Clasificación
Estas entidades se conocen desde la época de la medicina
griega y romana y durante muchos siglos, antes la era
antibiótica, se trataban solo con medios quirúrgicos.
Existen publicadas múltiples clasificaciones de los
abscesos de cuello; una de ellas se enfoca a la
situación anatómica y es útil en el momento de decidir
la intervención sobre el paciente:
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Superficiales: Afectan el tejido celular subcutáneo,
son autolimitados, no ofrecen problemas para el
diagnóstico o tratamiento, no sobrepasan la
aponeurosis superficial.
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Profundos:
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Suprahioideo
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Submentoniano
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Submaxilar
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Parotideo
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Periamigdalino
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Retrofaríngeo
-
Infrahioideo
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Circunscrito
-
Difuso
Las infecciones profundas de cuello comparten algunas
características clínicas típicas. Los pacientes con
abscesos periamigdalinos, parótideos, parafaríngeos y
submandibulares generalmente presentan malestar o dolor
faríngeo y trismus (incapacidad para abrir la boca),
este síntoma indica presión o infección de los músculos
de la masticación (masetero y pterigoideo) o afección de
la rama motora del nervio trigémino.
La disfagia y odinofagia, son secundarias a inflamación
alrededor de las articulaciones cricoaritenoideas. La
disfonía o afonía, son hallazgos tardíos en las
infecciones de cuello y pueden indicar afección del
nervio vago; la paresia unilateral de la lengua indica
afección del nervio hipogloso. El estridor y la disnea,
pueden ser manifestaciones de presión local o extensión
de la infección hacia el mediastino.
Los hallazgos a la exploración física incluyen edema de
la cara y cuello, eritema y descarga oral purulenta en
los pacientes con abscesos periamigdalino, parotideo,
parafaríngeo o submandibular. Puede existir acumulación
de saliva en la boca y asimetría de la orofaringe.
Usualmente se encuentra linfadenopatía. Debido al grosor
de la capa superficial de la fascia cervical profunda y
sus planos músculofaciales, no es fácil de apreciar una
masa fluctuante en las infecciones profundas de cuello.
La palpación de la cavidad oral con guante, cuando es
posible, puede ayudar a identificar la masa o
fluctuación focal. Los signos característicos de un
absceso profundo son una sensación pastosa o punzante en
la palpación firme profunda.
Absceso periamigdalino
Se localiza entre la cápsula
amigdalina y el
músculo constrictor superior. Es la infección más
frecuente de los
espacios profundos del cuello. Se considera como el
origen de la infección un grupo de
glándulas salivales que se
encuentran en el espacio
supraamigdalino y vierten su
contenido de saliva a la
porción media de la amígdala.
El diagnóstico se realiza
con la inspección faríngea,
punción y el recuento
leucocitario, menos frecuente
hay que recurrir a la
ultrasonografía intraoral o
tomografía computarizada.
En
más del 33% de los casos se
aísla flora mixta aerobia y
anaerobia. El germen aerobio
más frecuente es el
Streptococcus
beta hemolítico del grupo A seguido
de Haemophylus influenzae
y Staphylococcus aureus. De los anaerobios
encabeza la lista el Fusobacterium,
Bacteroides y Veilonella. El tratamiento
tiene cuatro vertientes puede ir desde el tratamiento
enérgico parenteral, la punción y aspiración, la
incisión más drenaje (vía oral) y la amigdalectomía en
el momento. La amigdalectomía diferida, “en frío”, casi
siempre se realiza en el segundo episodio de absceso.
Absceso retrofaríngeo
Es más frecuente durante la infancia, en menores de
cinco años, como complicación de una infección
nasofaríngea, cuerpos extraños, traumatismos de la
faringe o adenitis supurada. En el adulto está
relacionado con traumatismo quirúrgico o cuerpo extraño.
Los pacientes pueden presentar tortícolis, estridor
inspiratorio, sialorrea, voz nasal, odinofagia. El
estudio más utilizado es la radiografía cervical lateral
realizada en inspiración. Es diagnóstica siempre que el
ensanchamiento sea superior a 2 ½ veces los cuerpos
vertebrales de C2 o C3, cuando exista obliteración de la
columna aérea, presencia de gas o rectificación de la
lordosis cervical.
Se drena por vía oral en posición de Trendelemburg. Como
se mencionó previamente, esta localización entre el área
retronasal y prevertebral conocido también como “espacio
peligroso”, comunica directamente con el mediastino, de
ahí la importancia de su correcto manejo.
Absceso faringoamigdalino
Este espacio es afectado en el 30% de los abscesos
profundos de cuello. Cuando la infección se localiza en
el espacio parafaríngeo también llamado faringomaxilar o
laterofaríngeo en la zona pre-estiloidea aparece un
desplazamiento de toda la pared faríngea rechazando la
amígdala hacia abajo y adentro y con la presencia de un
marcado trismus por irritación del músculo pterigoideo
interno.
Este espacio contiene tejido adiposo, a la arteria
maxilar interna y los nervios, lingual, dentario
inferior y aurículo temporal. Se diagnostica por punción
y aspiración. La afectación del espacio retroestiloideo
produce inflamación de la pared lateral de la faringe
con o sin inflamación del pilar posterior, rechazo de la
amígdala hacia delante y adentro, hay totícolis,
disfagia y a veces trismus. De ser necesaria la cirugía
se realiza por vía cervical, se contraindica la vía
oral.
Absceso submandibular
Su aparición está relacionada con alguna infección
dental en la región apical. Cuando la colección de pus
está por encima del músculo milohioideo se le llama
absceso sublingual, y éste a su vez, puede evolucionar
al submandibular. Se drena por vía oral y/o vertical.
Una forma especial por su extrema gravedad es la angina
de Ludwig. Se trata de una celulitis gangrenosa del piso
de la boca, que se puede extender rápido por la región y
a otras áreas, incluyendo mediastino. Aumenta
considerablemente de grosor la lengua y los músculos
suprahioideos, se desplaza la lengua hacia atrás y
arriba, y no suele haber fluctuación. Potencialmente
puede progresar a la vaina carotídea. En la fase inicial
el tratamiento es antibiótico, en etapas avanzadas hay
que realizar traqueotomía más cervicotomía.
Absceso parotídeo
La aponeurosis que cubre la glándula parótida, tiene
numerosos tabiques, lo que origina abscesos loculados,
por lo que es necesario realizar múltiples aberturas en
la glándula a la hora de drenarla. No existe espacio
anatómico entre la fascia y la glándula, por lo que las
infecciones de este espacio siempre son de la glándula o
bien se sus ganglios.
Otras infecciones
La infección en el espacio pretraqueal se debe a
traumatismo interno por cuerpo extraño, maniobra
exploratorias o por lesión sobre la laringe o tráquea.
Otro tipo de infección, es la de la vaina carotídea,
llamada autopsia de Lincoln hacia el mediastino, cuando
la sepsis se localiza en el paquete vásculonervioso del
cuello.
El análisis del cuadro clínico con las particularidades
de cada absceso, el estudio radiológico, menos frecuente
la ultrasonografía, la biometría hemática y la punción
con cultivo nos llevan al correcto diagnóstico. Sin
embargo, la evaluación inicial de la vía aérea es la
prioridad, y cualquier signo de afección de la vía aérea
debe ser manejado de inmediato y de forma agresiva.
En la ausencia de alguna emergencia respiratoria, debe
realizarse un cuidadoso interrogatorio haciendo énfasis
en los siguientes datos:
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Factores de riesgo: Diabetes mellitus, infección por
VIH, terapia esteroidea, quimioterapia y otras
fuentes de inmunocompomiso.
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Posibles fuentes de infección: Enfermedad reciente,
procedimientos dentales o caries dental,
traumatismo en la cabeza y cuello o uso de drogas
intravenosas.
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Síntomas: El dolor y edema del cuello son los
síntomas más prevalentes, así como la odinofagia y
la fiebre. Otros síntomas comunes de acuerdo al
espacio afectado, como se mencionó previamente, son
la disfagia, trismus, disfonía, otalgia y disnea.
Los estudios de laboratorio iniciales deben incluir una
biometría hemática completa con diferencial, glucosa
sérica, electrólitos, tiempos de coagulación, prueba
para VIH, hemocultivos y los cultivos apropiados de
muestras por aspiración, antes de los antibióticos,
cuando sea posible.
La leucocitosis puede correlacionarse con el desarrollo
de un absceso drenable, por su parte, la leucopenia con
una cuenta de leucocitos menor a 8000/mm3 se
puede encontrar en pacientes con abscesos profundos de
cuello con infección concurrente por VIH o tuberculosis.
Los resultados de los cultivos son más precisos cuando
se obtienen por aspiración con aguja; además de tomar
cultivos para gérmenes aerobios y anaerobios, se
recomiendan cultivos para hongos y micobacterias en
pacientes inmunocomprometidos. En el caso de tratarse de
un germen aerobio a las 24 horas podemos obtener el
crecimiento, de tratarse de un anaerobio tardará hasta
72 horas.