¿Este paciente está desnutrido?
Is this patient malnourished? Detsky AS, Smalley PS,
Chang J. JAMA. 1994 Jan 5;271(1):54-8.
Comentario: Sebastián García Zamora. Residente de Clínica Médica
del Hospital Provincial del Centenario. Rosario.
Argentina
Durante las últimas tres décadas los médicos han
comenzado a prestar atención a la desnutrición de los
pacientes internados, entendiendo que esto conllevan un
incremento en las complicaciones intrahospitalarias. Las
complicaciones posibles son variadas, desde favorecer la
aparición de otras infecciones como neumonía o abscesos,
sepsis, mala cicatrización de heridas en el
postoperatorio, hasta la muerte. Algunos autores han
empleado el término “complicaciones asociadas a la
desnutrición” para subrayar la relación entre
desnutrición y estos efectos adversos. Durante los años
’70 estudios demostraron una prevalencia de desnutrición
entre pacientes internados de hasta un 40%, cifra que
fue confirmada en trabajos posteriores. Si bien los
pacientes internados con patologías médicas y algún
grado de desnutrición se encuentran en mayor riesgo de
padecer complicaciones, la mayoría de la información
proviene de estudios realizados en pacientes que fueron
sometidos a cirugía.
Hay dos componentes en la evaluación nutricional. El
primero es el análisis de la composición corporal, es
decir el análisis de la estructura del cuerpo, como la
cuantificación de las proteínas o la grasa corporal
total. Estos componentes son medidos in vivo por dos
métodos, la activación de neutrones y el del agua
tritiada, ambos experimentales, los cuales constituyen
actualmente los parámetros de oro o “gold standart”
para la medición de la composición corporal. El segundo
es la evaluación de la función fisiológica corporal,
definida como cambios en la función de células u
órganos, tanto de modo positivo como negativo. Como
algunos de estos conceptos resultan abstractos, se ha
buscado desarrollar distintos sistemas de puntuación que
permitan un abordaje sencillo del paciente particular.
Una forma de evaluar el grado de nutrición de los
pacientes es mediante la Escala Global Subjetiva (EGS;
ver anexo 1 al final del texto). Esta divide a los
pacientes en tres grupos: A, pacientes bien nutridos; B,
moderada (o sospechosos de) desnutrición; C, severamente
desnutridos.
Para su realización, hay cuatro puntos en la historia
clínica que deben ser recabados:
1) Pérdida de peso en los últimos 6 meses, expresado
como porcentaje de pérdida respecto al peso previo.
Una pérdida menor al 5% es considerada menor. Una
pérdida de entre 5% y 10% es considerada potencialmente
significativa, mientras que la pérdida de más del 10% de
peso es francamente relevante. Es muy importante
considerar el patrón de la pérdida de peso: si un
paciente refiere una pérdida de peso de 12% entre el mes
6 y el mes 1, pero durante el último mes recuperó la
mitad de dicha pérdida (resultando en una pérdida total
de aproximadamente 6%) este sujeto se encontrará mejor
nutrido que otro paciente que haya perdido 6% de su peso
progresivamente durante los últimos 6 meses, y que
probablemente continuará haciéndolo. Es posible
considerar a un paciente como adecuadamente nutrido a
pesar de una pérdida significativa de peso en caso de
una reciente estabilización o aumento del mismo.
A la hora de recabar los datos de la pérdida de peso se
recomienda preguntarle a la persona cuál fue su peso
máximo, cuál su peso hace 1 año, hace 6 meses, hace 1
mes y cuál es actualmente (este último dato podrá
cuantificarse objetivamente durante la consulta). En
caso de que la persona manifieste una pérdida
considerable de peso, esto deberá ser confirmado
inquiriendo cambios en el talle de la ropa. Finalmente
deberemos preguntar respecto al patrón de la pérdida de
peso: continúa perdiendo peso, se estabilizó esta
tendencia o se encuentra aumentando el mismo.
2) Ingesta dietética en relación al patrón usual del
sujeto. Los pacientes son clasificados de acuerdo a
un consumo normal o anormal de alimentos durante las
últimas semanas-meses previo al examen. La duración y el
grado de las variaciones también son registrados. Para
recabar estos datos se recomienda preguntar a la persona
si sus patrones alimenticios han variado durante las
últimas semanas o meses: ¿ha disminuido la cantidad de
alimento ingerido? En caso afirmativo, ¿cuánto? ¿Hay
ciertos alimentos que solía ingerir y que actualmente no
lo hace? ¿Por qué come menos (pérdida de peso
intencional o no intencional)? ¿Qué ocurre si intenta
comer más? A veces resulta útil pedirle al paciente que
enumere un típico desayuno, almuerzo y cena, y que lo
compare con dichas comidas hace 6 o 12 meses.
3) Presencia de síntomas gastrointestinales
significativos: anorexia, nauseas, vómitos y
diarrea. Se consideran significativos cuando han estado
presentes diariamente durante al menos dos semanas.
4) Capacidad funcional (o energía) del paciente,
en rangos desde capacidad completa hasta la postración
en cama. Es habitual que los pacientes con desnutrición
se quejen de fatiga, debilidad extrema e incluso que
limiten sus actividades diarias.
Hay 3 características del examen físico que se registran
como normal (0), leve (1), moderado (2) o severo (3).
Estas son:
1)
Pérdida de grasa subcutánea.
Hay muchas regiones donde esto se puede evaluar, pero
las mejores son el tríceps, el reborde costal a la
altura de la línea axilar media, el área palmar e
interósea de la mano, y la región deltoidea del hombro.
Se considera positivo cuando se percibe la disminución
de la plenitud del área, o la piel a dicho nivel se
encuentra holgada o rugosa; esto último puede ser
difícil de valorar en ancianos.
2)
Pérdida de masa muscular.
Los sitios más adecuados para valorar esto son los
cuádriceps y deltoides. A nivel de estos últimos una
disminución de su volumen tiende a dar una imagen
cuadrada del músculo, en contraste a su configuración
habitual más redondeada (al evaluarse de frente). Las
lesiones neurológicas son causas de falsos positivos en
estos hallazgos, aunque habitualmente suelen producir
afección unilateral de los músculos implicados.
3)
Pérdida de líquido del espacio intravascular al
extravascular, en forma de edema sacro, de tobillo o
ascitis.
El edema se explora presionando firmemente el área
implicada, sintiendo cómo el líquido debajo de la piel
se desplaza, y observando la fóvea en dicha región
(durante más de 5 segundos).
No hay un sistema de puntuación para discriminar los
datos de la EGS; en lugar de ello los mismos son
combinados de forma “subjetiva” en una evaluación
“global”. Como orientación, los pacientes dentro de la
categoría A deben tener un aumento reciente en su peso,
que no se explique meramente por retención hídrica, aún
si la pérdida neta de peso se encontrara entre 5% y 10%;
también se clasifican dentro de este grupo si han tenido
mejorías en alguna otra característica de la EGS, como
el apetito. En cambio los pacientes del grupo B han
tenido pérdidas de peso de al menos 5%, han reducido su
ingesta alimenticia y tienen una leve disminución del
tejido adiposo subcutáneo. Los pacientes del grupo C
tienen síntomas elocuentes de desnutrición, como severa
disminución de la grasa subcutánea o de masa muscular,
edema o una pérdida mayor al 10% del peso, sin
estabilidad del mismo.
Por su diseño esta escala resigna sensibilidad pero en
pos de mayor especificidad. Es decir, muy pocos
pacientes bien nutridos recibirán un diagnóstico falso
positivo, pero algunos sujetos moderadamente desnutridos
pueden ser pasados por alto. Si bien otras escalas se
han propuesto, como la de Windsor y Hill1, la
EGS es la que ha logrado mayor difusión.
Los autores de la EGS comunicaron una concordancia
interobservadores de 91% en el trabajo original, luego
de que una enfermera y tres residentes fueran entrenados
por un médico experimentado en la evaluación de
pacientes que iban a ser sometidos a cirugía.
Posteriormente otro trabajo comunicó una concordancia
entre observadores del 79% para esta escala, avalando
una alta concordancia entre observadores.
Debido a que no hay un criterio exacto que defina
desnutrición, muchos trabajos tomaron como puntos
finales la ocurrencia de complicaciones asumidas como
secundarias a la malnutrición. Los autores de la
presente revisión calcularon los Likelihood Ratio2
(ver anexo 2) de los grupos de pacientes de la EGS (A, B
o C) según los datos originales de dicho trabajo3.
De acuerdo a esto un paciente clasificado como grupo C
tendría un LR+ de entre 4,12 y 4,44 para presentar
complicaciones postoperatorias (recordar que el trabajo
original de Detsky et al3 fue
realizado en pacientes a ser intervenidos
quirúrgicamente). El LR+ del grupo B fue próximo a 1, lo
cual implica que no habría un cambio significativo en la
probabilidad postest de presentar complicaciones
entre sujetos asignados a este grupo. Finalmente, el
grupo A tendría un LR de entre 0.66 y 0.38, es decir que
conferiría cierto grado de “protección” respecto a la
ocurrencia de complicaciones postquirúrgicas.
Es importante hacer notar que los autores calcularon los
LR para dos parámetros objetivos, el porcentaje del peso
ideal y el porcentaje de grasa corporal, y la EGS
resultó más precisa que estos datos para la evaluación
de los pacientes. Un parámetro de relevancia es la
determinación del valor de albúmina. Este marcador
estaría asociado a la probabilidad de complicaciones de
modo similar a la EGS y, de hecho, el empleo de ambos
parecería ser superior a la utilización de cada uno por
separado.
Resulta pertinente aclarar que si bien el objetivo de
esta revisión es el análisis de la aproximación a los
pacientes malnutridos, y sus implicancias, los pacientes
obesos también están expuestos a padecer mayores
complicaciones durante la internación (y fuera de ella),
pero un análisis pormenorizado de esto excede el
propósito de la presente.
Conclusiones importantes
1) Es posible aprender a utilizar la EGS de modo preciso
2) Se sugiere que, al comenzar a emplear esta escala,
las observaciones sean llevadas a cabo por distintos
facultativos, y que las mismas sean posteriormente
puestas en común y discutidas de forma grupal. De esta
manera, al no haber puntos de corte precisos para
clasificar a los pacientes, el intercambio grupal
propiciaría el desarrollo de habilidades, tanto en la
anamnesis como en la exploración, que permitan una
aproximación más precisa sobre cada paciente particular.
3) Es deseable que se privilegie la especificidad sobre
la sensibilidad en las observaciones.
Comentario
La nutrición es, habitualmente, un tema relativamente
descuidado por los médicos. Desde la formación de
pregrado hasta la práctica cotidiana suele asumirse que
es una cuestión confinada a los especialistas en dicha
materia. En el mejor de los casos el recabar datos sobre
la historia nutricional o las variaciones en el peso
corporal de un paciente obedece a la búsqueda de
patologías subyacentes, más que a un fin en sí mismo y,
difícilmente, la información obtenida motive drásticas
intervenciones en esta materia. Prueba de ello es que
las medidas higiénico-dietéticas, pilar fundamental en
el tratamiento de muchas patologías crónicas, suelen
asumirse como “medidas” y no como un tratamiento en sí,
al tiempo que son las intervenciones sobre las cuales
menos énfasis se ejerce.
Es innegable que un exhaustivo análisis del estado
nutricional de los pacientes, así como una minuciosa
terapia dietética escapa a las competencias de la
mayoría de los médicos; sin embargo, esto no deslinda la
responsabilidad de intervención sobre estas cuestiones.
En primer lugar es mandatario recordar que tanto la
desnutrición como la obesidad son factores de riesgo
independientes para la ocurrencia de complicaciones
intrahospitalarias, tanto médicas como quirúrgicas4,5;
por ello estos aspectos no pueden ser soslayados en la
exploración de los pacientes. En segundo lugar existen
diversas pruebas y sistemas de puntuación sencillos que
permiten aproximarnos al estado nutricional de cada
sujeto.5 Su aplicación sistemática permite
mejorar las habilidades para poner en práctica estos
test, al tiempo que se incorpora y refuerza el concepto
de la necesidad de evaluar el estado nutricional de todo
sujeto sobre el cual se interviene3,6,7. Por
último, el hallazgo de pacientes con malnutrición de
cuantía significativa permite seleccionar qué sujetos
deberán ser derivados para una evaluación más en
profundidad por un especialista.
Existen diversos métodos para la evaluación nutricional
de los sujetos. El cálculo del índice de masa corporal (IMC)
y el perímetro abdominal son quizá aquellos con los que
nos encontramos más familiarizados. Sin embargo, en
general aportan más datos respecto a los pacientes con
sobrepeso y obesidad, que sobre aquellos presuntamente
malnutridos. Como se mencionara previamente, la
determinación de albúmina tiene valor pronóstico, tanto
a nivel de morbilidad como mortalidad en pacientes
internados, cuando se encuentra por deba del límite
inferior de normalidad. Debe tenerse presente que en
casos de desnutrición aguda su valor puedo no verse
afectado inicialmente, ya que la vida media de este
marcador es de aproximadamente 20 días.
Otros parámetros relativamente sencillos de realizar e
interpretar son el índice creatinina/talla y la medición
de la excreción nitrogenada. La determinación de 3-metilhistidina
sería también de gran utilidad, si bien su
disponibilidad es mucho más limitada. Por otro lado, la
medición del pliegue del tríceps y el área muscular del
brazo suelen ser de gran valor, aunque habitualmente son
realizados por nutricionistas. Se han planteado también
otras pruebas, como la determinación de prealbúmina, la
proteína ligada a retinol, la transferrina, el
colesterol total, los parámetros de función muscular e
incluso parámetros de función inmunológica5
(recuento de linfocitos, índice CD3/CD4), todos estos de
menor valor que los previos. Un análisis pormenorizado
de cada uno de ellos así como la interpretación de sus
resultados escapa a los objetivos de esta revisión.
Resulta pertinente aclarar que si bien algunos métodos
de evaluación nutricional han demostrado ciertas
ventajas respecto a los previos (como la EGS, la
determinación de albúmina y las medidas antropométricas)
ninguno ha logrado un papel hegemónico y de hecho
generalmente la combinación de varios de ellos resulta
superadora. Por ello mismo suele ser adecuado elegir uno
o más métodos de evaluación y familiarizarse con su
empleo.
En definitiva, la nutrición debe ser un pilar
fundamental de tratamiento de los pacientes,
especialmente de aquellos internados. El entrenamiento
en la sistematización de la exploración de estos
aspectos es mandatario a los fines de mejorar el
pronóstico de los pacientes, sobre todo de los
malnutridos. La intervención nutricional es sin dudas un
elemento terapéutico que no podemos desconocer ni
menospreciar; jerarquizar esto es el primer paso para
una real incorporación de estos conceptos a la práctica
cotidiana.
Referencias
1) Windsor JA, Hill GL. Weight loss with physiologic
impairment.
A basic indicator of surgical risk. Ann Surg. 1988
Mar;207(3):290-6.
2) García Zamora S. Definición de Conceptos. Literatura
Científica Seleccionada en Medicina Interna: Análisis
Racional – De la Literatura a la Práctica Cotidiana. Vol
1. Mayo de 2009. Disponible en: http://www.clinica-unr.org/Gacetilla/01/Sup_01_Analisis_Art_01.htm
3) Detsky AS, McLaughlin JR, Baker JP, Johnston N,
Whittaker S, Mendelson RA, Jeejeebhoy KN.
What is subjective global assessment of nutritional
status? JPEN J Parenter Enteral Nutr. 1987
Jan-Feb;11(1):8-13.
4) Carlson D. Soporte Nutricional. Cap 39. En
Terapéutica Clínica. Greca A, Gallo R, Parodi R, Carlson
D. Editorial Corpus. Rosario 2011.
5) Montejo González JC, Culebras-Fernández JM, García de
Lorenzo y Mateos A. Recomendaciones para la valoración
nutricional del paciente crítico. Rev Med Chil.
2006;134(8):1049-56.
6) Carlson D. Nutrición Enteral. Cap 40. En Terapéutica
Clínica. Greca A, Gallo R, Parodi R, Carlson D.
Editorial Corpus. Rosario 2011.
7) Carlson D. Nutrición Parenteral. Cap 41. En
Terapéutica Clínica. Greca A, Gallo R, Parodi R, Carlson
D. Editorial Corpus. Rosario 2011.
Anexo 1
Escala Global Subjetiva3
ANAMNESIS
1. Cambios de peso
Pérdida global en los
últimos 6 meses: _______kg _______%
Cambios en las últimas 2
semanas: ___ aumento ___ sin cambio
___ pérdida.
2. Cambios en la ingesta
dietética (con relación a la normal)
____ sin cambio
____ cambio ____
duración: _____ semanas
____ tipo _____ dieta
líquida subóptima
_____ dieta líquida completa
_____ líquidos hipocalóricos
_____ inanición.3.
Síntomas gastrointestinales (que persisten> 2 semanas)
___ ninguno ___náusea
___vómito ____diarrea___anorexia
4. Capacidad funcional
__ ninguna disfunción
(capacidad total)
__ disfunción __ duración
___ semanas
___ tipo ___ rendimiento
laboral subóptimo
___ ambulatorio
___ postrado en cama5.
Examen físico (para cada signo especificar: 0= normal
1+ = leve
2+= moderado
3+ severo)
___ pérdida de grasa
subcutánea (tríceps, tronco)
___ pérdida de masa
muscular (cuádriceps, deltoides)
___ edema de tobillo ___
edema sacro ____ ascitis
VALORACION GLOBAL
SUBJETIVA (escoja una opción)
____ A = bien nutrido
____ B = moderadamente
desnutrido (o sospecha de desnutrición)
____ C = severamente
desnutrido.
Anexo 2
Los likelihood ratio -LR- o “multiplicadores de
chance”, son indicadores que expresan el valor de un
determinado método para aumentar o disminuir la
probabilidad de un diagnóstico, cuando están presentes o
ausentes. Son tanto más útiles mientras más se alejan de
la unidad (es decir, de 1) ya sea incrementando como
disminuyendo su valor. Así, un LR+ de 5 o mayor, y un
LR- de 0.2 o menor son, en la práctica, indicadores de
que el método analizado es muy bueno. Y un LR+ de 10 o
mayor, al igual que un LR- de 0.1 o menor serían
indicadores de que la prueba analizada es excelente para
el fin que se la propone. Sin embargo, es pertinente
aclarar que son multiplicadores de chance, como lo
indica su traducción, lo cual significa que no pueden
aplicarse directamente a la probabilidad de algo. En
lenguaje simple podemos decir que si la probabilidad de
que un sujeto padezca una determinada patología es del
10%; se le aplica un test cualesquiera sea, con un LR+
de 5, y este es positivo, si bien su probabilidad se ha
incrementado considerablemente, ésta definitivamente no
es 50%. Para más información ver referencia2
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