¿Cambiamos el tratamiento empírico de la infección
urinaria baja en la mujer?
Mayo Clinic
Proceeding – Junio, 2011.
Dr. Javier Montero*
* Departamento de
Medicina Interna. Hospital Povisa, Vigo, España. Ex Jefe
de Residentes de Clínica Médica, Hospital Provincial del
Centenario, Rosario, Argentina.
En
Estados Unidos, como en nuestro país, hace varios años
que los médicos han decidido optar por las
fluoroquinolonas (FQ), particularmente la ciprofloxacina
(CFX), en lugar de la combinación
trimetoprima/sulfametoxazol (TMS) para el tratamiento
empírico de la infección urinaria baja o no complicada
(IUnc) en la mujer sin riesgo de embarazo a pesar de las
recomendaciones de diversas sociedades científicas. El
motivo principal fue la creciente resistencia bacteriana
que se asoció a la utilización del último y al menor
perfil de efectos adversos y “eficacia” del primero.
Las
consecuencias de este cambio luego de más de una década
fueron: 1) el incremento de un 15 a 40 % según las
regiones estudiadas, de la resistencia de Escherichia
coli a FQ, patógeno responsable del 80-90% de las
IUnc; 2) el aumento del gasto sanitario (el costo de las
FQ es tres veces mayor que la TMS); y, por último, 3) la
fuerte sospecha de que las FQ, en general, hayan
contribuido al aumento de la incidencia de infecciones
por Stafolococo aureus meticilino-resistente de
la comunidad y de diarrea por Clostridium dificcile
reportadas en el último lustro (al menos en Estados
Unidos). Esto ha llevado a redefinir el lugar de la
nitrofurantoína (NFT), un antibiótico antiguo y
“olvidado”.
En la
revista mensual de la Clínica Mayo de junio, se ha
publicado un completo análisis de comparación en
términos de relación costo/efectividad entre la NTF, TMS
y FQ para el tratamiento de la IUnc.
·
Resumidamente, el estudio de Mc
Kinnell et al.1 realizan un análisis
exhaustivo y complejo de costo y sensibilidad
microbiológica para determinar el nivel de resistencia a
TMS y FQ que debería existir para justificar la
utilización de NFT como tratamiento empírico inicial en
la IU desde el punto de vista económico, teniendo en
cuenta la respuesta clínica (pero con las limitaciones
de un estudio de análisis de datos retrospectivo).
·
Los resultados del análisis señalan
que cuando la resistencia de los uropatógenos a la FQ y
TMP/SMX eran > 12% y > 17%, respectivamente, el uso de
NFT estaba justificado desde el punto de vista económico
teniendo en cuenta la probabilidad de cura con el
tratamiento antibiótico. La conclusión es que la NFT
aparece como una razonable opción a TMS y FQ para el
tratamiento empírico dada la prevalencia de resistencias
actuales de los uropatógenos de la comunidad.
Este estudio de
costo y aplicación sirve para engrosar la evidencia
científica que avala las últimas recomendaciones de las
guías europeas y norteamericana (Infectious Diseases
Society of America [IDSA] y European Society for
Microbiology and Infectious Diseases) de marzo del
2011, comentadas por la Dr. Natalia Egri en esta misma
edición de Literatura Científica Seleccionada, que
sugieren utilizar la NFT entre los fármacos de primera
línea. Este fármaco cumple las principales premisas que
se le pide a un antibiótico: efectivo (igual o más
eficaz que la TMS para este fin), económico, cómodo
(ahora con las nuevas formulaciones en macrocristales
que pueden espaciar la dosis a cada 12 horas) y seguro
en los períodos iniciales del
embarazo. Con respecto a los efectos adversos, si
bien puede producir fibrosis pulmonar con el uso clínico
a largo plazo, el único efecto adverso a corto plazo son
las náuseas y cefalea. Raros efectos adversos son
hepatitis, reacciones de hipersensibilidad y neuropatía
periférica. Debe señalarse que la NFT no es activa
contra especies de Serratia, Proteus y
Pseudomona.
Para tener en cuenta
en nuestro medio, es obligado comentar que el informe
técnico del Consenso Argentino Intersociedades para el
Manejo de la Infección del Tracto Urinario2
del 2.007 coordinado por la SADI (donde figuran solo
servicios de infectología de Buenos Aires) propone que
la elección del antibiótico debe basarse en la
sensibilidad de los uropatógenos locales (concepto
lógico y fundamental) y propone como terapia empírica
inicial de 3 días a TMS reservando las FQ para aquellos
que tengan riesgo de resistencia al primero (uso previo
de TMS en los 3-6 meses previos, hospitalización
reciente, antibióticos el último mes, diabetes).
Estas recomendaciones han sido teniendo en cuenta
el perfil de resistencia de E. coli de 2 estudios
(SIR período 2000-2004 y Vigí-A/SADI período 2002-2003)
donde la misma para TMS varía entre el 15 y 30% y para
ciprofloxacina se encuentra entre en 3,7 y 10%. En estos
trabajos, las cepas de E. coli muestran una
resistencia de 13,9 y 28% para cefalosporinas de 1ª
generación y de 2,5 a 5% para nitrofurantoína,
respectivamente.2 Es probable que la
resistencia haya cambiado en este último lustro
(lamentablemente no tenemos acceso a nueva información
al respecto vía web). Los datos del trabajo de Mc
Kinnell no se pueden extrapolar a nuestra población; sin
embargo, podemos observar que las resistencias de
E.coli para TMS publicadas en el estudio son
similares a las del Informe Técnico del 2.007 (que
rescata resistencias del período 2.000-2.004). Es
posible que las resistencias de la E. coli a TMS
y CPX actuales sean mayores.
Como sugieren todas
las sociedades de infectología del mundo “las pautas
empíricas deben llevarse a cabo según la microbiología
local”, algo que no siempre está disponible en nuestro
medio. Este artículo y la guía americano-europea enfocan
sus luces hacia la “veterana rejuvenecida estrella”: la
nitrofurantoína. La pregunta es “¿cambiamos el
tratamiento empírico de la IU no complicada en la mujer?”
Creo que, incluso teniendo en cuenta nuestros datos
vetustos, todos los caminos conducen a la misma
respuesta: “Tarde o temprano, tendremos que hacerlo:
cambio TMS por nitrofurantoína”.
1.
McKinnell JA, Stollenwerk NS, Jung CW, Miller LG.
Nitrofurantoin compares favorably to recommended agents
as empirical treatment of uncomplicated urinary tract
infections in a decision and cost analysis. Mayo Clin
Proc. 2011;86(6):480-488.
2.
Informe Técnico. Consenso Argentino Intersociedades para
el Manejo de la Infección del Tracto Urinario – Parte I.
Rev Panam Infectol 2007;9(3):57-69. Link:
http://www.revista-api.com/3%20edicao%202007/pdf/mat%2010.pdf
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