Manejo de la vía aérea
La obstrucción aguda de la vía aérea es una de las
complicaciones más frecuentes y letales de las
infecciones profundas de cuello. Se encuentra más
frecuentemente en casos con afección de múltiples
espacios, angina de Ludwig o abscesos retrofaríngeos,
parafaríngeos o del espacio anterior visceral. La
traqueostomía bajo anestesia local ha demostrado ser
segura y efectiva, y es considerada por algunos como el
estándar de cuidado para manejar el compromiso de la vía
aérea en estos pacientes. Otros métodos de manejo de la
vía aérea incluyen la intubación endotraqueal,
intubación nasotraqueal por fibra óptica y la
cricotirotomía.
El monitoreo cuidadoso de la vía aérea es la primera
prioridad en el tratamiento de un paciente con infección
profunda de cuello, y éste debe mantenerse por al menos
48 horas después de la intervención quirúrgica, debido
al potencial de aumento del edema en el periodo
posoperatorio. Las indicaciones para un manejo agresivo
de la vía aérea incluyen signos de insuficiencia
respiratoria (disnea, estridor, retracciones) u
obstrucción de la vía aérea manifiesta en la exploración
física o por imagen (edema severo de la faringe,
desplazamiento de la lengua, edema de la vía aérea, o
compresión de la vía aérea por un absceso). En casos
avanzados de infección profunda de cuello, el colocar al
paciente en posición supina puede precipitar una
obstrucción completa de la vía aérea, lo cual es
importante considerar cuando se seda a un paciente para
la realización de una RM sin asegurar primero su vía
aérea.
La intubación endotraqueal puede intentarse antes de la
traqueotomía en la mayoría de los pacientes con
infección profunda de cuello. Sin embargo, usualmente es
difícil realizarla debido a la anatomía distorsionada de
la vía aérea, inmovilidad de los tejidos blandos, ó
trismus que limita el acceso a la boca. Las ventajas de
la intubación son el control rápido de la vía aérea y el
evitar los riesgos asociados a un procedimiento
quirúrgico. Las desventajas incluyen la dificultad en la
presencia de edema de la vía aérea, una vía aérea menos
segura, mayor necesidad de sedación y apoyo mecánico
ventilatorio, y el potencial de estenosis
laringotraqueal. Al compararlos con la traqueostomía,
los pacientes intubados han mostrado tener mayores
estancias hospitalarias, permanecer más tiempo en la
UCI, mayor mortalidad por pérdida de la vía aérea, y
representar más del 60% de los gastos hospitalarios.
La intubación nasotraqueal por fibra óptica, es
especialmente útil en pacientes que tienen trismus
severo pero cuyas vías aéreas no tienen otro compromiso.
Este procedimiento puede dificultarse por la presencia
de edema, secreciones copiosas, poca experiencia, o
inadecuada aplicación de anestesia local.
La traqueostomía bajo anestesia local está indicada para
obstrucción severa de la vía áerea cuando la presencia
de trismus ó edema masivo de tejidos blandos impide la
intubación endotraqueal o después de varios intentos
fallidos de intubación. Deben usarse incisiones
separadas para la traqueostomia y para los
procedimientos de drenaje del cuello anterior para
evitar diseminación infecciosa al mediastino. Debe
evitarse, de ser posible, la realización de
traqueostomía cuando el espacio pretraqueal o anterior
visceral esta afectado por la infección. Las ventajas de
la traqueostomía incluyen aseguramiento de la vía aérea,
menor necesidad de sedación y egreso más temprano de la
UCI. Las desventajas de la traqueostomía incluyen
riesgos quirúrgicos tales como el sangrado y neumotórax,
y el potencial de causar estenosis traqueal. Otros
riesgos reportados de traqueostomía en pacientes con
infecciones de cuello incluyen mediastinitos, aspiración
pulmonar de pus, pérdida de vía aérea, ruptura de la
arteria innominada, y muerte.