Evaluación preoperatoria
¿Todos
los pacientes aparentemente sanos deben ser evaluados
con el objeto de diagnosticar alteraciones hepáticas
subclínicas antes de una cirugía? La respuesta a esta
pregunta es controvertida. Schemel W y col (2)
las han demostrado en solo 1 de cada 700 pacientes
evaluados. Sin embargo a todo paciente al que se le va a
realizar una cirugía electiva se le debería confeccionar
una historia clínica detallada sobre la existencia de
antecedentes de drogadicción, transfusiones, uso de
alcohol, medicamentos que utiliza, así como de episodios
de ictericia en el pasado. En el examen físico se
deberán buscar síntomas como la astenia y el prurito y
signos como la ictericia, hepatoesplenomegalia y
estigmas cutáneos de hepatopatía crónica. Si en función
de este examen existieran sospechas sobre la presencia
de enfermedad hepática se deberían solicitar diferentes
test de función hepática. De existir una alteración en
ellos se debería considerar si se deben a: 1) pacientes
asintomáticos con transaminasas elevadas, para quienes
debe pensarse en infecciones virales crónicas, fármacos
potencialmente
tóxicos, o bien en el hígado graso como causales
etiológicas más frecuentes; 2) pacientes sintomáticos en
quienes se debería descartar una hepatitis en curso de
origen viral o tóxico y; 3) pacientes con examen físico
y/o laboratorio de hepatopatía crónica. La cirugía
deberá ser evaluada para considerar el riesgo operatorio
en cada uno de ellos, en especial de este último.
Estimación del riesgo preoperatorio en pacientes con
hepatopatía
Friedman LS(3) enfatiza las contraindicaciones formales para cirugías
electivas en pacientes con patología hepática. (Tabla Nº
1)
Tabla Nº 1 - Contraindicaciones de la cirugía electiva en pacientes con
hepatopatía |
Hepatitis virales agudas |
Hepatitis aguda alcohólica |
Falla hepática fulminante |
Hepatitis crónica severa |
Cirrosis clase C de Child |
Coagulopatía severa (prolongación del TP >3’’ a
pesar de la administración de vitamina K,
plaquetas < a 50.000/mm3 |
Complicaciones extrahepáticas severas (hipoxemia,
falla cardiaca, falla renal) |
Hepatitis aguda
Ante la
evidencia de una hepatitis aguda de cualquier etiología
(viral,
tóxica, alcohol, isquémica, etc.), se debería
posponer
la cirugía electiva hasta la normalización de las
transaminasas, ya que se ha demostrado una mayor
mortalidad perioperatoria. (Tabla Nº2)
Tabla Nº 2 – Riesgo quirúrgico de hepatitis agudas
Investigadores |
Factores de riesgo |
Tipo de cirugía |
Mortalidad
(%) |
Strauss y col |
Hepatitis viral |
Cirugía biliar |
13 |
Harville() y Summerskill |
Hepatitis viral aguda |
Laparotomía |
10 |
Greenwood y col |
Hepatitis Alcohólica |
Biopsia hepática a cielo abierto.
Biopsia hepática percutánea |
58
10 |
Giller y col |
Hepatitis alcohólica y viral |
Cirugía mayor |
42 |
Powell-Jackson y col |
Hepatitis
viral, hepatitis alcoholica, hepatitis
crónica persistente |
Laparotomía exploradora |
100 en viral y alcohol
43 en hepatitis crónica |
Hepatitis alcohólica
Las
complicaciones que pueden surgir en el período
post-operatorio de pacientes que consumen crónicamente
alcohol van a depender de la severidad del daño
hepático. En pacientes con esteatosis el riesgo es leve,
mientras que en pacientes con hepatitis alcohólica y
cirrosis, la morbimortalidad aumenta notoriamente
debiendo postergarse la cirugía hasta la normalización
enzimática. Las complicaciones más frecuentes que
aparecen en estos pacientes son: las infecciones,
encefalopatía, hemorragia digestiva y dificultad en la
cicatrización de las heridas.
Hepatitis crónica
El
riesgo se correlaciona con parámetros clínicos,
bioquímicos e histológicos de severidad. La cirugía
electiva es segura en las formas con leve lesión
histológica(4), mientras que las hepatitis
histológicamente severas y sintomáticas presentan mayor
riesgo(5) .
Hígado graso
La
esteatosis leve no contraindica las cirugías electivas,
no obstante se han publicado reportes con aumento de la
mortalidad en pacientes con esteatosis moderada y severa
(6).
Cirrosis
Existe
una mayor mortalidad en ciertos tipos de cirugía para
pacientes con hepatopatía crónica en fase cirrótica. La
urgencia aumenta el riesgo por no poder llevar al
paciente a condiciones óptimas. Un ejemplo típico son
las cirugías de emergencia en la hipertensión portal, ya
que la urgencia en la vía biliar es hoy en día
complementada por métodos de drenaje percutáneo o
endoscópico.
En
estudios retrospectivos se ha observado una correlación
entre el Child del paciente y la morbimortalidad.
Garrison y col(7)
publicaron en 1984 que en
100 pacientes con cirrosis alcohólica, la mortalidad
perioperatoria fue del 10 %, 31 % y 76 % según el tipo
de Child (Child A, B, C). Resultados similares fueron
publicados por Manssur y col(8)
encontrando una tasa de
mortalidad del 10 %, 30 % y 82 % para pacientes con
Child A, B y C respectivamente.
Cuantificación de la función hepática
El score de Child-Turcotte fue propuesto
originalmente para predecir el riesgo quirúrgico de
pacientes cirróticos que requerían de un shunt
porto-sistémico. Este score evalúa cinco parámetros:
ascitis, albúmina sérica, bilirrubinemia, encefalopatía
y el estado nutricional, presentando tres de ellos una
evaluación subjetiva (ascitis, encefalopatía y estado
nutricional). Años más tarde Pugh modificó el
score reemplazando el estado nutricional por el tiempo
de protrombina(9) (Tabla Nº3).
Su mayor limitación radica en que no evalúa la función
renal, la hiponatremia y el estado nutricional, siendo
éstos parámetros significativos en la evolución
posquirúrgica.
![](Pub_04_01.jpg)
Child Clase A: 5 a 6 puntos. Expectativa de vida: 15 a
20 años. Mortalidad peri-operatoria de cirugía
abdominal: 10%. Child Clase B: 7 a 9 puntos. Indicación
de evaluación de OLT. Mortalidad peri-operatoria de
cirugía abdominal: 30%. Child Clase C: 10 a 15 puntos.
Expectativa de vida: 1 a 3 años. Mortalidad
peri-operatoria de cirugía abdominal: 82%
Los
pacientes cirróticos con Child A toleran bien la
cirugía, los pacientes con Child B presentan un bajo
riesgo aceptado con preparación prequirúrgica y los
pacientes con Child C tiene contraindicación de cirugía.
Esta clasificación representa una disminución en la
función hepática en un 30%, 50% y 90 % respectivamente.
No existen estudios controlados que demuestren que el
tratamiento previo a la cirugía para mejorar la función
hepática, impacte en la evolución post-operatoria de los
pacientes cirróticos.
Otro score muy utilizado actualmente para
pacientes en espera de transplante hepático es el
MELD (Model for End Stage Liver Disease). Éste es un
modelo matemático de predicción de la sobrevida de una
persona con enfermedad hepática basado en simples
valores del laboratorio de rutina (bilirrubina, INR y
creatinina). Es más objetivo y más preciso que la
clasificación de Child-Pugh. El puntaje va del 6 al 40
siendo el de menor puntaje el de mejor pronóstico. El
cálculo está basado en la siguiente fórmula:
MELD
Score = 9,57 Ln(Creat) + 3,78 Ln(Bili) + 11,2 Ln(INR) +
6,43
Su aplicabilidad está por el momento limitada
al transplante hepático.
Otros
tests que evalúan la función hepática son: el test de
eliminación de galactosa, el test de la aminopirina
espirada, el clearence de verde de indocianina, la tasa
de metabolización de la lidocaína y el APACHE III. Sin
embargo ninguno de ellos ha demostrado mayor utilidad
que el score de Child.