Diabetes mellitus y enfermedad coronaria
New England Journal of Medicine – Volumen 360, 11 de
Junio de 2009.
JAMA –
Volumen 301, 15 de Abril de 2009.
La prevalencia de la Diabetes Mellitus (DM) está
aumentando de forma exponencial en todo el mundo y la
enfermedad coronaria (EC) es la causa más frecuente de
muerte en estos enfermos debido al desarrollo precoz y
rápida progresión de la aterosclerosis. En los últimos
meses se han publicado dos ensayos clínicos que acercan
información valiosa para el manejo cotidiano de estos
enfermos: el estudio DIAD (Young et al; JAMA, 14
de abril 2009) que valoró la utilidad del screening de
EC en estos pacientes, y el estudio BARI 2D (Frye, et
al; N Eng J Med 11 de junio 2009) que evaluó
distintas estrategias terapéuticas (médicas y/o
quirúrgicas).
La detección precoz de EC en estos pacientes es un tema
que genera controversia. Para aclarar este dilema se
diseñó el estudio DIAD, un ensayo randomizado y
controlado que evaluó la utilidad del screening de EC en
pacientes con diabetes tipo 2 mediante un estudio
isotópico de perfusión miocárdica (SPECT cardíaco).
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Se seleccionaron 1.123 pacientes diabéticos entre 50 y
75 años (media 60,8 años), con debut de la DM a partir
de los 30 años, en los que no había evidencia clínica ni
electrocardiográfica de EC (criterios de exclución:
antecedente de angina de pecho, datos
electrocardiográficos y angiográficos de isquémia
coronaria, test de esfuerzo previo con evidencia de
isquemia) siendo posteriormente aleatorizados a la
realización de SPECT cardíaco (grupo screening) o la
no-realización del estudio (grupo no-screening). Los
pacientes fueron seguidos por un plazo de 4,8 años y el
objetivo primario fue mortalidad cardíaca o infarto de
miocárdico (IM).
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Los pacientes incluidos tuvieron una tasa global de
eventos de 2,9% (0,6% por año; un valor inferior a lo
esperado). La tasa de IM y mortalidad cardíaca fue
similar para ambos grupos: 2,7% para el grupo screening
vs 3,0% grupo no screening respectivamente (p=0,73). Más
de la mitad de los eventos que ocurrieron en los
pacientes estudiados ocurrió en aquellos que presentaron
un SPECT sin alteraciones. La tasa de
revascularizaciones también fue similar (7,8% vs 5,5%,
respectivamente). En el grupo sometido a screening
sistemático, la mayoría no demostró alteraciones
significativas (78% resultaron normales y 10%
presentaron mínimas alteraciones) determinando un valor
predictivo positivo del SPECT cardíaco en esta población
del 12% (y un valor predictivo negativo de 98%).
Si bien los pacientes diabéticos tipo 2 constituyen un
grupo con riesgo cardiovascular incrementado debido al
desarrollo precoz y rápida progresión de la
aterosclerosis, el estudio DIAD pone en evidencia que la
tasa de eventos cardíacos en pacientes sin evidencia
clínica ni electrocardiográfica de EC es muy baja y que
no está justificada la solicitud de estudios de
provocación (ergometría o test de isquemia) para la
detección precoz de EC silente. A su vez, el hecho de
que más de la mitad de los eventos que aparecieron en el
grupo estudiado ocurrrió en pacientes sin defectos de
perfusión, supone un problema para el estudio
sistemático de estos enfermos.
Por su parte, el estudio BARI 2D evaluó dos estrategias
terapéuticas en pacientes diabéticos con EC estable
(asintomáticos). Con el objetivo de reducir la tasa de
muerte y eventos cardiovasculares a largo plazo, los
investigadores propusieron dos hipótesis para realizar
el estudio: primero, que la revascularización precoz
sería mejor que el tratamiento médico óptimo (situación
controversial hasta el momento), y segundo, que el
tratamiento médico con insulinosensibilizadores sería
superior al tratamiento con insulina (teniendo en cuenta
los estudios que propusieron que el aumento en los
niveles de insulina se asocia a eventos adversos
cardiovasculares). De estas premisas nace el estudio
BARI 2D.
El diseño metodológico, si bien parece complejo, puede
reseñarse de la siguiente forma:
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Primero, seleccionaron 2.368 pacientes (p.) y los
clasificaron según los hallazgos de la
cinecoronariografía como candidatos a
revascularización por Intervención Coronaria
Percutánea (ICP) o Cirugía de by-pass coronario (CBPC)
(1.605 y 763 p. respectivamente). Luego de dicha
clasificación fueron randomizados en dos grupos: un
grupo revascularización precoz (por la técnica
valorada – 798 pacientes tratados con ICP y 378
pacientes tratados con CBPC–) con posterior
tratamiento médico intensivo, y otro grupo
tratamiento médico intensivo (sin revascularización
– 807 pacientes pertenecientes al grupo ICP y 385
pertenecientes al grupo CBPC –). El Tratamiento
Médico Intensivo (TMI) consistía en lograr una Hb
glicosilada menor a 7%; para alcanzar este objetivo
se propusieron dos opciones terapéuticas: insulina o
insulinosensibilizadores (metformina y
tiazolindinodionas). Ambas estrategias también
fueron randomizadas en todos los pacientes del
estudio.
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Se obtuvieron finalmente 8 grupos: 1) grupo
revascularización por ICP y posterior TMI con
insulina; 2) grupo revascularización por ICP y
posterior TMI con insulinosensibilizadores; 3) grupo
revascularización por CBPC y posterior TMI con
insulina; 4) grupo revascularización por CBPC y
posterior TMI con insulinosensibilizadores; 5) grupo
clasificado como candidato a ICP que recibió sólo
TMI con insulina; 6) grupo clasificado como
candidato a ICP que recibió sólo TMI con
insulinosensibilizadores; 7) grupo clasificado como
candidato a CBPC que recibió sólo TMI con insulina;
8) grupo clasificado como candidato a CBPC que
recibió sólo TMI con insulinosensibilizadores. El
tiempo medio de seguimiento del estudio fue de 5,3
años y el 92% de los pacientes finalizaron el mismo.
El objetivo primario fue muerte por cualquier causa
(supervivencia), y el secundario, eventos
cardiovasculares mayores (compuesto por muerte de
origen cardíaco, infarto de miocardio y accidente
cerebrovascular).
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Los resultados demostraron que en relación al
objetivo primario, el porcentaje de supervivencia a
5 años fue similar tanto en el grupo
revascularización precoz y posterior TMI como en
grupo TMI sin revascularización precoz (88,3% vs
87.3% respectivamente; P=0.97); tampoco hubo
diferencias entre los grupos de TMI con insulina vs
insulinosensibilizadores (87.9% vs 88.2%
respectivamente, P=0.89).
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Al evaluar los eventos cardiovasculares mayores
(objetivo secundario) el TMI con
insulinosesibilizadores se asoció con un menor
número de eventos que la insulinoterapia (sobre todo
en el grupo CBPC), mejor control de metabólico y
lipídico (valores de LDL y Hb glicosilada), y menor
tasa de hipoglucemia (P<0.001).
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Los pacientes del grupo revascularización por CBPC y
posterior TMI presentaron menos eventos
cardiovasculares que el grupo clasificado como
candidato a CBPC que recibió sólo TMI (supervivencia
libre de eventos a 5,3 años 77.6 vs 69.5%; P=0.01).
No sucedió lo mismo con aquellos seleccionados a ICP
precoz (supervivencia libre de eventos 77.0 vs
78.9%; P=0.01). Esto último no debe interpretarse
como superioridad de una técnica sobre otra ya que,
obviamente, los pacientes candidatos a CBPC (tras la
evaluación por CCG) presentaban mayor riesgo de
eventos por enfermedad coronaria generalizada que
los clasificados como candidatos de ICP. Por otra
parte, el estudio no fue diseñado con este fin.
El estudio BARI 2D no pudo confirmar las hipótesis
planteadas inicialmente. Este estudio demuestra que, en
aquellos pacientes diabéticos con EC estable (asintomática)
el tratamiento médico óptimo con
insulinosensibilizadores y/o insulina constituye una
excelente estrategia terapéutica inicial, principalmente
para aquellos enfermos con coronariopatía menos severa
(pacientes que se clasificarían como “grupo ICP”).
Cuando la revascularización esté indicada, la CBPC sigue
siendo la técnica de revascularización preferida hasta
el momento. Sólo en este último grupo, el tratamiento
con insulinosensibilizadores parece mejor que el
tratamiento con insulina.
Frye, et al. A randomized trial of therapies for type 2
diabetes and coronary artery disease. The BARI 2D Study
Group. N Engl J Med 2009;360:2503-2515.
Young, et al. Cardiac Outcomes After Screening for
Asymptomatic Coronary Artery Disease in Patients With
Type 2 Diabetes.
The DIAD Study: A Randomized Controlled Trial.JAMA.
2009;301(15):1547-1555. |
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