Introducción
El control de
la glicemia en pacientes críticos ha sido objeto de un
creciente interés y debate en los años recientes. El
“disparador” de esta polémica ha sido el artículo de Van
den Verghe en 2001 que reportó una asombrosa reducción
de la mortalidad corrigiendo la hiperglicemia, mayor que
la lograda con otras medidas habituales de sostén
aplicadas a los pacientes críticos.
Los diabéticos desarrollan enfermedades críticas y
requieren intervenciones quirúrgicas más comúnmente que
los no diabéticos, asimismo la diabetes se asocia a una
mayor morbimortalidad. La desregulación de la glucosa es
un evento común en pacientes agudamente enfermos. Esta
hiperglicemia de stress, definida como un aumento
transitorio de la glucosa durante una injuria
fisiológica aguda, se observa en dos poblaciones bien
definidas: una, con diabetes o intolerancia a la
glucosa, y otra que desarrolla hiperglicemia como
consecuencia de una injuria severa y aumento de las
hormonas contrareguladoras.
La relación entre la hiperglicemia en pacientes críticos
y una mayor morbimortalidad ha sido reportada en
múltiples escenarios clínicos.
• Umpierrez observó que 38% de las personas admitidas a
la guardia de un hospital general tenía niveles de
glicemia elevados y que un tercio de las mismas no tenía
antecedentes de diabetes. Aquellos pacientes que
tuvieron hiperglicemia al ingreso presentaron una mayor
mortalidad (16%) con respecto a quienes tenían glicemias
normales (1,7%), una mayor estadía en el hospital y una
mayor tasa de ingreso a terapia intensiva.
• Una reciente revisión de 1826 pacientes admitidos a
UTI en forma consecutiva mostró que la mortalidad estaba
directamente relacionada con el control de la glicemia.
Entre los pacientes que mantenían niveles de glicemias
entre 80 y 99 mg/dl durante su internación la mortalidad
hospitalaria fué del 9,6%, mientras que esta se
incrementaba a 12,5% en aquellos que tenían niveles
entre 100 y 119 mg/dl, y a 42,5% en los que superaban
los 300 mg/dl.
Un creciente número de publicaciones confirma que la
asociación entre el aumento de la glicemia y un mayor
riesgo de muerte se observa en otras enfermedades, como
pacientes con infarto agudo de miocardio , accidente
cerebrovascular y politraumatismos.
La observación de que la hiperglicemia (en pacientes con
o sin diabetes) es perjudicial para los enfermos condujo
a la realización de múltiples estudios clínicos que
tenían por objetivo indagar acerca de si la
normalización de las cifras de glicemia podría reducir
la morbimortalidad.
• En un estudio observacional, la administración de una
infusión de insulina para mantener los niveles de
glucosa entre 150 y 200 mg/dl, disminuyó el riesgo de
infección en la herida esternal posterior a un by-pass
aortocoronario en un 58%.
• En otro trabajo randomizado donde se comparó la
terapia intensiva con insulina (desde la admisión hasta
tres meses después del alta) con el tratamiento
convencional, se reportó una reducción de un 29% en la
mortalidad al año en pacientes con diabetes luego de un
infarto agudo de miocardio.
• Van den Berghe demostró un descenso en la mortalidad
de un 34%, en un estudio prospectivo, controlado y
randomizado, en el grupo de pacientes que recibían un
tratamiento intensivo con insulina para mantener los
niveles de glicemia entre 80 y 110 mg/dl en comparación
con en el esquema mas convencional que admitía un rango
entre 150 y 180 mg/dl.
• Krinsley también pudo demostrar los beneficios del
control estricto de la glicemia, en una UTI mixta.
Implementó un protocolo de administración de insulina en
800 pacientes con el fin de mantener la glicemia por
debajo de 140 mg/dl y lo comparó con controles
históricos. El grupo en el que se realizó la
intervención, experimentó una reducción del riesgo
relativo de muerte de un 29,3%.
La evidencia actual sugiere que el control de la
hiperglicemia debería convertirse en el standard del
cuidado médico, sin embargo bajo este nuevo paradigma
subyacen algunas incógnitas aun no develadas. Por
ejemplo:
1. ¿Cuál es el nivel de glicemia más adecuado, en donde
los beneficios superen a los riesgos?
2. ¿Cuál es el mecanismo, a través del cual el control
de la glicemia reduce la morbimortalidad?
3. ¿Cuál es la mejor estrategia para controlar la
glicemia?
Recientemente los mismos autores que reportaron la
sorprendente reducción de la mortalidad, mediante el
tratamiento intensivo con insulina, en una UTI
quirúrgica1, no lograron reproducir los mismos
resultados en una UTI con pacientes no-quirúrgicos ,
aunque sí comunicaron una modesta reducción en la
morbilidad. Es posible que esta discordancia en los
resultados se deba a que los pacientes críticos
ingresados por patologías médicas se encuentran más
graves y con mayor riesgo de muerte.
El análisis de la información disponible hasta el
momento indica que no deben permitirse niveles
excesivamente altos de glicemia, pero también resulta
evidente la necesidad de estudios multicéntricos que
involucren a un mayor número de pacientes con el fin de
identificar cual es el mejor blanco terapéutico y la
mejor manera de alcanzarlo.
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Imágenes |
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Abrir Figura 1 |
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![](Especiales_09_Hiperglucemia_Img_01_Smll.jpg) |
Abrir Figura 2 |
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