Una actualización en el manejo de la tuberculosis
Mayo Clinic
Proceeding – Abril, 2011.
Dr. Javier Montero*
* Departamento de
Medicina Interna. Hospital Povisa, Vigo, España. Ex Jefe
de Residentes de Clínica Médica, Hospital Provincial del
Centenario, Rosario, Argentina.
La tuberculosis (TB)
es una enfermedad devastadora en todo el mundo. El
tratamiento adecuado requiere de un reconocimiento
precoz basado en la clínica, los hallazgos radiológicos,
microbiológicos e histológicos. Hace unos meses la
revista Mayo Clinic Proceeding publicó una
actualización del manejo de esta enfermedad que nos
permite despejar dudas habituales sobre el tema.
Resaltamos los conceptos más importantes de la revisión.
·
La Infección Tuberculosa (ITB) ocurre
cuando un huésped susceptible inhala microgotas con
Mycobacterium tuberculosis que se depositan en los
alvéolos. En la mayoría de los casos el sistema inmune
limita la propagación de la IT. Esta interacción es la
responsable de la positividad de los test inmunológicos
(prueba de la tuberculina, por ejemplo), lo que se
denomina IT Latente (ITBL). La combinación de síntomas,
hallazgos radiológicos, microbiológicos e histológicos
se conoce como ITB Activa (ITBA) y puede ser pulmonar
y/o extrapulmonar.
·
La ITBA pulmonar puede ser primaria o
por reactivación. La primera ocurre en el momento de la
inoculación del M. tuberculosis presentando
síntomas leves (febrícula) solo en 1/3 de los pacientes
encontrándose en la radiografía de tórax adenopatías
hiliares unilaterales. La reactivación tuberculosa cursa
con el típico síndrome de impregnación (SIP), síntomas
respiratorios (que pueden incluir hemoptisis) e
infiltrados apicales en la radiografía (solo el 20%
tienen las típicas cavernas).
·
El 15% de los inmunocompetentes (IC) y
50% de los inmunodeprimidos (ID) tienen formas de ITB
extrapulmonar. Como regla, cualquier organo/sistema
puede ser afectado. La variación de localización va a
depender del estado inmunitario y de la población
estudiada. Se expresa clínicamente con un SIP y con
síntomas del sitio afectado. Los habituales son:
linfadenitis, pleura, sistema nerviosos central,
digestivo, pericardio y osteoarticular.
·
La Tuberculosis Miliar es una forma de
ITB extrapulmonar que corresponde a la diseminación
linfática y hematógena del M. Tuberculosis. Se
expresa clínicamente con un SIP junto al clásico
infiltrado miliar bilateral den la radiografía de tórax.
Cuando la tuberculosis miliar ocurre como consecuencia
de una primoinfección, en general en pacientes ID, suele
presentarse en forma de shock séptico y distrés
respiratorio.
·
Los pacientes con sospecha de ITBA
pulmonar deben someterse a una radiografía de tórax,
prueba de tuberculina (PT) y examen seriado de esputo en
días diferentes, inducido con nebulizaciones con
solución fisiológica al 3-15% o por broncoscopia, si es
necesario. La confirmación diagnóstica de la ITBA
requiere el desarrollo de M. Tuberculosis en cultivo (en
medio sólido o líquido).
·
El PT, o prueba de Mantoux, determina
la existencia de inmunidad retardada para las proteínas
purificada del micobacterium. La induración a las 72 hs
entre 5 y 15 mm es considerada positiva según la
población evaluada, independientemente de la existencia
o no del antecedente de vacunación con BCG. A saber:
Ø
Pacientes que deben considerarse
positivos con PT > 5 mm: infección por VIH,
hallazgos radiográficos de tuberculosis previa,
tratamiento inmunosupresor, contacto cercano con un
paciente con ITBA.
Ø
Pacientes que deben considerarse
positivos con PT > 10 mm: enfermedades crónicas
(diabetes, insuficiencia renal en diálisis, silicosis,
desnutridos), ciertas neoplasia (hematológicas, pulmón,
cabeza y cuello), regiones de alta incidencia (>25
casos/100.000 hab.), empleados y residentes en sitios de
alto riesgo (prisión, asilos de desamparados, etc).
Ø
Pacientes que deben considerarse
positivos con PT > 15 mm: pacientes sanos sin
comorbilidades y bajo riesgo de padecer tuberculosis.
·
La PT positiva, en ausencia de
síntomas, es diagnóstico de ITBL. El intervalo entre la
inoculación y la positividad de la PT varía entre 2 y 12
semanas por lo que, ante una exposición, debe esperarse
ese plazo para realizar la PT y descartar ITBL. Falsos
negativos de la PT son: ITBA, infección por VIH,
malnutrición, ancianos, insuficiencia renal crónica,
enfermedad linfoproliferativa, tratamiento
inmunosupresor; falsos positivos: infección por bacilos
no tuberculosos. Estos últimos pueden evitarse con las
nuevas pruebas in vitro denominados IGRA (Interferon
Gamma Release Assay). Estas pruebas detectan la
liberación de IFN-γ al estimular los linfocitos T con
proteínas específicas de M. Tuberculosis ausentes
en otras micobacterias y en la BCG.
·
Con el esputo, puede realizarse el
examen directo con tinción de Ziehl-Neelsen (ZN) o a
través de la amplificación de fragmentos de ADN (Nucleid
Acid Amplification Test -NAAT-) de M.
Tuberculosis mediante PC. Este último puede
reservarse para los pacientes con alta sospecha de ITBA
y ZN negativo, en los que la positividad del NAAT en un
contexto clínico concordante, puede realizar el
diagnóstico precoz de ITBA pulmonar en aproximadamente
un 50 a 80% de los casos.
·
El cultivo microbiológico continúa
siendo el criterio estándar para la confirmación de
ITBA. El crecimiento del M. Tuberculosis es más
rápido en medios de cultivos líquido (Middlebrook 7H10 u
7H11) cuyos resultados se detectan a las 1 a 3 semanas,
que en medios sólidos (Löwenstein-Jensen) donde puede
extenderse hasta las 8 semanas.
·
Los pacientes con ITBA deben recibir
tratamiento antibacilar múltiple para alcanzar la cura
bacteriológica, reducir el riesgo de transmisión y
prevenir la emergencia de resistencia. El tratamiento de
la ITBA pulmonar debe ser con 4 drogas en la fase
inicial durante 2 meses (INH, RIF, PZA y ETB) seguida de
una fase de continuación de 4 a 7 meses con 2 drogas.
¿Quienes deben recibir 7 meses? Aquellos con: ITBA
pulmonar tabicada, persistencia de esputos luego de 2
meses, y quienes no recibieron PZA en la fase inicial.
·
El seguimiento debe realizarse al
menos mensualmente para tutorizar clínica y
microbiológicamente el tratamiento y detectar
complicaciones asociadas al mismo. El laboratorio
mensual solo debe solicitarse en pacientes que presentan
alteración del perfil hepático basal. Los esputos deben
solicitarse mensualmente hasta que se negativizen al
menos 2 cultivos. Se sugiere una radiografía a los dos
meses de tratamiento y a los 2 meses de finalizado el
mismo.
·
Para la ITBA extrapulmonar se siguen
los mismos lineamientos en cuanto a fármacos y tiempo de
tratamiento, excepto en la meningitis tuberculosa donde
la fase de mantenimiento debe extenderse entre 7 y 10
meses (en total 9 a 12 meses).
·
En pacientes con infección por VIH es
conveniente consultar a un especialista por las
interacciones que pueden existir entre los
antirretrovirales y los antibacilares. En pacientes con
VIH y ITBA de reciente diagnóstico, debe tratarse
inicialmente la segunda y retrasarse el comienzo de los
primeros hasta 2 a 8 semanas de comenzado el tratamiento
antibacilar por el riesgo de desarrollo de un síndrome
de reconstitución inmune si se inician conjuntamente o
inversamente.
·
Los individuos con ITBL considerados
como “pacientes de riesgo de desarrollar una ITBA” deben
recibir tratamiento con INH, 5 mg/kg/día, 300 mg, por 9
meses (estos son aquellos incluidos como positivos con
> de 5 y >10 mm de intradermorreacción
señalados arriba).
Además de los
conceptos volcados aquí, el texto incluye un gráfico de
algoritmo diagnostico-terapéutico, detalle de las formas
de presentación clínica, tablas de fármacos
antibacilares con dosis, esquemas y efectos adversos a
controlar, y aspectos socio-epidemiológicos importantes
para el manejo de esta enfermedad. Los médicos de todas
las especialidades clínicas debemos estar actualizados
en la aproximación diagnóstica de una de las patologías
más antiguas y vigentes… vaya paradoja.
Sia IG, Weiland ML. Current Concepts in the Management
of Tuberculosis.
Mayo Clin Proc. April 2011 86(4):348-361. |