TERAPIA DE
DESCONTAMINACION SELECTIVA DEL TRACTO DIGESTIVO
Las
infecciones micóticas y bacterianas invasivas son causas
importantes de morbilidad y mortalidad en los pacientes
en estado crítico y pueden prevenirse con la
administración profiláctica de agentes antibióticos y
antimicóticos.
La profilaxis
antimicótica, definida como el comienzo del tratamiento
antimicótico sobre la base de factores de riesgo para la
infección o colonización con hongos o ambas, pero sin
evidencia clínica, microbiológica o radiológica de
infección micótica, reduce la incidencia de infecciones
micóticas invasivas en otros grupos de pacientes de alto
riesgo, como los pacientes neutropénicos (9) y los
receptores de trasplantes de órganos sólidos (10). La
profilaxis antimicótica indica el inicio del tratamiento
antimicótico antes del diagnóstico definitivo de una
infección micótica. Sin embargo, los beneficios
relativos, los daños y el costo-efectividad de la
profilaxis antimicótica en los pacientes no
neutropénicos en estado crítico sigue sin definirse.
Los efectos
ecológicos potenciales del uso generalizado de
antimicóticos, incluidas la selección y propagación de
las cepas o especies fúngicas resistentes, un fenómeno
bien reconocido en las bacterias como resultado del uso
de antibióticos, (11), constituyen la principal
preocupación sobre su uso. Por tal motivo no se ha
llegado a un consenso con respecto al uso de la
profilaxis antimicótica para los pacientes en estado
crítico (12).
La
descontaminación digestiva selectiva es un régimen
antibiótico de prevención de la infección nosocomial en
enfermos críticos, con la cual se pretende eliminar de
la orofarínge, el estómago y el intestino las bacterias
aerobias y los hongos potencialmente patógenos, que como
ya se comentó anteriormente son los máximos responsables
de las infecciones nosocomiales (tanto endógenas
primarias como secundarias). La asociación antibiótica
elegida también debe de respetar la flora anaerobia
habitual del tracto digestivo.
La
descontaminación digestiva selectiva y la
descontaminación orofaríngea son medidas preventivas de
infección usadas en el tratamiento de muchos pacientes
en las unidades de cuidados intensivos, sin embrago, los
efectos reportados en los pacientes han dado resultados
conflictivos.
La forma
clásica de descontaminación digestiva selectiva utiliza
dos componentes:
a) Aplicación
tópica de antibióticos no absorbibles (polimixina E,
tobramicina y anfotericina B) en la orofarínge y a
través de la sonda nasogástrica
b)
Administración endovenosa de antibióticos (cefotaxima,
durante los cuatro primeros días) para prevenir las
infecciones precoces.
Recientemente
Liberati A y col. publicaron un metaanálisis en el que
se incluyeron 36 ensayos con 6,922 pacientes,
encontrándose una disminución significativa de la
incidencia de las infecciones respiratorias nosocomiales
(OR 0.35; IC 95 0.29-0.41) y de la mortalidad (OR 0.78;
IC 95% 0.68-0.89). El número necesario a tratar para
prevenir una infección fue de 5 pacientes, y de 21 para
evitar una muerte. (4)
Analizando
específicamente el problema de la infección fúngica,
Silvestri y col. realizaron una revisión sistemática del
impacto de la descontaminación digestiva sobre las
infecciones micóticas, valoraron 42 estudios con 6,075
pacientes y demostraron que la descontaminación
digestiva selectiva redujo un 30% tanto la colonización
(OR 0.32; IC 95 0.19-0.53) como la infección fúngica (OR
0.3; IC 95 0.17-0.53). (5)
La utilización
de descontaminación digestiva selectiva a largo plazo no
se ha acompañado de la aparición de microorganismos
multirresistentes, lo que parece estar directamente
relacionado con el empleo de antibióticos/antifúngicos
no absorbibles, con lo que se consigue mantener
concentraciones elevadas de los mismos en la luz
intestinal y evitar sus efectos sistémicos.
Actualmente
los agentes disponibles para el tratamiento de las
infecciones por Candida y otros hongos incluyen
la anfotericina B, fluconazol, itraconazol, voriconazol,
flucitosina, y los nuevos antifungicos equinocandinas
dentro de las que se encuentran la caspofungina,
micafungina y la anidulafungina. La selección de
fluconazol como agente de primera línea debe de
realizarse con extrema precaución en los pacientes
críticos, en aquellos con especies no identificadas y
especialmente cuando dichos pacientes se han expuesto
previamente a otros azoles (21).
En el 2004 en
las guías publicadas por la Sociedad Americana de
Enfermedades Infectocontagiosas se consideró como
primera línea terapéutica en los pacientes no
neutropénicos con candidemia el uso de anfotericina B
(0.6-1.0 mg/kg/día) o fluconazol (400 a 800 mg VO o IV
por día) así como caspofungina. La duración de la
terapia debería ser 14 días después del último cultivo
positivo y la resolución de todos los signos y síntomas
de infección (21).
Con respecto a
la profilaxis ésta se aplica generalmente a todos los
pacientes en riesgo antes de que se presente evidencia
de la enfermedad o sus manifestaciones tempranas (22).
Algunos estudios han mostrado beneficio si se administra
dicho tratamiento inmediatamente después del
postoperatorio sobre todo en los pacientes sometidos a
cirugía gastrointestinal.
En un estudio
que incluyó 220 pacientes internados en la UCI, después
del 3er día de estancia se administraron 100 mg de
fluconazol intravenoso vs placebo con lo cual se observo
una disminución franca de la candidemia. La infección
por cándida disminuyo del 8.9% al 3.9% en los pacientes
que recibieron fluconazol (p=.03). Sin embargo y a pesar
de la reducción observada en la incidencia de
infecciones fúngicas, no se notó ningún efecto
significativo sobre la mortalidad. (17)
Olivier y col.
realizaron recientemente una revisión sistemática que
incluyó 33 estudios prospectivos en pacientes adultos no
neutropénicos en donde se realizó la comparación de
métodos profilácticos de complicaciones de infección
fúngica con una sola droga contra la descontaminación
del tracto digestivo en un total de 5,529 pacientes y
encontraron que ambos procedimientos fueron efectivos en
reducir la complicación asociada a los hongos en los
pacientes críticos, la reducción de la colonización y
todas las causas de mortalidad hospitalaria fueron más
importantes con la descontaminación del tracto
digestivo, sin embargo el uso de una sola droga redujo
la candidemia. Los mensajes principales de esta
publicación son los siguientes: la profilaxis
antimicótica reduce la morbilidad y mortalidad, la
descontaminación del tracto digestivo es más efectiva
como régimen profiláctico y la certidumbre de la
prevención de estas complicaciones está inversamente
proporcional a la inclusión de pacientes críticos
quirúrgicos. (26)
¿Cuándo se
debe iniciar la terapia antifúngica ante la sospecha de
una infección fúngica que no se ha podido corroborar por
medio de hemocultivo?
Debido a la
baja sensibilidad del hemocultivo para la confirmación
diagnóstica de las infecciones por hongos se deberán de
considerar los siguientes aspectos para todo paciente
con sospecha de infección:
·
Una impresión
clínica de proceso infeccioso fúngico
·
El hecho de
que los cultivos para hongos pueden ser negativos en
presencia de un proceso infeccioso
·
La alta
morbilidad y mortalidad asociada con las infecciones
fúngicas.
·
Múltiples
factores de riesgo para candidemia.
·
Persistencia
de fiebre a pesar del empleo de antibióticos de amplio
espectro.
·
Colonización
de múltiples sitios por cándida.
·
Desarrollo
súbito de candiduria.(17)