/  Rosario - Santa Fe - Argentina

 
 
     

 


 


Dr. José M. Conde Mercado.
Director Médico

Dra. Desirée Sepúlveda Aldana.
Residente de 4° Año.

Dr. José Manuel Pérez Tirado.
Residente de 4° Año

Dr. Otoniel López Riverol.
Residente de 4° Año

Hospital Juárez de México.
 
 



 


Fecha de recepción: 21/02/2010
Fecha de aceptación: 23/02/2010

Correspondencia:
jmcondem@yahoo.com.mx

 

 

 

Abscesos profundos de cuello


Dra. Desirée Sepúlveda Aldana, Dr. José Manuel Pérez Tirado, Dr. Otoniel López Riverol, Dr. José M. Conde Mercado.

 

 

Manejo quirúrgico

 

La cirugía continua siendo la base del tratamiento para casos más complicados o severos de infección profunda de cuello. Las indicaciones incluyen:

 

·    Compromiso de la vía aérea

·    Condición crítica

·    Septicemia

·    Complicaciones

·    Infección descendente

·    Diabetes mellitus

·  Falta de mejoría clínica después de 48 hrs del inicio de antibióticos parenterales.

·  Abscesos mayores de 3 cm que involucren los espacios pre-vertebral, anterior visceral o carotideo ó que involucren más de dos espacios.

 

El drenaje quirúrgico puede realizarse de diversas formas, incluyendo una incisión simple intra o extraoral con drenaje para abscesos superficiales, ó un abordaje cervical externo más extenso para infecciones más profundas y complicadas. Los abscesos pequeños y uniloculares pueden responder bien a la aspiración con aguja guiada por imagen, mientras que los abscesos más grandes y multiloculares usualmente requieren incisión y drenaje.

 

Independientemente del abordaje, debe obtenerse un espécimen quirúrgico (ya sea pus aspirada o tejido desbridado) y enviarse para tinción de gram y cultivos tan pronto como se entre a la cavidad del absceso. Es importante la adecuada reposición de líquidos antes de la cirugía, ya que estos pacientes frecuentemente se presentan deshidratados.

 

La mediastinitis resulta de una diseminación hacia abajo de una infección que involucra los espacios que incluyen la longitud del cuello o el espacio visceral anterior. Los organismos causales varian, dependiendo del origen de la infección, la mayoría de los casos son polimicrobianos e incluyen aerobios y anaerobios. Los pacientes afectados refieren frecuentemente dolor torácico o disnea, y la radiografía de tórax o la TAC puede demostrar ensanchamiento del mediastino o neumomediastino. El drenaje transtorácico es necesario cuando la infección se disemina por debajo de la carina. En un estudio la tasa de mortalidad para los pacientes que tenían mediastinitis fue de 40%.

 

El síndrome de Lemierre, o tromboflebitis purulenta de la vena yugular interna, resulta de la diseminación de la infección al espacio carotideo. Los  hallazgos patognómonicos incluyen edema e hiperestesia en el ángulo de la mandíbula y sobre el músculo esternocleidomastoideo, junto con signos de sepsis (picos febriles, escalofríos) y evidencia de embolismo pulmonar. Esta complicación puede detectarse utilizando ultrasonido de alta resolución, TAC o RM. El tratamiento incluye terapia antibiótica prolongada dirigida por cultivo y sensibilidad, y se recomienda la anticoagulación por 3 meses cuando existe progresión del trombo ó émbolos sépticos. Los casos que no responden requieren ligadura y resección quirúrgica de la vena yugular interna. Los agentes fibrinolíticos pueden usarse hasta 4 dias después del inicio, pero tienen un riesgo mayor de hemorragia que la anticoagulación. Otra opción para pacientes que no toleran la anterior a largo plazo es la colocación de stent endovascular y filtros de la vena cava superior.

 

El aneurisma o ruptura de la arteria carótida puede presentarse como una masa pulsátil cervical y frecuentemente cursa con  cuatro signos cardinales:

 

1.     Hemorragias centinelas recurrentes de la faringe u oído

2.     Curso clínico de 7 a 14 días

3.     Hematoma de los tejidos cervicales circundantes

4.     Colapso hemodinámico

 

El reconocimiento temprano y la cirugía para lograr el control proximal de la arteria carotida común es esencial, debido a que una ligadura más distal puede ser imposible. Los procedimientos radiológicos intervencionistas tales como el stent endovascular o la oclusión de vasos son una opción en casos menos urgentes.

 

La fascitis cervical necrotizante es una infección fulminante que se disemina a través de los planos de la fascia y causa necrosis del tejido conectivo. Los patógenos involucrados son usualmente polimicrobianos y odontogénicos, e incluyen S pyogenes, Clostridium perfringens, y aerobios y anaerobios mixtos. El estafilococo dorado meticilino-resistente ha sido reconocido recientemente como una causa importante y puede necesitar tratamiento con vancomicina de forma empírica. Los pacientes con fascitis necrotizante se presentan enfermos de forma aguda, con fiebres altas, y la necrosis de la piel puede ser blanda, edematosa y eritematosa, con transición indistinta a la piel normal. La crepitación de los tejidos blandos debida a la infección por organismos productores de gas, puede estar presente, y en casos más avanzados, la piel está pálida, con anestesia, oscura, con ámpulas y descamación. La TAC puede mostrar celulitis difusa con infiltración a la piel y tejidos subcutáneos, y miositis, líquido compartimental y acumulación de gas. El tratamiento de esta complicación debe ser en la UCI e incluye antibióticos parenterales junto con desbridación quirúrgica temprana y frecuente de cualquier tejido desvitalizado.

 

 

La herida debe dejarse abierta y cubierta con gasas con antibiótico hasta que la infección ceda. El oxígeno hiperbárico es útil como un tratamiento adyuvante en pacientes hemodinamicamente estables. La fascitis necrotizante se acompaña frecuentemente de mediastinitis y sepsis, que aumentan el riesgo de mortalidad.

 

La neumonía por aspiración, los abscesos pulmonares, empiema e incluso la asfixia pueden ser consecuencia de rupturas de abscesos hacia la laringe o tráquea con la aspiración subsecuente del drenaje purulento. El síndrome de Horner y las parálisis de los pares craneales IX y XII resultan de infecciones que invaden el espacio carotideo. La osteomielitis puede afectar la mandíbula ó cuerpos vertebrales cervical, y puede provocar subluxación vertebral. La sepsis frecuentemente es una causa directa de mortalidad en estos pacientes. Otras complicaciones potenciales incluyen meningitis, absceso intracraneal y coagulación intravascular diseminada.

 

En un estudio publicado en el 2005 en un hospital de concentración de la ciudad de México, las complicaciones observadas en orden de frecuencia fueron las siguientes:

 

  1. Mediastinitis: 84.61%

  2. Neumonía: 76.92%

  3. Síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA): 61.53%

  4. Choque séptico: 46.15%

  5. Derrame pleural: 38.46%

  6. Insuficiencia renal aguda: 7.69%

  7. Tromboembolia pulmonar: 7.69 %

  8. Desequilibrio hidroelectrolítico: 7.69 %

  9. Lesión de vasos del cuello post-curación: 7.69%

 
Índice
Introducción
Consideraciones anatómicas
Linfonodos
Etiología
Clasificación
Diagnóstico por imagen
Manejo de la vía aérea
Tratamiento empírico antibiótico
Manejo médico conservador
Manejo quirúrgico
Bibliografía
 
 

 

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