Manifestaciones clínicas
El diagnóstico de AIT se basa en la anamnesis y el
examen físico pero debido a la naturaleza transitoria de
esta afección muchos pacientes se encuentran
asintomáticos al momento de la consulta. El 60% de los
AIT dura menos de 1 hora, el 71% menos de 2 horas, y
solo en el 14% de los casos los síntomas persisten más
de 6 hora.
Las manifestaciones clínicas dependen de la arteria
afectada. Existen más de 17 sitios arteriales posibles
de cada lado del cerebro; y cada AIT cursa con su propio
patrón evolutivo, por lo que las variantes de
presentación son numerosas: debilidad o parálisis (de
cara, brazo o pierna), disartria, afasia, hemianopsia,
amaurosis fugaz, inestabilidad, etc. Debido a que para
el momento de la consulta las alteraciones suelen haber
desaparecido el médico se basa en el relato del paciente
y este puede ser
inespecífico; la hemiparesia puede describirse como
entumecimiento, y el déficit sensorial como hormigueo o
dolor. Es común la presencia de alteraciones del habla
pero puede ser difícil diferenciar si se trata de
disartria o afasia, del mismo modo una alteración de la
visión puede corresponder a un déficit cortical, a una
diplopía o a una pérdida visual monocular. Las
alteraciones de la marcha también son frecuentes y
pueden ser descriptas como latero-pulsión o mareos. Es
inusual que el vértigo, como manifestación aislada sea
un síntoma de AIT.
El examen físico es útil para la evaluar la persistencia
de algún déficit neurológico, también es importante
evaluar la presión arterial, ritmo cardíaco y la
presencia de soplos en el cuello.