushing
facial, cefaleas y nasofaringitis.
El Laquinimod, (derivado del roquinimex o linomide que
debió ser bajado por los efectos indeseables: infarto de
miocardio y serositis), bloquea la infiltración
inflamatoria en el SNC, mostró en un ensayo fase 2
buenos resultados en disminuir la cantidad de lesiones
con realce al gadolineo en RMN comparado con el placebo.
Hay un ensayo fase 3 en inicio con dosis mayores,
0.6mgr./d contra placebo y contra interferon b-1ª
(ALLEGRO, sólo contra placebo y BRAVO, también contra
interferon B-1a).
El Cladribine (Leustatin), es análogo de una nucleósido
purina resistente a la degradación por adenosin
deaminasa, siendo activado por la deoxicitidinkinasa.
Causa falla en la reparación del ADN. Es depletor
selectivo de los linfocitos T por los niveles altos de
deoxicitidinkinasa que estos poseen a nivel intracelular
induciendo apoptosis. Fue aprobado por la FDA para el
tratamiento de la leucemia a células peludas y linfomas
en forma oral. En ensayo fase 2, con inyección
subcutánea, con 52 pacientes a brotes y remisiones,
mejoró en un 32% las mismas después de los 6 meses,
antes fue comparable a placebo, o peor. También las
lesiones con realce al gadolíneo fueron suprimidas luego
de ese lapso en un 94%. Bien tolerado aunque puede
producir mielodepresión. En el ensayo fase 3 (CLARITY),
terminado en diciembre 2008, la dosis mejor tolerada
fue de 3.5 mgrs/kg./total a lo largo de 14 meses,
alrededor del 80% no tuvo brotes frente al 61% del grupo
placebo, sobre 1326 pacientes randomizados. También se
observó menor grado de progresión en la discapacidad.
Hubo 4 muertos en el cladribine contra dos en los
placebos.
También hubo marcada disminución de las lesiones con
realce al Gd. Se lo considera que será el primer
tratamiento oral aprobado por la FDA para la esclerosis
múltiple. Se ha iniciado un ensayo fase 3 (ORACLE MS)
por 96 semanas con tabletas de Cladribine a 5.25 mgr/kg
y a 3.5 mg/kg contra placebo en pacientes con un primer
evento demielinizante aislado en alto riesgo de
conversión a EM. Primera meta tiempo de conversión a EM
según criterios de McDonald revisados y, meta
secundaria, tiempo de conversión según los criterios de
Poser.
Otro medicamento no convencional adyuvante en el
tratamiento es un antibiótico, de la familia de las
tetraciclinas, conocido por su uso en la caída del
cabello, la minociclina, utilizado en un pequeño ensayo
con 10 pacientes, ha demostrado capacidad para reducir
el realce por gadolineo de lesiones en la RMN de
pacientes con EM, a la dosis de 100 mgs dos veces por
día, basándose en la capacidad de la droga de disminuir
la metaloproteinasas del matriz con reducción del
tráfico linfocitario hacia el SNC. Podría tener un
efecto neuroprotector asociado.
Se comenzaron a describir reportes de casos aislados o
de pocos casos de inyección de stem cells, habitualmente
de su propio tejido graso donde se encontraría la
fracción estromal vascular que contiene células
mesenquimáticas. Detendrían la activación inmunitaria y
buscarían blancos en los tejidos dañados. Contiene
también células T regulatorias, precursores de células
endoteliales, preadipocitos y macrófagos M2
antiinflamatorios.
El uso de transplante de stem cells hematopoyéticas ha
estado como tratamiento potencial de la EM por más de
una década publicándose artículos con estabilización del
proceso, habitualmente en secundariamente
progresiva. Este año se han publicado los resultados de
estudio fase I/II de transplante de stem cells
hematopoyéticas en la forma a brotes y remisiones. Los
pacientes reclutados fueron 21 (11 mujeres y 10 varones)
que no habían tenido respuesta al interferon beta a lo
largo de seis meses. Los pacientes fueron tratados
originalmente con ciclofosfamida ev. Y luego con
filgrastim, se hizo la aféresis y crioconservación.
Antes del transplante fueron tratados nuevamente con
ciclofosfamida y alemtuzumab o con globulina
antitimocito de conejo y 36 hs. más tarde recibieron la
reinfusión. Fueron controlados por tres años, con 100%
de supervivencia libre de progresión, 19 mejoraron su
EDSS (17, 1 punto o más), los otros 2 no modificaron su
EDSS, aunque cinco sufrieron recaídas, incluso con
aparición de lesiones con realce al Gd. Este estudio
demostró que un transplante autólogo, no ablativo, de
stem cells hematopoiético no sólo puede detener el
progreso de la enfermedad sino también revertir parte
del déficit neurológico en una proporción importante de
casos. Se sigue controlando los pacientes para evaluar
si hay una inmunosupresión transitoria o si se logró
“resetear” al sistema inmunológico.
De todo lo escrito resumimos que el proceso de la
enfermedad esclerosis múltiple es heterogéneo, que
existen múltiples mecanismos de daño implicados y que
ninguna terapia actual cubre todos esos mecanismos.
Deberemos utilizar varias drogas juntas?
Secuencialmente? Cuáles? Con cuáles perfiles?